viernes, 10 de abril de 2020

Deseo, realismo político y el despropósito de José Guerra


Deseo, realismo político y el despropósito de José Guerra
Jonatan Alzuru Aponte

Las acciones políticas se derivan de visiones del mundo, de formas de comprender el mundo. Los líderes lo son, porque con su lenguaje persuaden, argumentan y seducen que la acción que proponen producirán beneficios para el colectivo, bien sea económicos, sociales, éticos o políticos.

Las visiones del mundo conducen a postular formulaciones sobre la sociedad que debería ser. El deber ser es una expresión del deseo individual o colectivo en el ámbito sociopolítico. Los deseos cuando se canalizan, racionalmente, se constituyen en normas, leyes… ¿Cómo debería ser un sistema educativo? Frente a esa pregunta se constituyen unas normas… Pensando en cómo es la mejor educación para una comunidad. La educación que debería ser, la deseable... Ese deber ser, es el horizonte; hacia dónde todos deberían remar.

El deseo en política se traduce en lo bueno, en el bien, en lo moralmente apetecible para la mayoría. Frente al deseo, en cualquiera de su grado, está el acontecer, lo que sucede, las personas concretas. Allí el asunto no es ideal. No son normas ni sociedad utópica, sino las personas de carne y hueso con quienes se tiene que lidiar. El realismo político es cómo asumir lo existente. Cómo hacerse cargo, responsablemente, para saber que no se llegará a ningún ideal y que quizás debemos asumir costos indeseables, pero qué se caminará en función de un horizonte. En el caso venezolano, por ejemplo, si no hay invasión; ¿cómo hacemos para salir de este infierno social, si no tenemos la fuerza de las armas?

Ahora bien, pero el deseo… Quien formula el deseo, en el ámbito político, lo que intenta comunicar es lo mejor que le pueda suceder a una sociedad… El “deber ser” resume, lo bueno, lo justo, lo éticamente correcto. Lo que solemos decir, comúnmente, a propósito del deber y la realidad es lo siguiente: Sí, son hermosas las leyes, pero no se cumplen. Un político puede decir yo desearía tener a todos los corruptos en la cárcel, pero la realidad es… Y uno puede estar en desacuerdo, pero el principio de realidad manda; y ese principio de realidad lo argumenta de tal manera que quien le escucha, puede aceptar que es un mal menor… que es preferible asumir un costo, pero que el beneficio es mayor. Allí está la pericia del político para moverse entre lo ideal y el principio de realidad.

La tragedia, el desastre, la maldición, lo vomitivo, lo irracional… lo inconsistente… y lo que conduce a la desarticulación de la comunidad en una sociedad es, cuando un político formula un deseo y el deseo es igual o peor a la cochina realidad. Ni el más irracional de los políticos que aprecie su oficio o que piense en sí mismo, -que no hable obligado por otro, chantajeado o esclavizado- confundiría el deber ser con el ser… Hasta los más sanguinarios dictadores, dicen que toman tales y cuáles decisiones porque la sociedad futura será… y allí dibujan el deseo delirante o racional para su comunidad…pero el deseo está allá en el horizonte.

La cloaca, el excremento, social y político en una sociedad es cuando un dirigente político dice: “Mi deseo es que el dictador, el déspota, no sea juzgado por crímenes de lesa humanidad o el narcotraficante no pague sus delitos”. Porque ese deseo es lo que él considera el deber ser y trabajará en función de ese horizonte; porque deseo y voluntad de acción están amalgamados. Los que se opusieron a Pinochet, deseaban, querían condenarlo, encarcelarlo, matarlo; pero por un principio de realidad tuvieron que negociar y fue su ministro de la defensa. Pero como el deseo, el querer era otro; el horizonte era otro, celebraron cuando se les juzgó... era el horizonte de la acción política; aunque la realizaron años después.

La declaración de José Guerra no fue un error de apreciación, ni un problema de contextos; fue un despropósito insostenible y perjudicial para la sociedad, porque manifestó su querer, su deseo. No se expresaba de táctica ni de estrategia, ni de la realidad sino del deseo, de lo que quiere para el futuro.

Afirmo con propiedad que no existe argumento racional que pueda sustentar lo que él dijo y reto a quien me lea a elaborar un argumento a su favor, mínimamente racional, desde la perspectiva de la oposición, desde la más light hasta la más radical. Porque se expresó en términos del deseo; lo que él desea. Su deseo es que Nicolás Maduro y Diosdado, dejen el poder y no se les juzguen: ... “(…) no lo quiero ver en La Haya”; “no lo quiero ver preso…” Él y quienes compartan su mirada trabajarán en función de ese horizonte de sentido; porque para José Guerra es el deber ser, lo que desea.

