domingo, 30 de noviembre de 2014

HOMENAJE EN CLAVE DE BONGÓ



HOMENAJE CON LA CLAVE DEL BONGÓ
Jonatan Alzuru Aponte (30-11-2014)
A la memoria de Rigoberto Lanz;
recordando sus setenta años de nacimiento.


Estaba distraído en la barra degustando una copa de James Barry Vineyard Paso Robles 2007, cuando lo sorprendí con una inusitada emoción.
Cualquier lector pensará que tengo algún tipo de cultura vinícola, pero no. Aquél día me ilustró, Dionisio mediante, de la lentitud que debía tener durante el ritual; hice el simulacro del  catador, siguiendo todas y cada una de sus prescripciones. La ocasión era oportuna para degustar el mejor vino del mundo manifestó; no entendí por qué lo dijo, pero lo expresó con tanta sabrosura que fue rico escucharlo. Sin embargo, pasé por alto el asunto de la ocasión, porque estaba convencido que la eternidad es la experiencia del instante sin memoria.
No habíamos terminado de celebrar el encuentro cuando Miguelito, sudado y acelerado,  encendió el espacio con su monumentalidad. La reiterada muletilla, única en su especie, se transformó en el acordeón de nuestras risas, “efectivamente de pronto” fueron dos o tres o cinco botellas entre Hannah Arendt, Borges, el asunto de Walter Benjamín, la excentricidad de realizar un seminario sobre Foucault en estos chaparrales, con franceses incluidos, en la provincia, y tres tragos de Vodka por favor, pero que no se les acabe las botellas, porque esto de saltar entre botellas es casi como un remedo del país, “efectivamente de pronto”, como una respiración espasmódica. Y Daniel Santos resultó que era un teólogo de la cotidianidad, algo así como un sociólogo desvestido, con su Virgen de Medianoche, “¿Y qué dice los amigos bellos?”, le conté que en el evento bautizaríamos el segundo libro sobre su obra, titulado: “Pensamiento Crítico. Rigoberto Lanz” y “efectivamente de pronto” dijo Miguelito -citando de memoria el libro que recién  reeditó Bid & Co, La filosofía de Borges, escrito por Juan Nuño- La peor de las pretensiones hermenéuticas sería la comprensión definitiva y lograda. Y remató, diciendo, ojalá ese libro culmine como sigue diciendo Nuño: Todo lo aquí escrito lo ha sido teniendo muy presente esa sentenciadora admonición de La Biblioteca de Babel: “Tú que me lees, ¿estás seguro de entender mi lenguaje?” Y, efectivamente de pronto, nos reímos porque quizás siempre anidamos la pretensión de la comprensión de la obra y más en un seminario internacional que es algo así como una bellísima pasarela al estilo de Miss Venezuela, aunque no es sobre Lanz, sino sobre Foucault y el otro dijo, menos mal… Y seguía la risa y otro vodka, como decía Deleuze en esa famosa entrevista, realizada en clave de abecedario, la voluntad era hasta el último trago que estaba colocado en el horizonte; el último trago siempre está atado a esa línea imaginaria que divide el cielo del mar… pero maestro no es eventología lo que hacemos, sino… y las carcajadas de los aliados impedían brutalmente cualquier posibilidad de defensa y este negro tendrá que disfrazarse al estilo de Michel Jackson, efectivamente de pronto, para llamar la atención en la pasarela, risas y otro vodka y dónde está el vino del inicio, se acabaron las botellas señor es que son las tres de la madrugada y queriendo defender lo indefendible, aquello de la voluntad de la comprensión y la pasarela y otro vodka, porque la subversión microfísica del espacio consiste no en pasarelas sino en ambientes dialógico de confrontación de ideas, dijo, mientras abrazaba a su cuate Ron Pedrique, pero por lo menos pudieron montar la pasarela en estos chaparrales en medio de la inopia cerebral, ¿Y quién será Osmel? ¿Cuál Osmel?, bueno toda pasarela tiene su Osmel y la risa era un sino de las mil y una noche embriagados de sombras… Y Virgen de Medianoche entonamos los tres, con vodka y uno para llevar, con un boceto de desestructuración en las tonalidades, y quizás sí, Daniel Santo, oye Héctor… La voz, Lavoe, Maelo, la negra Celia y Tite Curet Alonso, merezcan sendos seminarios  internacionales de filosofía; no hacerlo es como intentar comprender lo que sucedió en Europa, en el siglo XX, sin la Montaña Mágica o el Doktor Faustus de Thomas Mann… y…


miércoles, 26 de noviembre de 2014

EN CARACAS, ESTÁN SUCEDIENDO COSAS...

