viernes, 3 de noviembre de 2017

APRENDAMOS PARA ALCANZAR LA VICTORIA

APRENDAMOS PARA ALCANZAR LA VICTORIA
Jonatan Alzuru Aponte

El frente amplio no es un deseo sino una necesidad histórica. Es un espacio de construcción colectiva de una política para liberar a Venezuela y para reconstruirla. 
Para que logre su objetivo debemos aprender, con urgencia, a procesar las diferencias; aprender a impulsar proyectos políticos donde se incorporen los disensos. Una práctica que no suponga que el otro debe plegarse a juro y porque sí, a una mirada y a una práctica de quien dirige o lo que piensa la mayoría. Los disensos y las diferencias no son una debilidad, más bien, son nuestra máxima fortaleza.
Quien escribe, lo aprendió a través de muchos años.  Mi aprendizaje se demoró mucho por mi prepotencia e intolerancia hacia los otros, quince años. Sin embargo, estuve en una formidable escuela, el Centro de Investigaciones Postdoctorales que existió en la UCV (1989-2011).  Sus fundadores no solo lo predicaban sino lo ejercían en la práctica. Rigoberto Lanz -(¡Por favor! si le produce incomodidad ese nombre, piense que no me interesa la persona sino su enseñanza; haga el esfuerzo por centrarse en la enseñanza, esto es vital).
Decía: Rigoberto Lanz desde que fundó el equipo de trabajo que se inició hace cuarenta años, en 1977 y que se institucionalizó en 1989, promovió el trabajo con el que disentía, incorporando en el equipo, en revistas y en sus libros a pensadores opuestos a él. El CIPOST fue un Centro donde ninguno pensaba igual al otro, incluso eran opuestos y eso generaba roces, fracturas, serias discusiones, molestias, pero tenían claro el horizonte: hacer un Centro de Investigación distinto. Actualmente, en nuestras librerías, se consigue la redición del libro “Cuando todo se derrumba”, editado por Bid & Co y REDIVEP; su importancia es que se inicia con el antiprólogo de Miguel Ron Pedrique, otro de nuestros fundadores. Pensaban distintos, opuestos, disentían, pero eso se expresaba de forma conjunta en un libro.  También pueden leer “Fragmento de un hacer” publicado por Bid & Co; donde recoge la experiencia de los fundadores.
Apenas a finales del año pasado, publiqué el libro “La vida en breve. Miguel Márquez” que fue cuando me atreví a que me antiprologaran; lo hizo de forma magistral, Gonzalo Ramírez, quien piensa radicalmente opuesto a mí y me hizo críticas tanto de contenido como de mi actitud de lectura durísimas, en su presentación.  Allí concreté, junto a él, por vez primera, lo que me constituía culturalmente: La celebración de la diferencia, sin concesiones. Esa experiencia educativa es vital aprenderla, en la práctica política, para configurar el Frente y alcanzar la victoria.
 Aterricemos. La fractura de la oposición no fue por el evento electoral de las regionales; sino por la prepotencia que en la práctica se manifiesta como intolerancia hacia el otro, al que piensa distinto; intolerancia por el que disiente de los acuerdos. El evento electoral es un efecto de esa actitud, antes, durante y posteriormente. Eso es lo que hay que combatir, desde ya, ni siquiera por convicción, sino por necesidad práctica: la intolerancia y la prepotencia; estimulando de forma simultánea la capacidad para acordar y disentir, manteniendo de forma sólida, un proyecto político común.
Valga un ejemplo. La mayoría de los partidos acordaron asistir al evento electoral de las regionales; dos partidos, Alianza Bravo Pueblo y Vente Venezuela, de forma autónoma decidieron no asistir. Celebrar el disenso e incorporarlo significaría lo siguiente: Ambos partidos explican su razonamiento del por qué no asistirán, en qué están en desacuerdo, sin acusar al resto de traidores; simplemente tienen una visión dentro de la coyuntura distinta, aunque comparten un horizonte común, la estrategia es común. Los otros, tampoco acusan a los disidentes, sino por el contrario, le ofrecen al pueblo el horizonte mayoritario y también el camino disidente. Esto supone no pensar que la multitud, las comunidades, el pueblo, son un rebaño infantil que hay que arrear, sino que es capaz de decidir; tal como fue en la práctica, el ciudadano tomó su decisión.
Se realiza la elección y tal como sucedió, se ganan cinco gobernaciones; cuatro se desprendieron del horizonte común; porque se arrodillaron frente al tirano, porque reconocieron a la Asamblea Dictatorial Constituida, porque en definitiva se burlaron de los electores.  Ese imponderable, jamás lo podemos sortear, las decisiones indignas siempre están en las esquina y cualquiera puede ser presa de la ambición, de la miopía política y en definitiva de la estupidez.  Allí es un costo para todos. Lo importante es saber cómo minimizar su efecto y cómo maximizar cualquier logro que se oriente hacia el horizonte común.
Pero se ganó una, la del Zulia, a pesar de todas las circunstancias.  Celebrar la dignidad del candidato es transformar esa postura individual y del partido en una acción colectiva, donde todos, incluyendo a los disidentes de esa táctica,  podrían juntarse hombro a hombro; tal vez, señalando sus aciertos en la mirada de la coyuntura pero defendiendo al compañero en la calle, manifestando y subvirtiendo, imposibilitando la arbitrariedad de una nueva elección o su inhabilitación. Haciendo de ese evento la ocasión precisa para aclarar, en la calle, con la protesta, que la Asamblea Nacional no está derogada y que es frente al poder constituido que el candidato debe juramentarse, porque la finalidad de la Asamblea Dictatorial Constituida, en todo caso, es hacer una nueva constitución; pero como también es un  horizonte común no acatar sus mandatos, entonces, se maximiza la protesta.
Pero imaginemos, en el supuesto negado, que lo dejasen gobernar; se trata de no aceptar ninguna imposición como esos supra gobernadores nombrados a dedos por el poder, protestar allí con fuerza, con unidad y, simultáneamente, todos, aportar con inteligencia a los mejores cuadros para el ejercicio de gobierno, sobre todo los que disentían. Y en esta nueva etapa de lucha, quien era minoría en el proyecto en tanto disidente, empieza a ocupar un puesto mayor de comando por su mirada acertada; entendiendo que la dirección colectiva siempre rota y no rota por elección, sino por la pericia en el manejo de las coyunturas. Pero, entendiendo, además, que la coyuntura no es lo sustancial sino el horizonte, transformar a Venezuela, recuperar el espacio público y, en definitiva, salir de la esclavitud.
No pierda tiempo refutando el ejemplo o buscándole cuatro patas al gato. Elevemos la mirada. Lo importante es tener la inteligencia práctica para generar acciones, cuando exista disenso (que no  será siempre) e incorporarlo dentro de una estrategia común. Esto no es una receta, sino una actitud en el trabajo cooperativo. Es una práctica diaria que nos conduce a minimizar la prepotencia, la intolerancia y a maximizar las potencialidades de cada persona, grupo o asociación.  La reiteración de esa costumbre irá configurando, desde ya, una cultura democrática.

Este escrito está pensado para nuestros dirigentes desde nacionales hasta locales y, para a todo aquel que comprenda que puede transformarse  en un dirigente de su propia vida en el ámbito político, desde el campo virtual hasta su acción en su comunidad.  No es un reto teórico, sino una urgencia práctica; el país requiere de un mayor esfuerzo que el realizado hasta ahora.  Luchemos por la configuración de un Frente Amplio y es el mejor momento porque hay un repliegue de la ciudadanía, es el momento de trabajar en las bases. 

