jueves, 3 de abril de 2014

REFLEXIÓN SOBRE DOC CEV



CONFERENCIA EPISCOPAL:
VITAL EN LA COYUNTURA
@jonatanalzuru67
La presente reflexión tiene como soporte el comunicado de la Conferencia Episcopal Venezolana del 2 de abril de 2014. Mi escrito está pensado, fundamentalmente, para la oposición y para la propia CEV.  He dividido mi opinión en los siguientes puntos:
I.- Preámbulo o trata de la condición práctica del saber político.
II.- La propuesta sustancial que realiza la CEV.
III.- Crítica política al documento de la CEV.
IV. Conclusiones.

I.- Preámbulo o trata de la condición práctica del saber político.
El problema más grave en una coyuntura es la falta de sentido práctico. La pérdida del sentido común y la falta de pericia en resolución de conflictos para jerarquizar entre lo urgente y lo importante, entre lo importante y lo vital, entre las condiciones para resolver crisis y el asunto a resolver. El sentido práctico se adquiere sólo en la vivencia, si se aprende de los errores y si los aciertos se miden contextualmente.
Un estudiante de medicina, por ejemplo, que estudie bastante, puede tener mil informaciones, ser un google ambulante; pero el saber médico, la sabiduría médica, la destreza, la pericia, sólo la adquiere en la relación médico-paciente. En una emergencia de un hospital, un google ambulante, puede ser un perfecto inútil y, por el contrario, una enfermera puede ser la salvación del paciente, porque en ella está acumulado un saber práctico. Sin embargo, la enfermera por más saber práctico que tenga, no podrá resolver en su totalidad la emergencia, porque carece del saber teórico necesario, para estabilizar al paciente en su totalidad. El arte médico combina saber especializado, instrumental, técnico con experimentación en la vida cotidiana. La política es un arte similar al de la medicina, pero más compleja.
El saber político es muchísimo más complejo que la medicina porque no hay un paciente, sino  millones. Pero además, hay millones que consideran que quien está tomando las decisiones no tienen el saber para eso, otros consideran que lo mejor es que no actúe. Otros, por el contrario, los consideran un dios. Para otros, esas acciones son indiferentes. Pero quien se siente llamado para atender la emergencia, tiene conciencia de su saber. Está claro no sólo de su voluntad, de lo que quiere transformar, de sus deseos, sino que sabe que tiene la experiencia necesaria como para afrontar la coyuntura, más allá de las opiniones adversas.
Lo peor del arte político, paradójicamente, es que siendo un saber complejo, en cualquier tasca, cualquiera se asume capaz de resolver la gravedad de un país y la vaina es peor, cuando el político se comporta como el de la tasca pero ocupa el sitio, el rol y tiene el poder para ayudar a solucionar la gravedad en la coyuntura.
Un buen médico se conoce porque sabe de sus límites. Sabe cuándo pedir ayuda. Sabe cuándo solicitarles consejos a otros. Sabe cuándo debe presentar el caso a un grupo multidisciplinario. Puede tener el carácter del personaje de la serie televisiva, el Dr. House, pero escucha, piensa, reflexiona, como el médico de la serie, para actuar rápido y salvar la vida del paciente.
La política requiere de un saber mayor que la sabiduría médica, porque el país como paciente puede durar años, décadas, una tras otras, en estado de coma, y no muere. Aún con una guerra descomunal, no muere como país. El paciente país es complejo, por ello requiere, necesita de buenos doctores, de un equipo articulado de hombres y mujeres con experiencia. Los buenos doctores combinan sabiduría práctica con lecturas. Eso es vital. Saber qué leer en el momento adecuado, también es un aprendizaje.
Lo más grave en una coyuntura de altísima conflictividad, son los políticos que se creen pragmáticos y en realidad son unos idealistas, irrealistas, sin sentido de tierra, de realidad. Es gravísimo porque son más perdidos que un borracho buscando llave para entrar a la casa. Se comportan como el borracho prepotente que dice “yo sé cuál es la llave”, mientras su cuerpo se dobla y se le cae el llavero del carro, que él cree que son las llaves de la puerta de su hogar. Lo peor de un comportamiento así en la política, en un estado de violencia, es que cada minuto que pasa, cada día que sucede, se acumulan  cantidades de muertos, heridos y detenidos.