Hasta el último día de mi vida, pase lo que pase en Venezuela recordaré semejante formulación; porque el lenguaje nos configura como sociedad, como pueblo...

miércoles, 8 de abril de 2020

La confusión entre reconocimiento del otro y la ética jabonosa


La confusión entre reconocimiento del otro y la ética jabonosa
Jonatan Alzuru Aponte
El reconocimiento del otro, del opuesto, de quien tiene ideas contrarias y procesar esas diferencias con argumentos y prácticas políticas, como el voto, es parte sustancial del espesor democrático. Sin duda alguna. Es una apuesta para la vida en común.  Tratar de resolver las diferencias con métodos democráticos es una apuesta racional. Reconstruir el país asumiendo que pensamos distinto, pero hay un interés mayor, la vida en comunidad, es éticamente irreprochable.

Pero el reconocimiento de la otredad para la vida en común no supone, en ningún momento, hacerse de la vista gorda frente a las prácticas despóticas de quien gobierna. Reconocer al otro, no supone bajar la cabeza y arrodillarse frente a las injusticias que han cometido los poderosos. Reconocer al otro, jamás supone callarse, doblegarse o arrodillarse. Reconocer al otro, jamás conduce a una actitud de esclavos. La esclavitud no es opción de vida en ninguna circunstancia.

Para Occidente una figura central, de nuestra cultura, fue Jesús de Nazareth, más allá que usted sea un divino ateo o profese una religión distinta a la cristiana; tan solo nombrar la palabra universidad, seminarios, problemas teóricos o pensar en la práctica de escribir e interpretar con rigurosidad, usted ya está inscrito lo ignore o no, en una tradición que se remonta al mundo monástico. Así que Jesús es una referencia, incluso para dar cuenta del año en que vivimos.

Pues bien, Jesús fue un hombre que apostó al perdón como principio, a poner la otra mejilla, al juzgarse primero a sí mismo antes que etiquetar a otros; pero jamás confundió esa postura con el callarse ante las injusticias. Precisamente, la muerte en cruz, fue producto de denunciar a los poderosos; de sacar del templo con violencia a los mercaderes, a quienes llamó hipócritas, sepulcros blanqueados, raza de víboras y siendo consecuente con su palabra y sus acciones, asumió responsablemente, las reacciones políticas de los poderosos frente a su denuncia.

La confusión del reconocimiento al otro con una ética jabonosa, es similar a confundir una cabeza de gallo con una cabeza de perro. La violación sistemática de los Derechos Humanos por parte del despotismo; la muerte de nuestros jóvenes en las manifestaciones convocadas por la Asamblea Nacional, los heridos, los torturados, son responsabilidad directa de los aparatos represivos del despotismo, pero también, esas tumbas, esos muertos, pesa en la conciencia de quiénes convocaron dichas manifestaciones; tanto solo en el 2017 asesinaron de abril a julio a 124 personas; en 2019, de enero a mayo, asesinaron a 66 personas; según las cifras conservadoras de ACNUDH. Esas muertes pesan en los hombros de quienes convocaron a salir, para enfrentar al régimen. Los muertos por causa de la utilización de las políticas sociales como control social, dígase desnutrición, falta de medicinas… son responsabilidad directa del despotismo. ¿Qué razón motiva para que se indulte, sin el debido proceso, a sus responsables?

Las declaraciones del diputado José Guerra, están en consonancia directa, con las declaraciones que realizó Stalin González al periódico digital “La Vanguardia.com”; quien luego afirmó que sus palabras estaban descontextualizadas, pero sin explicar cuáles afirmaciones eran cierta y cuáles no. Pero lo cierto del caso, es que el diputado Guerra lo hizo de forma clara y diáfana. Sus declaraciones, claramente, son el reconocimiento explícito que la línea política de cese a la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres; no solo que fracasó…que no será…  y lo peor, lo más grave, lo despreciable, lo éticamente inaceptable, es que intenta convencernos que lo deseable para el país es que la parranda de ladrones, corruptos y opresores, se les libere de cualquier responsabilidad política y jurídica, con el cuento del reconocimiento del otro.

Quiénes pensaron alguna vez que la mesita dirigida por el inefable Claudio Fermín y compañía era, para decir lo mínimo, un exabrupto… con las declaraciones actuales de nuestros diputados, tendrán que reconocer que son los nuevos líderes; porque su táctica y estrategia política, articulada con el despotismo, ha dado tanto resultado que ahora, es el argumento esencial de quiénes hace meses denunciaban  al déspota no solo como dictador y violador de los derechos humanos sino como capos y narco traficantes. ¡Qué tristeza!

PD: La duda incomprensible. ¿Por cuáles delitos pide perdón José Guerra y los diputados de la Asamblea Nacional? Afirmó José Guerra: “El perdón no puede ser para los nuestros nada más. Tiene que ser para todos. Porque si no; no hay solución…”