martes, 31 de octubre de 2017

LIBERACIÓN Y RECONSTRUCCIÓN DE VENEZUELA

LIBERACIÓN Y RECONSTRUCCIÓN DE VENEZUELA
Jonatan Alzuru Aponte

Urge la construcción de un frente amplio de lucha, para el rescate de la vida en Venezuela. No es un frente para ganar elecciones, sino para liberar al pueblo venezolano del yugo explotador que le está robando la vida al pueblo.
Basta solo pensar el tiempo que requiere estar en una cola para conseguir el producto de la cesta básica, el tiempo para  buscar, hacer la cola y comprar una medicina, lo que se invierte en recoger agua, en limitar su uso diariamente; el tiempo para conseguir cualquier repuesto de cualquier aparato o automóvil; el tiempo que se invierte en el trabajo para conseguir un salario que no alcanza para satisfacer las necesidades… por lo tanto, el tiempo que se debe invertir para buscar un rebusque que le posibilite un poco más de dinero… al sumar todo ello, se evidencia que no hay tiempo para vivir, para compartir en familia, para usar el tiempo en aquello que lo hace distinto al resto de la naturaleza, crear y recrear la existencia… Y, si por casualidad, alguien logra un mínimo de tiempo para salir de ese estado de esclavitud, se arriesga a que le roben la vida por el desate incontrolable de la delincuencia.  Nos han convertido en una sociedad de bachacos, de vasallos; han transformado el país en un gran campo de concentración contemporáneo. La liberación es para recuperar la condición de humanidad.
Ciertamente, a finales de los noventa llegó un aire libertario que fue recogido políticamente por Chávez, fue una esperanza que prendió en Venezuela y en América Latina. Pero al pasar de los años se evidenció que cambiaron los rostros, pero se mantuvo la cultura… la cultura de acrecentar la riqueza por cualquier medio y PDVSA que se abría al pueblo, terminó en los bolsillos de la dirigencia; el mismo afán de lucro los condujo a buscar el dinero más seguro, cuando se tiene el aparato del estado, un control de cambio para multiplicar sus cuentas en dólares, mientras el pueblo empezaba a pasar hambre; pero el afán de lucro fue un motor exponencial y los condujo a incrementar la riqueza aún más y por eso pensaron que mejor que el petróleo, que ya lo tenían y el control de cambio, que ya lo tenían, era el narcotráfico y también incursionaron en él. De revolucionarios a delincuentes fue el proceso de descomposición putrefacta  de la dirigencia.
Se impulsaron políticas internacionales importantes, estratégicas, como UNASUR, el ALBA, Petrocaribe, para competir en el mercado internacional contra las grandes trasnacionales, mientras en lo local se destrozaba a la industria nacional y la poca producción agropecuaria que existía fue sustituida por la inercia, el despojo  con un discurso infantiloide destrozaron el pequeño parque industrial que existía –(con perdón de los bellos y admirables niños) discurso de una izquierda que confunde las ilusiones y los sueños con lo real o lo que es lo mismo, confunden una cabeza de gallo con una cabeza de perro-  como si fuese posible aliarse sin producción;  reactivando así, en la práctica, la cultura medieval: debemos vivir en un valle de lágrimas para que algún día llegue el reino de los cielos; cultura medieval para el pueblo, dirigido  y programado para los pobres, enajenando su condición de existencia, porque la clase dirigente se apropió  de la república como los nuevos señores feudales. No es casual que el único país que decreció y se empobreció de forma inhumana de la alianza latinoamericana fue Venezuela; y, a su vez, la clase dirigente se encuentra entre los más ricos del mundo.
Obviamente, perder esos privilegios que tienen, como nunca antes en la historia de nuestro país, los conduce a utilizar todas las tácticas y estrategias para no perder sus posición, ayudados por países que les interesa mantener la relación política y económica, por el usufructo de la riqueza que todavía obtienen de nuestra tierra, de nuestro subsuelo.
Como dice el viejo comandante Tupamaro del Uruguay, Pepe Mujica “… a los que les gusta la plata, hay que correrlos de la política, hay que sacarlo a patadas del ejercicio político…” La sentencia lapidaria marca una frontera, clarísima, entre los nuevos señores feudales y el pueblo republicano, pero también entre los aspirantes a ser miembros de la corte que están en la oposición, deseando estar allí, para apropiarse de la mina que se encuentra en nuestra tierra; y si no pueden, se arrodillan, aunque sea para que les den unas migajas, como las meretrices de los reyes. Se les conoce sus agallas también y por eso es necesario partir las aguas en dos, para empezar, sin claudicar, un nuevo momento de la lucha. Derrotado es quien deja de luchar.
No es tiempo de seguir a encuestadoras, ni a los maquilladores de imagen; es tiempo de la política con mayúscula. Es tiempo alciónico, porque de los fracasos se aprende más que de las victorias; es tiempo de creación gustosa. Es tiempo de bajar las voces en los medios y acrecentar las voces en la organización de nuestro pueblo. Es el tiempo que comande la pasión política.
Hay que dejar que las gallinas sigan cacareando en su corral; mientras se empieza un trabajo de base, acelerado y sin descanso, discutiendo, organizando, en los barrios, en los edificios, en las urbanizaciones de clase media y alta, entre los obreros, entre los campesinos, entre las organizaciones civiles, religiosas, estudiantiles, universitarias, entre los partidos políticos que sean capaces de desprenderse de sus medianas y pequeñas visiones de mundo; invitando a intelectuales de cualquier tendencia, porque no hay que pedir carnet cuando está en riesgo la condición humana; convocando sin miedo ni complejo a los industriales, a los empresarios, a los dueños de medios de comunicación, no para que marquen pauta, ni tampoco como pocillos de riquezas, sino para que se unan como iguales, como tiene que ser en la república y que la política sea la brújula en la discusión, en la organización, para preparar y ejecutar una batalla democrática y republicana, sin precedentes, para la liberación y reconstrucción del país.   

  

jueves, 26 de octubre de 2017

VENEZUELA:LIGEROS DE EQUIPAJES

VENEZUELA: LIGEROS DE EQUIPAJES
A los amigos.

Queridos amigos y amigas, escribo lleno de fuego, de pasión política y ligero de equipajes.
Escribo con los brazos en alto, para gritar desde las letras que la experiencia de la libertad es una aventura siempre posible y que tenemos que levantarnos de nuevo, como hombres, como mujeres, como comunidad; que es posible en medio de nuestra máxima dificultad apostar por una sociedad más justa, más fraterna, más humana; que el camino a elegir no es cualquiera, porque la forma de hacerlo y la forma cómo lo transitamos nos configura como personas y como comunidad; vengo a gritar que es posible luchar contra una minoría cuyos bolsillos tienen la marca negra y blanca; blanca de coca y negra de petróleo que resumen las dos fuentes de riquezas de quienes explotan a nuestro pueblo. Les invito a despertar, a tener el coraje de levantarnos y empezar de nuevo.
El asunto crucial no reside en ir o no a las elecciones, tampoco si se coloca una barricada o se tocan cacerolas, mucho menos si es con piedras o con nuestros cuerpos que se enfrenta a los aparatos represivos del estado. El asunto fundamental reside en la fe y la esperanza que se aloja en los intestinos y en los huesos, en la convicción profunda que unidos, sin odios ni retaliaciones pero con determinación, podemos empezar a forjar el futuro en el presente sin discriminación ni exclusión; practicando en nosotros mismos la tolerancia y el perdón, que solo de esa manera podemos encender la antorcha que prenda la llama de la victoria que no es otra que la apuesta por una vida que valga la pena ser vivida en comunidad.
Hermanos, amigos, conocidos o quien me lee, no escribo desde el aire sonoro de las bibliotecas, ni desde la seguridad que ofrece el calor de la familia o desde la certeza de un salario de quince y último… escribo desde la absoluta intemperie, hospedado en el Belén humilde una familia que supo a bien abrir las puertas de su corazón para acoger a un extranjero que salió huyendo, en un exilio forzado, hace ya más de seis meses y que tocó a sus puertas ligero de equipaje.
En estos meses he vivido en una gran universidad, la de la vida en incertidumbre, sin equipajes, sin títulos ni oficio por hacer, donde por momentos he sentido una profunda soledad y abofeteado por la indiferencia hostil de unas autoridades universitaria donde he pasado casi toda mi vida, a quienes les supliqué vía correo y a través de los amigos que por favor, por humanidad, me diesen un aval de mi carrera académica, requisito que me pedían para darme un trabajo en el  único oficio que sé hacer y recibí solo silencio y pasó aquella oportunidad.
Les narro esto no con el afán de generar lástima. ¡Dios me libre! Más bien para graficar mi circunstancia que es infinitamente mejor que la de miles de venezolanos que cruzan la frontera con la muerte tatuada en su mirada, infinitamente mejor que la de aquellos que buscan un bocado de pan para saciar su hambre en la basura, infinitamente mejor que aquellas madres que visten el luto de su hijo muerto por ilusiones perdidas, infinitamente mejor que esos pobres de alma y espíritu que han doblegado su dignidad por el rastrojo de una seguridad circunstancial y, por supuesto, es mejor mi circunstancia que la de tantos ciegos que están apegados a ideas, fórmulas y programaciones que les impiden o tal vez, tienen temor, qué se yo, de abrir los ojos y encontrarse con el rostro ensangrentado y sufriente de nuestro pueblo.
Escribo, justo en el momento, que amigos suplican a las autoridades por mis notas de pre y postgrado, para que pueda revalidar mis títulos y así logre tener un mínimo de seguridad; pero realizo este escrito, poniendo mi carne en el asador, a riesgo, por mis convicciones e ideales que se materializan en lo concreto en la denuncia férrea y sostenida de la corrupción que en mi Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV, condujo al despropósito vergonzante y vil, de destrozar el Centro de Investigaciones Postdoctorales, de la estafa al estado venezolano cuya Alcaldía Metropolitana, dirigida en dos períodos el de Juan Barreto y el de Antonio Ledezma, realizó senda inversión millonaria para el fin que estaba destinada la sede y desde el 2011 de forma exprofesa se dejó deteriorar… cual Judas por treinta monedas… Es una lucha porque tengo la convicción que el saber institucional puede ser una palanca de transformación del país.
Les cuento también la lucha pequeña e insignificante que me ha tocado librar, para decirles que el reto que tenemos como pueblo es infinitamente superior, que mi experiencia de lucha es una bobería frente a la batalla que debemos librar como pueblo, pero que ni las pequeñas ni las grandes batallas, se pueden realizar sin despertar, sin creer que es posible; sin creer en los que nos decía ese gran maestro y poeta, Aquiles Nazoa, creer en los poderes creadores del pueblo. Quedarse callado, doblegarse, ser indiferente, es asumirse como un cadáver ambulante en medio de la podredumbre. La resurrección está en nuestras entrañas.
Ligero de equipaje es una expresión que leí de un sacerdote indio, Anthony De Mello, quien afirmaba que el que piensa como marxista, liberal, cristiano, musulmán, budista o judío, no piensa sino que la ideología o la religión lo piensan; que el asunto es despojarse de bienes, de esas tradiciones teóricas o religiosas, de los odios y de las venganzas, y abrir los ojos como niños, para lanzarse a vivir la experiencia de la libertad en la vida ordinaria.
La imagen y consigna del sacerdote jesuita indio, puede parecer una prédica de un místico sin sentido político, pero…. Léase bien…. Pero HOY… en nuestra América Latina, ligero de equipaje, es la consigna política que proclama y resume como lema de vida,  de su vida… reitero, hoy, es la consigna de uno de los expresidentes que han dado un testimonio fundamental a propósito de qué trata el ejercicio político, la pasión política, se trata del anciano campesino, uruguayo, revolucionario y militante del amor y la felicidad, que se llama José “Pepe” Mújica, inspiración fundamental para nuestro pueblos latinoamericanos.
Hermanos, ando ardiendo en fuego y vengo asumiendo en mi cuerpo, en mis intestinos, la consigna política de lucha, ligeros de equipajes para transformar nuestras vidas y la vida de nuestro pueblo. Encendamos la esperanza, celebrando las diferencias, con una guerra sin cuartel contra la indiferencia, la apatía, la desesperanza pero sobre todo contra la opresión y el terror. Valga, mi mensaje y llamado a mis amigos, a mis compañeros de camino y a los compatriotas que siguen apostando por una vida mejor.