Porque estamos en una situación gravísima económica y sociopolíticamente en el país, debemos pensar. Pensar para discernir el mejor camino.  Repito. Porque estamos en gravedad es la hora de pensar, para discernir los mejores caminos para actuar. ¿Cómo escoger los mejores caminos en medio de un desierto? Se requiere destreza, pericia, práctica, desarrollar la capacidad de escuchar. Hacerse de una oreja inmensa. Se tiene que catalizar esa avalancha de información con unos criterios, unos horizontes teóricos y unos referentes prácticos. Pero sobre todo, se tienen que construir espacios para procesar las diferencias y encontrar un mínimo de acuerdo para actuar.
II.- La propuesta sustancial que realiza la CEV.
En el parágrafo 8, del documento reza lo siguiente: “La salida de la crisis es clara: el diálogo sincero del Gobierno con todos los sectores del país, con una agenda previa y condiciones de igualdad, y con gestos concretos, evaluables en el tiempo, como señales de la necesaria  rectificación.  Consideramos oportuna y de gran valor la participación de la Santa Sede en el diálogo entre el Gobierno y la oposición. El pueblo venezolano apreciará en sumo grado dicha participación y sabrá reconocer el valioso aporte de la Iglesia.” (CEV, 2-4-2014)
La única forma de lograr condiciones de igualdad es que la oposición conquiste, políticamente, ese sitio. La petición es un saludo a la bandera, si no se tiene fuerza política para lograrlo y esa fuerza sólo es posible con la unidad, a partir de acuerdos mínimos entre los diversos y distintos factores de la oposición.
La pregunta de rigor es: ¿Por qué es esa y no otra la salida? Para responder a dicha pregunta debemos atender a datos fácticos, a lo que acontece, a los síntomas del paciente en crisis, señalaré algunos aspectos solamente.
1.- Las últimas encuestas de opinión revelan lo siguiente, en medio de esta estrepitosa crisis, hay como mínimo un 45% de la población que sigue apostando a las políticas gubernamentales y, por lo menos, un 35% que no visualiza ni siquiera las violaciones de los derechos humanos y políticos perpetrados por agentes gubernamentales. Además, que consideran que la crisis económica es responsabilidad de la oposición. Es un núcleo duro e impenetrable, hasta ahora.
En medio del desbarajuste económico y de la malísima conducción del gobierno de la crisis política, sin embargo, el dato estadístico es para sentarse a pensar con cautela. Son millones de venezolanos de distintas clases sociales, donde su porcentaje mayor son la clase D y E. Este dato para el dirigente, tiene que transformarse en una política comunicacional, una política donde lo sustancial está en saber cómo y de qué formas se dialoga con ese grueso de la población, en medio de la coyuntura y sin perder el horizonte de lucha.
2.- La amalgama de la población afecta al gobierno permanece fiel, hasta ahora, porque su estructura política se articula en una lógica dogmática. Todo crítico es traidor, en un momento de crisis y, en un tiempo de paz, el crítico es aceptado hasta tanto no afecte ningún interés. Eso puede evaluarse en el comportamiento de los dirigentes del gobierno, de los partidos aliados y en los constructores de opinión pública, por parte del gobierno. Hasta ahora, por lo menos yo, no he encontrado, desde el 12 de febrero hasta hoy, en ningún espacio, redes sociales o prensa, una crítica fuerte a las prácticas gubernamentales, por parte de un dirigente o un militante de relevancia del gobierno. Sin que ello implique la permanente táctica del gobierno, de querer saltarse a la oposición para confundir al propio movimiento opositor.
Este dato tiene un efecto positivo para el gobierno porque compacta a su militancia. Eso le da una libertad de acción, al minimizar al grado cero, en el ámbito público sus desacuerdos. Paradójicamente, puede ser su talón de Aquiles, porque al no tener diques internos que hagan presión en la opinión pública, sus prácticas despóticas se exacerban, como se ha evidenciado en los días que transcurren.  Sin embargo, hay que recordar la película de Troya, Paris mata a Aquiles siendo más débil, porque usó su inteligencia y acertó en su debilidad. La flecha dio en el Talón mientras los otros peleaban cuerpo a cuerpo.