EN CARACAS ESTÁN SUCEDIENDO COSAS
Jonatan Alzuru Aponte (26-11-2014)
En caracas están sucediendo cosas…. Esa fueron las palabras del amigo Diego Ríquez al salir de una experiencia bellísima. Nos reunimos en la ONG fundada por Nelson Garrido y dirigida, actualmente, por Gala Garrido, Armando Rojas Guardia, Nelson Garrido, Diego Rísquez, José Rafael Herrera y yo e hicimos un diálogo a propósito del efecto Armando Reverón en nuestra cultura. Se filmó el diálogo y será parte de la Revista de Cultura de la UCV que dirige el amigo Herrera en internet.  La revista de Cultura de la UCV tenía añales sin editarse… Hay que felicitar, en grado superlativos, el esfuerzo del amigo José Rafael Herrera porque, tal como discutimos, un horizonte de la revista es repensar a nuestros creadores, nuestra producción, desde múltiples disciplinas, desde múltiples miradas, celebrando la diferencia… Es una ventana para mirarnos, un espejo para pensarnos que se inaugura… Además, como un gesto de cooperación y de trabajo en red, asunto que se felicita y lo estimulamos como práctica a replicar, el número de la revista dedicado a Reverón que se publicará a finales de este año, tiene como editora invitada a una joven profesora de la Universidad de los Andes, Dianayra Valero…
La experiencia no solo fue placentera por el horizonte de sentido planteado, sino conmovedora por el ambiente de trabajo cultural que se respira en la ONG, espacio de autogestión, donde vibra una potencia artística de transformación, ubicada en Los Rosales en el Oeste de Caracas. La vida que se respira en la ONG, es agua fresca en medio del desierto.
En la tarde, asistí, en calidad de público, a un conversatorio en el Este de Caracas, en la Biblioteca Herrera Luque, en Los Palos Grandes, organizado por un grupo de ensayistas que se llaman la Guayaba de Pascal. Es un grupo que se inició en los talleres que dicta Armando Rojas Guardia y se plantearon configurarse como editorial, han bautizado su primer libro de ensayos y pronto editarán el segundo; pero además, ahora, están generando espacios donde leen sus ensayos al público y generan conversaciones, reflexiones… Precisamente, la potencia del arte en la vida cotidiana se manifiesta en la creación de espacios, creación de ideas, creación de propuestas cuyo solo acto supone un horizonte dialógico…
Prácticas pequeñas, microfísicas, exitosas de transformación de lo real; no desde un oposición A; sino desde aquello que nos da placer, desde aquello que nos constituye como cuerpo, como comunidad, acrecentando la voluntad al impactar a los otros desde el cuidado de sí… Una forma de cuidarse es configurar espacios a imagen y semejanza de nosotros mismos que se configuren como los penetrables de Soto, para que la otredad los goce, los penetre y se configure de una manera distinta a partir de la experiencia dialógica….
Vaya mi profundo reconocimiento a estos detalles, a estos intersticios, donde se configura una manera de vivir, una apuesta por el encuentro, por la fiesta de perspectivas; sin temor a la confrontación de ideas; donde la pasión por las ideas y la creación se transforman en un sino de la existencia.
Saludos.