martes, 24 de octubre de 2017

EVALUAR, REFLEXIONAR PARA CONFRONTAR

EVALUAR, REFLEXIONAR PARA CONFRONTAR
Jonatan Alzuru Aponte
Quienes sosteníamos, desde julio, que la línea política de Henry Ramos Allup era errada y que nos iba a conducir a una situación peor que antes de las protestas de este año, podemos actuar de forma prepotente en las actuales circunstancias. Aunque la actitud es humanamente comprensible no contribuirá en nada políticamente hablando para seguir en la lucha contra la dictadura.
Igualmente, la decisión desacertada y terrible, por parte de los gobernadores electos de Acción Democrática al legitimar la Asamblea Dictatorial Constituida, nos puede conducir a una situación de malestar, angustia y depresión que paraliza la acción política. Incluso, la evaluación de sus desaciertos, la manera y forma de abordar tales actos pueden generar más divisiones, más fracturas, más dolor y en definitiva, se maximiza el clima de desconsuelo que le interesa a la dictadura para consolidarse y perpetuarse.
De lo anterior se desprende que es vital, pensar, reflexionar no tanto en los otros sino cómo cada quien, persona u organización, enfrenta la situación para rearticularse, para seguir en la lucha, para no estancarse. Es un momento crucial para trabajarnos como sujetos. Dependerá de la forma y manera cómo cada dirigente aporte desde la sindéresis, la calma y el autonanálisis para saber cómo seguir en la lucha.
Es necesario evaluar para aprender de los errores y no para quedarse, inútilmente, en un rosario de culpas. Es urgente digerir lo que sucede para salir del clima de desesperanza que inunda los huesos de cada venezolano. Esa situación de nuestro cuerpo social es el perfecto para que se consolide la dictadura. Tomemos antibióticos para la cura de nuestra enfermedad como pueblo para recuperar la sanidad y enfrentarnos con fuerza a la dictadura con disfraz de democracia que va en camino a su consolidación con pretensión de eternidad, si no actuamos con prudencia, honestidad, fortaleza y valentía en las actuales circunstancias.
La situación actual supone reconocer antes que nada que el gobierno y su Asamblea Dictatorial Constituida, se han consolidado y tienen un refrescamiento de legalidad. Eso clarifica a quién nos enfrentamos.
Como las tácticas y estrategias en política, así como en los deportes,  se miden por los resultados y por sus procedimientos, sin lugar a dudas, las formas y manera de estructurar e implementar las decisiones a partir de la fractura de la unidad, en Julio, fue errada y es absurdo valorarlo de otra manera. 
El viraje que se hizo de protesta e insurrección a elecciones sin protesta ni insurrección, fue un desacierto mayúsculo, acompañado del conjunto de decisiones previas como realizar acuerdos y negociaciones tras bastidores o dejar que el gobierno jugara con el cambio de condición de nuestros presos de cárcel a casa a su antojo, son elementos a evaluar. Los resultados están a la vista. Cada vez que se está en una situación crítica, el gobierno hace un movimiento con la intención de sorprender y la oposición en vez   de seguir la línea que se traza, se desarticula con el movimiento del gobierno. Esto ha de evaluarse, para no tropezar con la misma piedra.
Ahora bien, estamos en la peor crisis social de la historia de nuestro país como mínimo del siglo XX y de lo que va del presente. Basta un dato para colocar el paisaje claro, el mejor salario de un profesional de clase media está en el orden de 10 dólares, el de un docente universitario oscila entre cinco y seis dólares y un cartón de huevos y un kilo de carne cuestan dos dólares. El hambre es descomunal. Los pobres están en la peor miseria de su historia.
Sin embargo, tal situación no genera un estallido social porque la dictadura ha utilizado, de forma eficiente, el hambre como mecanismo de opresión, articulado a políticas económicas y sociales para que la sobrevivencia dentro del campo de concentración que es Venezuela dependa del sometimiento a su voluntad. De allí que una situación favorable para la protesta e insurrección, es al mismo tiempo, la mejor condición para la opresión. Esto hay que evaluarlo con suma delicadeza porque depende de la interpretación que se realice es para que se pueda construir formas de lucha.
Un paso fundamental en las actuales circunstancia es escuchar a las comunidades organizadas, a las organizaciones civiles, al pueblo, tratando de combatir a todo dirigente cuya miopía lo conduzca a echarle la culpa al pueblo. También es una etapa dura porque implica deslindar con aquellos que han legitimado a la dictadura este es un paso imprescindible para recuperar la credibilidad. Y los que hayan cometido errores pero que desean continuar en la lucha, la única exigencia será su testimonio.
Ojalá que quienes se entregaron servilmente a la Asamblea Dictatorial Constituida, reflexionen, piensen en sí mismos, en su historia, en sus familias, en sus hijos, se visualicen en el mediano plazo y sean capaces de pensar en el ejercicio de poder en grande, trascendente, en la trasformación de Venezuela y con valentía se autocritiquen y sean capaces de ofrendar sus vidas por Venezuela, de lo contrario, no es posible conciliar ni un ápice con ellos y el deslinde no solo debe ser con ellos sino con la línea que ha impulsado Ramos Allup que fue acatada no solo por su partido sino por el grueso de la Mesa de la Unidad. Este paso será el más dramático pero la operación del tumor es vital para la cura.

La conciencia que la dictadura no caerá sin protesta e insurrección articulada al movimiento político internacional es un horizonte que no se puede sacar de la ecuación, más bien es la primera certeza para empezar el trabajo urgente que requiere el país. 

lunes, 25 de septiembre de 2017

CRISIS, FRACTURA ÉTICA Y SALIDA POLÍTICA

CRISIS, FRACTURA ÉTICA Y SALIDA POLÍTICA
Jonatan Alzuru Aponte

Hay que votar en las regionales, listo. El gobierno y la oposición se vuelven a encontrar. Se han reunido de forma abierta y clandestina, sin ningún resultado para la población, a lo sumo beneficios parciales a individualidades, casa por cárcel o régimen de presentación. Los puntos de la agenda por parte de la oposición hasta ahora, al parecer, son los mismos o, por lo menos, es lo que se escucha. Todos importantes y valiosos. Pero esperemos que no se limiten a los puntos que se planteaban incluso antes de marzo del presente año y el debate arranque por la raíz. En la situación actual, un acontecimiento estructural, de raíz, es la Asamblea Dictatorial Constituyente. Asumir ese acontecimiento como que no pasó nada sería un ingrediente más al deterioro ético que cada día sufrimos los venezolanos, vivan en Venezuela o en el exterior.