3.-  En términos de confrontación violenta se está en una brutal asimetría con respecto a los aparatos represivos del estado, que han sido acompañados por banda de civiles armados, de allí lo ilógico, en términos estrictamente, prácticos de plantearse una violencia generalizada contra el estado. Además, la  proporción de heridos crece exponencialmente, la cantidad de muertos en confrontación política asciende a un promedio de casi uno diario. La cantidad de presos, detenidos o liberados con régimen de presentación es una avalancha. Minimizando, cada vez más, la fuerza de las personas más comprometidas con la lucha, porque se sienten indefensos frente a la violencia del estado.
4.- El gobierno aunque reprime brutalmente, juega al desgaste de las formas de luchas. Esa lógica ha tenido efectos significativos, porque la represión abierta y la falta de propuestas concretas y de objetivos específicos por parte de la dirigencia de la oposición (que no alude a tema de la protesta), sino qué se logra. Por ejemplo, con una marcha, qué se quiere, ¿es sólo denuncia de un hecho? Ese puede ser un objetivo en un momento, pero no permanente... La ausencia de objetivos específicos logrables y evaluables, genera que la participación, la movilización a gran escala, disminuya. Hay protestas que se han planteado objetivos como solicitar renuncia de funcionarios específicos, pero al no estar articuladas con las distintas fuerzas, se transforman en esfuerzos inútiles.
5.- En términos estrictamente institucionales en el plano político, el gobierno avanza y genera que la oposición tenga que pelear terrenos que antes tenía, diputaciones y alcaldías por ejemplo.
6.- Ahora bien, ¿Cómo lograr la unidad en el seno de la oposición para llegar a lo propuesto por la Conferencia Episcopal? Es complejo pero no imposible. Es delicado porque hay poblaciones, comunidades, que se sienten afectadas por la represión y consideran que la lucha es una batalla sin cuartel y consideran que todo aquél que dialogue es un traidor a su causa.  Para darle una respuesta a esta población la dirigencia, a partir de unos acuerdos mínimos, debe dirigir y explicar lo complejo de la lucha, cada uno, cada partido desde su propia vocería. Y, hacer comprender que las únicas posibilidades, no sólo de recuperar los espacios políticamente perdido, sino avanzar en los reclamos es uniéndose, en tácticas y estrategias.
Hay un pequeñísimo grupo de periodistas y personalidades, que han iniciado una política mediática, sistemática de ataque a un sector de la dirigencia de la oposición, porque consideran que en este momento la salida violenta acompañada de un pronunciamiento militar era una salida para la situación. Los que piensan de esa manera no sólo son irrealistas, sin sentido práctico, sino que están promoviendo, implícitamente, una guerra sin cuartel, de dimensiones impredecibles.
Esa lógica errada de ese sector es proporcional y similar, a las declaraciones de los diputados que ayer se unieron a Primero Justicia y que reseña, El Universal (1-5), donde la preocupación fundamental es el apuntalamiento de liderazgo de Henrique Capriles. La incomprensión del momento político por parte de algunos dirigentes y escribidores es incalculable. Es el momento de una devaluación descomunal, de represión sin parámetros, de alza de los precios de la canasta básica astronómica, de lenguajes arcaicos y primitivos. Y sin embargo, algunos no se sientan a dialogar, por un afán, absurdamente ridículo, de protagonismos. La falta de olfato político y de voluntad para amalgamar es inversamente proporcional a la fuerza de las organizaciones civiles, a los movimientos comunitarios que protestan. Más conciencia de la situación hay en el venezolano de a pie que en la dirigencia. Eso parece una aberración pero no lo es, lamentablemente, para todos, un dato para comprobarlo se adquiere al revisar la prensa diaria.
Reformulo la pregunta: ¿Cómo coaccionar al gobierno para sentarse en condiciones de igualdad, con agenda previa y con decisiones evaluables, si el gobierno avanza en su estilo y forma, sin considerar nada de lo que acontece?
La única posibilidad que se tiene es reagrupar la fuerza de la oposición. La comprensión que en este momento ningún líder, por más popularidad que tenga, puede asumirse el elegido histórico para conducir los destinos de la patria, es vital.  La comprensión que sólo el trabajo en equipo, en red, cooperativo configura una posibilidad no sólo de resistir sino de avanzar, es vital.