sábado, 22 de noviembre de 2014

¿ESTADO TOTALITARIO? GUBERNAMENTALIDAD DEL PARTIDO



¿ESTADO TOTALITARIO? GUBERNAMENTALIDAD DEL PARTIDO
Michel Foucault (1979)
(…) me gustaría, si les parece, sugerirles algunas tesis que en líneas generales atravesaron lo que ya les he dicho, pero querría recapitular un poco. En primer lugar, la tesis que el Estado providencia, el Estado de bienestar, no tiene la misma forma, claro está, ni a mi entender la misma cepa, el mismo origen, que el Estado totalitario, nazi, fascista o estalinista. También querría indicarles que ese Estado que podemos calificar de totalitario, lejos de caracterizarse por la intensificación y extensión endógena de los mecanismos estatales, ese llamado Estado totalitario no es en absoluto la exaltación del Estado, sino que constituye, por el contrario, una limitación, una disminución, una subordinación de su autonomía, sus especificidad y su funcionamiento característico. ¿Con respecto a qué? Con respecto a algo distinto que es el partido. En otras palabras, la idea sería que el principio de los regímenes totalitarios no debe buscarse por el lado de un desarrollo intrínseco del Estado y sus mecanismos; para decirlo de otro modo, el Estado totalitario no es el Estado administrativo del siglo XVIII, el Polizeistaat del siglo XIX llevado al límite. El Estado totalitario es algo distinto. Es menester buscar su principio no en la gubernamentalidad estatizante o estatizada, cuyo nacimiento presenciamos en los siglos XVII y XVIII, sino justamente por el lado de una gubernamentalidad no estatal: en lo que podríamos llamar una gubernamentalidad de partido. El partido, esa organización muy extraordinaria, muy curiosa, muy novedosa; gubernamentalidad de partido aparecida en Europa a finales del siglo XIX, es probablemente –bueno, eso en todo caso lo que tal vez procuraré mostrarles el año que viene, si sigo teniendo esta idea en la cabeza- lo que está en el origen histórico de algo como los regímenes totalitarios, como el nazismo, como el fascismo, como el estalinismo.
Otra tesis que me gustaría proponer es la siguiente (en fin es recíproca de lo que acabo de decirles): lo que hoy está en cuestión en realidad no es tanto el crecimiento del Estado y la razón de Estado, sino más bien, y mucho más, su disminución, que en nuestras sociedades del siglo XX vemos surgir en dos formas: una es precisamente la disminución de la gubernamentalidad de Estado por obra de la gubernamentalidad del partido, y, por otro lado, la otra forma de disminución es la que podemos constatar en regímenes como el nuestro, en los que se intenta buscar una gubernamentalidad liberal. Me apresuro agregar que, al decir esto, procuro no emitir juicios de valor. Al hablar de gubernamentalidad liberal no quiero, mediante la utilización misma del término liberal, sacralizar o valorizar desde el comienzo ese tipo de gubernamentalidad. Tampoco pretendo decir que no sea legítimo, si se quiere, odiar al Estado. Me parece, sin embargo, que lo que no debemos hacer es imaginarnos que describimos un proceso real, actual y que nos concierne, cuando denunciamos la estatización o la fascistización, el establecimiento de una violencia estatal, etc… Todos los que participan en la gran fobia del Estado, sepan bien que están siguiendo la corriente y que, en efecto, por doquier se anuncia desde hace años y años una disminución efectiva del Estado, de la estatización y de la gubernamentalidad estatizante y estatizada. No digo que uno se engañe sobre los méritos o desméritos del Estado cuando dice “está muy mal” o “está muy bien”. Mi problema no es ese. Digo que no debemos engañarnos sobre la pertenencia del Estado de un proceso de fascistización que le es exógeno y que compete mucho más a su disminución y dislocación. .. (Michel Foucault, Clase 7 de marzo de 1979, en Nacimiento de la biopolítica, FCE, 2007: 223-225)

viernes, 21 de noviembre de 2014

APLAUDO, DE PIE, A LA SIMÓN (USB)

