lunes, 21 de octubre de 2019

CHILE PARA PENSAR VENEZUELA


CHILE PARA PENSAR VENEZUELA
Jonatan Alzuru Aponte

Los acontecimientos sociales y políticos de Chile en los últimos días, octubre 2019, es un asunto de su gobierno y sus nacionales. No me compete interpretarlos en ningún sentido puesto que es el país donde resido como extranjero.

Lo que sí puedo afirmar con toda propiedad es la desfachatez y el descaro de intelectuales y políticos llamados progresista, socialistas, comunistas o de izquierda que, al referirse a las protestas en Venezuela, se dedican a la crítica de las formas de lucha. Cuando se tranca una avenida alzan sus voces, cual carmelitas descalzas y de rodillas claman al mundo por el libre tránsito en Venezuela; lloran pidiendo pidiendo paz, se rasgan las vestiduras horrorizados y claman al Señor por protestas pacíficas, pero jamás se ocupan del fondo del problema; pero, ahora, cuando se refieren a Chile se dedican al fondo del problema, pero jamás a las formas de lucha.

Lo grave de la situación venezolana es que la opresión, la miseria, el hambre, la represión no tiene paragón con ningún país de la región. Pero ahora, la excusa de los fariseos, para justificar que la sociedad se haya transformado en un campo de concentración, es que los Estados Unidos tiene bloqueada a Venezuela. Es decir, las medidas tomadas por el gobierno norteamericano en el 2019, la extrapolan perversa y manipuladoramente para los años anteriores. Solo los desinformados pueden aceptar tales argumentaciones; aquello que no revisan la cantidad de petróleo vendido a Norteamérica desde 1998 hasta el 2018. Solo los lame pisos, pretenden ocultar el destroce del aparato industrial por parte del despotismo desde 1998 hasta el 2019. Solo los miserables son los únicos que se olvidan que el despotismo venezolano en el 2015, decidió racionalmente el ecocidio más grande de América Latina, en nuestro Amazona, para entregárselo a las trasnacionales para la explotación de oro, coltan y otros minerales, dirigida por los gorilas militares; tal acción condujo al desplazamiento más grande de nuestros pueblos indígenas; pero eso se silencia porque el déspota se proclama de izquierda y entonces, como focas aplauden en el Foro de Sao Paulo.

Los venerables intelectuales del santoral de la izquierda nada dicen del destroce sistemático e intervencionista a las universidades en Venezuela cuyas principales casas de estudios han sido gratuitas desde el siglo XIX; pero los imbéciles desinformados o perversos y manipuladores hablan como si esa fue una conquista de las últimas décadas.
Y cuando el pueblo venezolano se levanta contra esas decisiones, entonces, deja de ser pueblo, para esa raza de extraño budismo, para transformarse en oligarquía, en derecha, al servicio de los más oscuros intereses y gritan al cielo que una guarimba es una acción golpista. La hipocresía da asco.

Si nos vemos en el espejo de Chile y la consideramos una sociedad injusta y que es justa la protesta social en la actualidad, entonces… ¿Cuál sería la forma de lucha, justa, que nos correspondería en Venezuela?