Dentro de la oposición, urgentemente, se tienen que construir espacios donde se procesen las diferencias y se construya un mínimo de acuerdo para reimpulsar, en lo inmediato, formas y manera de presionar al gobierno para lograr en lo político lo planteado, en principio, por la Conferencia Episcopal. Para lograr la condición de equilibrio, para sentarse a negociar salidas institucionales donde la oposición no siga retrocediendo y tenga un mínimo de avance. Hacerlo por separado, nuevamente, es el camino de la derrota sin destino. Pensemos que ni siquiera se ha podido sacar a Simonovis que era un objetivo específico lograble, de anteojito, que se tenía desde el principio, por ejemplo.
El gobierno, mientras la oposición, su dirigencia, no acuerda, está avanzando para nombrar los Poderes Morales sin diálogo con la oposición. Su estrategia es legalizar, sin diálogo, sin acuerdo, el nombramiento de unas personas en los poderes que es uno de los puntos de la agenda. Como mínimo la oposición debe unirse, no sólo sus voceros, sino toda su dirigencia, organizaciones y movimientos para impedir ese avance arbitrario del gobierno. De lograr ese otro objetivo el gobierno, el diálogo se pondría más cuesta arriba y la oposición, por responsabilidad de su dirigencia en la conducción del conflicto, más aplastada.
No hay posibilidades de avanzar en nada, y, por el contrario, gran probabilidad de seguir perdiendo espacios políticos, desde la perspectiva de la oposición, mientras se siga en la torpeza, la miopía y la absoluta prepotencia de evitar el diálogo con acuerdos en tácticas y estrategias, entre los aliados. Esa es una condición sine qua non, para que se pueda dar la salida planteada por la iglesia.
7.- Quisiera culminar este fragmento sosteniendo que la salida planteada por CEV, la comparto, porque es la única alternativa a corto, mediano o largo plazo, donde se minimizan los costos sociales (muertos, heridos y presos), y se maximizan los beneficios colectivos con más trascendencia.
III.- Crítica política al documento de la CEV.
a.- Quien se dedique a estudiar el comportamiento de dirigentes, instituciones, personalidades distintos a los partidos políticos y dirigentes gremiales de la oposición, podrá percatarse, sin ambigüedad, que uno de los errores, en estos años y sobre todo en momentos de crisis, ha sido suplantar, tanto en discurso como en práctica, a los que ejercen el oficio de la política. No estoy evaluando las razones sino constatando un hecho. Precisamente, una de las críticas, sustanciales, que se le hace y con razón al Poder Moral es que se comportan como dirigentes políticos y no como le corresponde en función de su rol social, como voceros de una institución que arbitra conflictos.
b.- La crítica puntual que realizaré al documento de la CEV, la hago desde mi posición de cristiano formado en la tradición católica, fundamentalmente, ignaciana y como ciudadano comprometido por la reconstrucción institucional del país, no en el futuro sino desde el presente, con un horizonte de sentido democrático.
c.- Quisiera, antes que nada, resaltar el papel fundamental que la institución eclesial ha jugado en la resolución de muchísimos conflictos políticos en América Latina. Quisiera resaltar el extraordinario comunicado de la CEV el 25 de febrero del presente año. Quisiera aplaudir que los distintos y opuestos actores políticos reconocen a la Santa Sede del Vaticano, como un organismo que puede ser testigo de buena fe, para la construcción del diálogo necesario en Venezuela.
d.- Ahora bien, el documento  publicado el 2 de abril de la CEV, atendiendo a la coyuntura es contundente, centrado y apropiado en casi la totalidad de sus parágrafos. Sólo el parágrafo segundo es radicalmente inadecuado. Argumentaré tres razones para sostener mi posición, (1) teórica, (2) procedimental y de  (3) práctica institucional.
