lunes, 11 de septiembre de 2017

DETENGAMOS LA MUERTE ANUNCIADA

DETENGAMOS LA MUERTE ANUNCIADA
Jonatan Alzuru Aponte

A veces, leerse en el tiempo, contrastar las hipótesis que se tenía con la realidad y acertar, no provoca la satisfacción que como estudioso de la sociedad cualquiera puede imaginar; más bien producen dolor, congoja e impotencia. El 6 de agosto escribí sobre dos posibles escenarios. El primero desconocimiento radical del gobierno y todas sus instituciones, incluyendo al CNE, asumiendo como formas de lucha, la protesta y la insurrección, tensando la cuerda hasta un límite donde el gobierno dada la ingobernabilidad y la presión de calle, aunado a la presión internacional, negociara unas elecciones presidenciales.

La segunda alternativa era la tendencia que fue liderada por Henry Ramos Allup, asumir la ruta electoral sin protesta ni insurrección; sino  paso a paso. Camino que conduciría a una fractura de la oposición, una desarticulación del movimiento juvenil, abstención electoral y, una postergación de la confrontación para conquistar Miraflores.


El 27 de agosto, asumiendo que había tendencias que buscaban una vía intermedia donde se unieran el trípode, protesta, insurrección y elecciones, hice un llamado al liderazgo juvenil para que protagonizaran esa vía que es distinta al paso a paso que ha venido planteando el Secretario General de Acción Democrática y sentía que con más fuerza se iba imponiendo dentro del seno del liderazgo opositor.


La realidad del 11 de septiembre.
Suspensión de la protesta desde finales de julio. Tampoco han existido estímulos, testimonios contundentes de la dirigencia que se transformen en la levadura del movimiento popular. La línea ha sido lo contrario.  Por lo tanto, un desplazamiento sin tiempo para que se produzca una coyuntura insurreccional; quedando como único camino el electoral. Imaginando que un gobierno como el que preside Venezuela -que no posee ninguna ideología, ninguna visión de mundo, sino es una organización mafiosa y déspota que tiene como único fin conservar el poder, enriquecerse y explotar a la sociedad marginalizándola- fuese capaz en algún momento de entregar el poder por vía electoral.  Imaginando que aquello que Capriles decía, en todas las manifestaciones, que se estaba en la calle porque se habían trancado todas las puertas y posibilidades;  ahora, gracias a la magia de algunas negociaciones ocultas que se hicieron en julio y con una legitimación de la Asamblea Dictatorial Constituida, es posible que en el 2018 entreguen el poder.

Mientras la dirigencia camina en esa ficción, liderada por Ramos Allup, se realiza unas primarias de forma ordinaria como si en el país no sucediera nada. Obviamente, la abstención fue brutal. Pero ciegos, sordos y no mudos, porque hablan, la dirigencia de la MUD, ahora sostienen que eso no quería reflejar una fuerza electoral, aunque la estrategia, exclusivamente, que se han planteado fuese electoral.

Esta crónica de una muerte anunciada es rescatable, porque las condiciones sociales, económicas y políticas no solo no han cambiado sino que el despotismo se ha profundizado. Basta decidir entre el camino que traza Ramos Allup, paso a paso electoral, que, por cierto, en términos de sus aspiraciones de migajas, sin transformación de raíz, le ha dado resultado a su partido y la decisión mayoritaria, la de  millones de venezolanos que apostamos a un cambio radical del gobierno, ratificada el 16 de julio, esto significa desplazar a Maduro del Poder, a través de la protesta, la insurrección y lo electoral.



No hay comentarios:

Publicar un comentario