Un éxito, sin duda alguna, del gobierno ha sido el deterioro ético de nuestro pueblo, de nuestras instituciones; es un éxito porque al deteriorar éticamente a una población se domina con mayor facilidad por un lado y, por el otro, genera las condiciones para una corrupción generalizada que imposibilita, ata de manos, en las negociaciones a aquellos que los adversan.

El vocablo ético alude, en nuestro contexto, a la eticidad sustancial, dígase, a las costumbres, hábitos, formas de actuar en la vida ordinaria de los sujetos entre sí, de los sujetos con las instituciones, de las personas en las instituciones y de  la forma cómo las instituciones se relacionan entre sí y deciden asuntos que afectan para bien o para mal a los ciudadanos.

El deterioro de los servicios básicos agua, luz, gasolina, aunado a la falta de alimentos y medicinas, de forma sistemática y sostenido en el tiempo, tiene el efecto social que lo ciudadanos, las personas, empezando desde los sectores más pobres hasta las clases altas, empiecen a vivir tratando de sobrevivir. Es una lógica de campo de concentración generalizada políticamente. Esto significa que la población lucha por satisfacer sus necesidades básicas, al existir pocos bienes y servicios, la vida ordinaria se transforma en un campo de batalla de todos contra todos, para alcanzar el mínimo bien para satisfacer las mínimas necesidades y sobrevivir.

La sobrevivencia pasa desde comer en la basura, acaparar comida y ser incapaz de compartirla ni siquiera con un familiar, irrespetar la fila y colocarse por encima de los demás, donde venden comida o medicinas, maltratar al hijo porque comió un poco más de lo que se establece para todos como lo mínimo, vender el cuerpo por un poco de comida hasta robar al vecino, al amigo, a la familia, medicinas, alimentos o bienes para comprar lo mínimo.

En términos de la teoría política clásica tal situación se describe como el estado de naturaleza.  Ese estado de guerra de todos contra todos, se replica en aquellos que tiene algún tipo de poder o status social, de allí que el clima se hace propicio para corromperse, venderse. Cada quien lucha de cualquier manera para sobrevivir individual y, de tener posibilidades, comunitariamente, privilegiando a sus familiares y amigos más cercanos. Mientras se prolonga en el tiempo tales prácticas, el deterioro institucional y la descoyuntura social es mayor.  La cohesión social y los valores para una mínima convivencia, se deterioran. Esa guerra en la vida ordinaria produce una desconfianza de todos contra todos. Esa es la mejor condición para que los déspotas consoliden su poder.

Aunado a lo anterior, la falta de una ética normativa institucional mínima, maximiza la arbitrariedad de las personas. “Hago lo que me da la gana porque sé que no existe sanción”. Y toda sanción que exista dependerá no de los actos, sino de la solidaridad mecánica o no que se tenga con el poder. De allí que un corrupto se siente a sus anchas, si y solo si, está con el poder. Eso que sucede en el ámbito político se replica en todas y cada una de las instituciones de nuestra Venezuela. No importa la arbitrariedad del director de un colegio, de una clínica, de una universidad, de un partido político, de una asociación civil, de un condominio y, a veces, hasta de una comunidad religiosa, porque al final de las cuentas todo sigue, todo es válido, todo se olvida, nada se sanciona; porque en un estado naturaleza lo que importa es la sobrevivencia.

El cálculo político actualmente no se trata de abstención o votación. Esa discusión es verdaderamente pedestre; tampoco de negociación, diálogo o no. Son falsos dilemas. Se trata de cómo utilizar todas las formas de luchas ciudadanas, comunitarias, articuladas con los países aliados internacionalmente para impedir que el gobierno se mantenga en el tiempo y de cajón votar forma parte del equipaje.
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Una política planteada como “paso a paso”, no solo generan más muertes, no tan escandalosas como en las protestas, porque los muertos por el hambre y por la falta de medicinas no llenan titulares como héroes sino que se representan en cifras sin biografías, sino también, produce una situación que cada vez se hace más compleja de revertir, el deterioro de la eticidad.  Además, el deterioro de la eticidad  es directamente proporcional a la probabilidad de permanencia de la dictadura, a mayor deterioro, mayor probabilidad de permanencia en el ejercicio del poder del déspota. Por lo tanto, es imprescindible recortar el período presidencial de Maduro. Obviamente, una negociación que tenga esa finalidad no se logra, ni siquiera es posible plantearla en la mesa de diálogo, sin no existe una fuerza que respalde esa propuesta;  la fuerza de los negociadores la posibilita la ingobernabilidad del país, aunado a la presión internacional.

Toda negociación que no tenga ese punto en la agenda, lo que hace es maximizar el tiempo de estadía del gobierno en el ejercicio del poder.

La ingobernabilidad se logra a través de la protesta y la insurrección; esa fuerza es la que permite una negociación porque minimiza, por supuesto la asimetría entre el gobierno y la oposición.

Para detener mínimamente la descomposición ética se requiere que dentro de las instituciones, en los partidos políticos  y en las comunidades,  hombres y mujeres, sean capaces de asumir con coraje, prudencia,  honestidad, pero sobre todo con  valentía, no solo denunciar a los opuestos, sino a cualquier aliado, amigo, familiar cuyas acciones contribuyan a ese deterioro; sin limitarse a la denuncia sino que se produzcan prácticas ejemplarizantes para la ciudadanía, para las instituciones, para la sociedad, los delitos no tienen por qué asimilarse, son responsabilidades individuales y tienen costos; peor que el silencio es la falta de decisión para corregirlos. No hacerlo es contribuir a la configuración de una sociedad de cómplices; es como permitir la expansión de la podredumbre. Dice el adagio popular: “prefiero solo que mal acompañado”.

Testimonio ético, protesta, insurrección, negociación y elecciones es una ruta que apuesta a menos muertes, menos sangre y menos sufrimientos para los venezolanos. Y se transforma en piedra angular para una reconstrucción de nuestra sociedad, sin exclusiones ideológicas, en unión nacional desde la diferencias sociales, políticas, y religiosas. .



lunes, 11 de septiembre de 2017

DETENGAMOS LA MUERTE ANUNCIADA

DETENGAMOS LA MUERTE ANUNCIADA
Jonatan Alzuru Aponte

A veces, leerse en el tiempo, contrastar las hipótesis que se tenía con la realidad y acertar, no provoca la satisfacción que como estudioso de la sociedad cualquiera puede imaginar; más bien producen dolor, congoja e impotencia. El 6 de agosto escribí sobre dos posibles escenarios. El primero desconocimiento radical del gobierno y todas sus instituciones, incluyendo al CNE, asumiendo como formas de lucha, la protesta y la insurrección, tensando la cuerda hasta un límite donde el gobierno dada la ingobernabilidad y la presión de calle, aunado a la presión internacional, negociara unas elecciones presidenciales.

La segunda alternativa era la tendencia que fue liderada por Henry Ramos Allup, asumir la ruta electoral sin protesta ni insurrección; sino  paso a paso. Camino que conduciría a una fractura de la oposición, una desarticulación del movimiento juvenil, abstención electoral y, una postergación de la confrontación para conquistar Miraflores.


El 27 de agosto, asumiendo que había tendencias que buscaban una vía intermedia donde se unieran el trípode, protesta, insurrección y elecciones, hice un llamado al liderazgo juvenil para que protagonizaran esa vía que es distinta al paso a paso que ha venido planteando el Secretario General de Acción Democrática y sentía que con más fuerza se iba imponiendo dentro del seno del liderazgo opositor.


La realidad del 11 de septiembre.
Suspensión de la protesta desde finales de julio. Tampoco han existido estímulos, testimonios contundentes de la dirigencia que se transformen en la levadura del movimiento popular. La línea ha sido lo contrario.  Por lo tanto, un desplazamiento sin tiempo para que se produzca una coyuntura insurreccional; quedando como único camino el electoral. Imaginando que un gobierno como el que preside Venezuela -que no posee ninguna ideología, ninguna visión de mundo, sino es una organización mafiosa y déspota que tiene como único fin conservar el poder, enriquecerse y explotar a la sociedad marginalizándola- fuese capaz en algún momento de entregar el poder por vía electoral.  Imaginando que aquello que Capriles decía, en todas las manifestaciones, que se estaba en la calle porque se habían trancado todas las puertas y posibilidades;  ahora, gracias a la magia de algunas negociaciones ocultas que se hicieron en julio y con una legitimación de la Asamblea Dictatorial Constituida, es posible que en el 2018 entreguen el poder.

