miércoles, 31 de enero de 2018

IN MEMORIAM A MAURICIO NAVIA

Amigo, Mauricio Navia, querido amigo, hace minutos me informaron que decidiste ir a pasear al Olimpo; no me dijiste nada. Tomaste ese avión así, tan rápido, tan repentino. Que quedé mudo. Sin habla. Con un manantial de flores multicolores hirviendo de mis ojos, como un volcán en primavera.
Quiero decirte amigo que fuiste una de las personas que me tendió la mano en el momento más desesperado de mi vida. Te debo tanto…Mis publicaciones fueron posible porque tu comprendías que mi pasión era la escritura e hiciste los malabares propios de un buen futbolista para que yo realizara mi deseo. Cuando se levantaron los dragones, sacaste la espada y sin nervio la blandiste, solo por defender al amigo; sin ningún otro interés que defender al amigo.
Querido amigo, bueno ahora podrás librar con propiedad nuestra disputa sobre los romanos, Foucault, su lectura de Nietzsche y el asunto del arte… para nada compartíamos esas visiones… y de cierta manera qué importancia tienen esos asuntos de biblioteca…. Sin embargo, sé de tus gustos, pues aprovecha y ponte al día… De pronto me mandas una traducción, seguro que el viejo Heráclito puede iluminarnos en la diatriba, porque todo fluye…  Es un eterno fluir….
Retornaste amigo… Te fuiste corriendo sin despedirte y me dejas un espacio hondo de silencio en mi interior… ¿Sabes? Recuerdo una tarde que me tocaba dictar el seminario sobre Nietzsche y estaba cerrada la Universidad por los disturbios, me llamaste y me dijiste, dicta la clase en la Dirección de Cultura; cuando llegamos estaban desalojando el edificio… Yo despedía a los estudiantes, cuando me dijiste ya hablé en el Hotel Chama para que dictes la clases en el restaurant y así lo hicimos.
Esa acción no fue gratis, era tu concepción de academia en medio del desastre,  la miseria humana que pulula en nuestro país, la huelga profunda de cerebro, el espíritu de esclavitud que anida en cada rincón y esa religión mágica que monta ideales  y vive con el peso más pesado de las ideas en el cerebro soñando un reino de los cielos para los que piensan como dicta la fe y el infierno para todos aquellos que piensan diferente; la inquisición medieval en un mundo posmoderno cuyos jueces son los peores porque son esclavos de sí mismo y solo el resentimiento los hace gobernar… Frente a eso, tú luchabas desde tu trinchera… La universidad abierta para hacer pensar… eso es innegable…
Querido hermano recuerdo nuestras peleas, nuestras disputas, nuestras diferencias de criterios, pocas veces te exaltabas, pero yo te provocaba… pero luego, tú con la sonrisa amplia me decías… Ya, vamos Jon, tomemos una cervezas… pero como no puedo tomar cerveza, mirabas por encima de tus gafas y decías qué quiere el honorable y así llevamos gran parte de nuestra historia.

Hiciste que la Universidad de los Andes para mí se convirtiera en mi Alma Mater.., Cuando pienso en academia, pienso en la ULA…. Querido amigo allí te recibirá Alberto Arvelo Ramos, ese insigne venezolano, porque fuiste un digno heredero de pensar la Dirección de Cultura no para una Universidad sino para un estado, para un país… ve con él al encuentro de Nietzsche y Heidegger… Que William Blake seguro les reza una oración… Saluda por favor a Dionisio y entrégate en cuerpo y alma a las fiestas venusinas… No sé querido amigo qué decirte, te fuiste así, sin avisar como un viento en ráfaga… Honorable, sí mi amigo honorable, solo mi llanto es mi máximo homenaje a tu existencia… un abrazo y un beso hermoso.