La importancia de hacer la crítica, en el momento, dígase invitar a la propia CEV, a su revisión, estriba que dependiendo cómo personalidades, instituciones y partidos políticos se manejen, Venezuela profundizará la situación de violencia o no; en segundo lugar, porque la CEV es la representación en el país de la Santa Sede quien está postulada como un árbitro de buena fe. Por lo tanto, la compostura institucional, como calidad de árbitro, es una condición necesaria, para configurar espacios dialógicos. El parágrafo de la conferencia episcopal al que aludiré en mi crítica, reza de la siguiente manera:
 “2. Causa fundamental de la actual crisis es la pretensión del partido oficial y autoridades de la República de implantar el llamado “Plan de la Patria”, detrás del cual se esconde la promoción de un sistema de gobierno de corte totalitario, que pone en duda su perfil democrático; las restricciones a las libertades ciudadanas, en particular, la de información y opinión; la falta de políticas públicas adecuadas para enfrentar la inseguridad jurídica y ciudadana; los ataques a la producción nacional, que ha conducido a que en nuestro país hoy se haga necesaria la importación de toda clase de productos; la brutal represión de la disidencia política; el intento de “pacificación” o apaciguamiento por medio de la amenaza, la violencia verbal y la represión física.” (CEV, 2-4-2014)
1.- Crítica teórica. Es inconsistente vincular  el “Plan de la Patria” como causal de las prácticas no democráticas, de algunas prácticas de terrorismo de estado, de las prácticas de violación de derechos humanos, por parte de algunos funcionarios del gobierno.
Es posible, teóricamente hablando, hacerle sendos cuestionamientos al Plan de la Patria, incluso desde su nombre, desmontarlo en su totalidad e incluso, mostrar sus inconsistencias internas. Pero de lo escrito, no se puede inferir ni derivar las formas de comportamiento de los funcionarios. Menos se puede mostrar la articulación oculta, entre la letra y la práctica como una evidencia social, en la misma calidad, por ejemplo, de una violación de los derechos humanos que han sido públicas y notorias. El documento al que alude la Conferencia está constituido por los siguientes aspectos, a saber:
“Defender, expandir y consolidar el bien más preciado que hemos reconquistado después de 200 años: La Independencia Nacional.
Continuar construyendo el Socialismo Bolivariano del siglo XXI en Venezuela, como alternativa al modelo salvaje del capitalismo y con ello asegurar la “mayor suma de seguridad social, mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad”, para nuestro pueblo.
Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político dentro de la gran potencia naciente de América Latina y el Caribe, que garanticen la conformación de una zona de paz en nuestra América.
Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria
Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana.”
Imagino que la CEV, alude al segundo punto. En términos estrictamente teóricos se podría cuestionar que eso es un pastel sin forma por mezclar el árbol de tres raíces, con Marx y Jesucristo. Se podría contra argumentar que no es un modelo alternativo al capitalismo, etc. Pero hay que aceptar que el PSUV está en su derecho como partido de querer impulsar su concepción política, acertada o errada, como cualquier otro partido.  Un asunto muy distinto, son las formas y maneras de hacerlo. Es decir, sus prácticas.
Si se defiende una sociedad plural y se quiere orientar a Venezuela para que se respete la diversidad, las disidencias, las opiniones contraria, en principio, tenemos que respetar la vocación connatural de las organizaciones políticas de convencer a la sociedad, que su propuesta de organización social es mejor que la de los otros. El partido Social Cristiano COPEI, está en su derecho de tratar de convencer que su doctrina y su mirada es la más conveniente para el país, apoyados en la doctrina social de la iglesia, pueden desprenderse de las concepciones neoliberales y de las marxistas. Allí no hay problema, el asunto es cómo lo hacen y qué hacen cuando la sociedad, comunidades o gremios, disienten. Ese es otro asunto que no alude a la teoría, sino  a la práctica política.
2.- Crítica Procedimental. El procedimiento establecido en las leyes y los reglamentos que rigen al CNE, derivados de la Constitución Nacional Bolivariana, establece que los candidatos de las organizaciones políticas deben inscribirse presentando un plan de trabajo para la nación, para ejecutarlo en el período que se postulan. Es obvio, que quien gana las elecciones, desarrolle el plan propuesto. ¿Qué se cuestionaron las elecciones? Es cierto. Pero también lo es que políticamente, en términos prácticos todos los sectores, hasta los más radicales, aceptaron la decisión del árbitro, bien sea por omisión o por acción. Más aún, estando ya vencido el período del árbitro todas las organizaciones de oposición (a mi juicio de forma correcta) asistieron al nuevo evento electoral. Desde Voluntad Popular hasta Bandera Roja, desde Primero Justicia hasta Avanzada Progresista. En términos prácticos no sólo se legalizó sino también se legitimó, en la práctica al gobierno. Por lo tanto, es coherente el gobierno en intentar desarrollar su plan.