Mientras la dirigencia camina en esa ficción, liderada por Ramos Allup, se realiza unas primarias de forma ordinaria como si en el país no sucediera nada. Obviamente, la abstención fue brutal. Pero ciegos, sordos y no mudos, porque hablan, la dirigencia de la MUD, ahora sostienen que eso no quería reflejar una fuerza electoral, aunque la estrategia, exclusivamente, que se han planteado fuese electoral.

Esta crónica de una muerte anunciada es rescatable, porque las condiciones sociales, económicas y políticas no solo no han cambiado sino que el despotismo se ha profundizado. Basta decidir entre el camino que traza Ramos Allup, paso a paso electoral, que, por cierto, en términos de sus aspiraciones de migajas, sin transformación de raíz, le ha dado resultado a su partido y la decisión mayoritaria, la de  millones de venezolanos que apostamos a un cambio radical del gobierno, ratificada el 16 de julio, esto significa desplazar a Maduro del Poder, a través de la protesta, la insurrección y lo electoral.



sábado, 9 de septiembre de 2017

OJALÁ

OJALÁ
Jonatan Alzuru Aponte

Ojalá que la cúpula de CLACSO (El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales) fuesen intelectuales de izquierda, tuviesen una mirada materialista tanto de la historia como de las realidades latinoamericanas y, sobre todo,  la venezolana; y no, como lo son, unos conservadores de un idealismo trasnochado cargado de conceptos que se desvanecen en el aire, a favor de la explotación del pueblo venezolano.

Ojalá es un documental biográfico de producción cubano-española, realizado en el 2012, donde se reconstruye la vida del cantautor cubano Silvio Rodríguez, uno de los fundadores de la Nueva Trova Cubana. En él, Silvio Rodríguez para graficar  cómo las condiciones materiales de existencia pueden transformar las visiones del mundo “de manera peligrosa”, sobre todo, para aquellos artistas que como él, que son íconos de la revolución. Coloca un ejemplo muy práctico. Relataba cómo fue el impacto de pasar  en la vida diaria, de esperar a que llegue el agua y cuando llega calentarla para bañarse con una olla,  hasta abrir la regadera en un hotel y sentir el agua caliente; en la entrevista dice el trovador,  que a partir de allí puede comprenderse lo que le puede suceder a un artista; la intención en el documental era  mostrar la fortaleza que deben tener los revolucionarios para asumir la vida en la patria, bloqueada por décadas, y no transformarse en un traidor que busca aguas calientes en otras tierras.

El gobierno de Maduro comprendió bien esa lección del pueblo cubano, fundado en aquella premisa de Marx que las condiciones materiales de existencia determinan la conciencia social. De allí que se dedicó a transformar las condiciones materiales del pueblo. Pero no nos escudemos en abstracciones; valga un botón de la vida diaria de los venezolanos. Venezuela es unos de los países del continente con más riqueza hídrica, teniendo una de las plantas hidroeléctricas, en una época, más moderna de América Latina, el Guri con capacidad para dar energía a otros pueblos. Los servicios de agua y luz están en manos del gobierno; no tienen competencia privada, ni es posible que los traidores vendidos al imperialismo yanqui decidan sobre ella, ni la perturben de forma permanente durante cuatros años; sin contar con la cantidad de represas existentes en todo el país.  Los explotadores del pueblo, transformaron a Venezuela, sin embargo,  en cuatro años en un país que pareciera que fuese limítrofe con el desierto del Sahara.

Los que viven, por ejemplo, en la ciudad capital, en los Chaguaramos, en sus colinas, muy cerca de la Universidad Central de Venezuela, zona que antiguamente formaba parte clase media, habitada por profesionales, pequeños y medianos empresarios, nos habituamos a la práctica que describe Silvio Rodríguez, un racionamiento de agua permanente, puedes abrir el grifo dos días a la semana, del resto estas en el Sahara. Aunado a esa práctica social, se suma la crisis alimentaria y de medicamentos, provocada de forma exprofesa al expropiar industrias, haciendas productivas, cadenas de supermercados y arruinarlos; eso ha tenido por objeto que la población se transforme en aquello que aprendió el joven Marx de su maestro Hegel, en esclavos, cuya fórmula de existencia la resume el filósofo del idealismo en alemán en: “Dormir, vivir, ser funcionarios”. Lo que Marx llamó el trabajo enajenado. Trabajar para vivir en una condición material mínima, muy semejante a la existencia de los animales que no son capaces de transformar el entorno sino que se adaptan, para alimentarse, guarecerse de las tempestades hasta morir. Y, como bien saben los explotadores del poder transformador del ejercicio intelectual, entonces, acompañan esa trasformación de las condiciones materiales de existencia con una política sistemática para arruinar a los centros de producción del conocimiento, proletarizándolos, un profesor universitario gana entre 15 y 20 dólares mensuales. Obviamente, esa política de proletarización de la clase media, conduce a las clases bajas a una transformación galopante en marginales, lo que Marx llamaba el lumpen que dentro de la teoría de Marx estaban imposibilitados para cualquier transformación social.

Ojalá que los científicos sociales de la cúpula de CLACSO, salieran de sus acomodados y antisépticos laboratorios abarrotados de papel, letra y de  aldea global; ojalá se despeguen del televisor y sus canales TvSur o CNN y decidieran dar un paseo no como investigadores, eso es demasiado pedir, por lo menos, como turistas a Colombia, caminen las calles de Cúcuta y observen las plazas, el terminal de pasajeros, sus calles y podrán palpar, observar y si tienen afán, hasta puede entrevistar a cientos de familias venezolanas viviendo a la intemperie; no es el éxodo del burgués, sino de aquellos que ya no pueden ser funcionarios, no pueden dormir tranquilo y les cuesta sobrevivir en su patria. Visiten la iglesia La Dolorosa, dirigida por los sacerdotes Sclabrinianos, que atienden diariamente a 200 venezolanos en condiciones de miseria y abrieron un pequeño comedor para 60 niños, acompañen a los de Caritas a repartir las 5000 comidas diarias a las familias hambrientas de Venezuela, caminen por la invasión “La fortaleza”, donde hay familias de colombianos retornados, familias mixtas y venezolanos sobreviviendo que son atendidos por el Centro Misionero cuya comunidad religiosa, mantienen un comedor  a partir de las donaciones que le dan los pequeños comerciantes de Cúcuta. Si hacen el recorrido papal, verán replicada esa realidad.

Ojalá que los intelectuales de CLACSO asumieran la famosa tesis once sobre Feurebach de Carlitos Marx: “Los filósofos (– esos ascéticos, los científicos sociales, como diría Nietzsche-) no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.”


Ojalá que aquello que no comprenden los de CLACSO, pueda ser un motor del pueblo venezolano y que la transformación no dependa de una verdad revelada en la Biblia Constitucional,  sino en el compromiso solidario con los más pobres entre los pobres, para desterrar de Venezuela, el hambre, la miseria y la opresión, éste es el mandamiento del amor, como canta el sacerdote venezolano Miguel Matos SJ. 

sábado, 2 de septiembre de 2017

PROTESTA, INSURRECCIÓN Y ELECCIONES PARA CONQUISTAR MIRAFLORES

PROTESTA, INSURRECCIÓN Y ELECCIONES
PARA CONQUISTAR MIRAFLORES
Jonatan Alzuru Aponte

Existen las condiciones objetivas para la protesta,  la insurrección y el voto masivo contra cualquier candidato del régimen; por los altos costos y la escasez de los alimentos y las medicinas, por el deterioro del sistema de salud pública, por la imposibilidad de tener acceso a la información, por el cierre de los medios de comunicación, por la represión masiva y sectorizada, por la violación de los derechos humanos de forma sistemática, por la galopante corrupción, por la delincuencia organizada desde el estado, por la no separación de los poderes, por las toma de decisiones autoritarias, por la constante violación a la constitución, por el empobrecimiento galopante de los ciudadanos y el enriquecimiento de la clase gobernante, entre otras características, totalmente medibles, verificables, cuantificables.