APLAUDO , DE PIE, A LA SIMÓN (USB)
Jonatan Alzuru Aponte

El día de ayer asistí, en calidad de público, a una conversación entre Armando Rojas Guardia y José Delpino en la librería Lugar Común. Cuando me invitó Armando pensé que era parte de las iniciativas que se desarrollan en ese movido espacio cultural. Pensé que la librería convocaba como parte su agenda cultural.
Llegué temprano. Cuando llegó Armando me dijo que se sentía mal, pero que había hecho un grandísimo esfuerzo por ir; porque era importante ese diálogo. Me extrañaba un poco porque hemos postergado una actividad, una conversación, que realizaremos junto a un grupo de amigos por el displacer que ha tenido él en estos días; pensé: Armando, como siempre, hiperbólico en sus descripciones cotidianas; hoy se siente mejor pero es una manera de rendirles honores a sus amigos el comentario. Luego entendí, verdaderamente, la importancia del esfuerzo…
Para iniciar la conversación, se levantó una joven a presentar a los dialogantes. Cuando habló quedé literalmente paralizado de la alegría. Ella expresó que se inauguraba un espacio permanente coordinado por el postgrado de literatura de la Universidad Simón Bolívar en aquella librería. Se trataba de conversaciones entre creadores y críticos de literatura, donde todo aquel que estuviese interesado podía asistir y participar en la conversación. Además, que estaban planificando para que al menos una de sus clases de postgrado en el trimestre fuese dictada allí, con la posibilidad que cualquiera participara. Que se trataba de un acuerdo entre Lugar Común y el Postgrado…  Bueno simplemente me levanto y aplaudo a rabiar.
Considero vital, sumamente vital, en la circunstancia histórica que atravesamos los venezolanos, explicar, ponderar lo que significa tal esfuerzo y colocarlo como horizonte de sentido de nuestra comunidad intelectual.
El giro del aula a la calle supone en primer lugar una vocación de diálogo en el espacio público, no como reacción frente al poder, sino como ejercicio placentero de la práctica intelectual, como responsabilidad frente al otro del placer que se practica. Responde al otro, a quien interpele por lo que se hace y cómo se hace.
En segundo lugar, supone la creación microfísica de un espacio donde se celebra la diferencia, puesto que no hay restricción para su asistencia ni tampoco para conversar. Cada quien pregunta, reflexiona desde sus acervos.
En tercer lugar, es una práctica donde los invitados, para gozar del espacio a plenitud, requieren de un esfuerzo para dialogar; expresado de otra manera, implica que todos pueden estar pero solo aquellos que decidan cultivarse, en el sentido antiguo, romano del vocablo, dígase, cultivo del espíritu, podrán gozar de la experiencia, en dos platos: se excluye del espacio quien no se preocupa de sí por informarse, formarse; el que ignora es bienvenido porque desea alimentarse; siempre existirán los idiotas que ignoran y creen que dialogan, la manera y forma cómo manejar esas contingencias, será un extraordinario aprendizaje para los académicos y, por supuesto, para el idiota, aquél no tiene pericia en las formas de convivir.
En cuarto lugar, al dictarse clases allí, por lo menos una al trimestre de cada seminario o de algunos seminarios, el espacio tiene la vocación de informar al lego sobre asuntos que la comunidad intelectual consideran relevantes.
En quinto lugar, es una forma muy concreta, muy específica, de realizar un servicio a la comunidad sin minimizar o devaluar la discursividad propia del campo problemático que se discute.
En sexto lugar, es un espacio de aprendizaje a partir del testimonio de creadores, para todos aquellos que se han iniciado o desean iniciarse en la aventura de la creación estética. En séptimo lugar es un espacio cuyo asunto será habitado, contingentemente, por aquellos que desean gozar con el placer de pensar.  
