jueves, 17 de abril de 2014

A LA ETERNIDAD EN LA COYUNTURA



Carta Homenaje  a mi maestro… A mis maestros…
Querido maestro Rigoberto Lanz. Hoy cumples un año que decidiste partir, que fuiste al encuentro con tus panas de siempre. ¿Cómo están los tragos con Miguelito Ron Pedrique? Bueno quería contarte que los panas, amigos y conocidos, parimos, casi, contingentemente, un libro sobre ti. Estoy seguro que lo gozarás. Escriben amigos de tu juventud hasta muchachos que están en plena formación. Es un libro donde hay voces múltiples, polifónicas, heterogéneas, heteróclitas. Al parto le quedan pocos días para dar a luz. Será una bella edición de Bid & Co. La portada es un trabajo de Felipe Herrera, fotografiado por Nelson Garrido. ¿Te acuerdas de la bella foto que te hizo Andreína Mujica? Pues ella se sumó al proyecto enviando tu fotografía. No quisiera adelantarte demasiado. Te doy un abreboca, escribe desde tu amigo Carlos Blanco hasta Juan Barreto, desde tu amiga, compañera y madre de tus hijos Antonieta Rodríguez, hasta el más chamo Héctor Sánchez, claro que también está el núcleo duro, tus panas de Valencia, de la Universidad de Carabobo representados por Carmen Irene, de mi generación JJ Hernández, Javier Biardeau, Gonzalito Ramírez, Rafa Hurtado, Bertico Bracho, José Comenares. También escribe Xiomarita Martínez y Daisy Damario. No podía faltar la representación internacional, tu panita Roberto Follari, Martín Hopenhany, nuestros queridos amigos de Chile Rodrigo y Mauricio, también escriben los amigos del Zulia Ana Julia, Álvaro Márquez y otros que no nombro para no arruinarte la sorpresa… Bueno treinta voces distintas, una representación de casi todas nuestras universidades. Es un festín ético, estético y político. Cada uno escribió a su manera y estilo, desde su sentir. Hasta una reflexión llanera hay, realizado por el arpista antropólogo de Faces, tu amigo de tantas travesías, Víctor Rago. ¿Sabes quién hace el prólogo? Enzo Del Búfalo. Bueno, la vaina fue toda una contingencia. El director de Cultura de la Gobernación de Mérida se solidarizó e hizo el aporte de los recursos. Oscar Pérez y yo, hicimos los trabajos de carpintería. Ya sé que te enterraste de los seminarios que hicimos el año pasado. Este año, casi como todo el país, andamos medio complicado, pero haremos el esfuerzo de hacer un seminario y bautizar ese libro. Claro, Javier Biardeau me dice que el tiempo es de sobrevivir y después vivir… ¿Te imaginas cómo andamos por estas tierras?
Quiero decirte que me da mucha alegría mostrar tu pensamiento. ¡Claro! En este país, hay que hacer un montón de aclaratorias, porque nadie puede creer que muestre tu pensamiento y que yo piense distinto. ¡Qué cagada! Tenemos una ausencia de tradición intelectual, esa es la fuente sustancial de los malos entendidos. Justamente, sería lo más normal, lo más lógico que un discípulo conozca, perfectamente, el pensamiento de su maestro y, precisamente, porque fue formado por él, lo destruya para hacerse del suyo. Los grandes nos dan ese ejemplo como marca, como huella, Sócrates, Platón, Aristóteles…
Con Jesús Puerta he venido discutiendo –sí, también escribe en el libro-, el amigo sigue pensando maniqueamente, como he mostrado tu crítica lapidaria a la ignorancia enciclopédica de la izquierda, me dice que si yo creo que eres liberal… ¡Por Dios!... Al parecer, no recuerda o no quiere recordar que eres un jacobino extremo y tú crítica se extendió a la cultura. Tu radicalidad te condujo a plantear no un cambio político, sino un cambio de la civilización. Tu apuesta fue por otras maneras de pensar y hacer, más allá de las izquierdas y las derechas. Tu utopía era cambiar las prácticas, los modos de relacionarse, en el lenguaje de Enzo, la apuesta por la configuración de un hombre soberano cuya práctica es la de responsabilizarse por sus deseos, pasiones, intereses, ideas en interacción con otros de la misma estirpe en condiciones simétrica confrontando toda acción despótica, identificándose nómadamente, en múltiples y diversas comunidades, donde configura consensos transitorios y disensos transitorios a partir de las coyunturas del devenir, a tal propuesta le llamaste Posmodernidad Crítica Radical. Perdona que me ría Rigo, recordé a un autor que me apasiona en estos días Michel Onfray, un hedonista nietzscheano que es otro utópico. Se plantea descritianizar a la civilización occidental… ¿te imaginas semejante tarea?
¿Sabes lo curioso de todo esto? Es que tanto Onfray como tú, plantean asuntos de la vida cotidiana, asuntos prácticos que quizás uno puede asumir, vivir, sin el carácter grandilocuente de la empresa que se colocan como horizonte. Creo que me estoy volviendo minimalista… Y sospecho que eso ha sido producto de mis lecturas estoicas y epicúreas en todo estos años. Anoche, por hacer esta reflexión, empecé a leerme, nuevamente, es texto duro de Adorno, Mínima Moralia.