Sin embargo, las condiciones subjetivas están disminuidas: no hay deseo de confrontar con distintos tipos de formas de lucha, ni de organizarse, ni de participar activamente en movimientos, organizaciones o partidos políticos que confronten al régimen;  eso muestra que en el ámbito práctico se tiene una autocomprensión de que no nos sentimos capaces de vencer a los gobernantes; producto obviamente, del conjunto de desaciertos de la dirigencia que se cometieron en la última quincena dentro de los cuatro meses de protestas y en los días posteriores. Las condiciones subjetivas disminuidas de nuestro pueblo se perciben en su repliegue y en el deseo de abstenerse en las elecciones, en los momentos actuales.

Es una tarea de la dirigencia transformarse en la levadura, en la sal, en la luz, que saque de ese estado a nuestro pueblo. Para ello se deben realizar prácticas, acciones políticas, que tengan como fin potenciar las condiciones subjetivas para que se articule la protesta, la insurrección y el  voto masivo, sea en el momento que sea, contra el gobierno.

En el foro realizado en la UCAB, por ejemplo, Freddy Guevara propuso una manera de abordar las citaciones que realice la Asamblea Dictatorial Constituida que podría ser una práctica exitosa, para generar las condiciones subjetivas de trasformación de la sociedad.  El Vice- Presidente de la Asamblea Nacional propuso desobedecer todo llamado de la Asamblea Dictatorial, no asistir a ninguna citación. Tal acción le implicaría a los diputados citados que, seguramente, tendrían que asumir la clandestinidad, pero esa decisión podrían acompañarla con fuertes mensajes en videos, a través de las redes sociales, en el orden ético, como testimonio de la apuesta por la transformación; por ejemplo: que NO es digno de un ciudadano dirigirle la palabra a los dictadores y que si se trata de dar buenas razones y argumentos de sus acciones, solo se las darían al pueblo; asumiendo, por supuesto, todas la responsabilidad pública de las acciones que han dirigido, todas la formas de lucha que se hicieron durante los cuatro meses, pero también, asumiendo las decisiones actuales y, de forma, articulada con sus organizaciones, convocando al pueblo a la protesta.

Por el contrario, asistir a las citaciones de la Asamblea Dictatorial podría ser una acción racional y políticamente también correcta, con la finalidad de ejercer la defensa frente al poder, pero tales acciones en un contexto donde no existen condiciones subjetivas para la insurrección, simplemente, se transformarían en una práctica jurídica de rutina; no desmejora lo existente, pero no contribuye a fomentar el clima de protesta e insurrección necesario para conquistar el gobierno, Miraflores; con el agravante que la decisión por parte de la ADC, sería la misma que en el primer caso.

Para conquistar el gobierno central en un mediano plazo se hace indispensable, por un lado, no cometer los errores pasados y por otro lado, innovar en prácticas que coloquen en tensión al gobierno en la medida que se desafía a su autoridad.  Expresado en los términos clásicos de la lucha, la única forma de generar las condiciones subjetivas de un movimiento insurreccional es que la dirigencia se transforme en la vanguardia de la lucha contra el poder.

Es indispensable que la dirigencia asuma tal papel en el corto plazo para enrumbar y enderezar de forma articulada la lucha. Maximizar prácticas como la ejemplificada en distintos órdenes, en distintas circunstancias y con un horizonte común, podría ser un camino idóneo para transformar el voto, la práctica electoral, en otra forma de lucha; tal como lo postuló Andrés Velásquez, cuando dio el anuncio que la MUD participaría en las elecciones regionales.  

Realizar elecciones en la condiciones actuales, aun ganando la mayoría de las gobernaciones, en términos de la batalla fundamental, retrocedemos porque se transformarían en una práctica normal, propia de cualquier sistema democrático que es independiente del contexto de crisis que vivimos; tal normalización posterga la posibilidad del cambio, en la misma medida que el gobierno avanza en la preservación de su poder. Obviamente, si el gobierno  hace un fraude masivo, las condiciones de subjetividad podrían variar de la noche a la mañana, pero eso sería apostar no solo al azar, sino a la torpeza de quienes detentan el poder y, por los resultados que hemos tenido durante estos años es evidente que aunque no acrecientan su poder para gobernar y, por el contrario, han perdido todo apoyo popular; saben cómo conservarlo. Han sido exitosos en esto. Esa constatación fáctica es indispensable para trazarse los objetivos a corto, mediano y largo plazo en el terreno de la lucha contra el poder central, cuyo camino es una articulación entre protesta, insurrección y participación electoral.


jueves, 31 de agosto de 2017

EVALUAR PARA CONQUISTAR EL PODER

EVALUAR PARA CONQUISTAR EL PODER
Jonatan Alzuru Aponte


La represión del gobierno puede ser la chispa que se necesita para encender la pradera. Porque todos sabemos, hasta el gato, que este gobierno no entregará la presidencia por una vía electoral solamente; de allí que la salida cívica es una  combinación de protesta masiva, con insurrección y elecciones; para articular el trípode es indispensable evaluar la forma cómo se dirigió la protesta reciente para detectar los errores, con la finalidad de no volver a cometerlos.

Los errores pueden transformarse en un manantial de sabiduría práctica para acertar en la vida, para lograr los objetivos políticos, se pueden transformar en una condición para el éxito.  

El problema de la oposición en Venezuela no reside en el cambio de táctica de 350 a participación electoral o de 350, desobediencia civil, a una táctica combinada entre desobediencia y elecciones; sino que cometió un conjunto de errores que son delicados porque maximizan la incertidumbre, desorientan y, sobre todo, fracturan la confianza, no solo en la dirigencia sino en la potencialidad como pueblo para luchar contra la dictadura.

Es importante estudiarlos no para lamentarse, ni para realizar una inquisición, sino con un objetivo práctico, precisarlos para no cometerlos nuevamente, para saber cómo luchar, porque la meta es desplazar a la dictadura y tomar el gobierno para transformar esta barbarie.

Un  entrenador deportivo, sabe que los errores del deportista son la fuente de estudio para que él mismo se supere y lo ejercita para que no los vuelva a cometer y, obviamente, replicará, maximizará, aquellas prácticas que fueron exitosa.

El tipo de error que evaluaremos es independiente de la táctica política que se asuma o de la forma de lucha que se decida. Es decir, es independiente que sea  trancazo, paro general, movilización, confrontación con piedras o participación electoral.

En toda batalla, como en todo juego, el fútbol, por ejemplo, el general o el entrenador, en medio del fragor y dependiendo de los resultados, hace cambios en la forma de confrontar desde sutiles hasta bruscos y el equipo permanece amalgamado o el batallón, porque confían en su director, en su general, porque con ese cambio, se gana la batalla o el juego.

Los errores que graficaremos son de otro orden, aquellos que conducen a la fractura de la fuerza del movimiento de masa,  no cumplir con lo prometido sin explicar por qué no se pudo, comprometerse con algo que nadie sabe qué es, porque nadie explica;  errores que tienen en común que el venezolano de a pie, no puede discernir, no puede evaluar si se hizo lo correcto o no, simplemente porque está desinformado, por un lado y por el otro, la única información proporcionada que posee, lo conducen a pensar en un sentido opuesto a la dirigencia.

Daré ejemplo extraídos de los cuatro meses de lucha que vivimos.

1.- La MUD elaboró un extraordinario documento, un programa mínimo de gobierno, para un gobierno de unidad nacional con la metodología a seguir para el nuevo gobernante.  Éste es un asunto de fundamento. Nada dijeron  si se aplazó o no; por qué se desechó o qué cambios le harían. Simplemente se ignoró el asunto.

2.- Un asunto metodológico: La tercera pregunta de la consulta del 16 de julio. ¿Por qué no se realizó lo aprobado? Nadie de la dirigencia ha asumido la responsabilidad de explicarnos por qué no se hizo, más allá que usted este de acuerdo o no con la explicación. ¿El error? un vacío argumental del por qué no se cumplió con lo prometido.

3.- Un problema en la forma de lucha: ¿por qué se suspendió la toma de Caracas y variaron a trancazo? Nunca lo explicaron. Una movilización como la planteada en medio del calor de la confrontación, implica recursos, tiempos para organizar… toda una logística que los movimientos sociales que seguían a la MUD y no necesariamente siguen a ningún partido, quedaron desorientados. Vacío de información; nadie asumió la responsabilidad para explicar el cambio en la forma de lucha, justo en la semana decisiva y era decisiva porque la dirigencia prometió transformar el 16 de julio en el hito histórico del cambio. Por eso ése cambio, de movilización a trancazo, había que explicarlo.

4.- Un asunto ético político: si se nombró a un TSJ y el gobierno empezó a perseguiros, ¿Por qué la Asamblea, quien fue la autora intelectual, no asumió la responsabilidad frente al gobierno de sus nombramientos?  Y por qué se les dejó solos.  Falta de compromiso con lo que se decide. No hubo alguien que asumiera el compromiso con lo realizado, “yo o nosotros, asumimos la responsabilidad del acto y no son responsable los juristas elegidos.”, por ejemplo.