A manera de rap, he resaltado algunos asuntos, quizás faltan otros, pero lo importante desde mi perspectiva es que iniciativas como ésta que se mantengan y se fortalezcan el tiempo nutren a nuestra comunidad intelectual y como corolario son pequeñas prácticas de transformación, insignificante para aquellos que se preocupan por el estado, la democracia y la historia en general; pero tal como muestra Foucault en Vigilar y castigar, la Modernidad Europea se configuró no sólo en las grandes decisiones, ni en las grandes teorías, sino y quizás sobre todo en los espacios microfísicos; así que la potencia del espacio es la transformación de nuestro hábitos y costumbres como intelectuales, investigadores, docentes y de esa otredad que interaccionará en el espacio; son prácticas, ejercicios cuyos resultados pueden evaluarse a corto, mediano y largo plazo. Cada sesión puede evaluarse.
Por ejemplo, en el día de ayer, un muchachito, jovencito, le preguntó a Armando, a propósito de una canción que el cita en el Dios de la intemperie y que él no la había conseguido, titulada Neblina…  Preguntó si era real o no… La verdad nadie sabe qué motivó a ese joven a detallar eso; un asunto que puede pasar por insignificante a los expertos, a los llamados críticos, a los eruditos lectores, a  los apasionados lectores o, incluso aquellos que hemos escrito algo sobre Armando… Pero, tal vez, así como María Iribarne, en la novela El Túnel, detalló aquella escena minúscula, la ventanita, en el cuadro que había realizado Juan Pablo Castel, provocándole un terremoto al propio creador… ése joven no tiene ni idea de lo que su inocente pregunta podría o produjo en los asistentes… Cuando Armando afirmó que efectivamente es una pieza y dijo un nombre de un músico totalmente desconocido para mí, lo primero que pensé, deseo ubicar el parágrafo, ver qué importancia tiene dentro de la obra, sobre todo, porque el creador dijo que escribe musicalmente… El joven salió informado… pero, a su vez, por lo menos en mí provocó una profunda curiosidad del por qué él detalló eso… Salí con una tarea de aquel espacio, porque me percaté de una carencia, no conocer a ese músico, mucho menos la canción, pero además ver su relevancia en la obra de un autor que me place leer… Incluso, pensé, como problema de trabajo: ¿Acaso es posible escribir algo distinto, otra perspectiva, del Dios de la intemperie a partir de esa ventanita llamada Neblina?... Armando confesó que se le extravió el disco y eso generó que José Delpino dijera, bueno allí hay un buen regalo que se le puede dar Armando… Es decir, como lúdica de la amistad fue exitosa.
El mediano y largo plazo tendrá mayor consistencia para evaluarse, si el espacio dialógico, el debate como productor de conocimiento, los pequeños acontecimientos, eso microfísico que se sucede en los encuentros, se articula con registros bien sean videos, reseñas, artículos, revistas… donde se configure un ámbito para pensar lo que acontece, para divulgar lo que sucede, para registrar las diferencias…
Es un reto para confrontar, enfrentar, nuestro Alzheimer como pueblo… Es una forma que tiene la comunidad intelectual de oponerse a lo dado y configurar una política desde el cuidado de sí…  en su ejercicio… Sin transformarse en una copia devaluada de la pugnacidad partidista, donde lo que quizá, a lo sumo, a veces lo dudo, hay voluntad de poder o de resistir, con una profunda carestía de ideas, una impericia superlativa, un profundo desprecio al diferente y unas ganas inmensas de robar lo poco que nos queda como pueblo.
Pensaba cerrar el último párrafo cuando recibí la llamada de Armando, preguntándome por la experiencia vivida ayer en la Librería Lugar Común. Le conté que estaba terminando una reseña y le pregunté quién era la chamita que abrió el espacio, quién era esa joven profesora  de la Universidad Simón Bolívar… Me dijo: es Cecilia Rodríguez, la hija de Fernando… La compañera de Alejandro Sebastiani… Las tribus se configuran empáticamente en el andar… ¡Vaya mi aplauso de pie y mi reconocimiento por tan exquisita iniciativa!