Quisiera agradecerte haberme formado en el CIPOST. Lástima que lo que queda de aquella empresa son despojos, por el analfabetismo funcional del burocratismo academicista. Te cuento que mi utopía pequeña será algún día imitarte en la construcción de un espacio similar, ya hay algunas iniciativas de amigos en esa dirección. Quería agradecerte esa experiencia porque para pensar la coyuntura actual, he apelado a un saber que tenía como en la gaveta. Como sabes, en mis últimos cinco años de vida, me he dedicado a la estética. Pero, entre el rigor de la ULA que me exige hablar de filósofos y sólo de filósofos y la situación política que me produjo una profunda ansiedad, una angustia vital, ontológica, no tanto por esa abstracción que llaman país, sino por mi familia, mis amigos, mis alumnos, conocidos que se encuentran dispersos en múltiples lugares y ubicaciones políticas, el sentir que se descoyunta mis comunidades, me condujo a volver a la biblioteca cipostciana.
¿Sabes? Me dio mucho orgullo afirmar que para abordar parte el acontecer político usé como herramienta los trabajos de John Harsanyi, autor que conocí, a través de una de sus colegas  y discípula más destacada, quien fue invitada de honor a la recepción del nobel en el año 1994, por parte del catedrático, nuestra cofundadora del CIPOST, Julia Barragán. ¿Sabes quién me ha dado luces? Parece mentira pero es así, nuestro cofundador Enzo Del Búfalo, miembro de número de la Academia de Ciencias Económicas. Me río Rigo recordando aquél famoso cuento entre nosotros que solía repetir Miguelito Ron Pedrique, a propósito de la ponencia de Enzo y el comentarista mexicano que días antes del evento en la UNAM, llamó bastante angustiado porque no comprendía de qué se trataba el punto, la ponencia y Miguelito decía, que se le dijo, “no se preocupe que aquí tampoco entendemos nada…” Pues sí, ahora mi enfoque para abordar los asuntos de las relaciones de poder, están atravesados por un afán de tratar de evaluar las prácticas de la subjetividades.  Todo el acervo de las discusiones sobre marxismo y sus múltiples derivaciones las tomé de nuestra Revista RELEA, de las exquisitas conferencias de Magaldy Téllez, otra cofundadora, recuerdo que siendo un chamo, sus trabajo me apasionaban porque trataban sobre educación y su mirada foucaulteana. La verdad -tal como leerás en el trabajo que realiza Xiomarita en el libro, donde recrea los conversatorios de los miércoles- ellos fueron mis verdaderas clase que hoy día le he sacado un provecho sin igual.
También debo decirte maestro que mi estilo de escritura tiene la impronta de un maestro que tuve en la Escuela de Filosofía, Arnaldo Esté Salas, quien me estimuló y me dio la libertad de expresarme, me generó la inquietud de buscar mi propia voz en la escritura, a partir de problemas pertinentes… Te lo cuento porque a veces las personas creen que uno nació de la nada. Me parece importante, rescatar esa historia para mostrar lo relevante de una educación  que se preocupe en formar personas para pensar. La universidad como una comunidad intelectual. En una coyuntura como la que vivimos ese horizonte debe ser una columna vertebral, para la reconfiguración de las instituciones.
¿Sabes un asunto curioso? Muchos creen que yo seguí tus investigaciones desde tus horizontes. No nos conocen. Como sabes bien, mi senda está a medio camino entre filosofía y literatura, abordando la cultura, la política y la sociedad desde las producciones literarias, esa impronta se la debo a otro cofundador del Centro quien era el que dirigía ese Programa de investigación, mi exquisito tutor de tesis doctoral, Agustín Martínez, nada que ver con los asuntos posmodernos. Gracias a esa impronta, en esta crisis, me he servido de escritores venezolanos que me constituyen Armando Rojas Guardia, Rafael Castillo Zapata y Miguel Márquez.
Pensaba en la mediocridad del país que supone que todos debemos etiquetarnos, derecha o izquierda. He dicho que me opongo. Gracias a la libertad que me dio Agustín en mi tesis doctoral, ¿recuerdas?, la inicié con una entrevista a mí mismo. En la pregunta cinco aludo al asunto de las etiquetas… Bueno ya desde aquél entonces, el año 2000, dudaba de esos asuntos, qué será hoy día… Esa entrevista me gusta tanto porque marcó todo mi desarrollo posterior, tanto que la incorporé en el libro sobre Armando. Te coloco la cita para que la recuerdes…
“5.- ¿Crees que la lectura que haces de Sabato se puede llamar nietzscheana?