5.- En el plano de las estructura de decisiones, Antonio Ledezma realizó una denuncia pública diciendo que se dio una mesa de diálogo entre el gobierno y la oposición, tras bastidores, donde no fueron los dirigentes máximos quienes asistieron sino cuadros medios. Nadie ha asumido la responsabilidad de esa decisión ni explicado cuál fue su sentido. Es decir, se hicieron compromisos, ir a una mesa de diálogo, a espalda del movimiento de masas, independientemente que llegarán a acuerdos o no.

6.- En la dirección del conflicto, hasta el cansancio nuestros dirigentes pidieron que los militares se pronunciaran. Se pronunciaron uno que otro, otros hicieron unas acciones. ¿Qué dijo el liderazgo frente a eso? ¿Estaban de acuerdo? ¿No había que hacerlo de esa forma…? ¿Se les pide que lo hagan de otra manera? ¿El error? Ausencia de dirección a la fuerza militar que se convoca.

7- Con respecto a cómo se enfrentará la lucha, la táctica: No le dijeron a la población enfrentaremos lo primero la Asamblea Nacional Constituyente y asistiremos a lo segundo, las elecciones regionales, en su momento oportuno, cuando el CNE propuso ambos eventos. ¿El error? Dar la información a destiempo.

Con esos tubazos, esos sendos errores, la población quedó desorientada, no ha podido digerir las decisiones, no por la racionalidad del cambio sino por la irracionalidad de los silencios y de las incoherencias; la multitud hizo un repliegue de sobrevivencia.

Lo común en lo diverso, de los errores graficados, reside en el vocablo responsabilidad, para dar cuenta de aquello que se prometió y no se pudo hacer o no se hará; responsabilidad con las decisiones tomadas. Responsabilidad es responderle, explicarle al movimiento de masas, porque se actuó de esa forma y no de otra.  Expresado de otra manera: coherencia entre el discurso y la acción.

La honestidad en política en la dirección de un movimiento de masas, no reside en un discurso que afirma “soy honesto”; ese tipo de discurso tiene el efecto contrario, porque implícitamente se descalifica al aliado. La honestidad es un ejercicio responsable con lo prometido, bien que se logre o no la promesa. En Venezuela hay un ejemplo muy práctico, paradigmático, de un fracaso con lo prometido, pero que asumido responsablemente generó un cambio político: Cuando Chávez fracasa en su intento de golpe, asume la responsabilidad de su acción y afirma que “por ahora no se lograron los objetivos”.
Ahora bien, una decisión no prometida, pero que es necesaria,  debe ser  explicada combinado la prudencia para no fracturar con la palabra y la fortaleza, para saber cuándo y cómo deslindarse de lo programado porque se sabe que se tiene la capacidad de ganar el partido o la batalla, asumiendo siempre las consecuencias de los actos. Como cuando Maradona se arriesgó a meter el gol con la mano a Inglaterra, transgrede para potenciar.
Quien se deslinda es para generar una cohesión mayor o para impulsar un movimiento que dé fin con la dictadura porque se capaz de ello; deslindar para debilitar es errado, como también lo es, seguir la corriente aunque se sepa que nos lleva al despeñadero. Allí hay un término medio que no siempre es obvio. Y eso no lo define la teoría, sino el olfato político, la práctica, la intuición, acompañado de la buena fortuna.

De Cara al presente. Para la conquista del poder.

La Asamblea Nacional apoyó las decisiones de Trump y el gobierno los sancionará, enjuiciará, según han anunciado, tal acto puede ser el talón de Aquiles del gobierno porque, tal vez, podría ser el momento oportuno para que empiece un nuevo momento de confrontación, se encienda la pradera.

La unidad no es un discurso, es una necesidad práctica. María Corina y Ledezma, Vente Venezuela y Alianza Bravo Pueblo, demostrarán su capacidad política si son competentes para aliarse nuevamente o para dirigir una nueva alianza donde arrastren a los otros en esta nueva etapa,  pero si siguen danzando solos,  serán testimonio del por qué nos hundimos aunque, paradójicamente, su decisión en términos de coherencia con lo propuesto el 16 de julio, política y  éticamente,  haya sido ejemplificante en un  momento, por cierto,  quien escribe la subscribía….

Esa decisión que deben asumir en este momento, responde una razón práctica no teórica; del gobierno no salimos, si no existe unidad; no solo unidad con los clásicos de la MUD, con  los opositores que no se identifican con la MUD, sino también con el grueso del chavismo antimadurista.  En este sentido, es digno de resaltar la variación que ha hecho Ramón Muchacho quien afirmó que de estar en Venezuela haría campaña en Miranda, pero auparía la protesta de calle…

Finalmente, para enfrentar a los déspotas reunidos en la Asamblea Dictatorial Constituida es vital maximizar la  voluntad de poder con sentido de trascendencia; quien actúa de esa manera jamás negocia miserias. 

Quién tiene sentido de trascendencia toma las decisiones siguiendo la regla de los antiguos romanos, el pasado ya pasó y es inmodificable, el futuro solo es incertidumbre, la única certeza es la muerte. Por eso se ocupa del hoy y decide, imaginando que esa decisión será la última de su vida por la que lo recordarán generaciones enteras. Esa regla la sostiene Cicerón, la encontramos en Séneca y la aplicaba a diario el gran emperador Marco Aurelio, léanse sus meditaciones  y, curiosamente, o, por ello mismo,  la recomienda San Ignacio, la decisión en artículo de muerte. Esa práctica de decisión fue una de las columnas del éxito de Roma como imperio, del éxito en ganar batallas y no se diga del éxito histórico de la Compañía de Jesús.


Evaluar y actuar con sentido trascendente para conquistar el poder, a través de la protesta, la insurrección y las elecciones. 

domingo, 27 de agosto de 2017

LLAMADO A LA JUVENTUD: ARTICULACIÓN CÍVICA CONTRA EL DESPOTISMO

LLAMADO A LA JUVENTUD:
ARTICULACIÓN CÍVICA CONTRA EL DESPOTISMO
Jonatan Alzuru Aponte

Muchísimos venezolanos de a pie, pensábamos que después del 30 de julio se haría una confrontación radical contra el régimen de Maduro. No era una idea de quien desconoce la política, sino más bien, fundada en los discursos de nuestros dirigentes quienes nos dijeron que la protesta pacífica, multitudinaria, el hito histórico, fundamental, fue el 16 de julio; días después se produce lo que muchos han denominado el fraude más grande en América Latina.  Cuatro meses el pueblo siguiendo a la dirigencia dio todo de sí y con ese análisis pensaba entregarse de forma plena a la lucha.

Sin embargo, de pronto, se escuchó la voz de Henry Ramos Allup anunciando que su partido asistiría a las elecciones, dando una opinión adelantada al resto de la unidad.  Declaración que generó que se iniciará una discusión pública y privada sobre la pertinencia de asistir o no al evento electoral.  Algunos opinamos que eso suponía un cambio de estrategia inexplicable; cuatro meses de ataques y en el momento de la debilidad del atacado, los atacantes se transformarían en defensores.  Aún así, nuestros dirigentes, nos dijeron que era errado pensar el juego de esa manera que la prioridad era el cambio de gobierno pero que no se debía perder el poder de las regiones.  La mayoría de los partidos agrupados en la MUD, sostuvieron tal propuesta. Utilizaron otros argumentos, más débiles pero que lo colocaban como esenciales… “Las elecciones regionales están en la constitución”… Argumento débil porque en ningún lado de la constitución se establece que debe acatarse las lógicas de una dirigencia del CNE corrupta, ni tampoco afirma que las elecciones deben hacerse cuando el gobierno le venga en gana… La lógica política que afirma que solo es Derecho, lo que está escrito en ley, el derecho positivo, está superado ampliamente tanto teórica como en la práctica. Hoy día los asuntos de legitimidad forman parte del derecho.  Y en clave del Evangelio, interrogaríamos, ¿Qué es primero la ley o el hombre?

La mayoría de la dirigencia asumió la estrategia electoral y los demócratas, quienes asumimos que las decisiones del colectivo se acatan por mayoría, asumimos ir en esa dirección.