jueves, 20 de noviembre de 2014

LA UTILIDAD DE LA DELINCUENCIA



LA UTILIDAD DE LA DELINCUENCIA
Michel Foucault (1976)

¿Por qué siguen existiendo las prisiones a pesar de resultar contraproducentes? Yo respondería: precisamente porque producen delincuentes y la delincuencia tiene cierta utilidad económico-política en las sociedades que conocemos. Podemos develar fácilmente la utilidad económico-política de la delincuencia: primero, cuánto más delincuentes haya, más miedo habrá en la población, y cuánto más miedo haya, más aceptable e incluso deseable, será el sistema de control policial. La existencia de ese pequeño peligro interno permanente es una de las condiciones de aceptabilidad de este sistema de control, lo que explica por qué en los periódicos, en la radio, en la televisión, en todos los países del mundo, sin excepción alguna, se dedica tanto espacio a la criminalidad, como si cada día se tratase de una novedad. Desde 1830, en todos los países del mundo se han desarrollado campañas sobre el tema de crecimiento de la delincuencia, hecho que no ha sido demostrado nunca; pero esta supuesta presencia, esta amenaza, este crecimiento, real o imaginario, de la delincuencia es un factor para aceptar los controles.
Sin embargo, esto no es todo. La delincuencia es útil económicamente. Vean la cantidad de tráficos perfectamente lucrativos e inscritos en la ganancia capitalista que pasan por la delincuencia: la prostitución, por ejemplo –todo el mundo sabe que el control de la prostitución en todos los países de Europa (no sé si esto pasa en Brasil) es ejercido por gente cuya profesión se llama proxenetismo y todos ellos son exdelincuentes cuya función es canalizar los beneficios recibidos a partir del placer sexual hacia circuitos económicos tales como hostelería, y hacia cuentas bancarias. La prostitución ha permitido que el placer sexual de la gente llegue a ser oneroso y el marco en el que se desenvuelve ha permitido derivar el beneficio del placer sexual hacia determinados circuitos. El tráfico de armas, el tráfico de drogas, en síntesis toda una serie de tráficos que, por una razón u otra, no pueden ser efectuados directa y legalmente por la sociedad, pasan por la delincuencia, que de esta forma los asegura.
A esto hemos de añadir el hecho de que la delincuencia sirve, masivamente, en el siglo XIX, y continúa haciéndolo en el siglo XX, para toda una serie de operaciones políticas, tales como abortar las huelgas, infiltrarse en los sindicatos obreros, servir de mano de obra y de guardia personal para los jefes de los partidos políticos, incluidos los más y los menos dignos. Aquí estoy hablando más concretamente de Francia, donde los partidos políticos tienen una mano de obra que va desde los que pegan carteles hasta los matones, mano de obra que está formada por delincuentes. De este modo tenemos toda una serie de instituciones económicas y políticas que funcionan sobre la base de la delincuencia y, en esta medida, la prisión que llega a fabricar un delincuente profesional tiene su utilidad y productividad. (Michel Foucault, Conversación con los asistentes a la Conferencia Las Mallas del Poder en la Universidad de Bahía, publicada la conferencia y sus diálogos en dos partes en la revista Barbárie, N° 4 y 5. En Foucault, Estética, ética y hermenéutica, Paidós, 1999: 247-249)