Pienso que es peligroso colocar ese tipo de adjetivos. Déjame explicarte. A veces, no digo que sea tu caso, se coloca una etiqueta a un argumento, a una idea, a una lectura, a una investigación y se inicia la pelea con la etiqueta dejando relegado el argumento, la idea, la lectura, la investigación... y en ello reside el peligro, en el sentido de no ser afable con la propuesta, más allá, de las múltiples y diversas contraargumentaciones que se tengan; precisamente, en la medida que se es más afable con el pensamiento del otro, se es más contundente en la refutación. Para mí la afabilidad con el pensamiento del otro es una condición esencial de un ser que se diga intelectual, o que se preocupe por este tipo de problemas.
Tomando en consideración lo dicho, respondería así, con una imagen: Sabato le coloca, a mi manera de ver, un punto y coma a la proposición de Nietzsche sobre el arte como actividad metafísica de la vida, y le agrega una expresión como la siguiente: pero sobre todo, el arte de la ficción. En este sentido, sí, mi lectura es nietzscheana. Pero también, no a pesar sino por eso mismo, heideggeriana, kafkiana, bartheana, mannsiana y, no te olvides, alzuriana.”
La verdad Rigo, estoy muy agradecido, en medio del dolor que siento y la angustia vital por los acontecimientos que atravesamos. Tengo nostalgia de aquella época, como dijo José Rafael Herrera cuando se incorporó al Centro y vio nuestros debates, me parece estar en una especie de Escuela de Frankfort… Era la Escuela CIPOST que tú fundaste, a partir de la reflexión y larga experiencia de los Talleres de Investigación Militante que se transformaron en la base para imaginar un Centro donde el lema resumía el estilo: Espacio donde se celebra la diferencia y el debate riguroso de las ideas. Muchos en el libro que hicimos en tu honor, reseñan esa etapa extraordinaria de formación y también su disolución, la de aquél equipo verdaderamente fuera de serie.
Por supuesto Rigo, tus libros me acompañan, tu voz me configura, me he dedicado a pensar, a investigar, desde agosto del año pasado un solo aspecto de tu propuesta, el papel del diálogo en la configuración de una sociedad democrática. Creo que el soporte filosófico de tu propuesta está en uno de tus libros más denso: “La deriva posmoderna del Sujeto”, allí estableces el soporte del asunto dialógico, afirmas: Es en las prácticas discursivas, por tanto, donde se condensan de manera eficaz los procesos semióticos, mediante los cuales se agencian las reglas de sentido que hacen viable la sociabilidad imperante.” (Lanz R, 1998: 51) También, a propósito de las clases que dicto sobre Nietzsche en Mérida, me he dedicado en tu obra a ver la influencia nietzscheana, lo he realizado a partir de mis propios intereses estéticos. Lo dices claramente en tu libro El discurso posmoderno: crítica de la razón escéptica: “Para el marxismo oficial Nietzsche fue siempre “un filósofo idealista al servicio del nazismo”. Pasar de esta percepción maniquea e hiperideologizada a una recuperación simple y llana del pensamiento nietzscheano ha supuesto una especie de revolución teórica. (Lanz R, 1993: 165)
Todos esos asuntos, mezclados, lo he utilizado, a mi manera, durante la crisis que vivimos desde el 12 de febrero. Quería contártelo, como siempre te contaba mis cosas, porque tu ausencia configura una soledad en mi existencia insondable, es un hueco ácido que no he podido llenar. Aunque seguí tu recomendación de tener a Carmen Irene y a Oscar Pérez de consejeros, aunque piensen distinto, recuerdo que me dijiste, “precisamente por ello, pídeles consejos, siempre busca consejos de personas que piensen diferente dentro de nuestra comunidad intelectual”. Eso lo hago maestro, sin embargo echo en falta, tu humor estoico para abordar la coyuntura. Recuerdo que después que publicaste el artículo “CIPOST QEPD” del amigo Rodrigo Browne, a las semanas me llamaste. Y me dijiste, con una risa típica de tus ironías, “una muchacha llamada Milagros me llamó y que para revivir CIPOST, la pobre no se enteró que publiqué hasta su obituario” Hacías referencias los esfuerzos de aquél entonces de Milagros Müller, por tratar de recuperar lo irrecuperable, pero lo hacía con un humor, siempre como si no pasara nada. Ese espíritu lo necesito en esta coyuntura, porque es la condición para pensar con serenidad.
 Bueno querido amigo, recurrí a este estilo, en mi diario público, como el homenaje más íntimo que puedo hacerte, a un año de tu partida.
Un homenaje a ti es un homenaje a todos los maestros que me brindaste.
Finalmente, gracias maestro por enseñarme que la lucha contra el opresor, la lucha por la transformación de la sociedad con una opción por los pobres para que salgan del estado precario de sus condiciones materiales y existenciales, no está reñida con el deseo y práctica de una vida confortable, exquisita, hedónica, epicúrea. Precisamente, la elegancia del debate, la elegancia para la celebración de la diferencia, se manifiesta, también, en una elegancia en las pasiones y deseos, es la lucha por una sociedad de confort lo más generalizado posible… Gracias maestro por haber existido.
Se te quiere infinitamente.
Jonatan Alzuru Aponte
Miércoles 16 de abril 2014.

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