 Otro asunto, nuevamente, es que para el desarrollo del plan realicen prácticas autoritarias, arbitrarias, antidemocráticas. Son dos asuntos distintos, que es vital para la sociedad opositora, conceptualmente, tener claridad para saber cómo luchar. La confusión de una cabeza de gallo con una cabeza de perro, tiene efectos prácticos contraproducentes, para  la legítima lucha que la oposición venezolana realiza en estos momentos, verdaderamente graves, de nuestra historia.
3.- Crítica como práctica institucional. La CEV al no limitarse a una evaluación de las prácticas erradas por parte del gobierno e introducirse  a la caracterización del régimen, confunde su rol institucional con el de un partido político de la oposición. Lo grave, de tal acción, en la circunstancia que vive el país es que cualquier salida y desarrollo de lo que acontece, siempre generará fracturas emocionales, sociales y políticas en el pueblo. Y, la iglesia, su labor sustancial como institución, no reside, solamente, en la denuncia de la prácticas inadecuadas en las formas del ejercicio político, no sólo está llamada a ser una referencia para arbitrar conflictos políticos, sino que su vocación por doctrina, es la de ser un espacio de acogida para los que sufren sean del bando que sean.
Los judíos pensaban a Jesús como un liberador político de la situación de esclavitud frente al imperio romano, incluso después de la resurrección, los propios discípulos no comprendían la Buena Noticia; sin embargo, el mensaje evangélico era otra forma de actuar en lo cotidiano, otra forma de asumir las circunstancias. Se trataba de ser testimonio radical de transformación capaz de denunciar las injusticias de los poderosos, pero con la mano siempre abierta a los que sufren, independientemente, si era judío o gentil, fariseo o un radical pecador como la prostituta o el cobrador de impuesto al servicio del imperio, como los publicanos. Uno de los gravísimos problemas en nuestro país es no atender a la estricta separación que hizo Jesús, entre el César y Dios. Política y forma de vida religiosa.
IV.- Conclusiones
1.- El fracaso o el éxito, en las actuales circunstancias de la oposición, depende en gran medida de la responsabilidad de los dirigentes políticos y gremiales para configurar acuerdos que permeen a todos los movimientos sociales y comunitarios, de la oposición en Venezuela, para articular tácticas y estrategias con objetivos precisos, no sólo de resistir sino de avanzar políticamente.
2.- La única posibilidad para generar un mínimo de simetría, para una discusión con agenda y respeto de acuerdos por parte del gobierno, es la articulación de todo el movimiento opositor en red, cooperativa y articuladamente, con orientaciones precisas y concretas de las distintas vocerías de la oposición, para desarrollar formas de luchas exitosas. En el corto, mediano o largo plazo, la salida propuesta por la CEV, será la manera de resolver la situación, apostar a lo contrario es impulsar un movimiento hacia una guerra, donde el gobierno tiene todas las de ganar en el corto, mediano y en largo plazo, y toda Venezuela perder.
3.-  Es vital que las instituciones, las personalidades, se adentren a pensar y actuar en Venezuela evaluando, sus condiciones, posibilidades y límites de sus acciones para no ocupar los espacios propios de los partidos políticos, de los gremios, de los activistas comunitarios, sino que puedan ayudar  en la resolución del conflicto sin retroceder en las denuncias, pero sin desdibujarse de sus labores sustanciales. Esa acción en presente es un camino de reconfiguración institucional y social del país, en medio de la debacle que se avecina.
4.- Las fuerza de organización de las comunidades y de los movimientos estudiantiles tiene que se correspondida con una dirigencia política de altura. No hay que fabricar ningún nuevo liderazgo, se trata de que cada quien, por el contrario, se responsabilice por su opción de vida y por la forma de luchar en la Venezuela contemporánea.
Jueves 3 de abril de 2014.
Jonatan Alzuru Aponte.

2 comentarios:

  1. Muy bueno. Agradecida por contar con sus reflexiones, que me ayudan a mi, hacer las mías. Lo replicaré. saludos y fuerza... "en medio de la debacle que se avecina".

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