Sin embargo, venezolanos de a pie, sosteníamos que por lo menos tal opción debía conducirse en consonancia con los cuatro meses de protesta contra el régimen, articulistas, recogiendo el clamor popular, han escrito alternativas donde se combina la participación electoral con un ataque al poder en el presente con el objetivo claro de tomar el poder. En términos futbolístico sería jugar con la técnica del entrenador profesional, José Mourinho, todo defensor es también atacante, todo atacante es también defensor. De allí que el acto electoral tendría que transformarse en un evento que posibilite debilitar al gobierno, desde ahora, hasta lograr su desplazamiento, de allí que la campaña sería no convencional, sino dentro de un clima de ingobernabilidad.  Algunos dirigentes discursivamente mantenían esa línea.

Algunos analistas, sin embargo, han sostenido que el cambio de estrategia responde más bien a un pacto de una derecha histérica con un sector militar gorila, para que sean estos quienes definan el panorama político venezolano, por lo tanto, se silencia la calle.  Hipótesis que deja de tener vigencia con las declaraciones de Henry Ramos Allup en el Programa Primera Página que trasmitió Globovisión en esta semana.

El dirigente adeco, quien se distancia claramente, de la lógica del golpe, afirmó que ir a la consulta electoral supone una confrontación paso a paso contra el gobierno.  Es decir, Ramos Allup, eliminó de un solo sopetón la posibilidad de una confrontación radical contra el gobierno en el presente año. Le coloca su rúbrica al cambio de estrategia, del 350 al paso a paso. Pero su declaración fue muchísimo más grave, cuando le asomó el periodista la posibilidad, legal y legítima de la Asamblea Nacional, de nombrar autoridades del CNE, dijo que no se podía hacer ninguna acción tremendista. Lo que significa que la acción de la Asamblea Nacional al consultar al pueblo si estaba de acuerdo o no de nombrar nueva autoridades fue una acción tremendista y, la realización práctica en el nombramiento del TSJ, por supuesto, también lo fue; ¿Será por eso que la MUD, no asumió la responsabilidad de su acto y dejó a sus suerte a los magistrados a quienes convocó?

Mi pregunta directa no es a las cúpulas, ni a irresponsables que no asumen sus actos; sino a los diputados jóvenes; ¿acaso en este momento se dejarán llevar por esta lógica de paso a paso que nos sepulta a todos los venezolanos?

El gobierno avanza, con más fuerza, cerrando canales de televisión, emisoras de radio, encarcela a diputados, propone leyes para acallar definitivamente cualquier disidencia, maneja a su antojo los poderes, tortura y oprime… ¿Dónde están los muchachos diputados que se enfrentaron en primera fila contra el gobierno? ¿Acaso no son capaces de abrir su propio camino, sin romper la unidad del pueblo oprimido, capitalizando su descontento? ¿Acaso no es posible Configurar un frente amplio que produzca un terremoto, en el presente, y donde la participación electoral se transforme, entonces, en el tsunami que arrase con la Dictadura Constituida? Incluso, desde una lógica individualista, ¿acaso b(v)otarán al cesto de la basura su futuro, su capital político?

Muchachos, inestimables diputados, dirigentes estudiantiles, la lógica electoral es una forma de lucha, si y solo si, está acompañada de un arsenal de instrumentos sociopolíticos de movilización de las multitudes. El paso a paso de Ramos Allup es la alfombra, más probable, para que se consolide la dictadura por un lado y, por el otro, es la apertura de la caja de Pandora de los aguacates podridos. Por el contrario, es su momento. Es el momento de la articulación cívica contra el despotismo.




jueves, 24 de agosto de 2017

MANDE USTED MI GENERAL O MOVILIZACIÓN POPULAR

MANDE USTED MI GENERAL O MOVILIZACIÓN POPULAR
Jonatan Alzuru Aponte

Mi hermano, el Dr. Alexis Alzuru, ha lanzado al ruedo una hipótesis interpretativa de lo que sucede y uno de los escenarios posibles en Venezuela, en una entrevista realizada por Elvia Gómez, en Politika Ucab, que es digna de reflexionar.


No tanto para cuestionar o no la probabilidad del escenario que al final de las cuentas es un asunto de teóricos, cuya última palabra sería la contrastación. Frente a eso, en el presente es bueno recordar que del futuro lo único cierto es la muerte, el resto es incertidumbre.  Más bien, su hipótesis  podría utilizarse como un incentivo para pensar y actuar en el hoy; sobre todo para los que deseamos que la solución de Venezuela NO se resuelva con la consigna, “Mande Ud. Mi general”, sino por un movimiento popular acompañados por la fuerza militar y no a la inversa. Pero el deseo en política, supone la configuración de tácticas y estrategias en el ámbito práctico para hacerlo posible.

Un primer aspecto interpretativo, no tanto del futuro sino del pasado reciente. Las movilizaciones contra la dictadura madurista no dependieron ni de la voz de Leopoldo López ni del partido Voluntad Popular; ellos fueron un factor en la dirigencia dentro de un comando de la lucha. Las movilizaciones tampoco dependían, exclusivamente, del comando de la Unidad donde se aglutinan la mayoría de los partidos de oposición. Fueron cuatro meses donde participaron organizaciones civiles, partidos políticos, movimientos estudiantiles, movimientos vecinales, movimientos comunitarios, asociaciones de vecinos y grupos que se fueron forjando en el calor de la lucha, más allá de la MUD y sus organizaciones. Muchas acciones fueron comandadas, dirigidas, por la unidad y otras fueron prácticas que desarrollaron al calor del movimiento popular.

Un segundo aspecto. Es verdad que se dieron negociaciones, entre el gobierno y la oposición, que ningún venezolano de a pie tiene información, allí queda un lado oscuro que solo el tiempo quizás podrá develar. Es verdad que la salida de Leopoldo una semana antes de la consulta del 16 de julio, desarticuló a la unidad, basta revisar las declaraciones del momento.  También es verdad que el comando de la Unidad no supo capitalizar ni la consulta que se transformó en plebiscito ni el fraude electoral de la Asamblea Dictatorial Constituida del 30 de julio.

Las elecciones regionales tienen la consecuencia práctica que el liderazgo se divide, necesariamente, porque cada dirigente, cada organización con su equipo, debe concentrarse en su región para dar la pelea electoral. Debemos añadirle a esto lo que se realizará, las primarias que requiere de un esfuerzo de organización y concentración de técnicos y líderes políticos para atender ese proceso. El objetivo principal, de nuestra lucha, desplazar el gobierno de Maduro, pasó  a un segundo plano, en este momento. Tal asunto se puede corroborar, por ejemplo, en los programas diarios de Capriles que pasó de orientar acciones prácticas de lucha a describir y caracterizar el despotismo gubernamental que padecemos todos.

Aunado a lo anterior se suma la fractura interna de los dirigentes de la MUD, por la asunción de la estrategia electoral… Tales componentes, quizás también el silencio de Leopoldo, maximizan la hipótesis de Alexis Alzuru.

El gobierno aprovechando el repliegue de la oposición, aumenta sus pasos para la consolidación de su poder dictatorial, porque no tienen reacción, ni resistencia popular ante sus medidas. Por el contrario, declaraciones como la del empresario de la Polar, Lorenzo Mendoza, invitando a la conformación de una Comisión de la Verdad en el área económica, lo que hacen es coadyuvar a la legitimidad de la Asamblea Dictatorial o la asunción pasiva de la ratificación del poder electoral por parte de las fuerzas opositoras.

Frente a lo que sucede, ¿qué hacer? Es urgente la conformación de un equipo, una dirección nacional del conflicto, un frente amplio, diverso de pensamiento y de sectores sociales, que se dediquen a pensar y actuar la forma de confrontar al gobierno nacional de manera inmediata, actuando “como si” no existieran elecciones.

Es vital, si queremos salir de la dictadura, que toda discursividad de los dirigentes regionales, tengan como objetivo central atacar al gobierno central y a sus instituciones ilegítimas.

Se trata de hacer una campaña electoral, ya que se asumió esta ruta, no convencional donde la protesta se transforme en la bandera fundamental del accionar político. Es de urgencia, la emergencia de voces nuevas combinadas con el liderazgo compartido de quienes han conducido el conflicto hasta ahora, que muestren su voluntad de lucha en la calle. Es urgente que líderes, como Capriles, Ledezma, Leopoldo, María Corina, Pizarro, entre otros, dejen de caracterizar lo que ya sabemos de la dictadura o de los errores de unos y otros y se amalgamen en un plan de acción articulado, engranado, con el frente amplio.

Es necesario y urgente reimpulsar el movimiento de masas. Es vital prepararse pensando en el peor escenario para la oposición dentro de la consulta electoral hasta el peor escenario para el gobierno; calentar la calle tiene que empezar por testimonios de su dirigencia, desde ya.  No podemos permitir que Venezuela siga dominada por los  aguacates a punto de podrirse, los de ahora o los futuros.