OSCURA LUCIDEZ por LUIS ALBERTO BRACHO


Quisiera agradecer en nombre de Armando Rojas Guardia y del mío, por supuesto, las generosas, elegantes y exquisitas palabras que el Dr. Luis Alberto Bracho expresó en la presentación del libro Oscura Lucidez -a propósito de la feria del libro en Altamira convocado por la editorial Bid & Co-  a la obra poética y ensayística de Armando y al trabajo que realicé sobre él. El amigo Luis Alberto Bracho (quien participará en el Seminario Internacional sobre Michel Foucault y allí bautizará su libro “Foucault y el Cuidado de Sí”) estudió filosofía, realizó una maestría en literatura venezolana y se doctoró en Ciencias Sociales. Fue todo un honor y un extraordinario placer escucharlo. Comparto con ustedes su presentación. Jonatan Alzuru Aponte



OSCURA LUCIDEZ

Luis Alberto Bracho O.



            Pensar el pensamiento de Armando Rojas Guardia es un ejercicio, una ascesis que nos conduce por los intersticios de la incertidumbre. La incertidumbre como opción de vida es sabana surcada por infinitos caminos que desembocan en un horizonte abierto, bajo la mirada cómplice del Dios de la intemperie. Sin certezas, sin seguridad ontológica, ni calor primigenio del Oikos, se habita como nómada en el cielo descampado. Se trata de elegirse ante la contingencia, de abordar trágicamente la existencia como prueba permanente donde se celebra el presente, siempre eterno. Los parajes dinámicos del advenimiento se vuelven diálogo y presencia, fiesta pagana envuelta en un aura mística. El “peso más pesado” se hace levedad cuando se comparte en mañanas frescas o en noches de insomnios. Sin consentimiento o con él, los paisajes se hacen, se colman de relieves carnavalescos, los recovecos juguetean entre la lucidez y la locura, entre la oscura lucidez de la montaña.
            El tránsito de la Oscuridad a la Lucidez, síntesis inacabada, danza que comunica la una con la otra, marca su ritmo, y su cadencia, se deja escuchar: “Todo mezclado, todo mezclado, mezclado todo”. Se trata de un compás ancestral cuya sonoridad le imprime vida a la mirada, y agudiza el oído. Esta clave entreteje los distintos horizontes, y los hace uno: celebrar la experiencia del diálogo y de la diferencia.
“Oscura Lucidez” es en sí mismo un espacio dialogante entre amigos que se toman un breve reposo para hablar de la inquietud que les asalta, del deseo bajo la piel, de la comunión consigo mismo y con el otro, es un lugar donde se respira la diversidad. En ésta radica parte de su belleza, sin ambigüedades recibe al otro, le da la bienvenida, limpia sus pies cansados y lo reconforta. Armando Rojas Guardia, en apariencia, es el invitado, pero él es de la casa; se trata de un Oikos que no esclerotiza el deseo ni aprisiona el cuerpo, es más bien, horizonte de sentido. Cuando su voz atemperada retumba con fuerza dibuja mundos que se entrelazan, tejidos por el signo de la incertidumbre, cuya única certeza es su relación íntima con Dios. Pero, a ratos, su voz se escucha a través de los distintos Jonatan, y se presenta interpelado en sus creencias y vivencias. Esta lúdica permite a los amigos participar sin reservas, elaborar sus propias opiniones sobre la cartografía difusamente compartida que presenta el autor, ello posibilita dar cuenta de los asuntos que inquietan y constituyen la subjetividad de Armando… Es una forma otra, de comulgar con la oscura lucidez.
En este boceto el fragmento es un rey sin reino, pero con claros dominios, el cual posibilita trazar senderos que el co-jugador enlaza para  imprimirle sentido a la obra. En efecto, la lógica del fragmento le inyecta movilidad, dinamismo al texto, nos traslada de un lugar a otro, de una aventura a otra, de un tema a otro, de un mundo otro; a un sueño, a otro sueño. Esta dinámica permite ir enlazando cada tema o punto tratado; al final surge un entramado temático y conceptual que da unidad al texto.
La narrativa de Oscura Lucidez se colma de ambigüedad artística por la presencia de los múltiples Jonatan, se trata de heterónimos con el mismo rostro, pero con distintos acentos y perfomatividad, reflejando lo común en lo diverso, como dibujos reiterados de sus homónimos. En este ambiente la experiencia de vida del autor se vuelve el hilo de Ariadna que configura Oscura Lucidez como espacio dialogante. Pero ello no es casual, los hechos vividos, la historia del autor, suministran algunas claves para comprender la obra de Armando Rojas Guardia; porque es desde el hacedor, del “ser- artista”, de su práctica, donde se constituye su estética; el Bios del creador, las llamadas vivencias, posibilita la interpelación de sí mismo y del otro para que la belleza surja y se devele, como cuerpo, como “fisiología aplicada”. En efecto, el cuerpo es un elemento activo, éste es interrogado sobre su capacidad de hacer, sobre sus funciones, sobre su potencia de ser, sobre sus límites y fortalezas. Se trata de una manera de afirmar la vida, de reconocer la corporeidad donde los distintos heterónimos establecen una lúdica que le inyecta sentido y belleza a la obra, mientras que sus homónimos, como un repique de martillo insoportable, desnudan las grietas de su tragedia.  
Oscura Lucidez es un acto de libertad donde la autonomía del cuerpo se manifiesta libremente. Se trata de un estilo que surge de interpelarse a sí mismo, de discernir sobre aquello que inquieta y constituye al creador; que genera un estado de placer y de estar bien consigo mismo. En efecto, Jonatan aborda e interpreta la obra de Armando desde sí mismo, éste es el prójimo más próximo donde las distancias se reducen… la cercanía es calor de hoguera en medio del desierto, sin luna con el grito del hermano en el costado.
La escritura en Jonatan es libre, irreverente, porque rotura el statu quo de la forma, y se despliega por vertientes que expresan su manera de relacionarse con él mismo, con el otro, con Dios y con el mundo. En el espacio que brinda el texto convergen, sin ningún tipo de superposición y “todo mezclado”, distintas figuras literarias como: el ensayo, la autobiografía, el cuento, la poesía, el diario, el testimonio, la crítica, la entrevista, la disertación filosófica, la autoentrevista. Se trata de una característica que disemina el núcleo temático del texto, y propone la decentralidad como cualidad. Es una manera de ver todo en lo Uno, sin disgustarse de lo inverso, siendo lo uno siempre su diferencia.    
            Jonatan, desde sí mismo, nos lleva de la mano por los distintos mundos que conforman la tesitura de la piel de Rojas Guardia, mientras la voz ronca del poeta hace estallar el alma del filósofo. En esta aventura estética uno de los puentes que comunica a las dos islas es Nietzsche; pues sí, la filosofía nietzscheana le permite a estos dos amigos recrearse, reinventarse y sustentar su visiones del mundo. Este pensador funge como puente, como fuente de inspiración y como telón de fondo en el diálogo fecundo entre Armando y Jonatan. En efecto, en el texto observamos con elocuencia cómo Nietzsche les muestra un Jesús distinto, sin la camisa de fuerza del deber ser, sin las ataduras de la institucionalidad; devela un Jesús superhombre, un ser “humano demasiado humano”. El Jesús de los evangelios, el proscrito y marginado por la institución católica cuando en su devenir se hizo judaica, se hizo imperial, soltando la corona de espina y colocándose la del emperador… Ése Jesús proscrito, el marginal, en la voz de Armando recupera su vestimenta, su grandeza y va al encuentro con el prójimo. Son pasajes hermosos, llenos de espiritualidad, de goce pleno, donde el discernimiento sobre el sentido de los evangelios esclarece muchas opacidades, las cuales nos conduce a reconciliarnos y comulgar con el Dios de la Intemperie.
Armando se descubre como un pensador agudo, como un filósofo, como un crítico de la modernidad, pues ésta centra la felicidad en la razón, en el progreso generado por la ciencia, es por ello que coloca bajo sospecha “toda felicidad conceptual que se deriva de la seguridad de una manera de ver y sentir el mundo”; e invita a los “pensadores herederos de aquella tradición que entendió que la modernidad era una llegada de la razón, una llegada a la edad adulta, donde los asuntos de Dios, alma y mundo, eran resabios de un mundo donde el hombre estaba en la pubertad, guiados por la centralidad divina,…”. (p. 263) Pero también, cuestiona la Iglesia por asumir y predicar a partir de un “Dios de la institucionalidad” que “predica cómo debe comportarse el hombre, cómo debe asumir la vida”, al mismo estilo de los fariseos, de los doctores de la ley, de los sepulcros blanqueados… Por el contrario, Armando, propone “pensar en un Dios sin casa, sin un lugar seguro. Se opone a la seguridad ontológica, porque es ella la que nos permite establecer un registro discursivo que apunta a la verdad, a la solidez que configura el vocablo verdad”. (p. 262) Según Jonatan, “Se trata, en la obra de Armando, de dar una imagen del Evangelio que posibilite subvertir lo establecido”. (p. 270)
En “El Dios de la intemperie”, Armando Rojas Guardia, propone recuperar y reapropiarse “de un tipo de mirada, un tipo de práctica y un tipo de discursividad marginado por la cultura de Occidente, por el poder institucionalizado de la fe y la ciencia como dos caras de la misma moneda cuya orfebrería es la lucidez, la razón. En esto se inscribe dentro de la  tradición de pensadores que se han dedicado a la tarea de que emerja el subterráneo cultural de nuestra historia para redibujar nuestro presente…” (p. 266) Esta vocación de subvertir el orden discursivo institucional responde a la necesidad y al deseo de comprenderse y de comulgar con sus encrucijadas existenciales; y la manera de alcanzar este objetivo es permitiendo que surjan y circulen los discursos marginales de la espiritualidad cristiana, y se mezclen con el cuestionamiento y la refutación de los discursos articulados por el poder instituido de la Iglesia.
Oscura lucidez es un texto que nos invita a pensarnos, a interpelarnos desde lo que somos, desde aquello que nos inquieta y constituye como sujetos. Se trata de una aventura que proporciona algunas claves hermenéuticas para comprender la obra y la concepción del mundo de Armando Rojas Guardia, pero, también, nos presenta un Armando íntimo, sin temor a enfrentar la intemperie; sin miedo de asumir las consecuencias de una discursividad subversiva que pugna con el discurso oficial de la tradición católica. Este texto nos invita a recorrer las opacidades que son fuente de una hermenéutica fecunda, porque posibilita recrearse en el lenguaje, en los horizontes de sentido que constituyen este tipo de discurso. Pero también, nos permite a nosotros, sus lectores respirar los silencios que marcan la cadencia de una obra en permanente elaboración, puesto que el receptor, a través de estos dos creadores, va tallando la obra, le da forma y sentido, la cual se renueva una y otra vez.
El tránsito por Oscura Lucidez es una experiencia que nos pone en vilo frente a la intemperie, nos conduce por senderos donde la escritura retoza, se transfigura, trastoca nuestras creencias, hace temblar nuestra seguridad, y nos muestra el reflejo que somos. De algo estoy seguro, cuando el lector se adentra verdaderamente en esta aventura deja de ser el que era, algo en él cambia, se transforma para bien o para mal. Es por ello que los invito a todos a vivir esta travesía por las opacidades que iluminan el alma. Se trata de una experiencia del arte que les permitirá comulgar con el ser estético que constituye a esta obra.
Finalmente, Oscura Lucidez es un espacio dialogante, cálido, donde dos figuras conversan en medio de la intimidad celebrando la diferencia, la vida, la presencia del amigo y la gracia de Jesús.