sábado, 7 de junio de 2014

AGRADEZCO Y ME EXPLICO

Quisiera agradecer los mensajes de los amigos y amigas que me estimulan a seguir escribiendo sobre la situación del país, agradezco las gratas palabras del siempre Decano y amigo Benjamín Sánchez en Noticias Universitarias a propósito de su interpretación de mis escritos, como una  ayuda para la comprensión de distintas esferas de lo que nos sucede, de lo que nos acontece…  Leer esto es recibir  un baño de estímulo….  La verdad les digo que en estos días he tenido experiencias gratísimas, recién dicté un seminario intensivo que creo que ha sido mi mejor experiencia académica en todos mis años de docente; realizo una introducción para compartirlo en la red…  Ánimo tengo….  Sin embargo ando en una pelea interna sobre mi responsabilidad….  Nosotros los que opinamos, los teóricos llegamos a conclusiones, muchas veces, aunque no lo decimos las sentimos apodícticas, clarísimas, casi como una revelación… pero el ámbito de la real política es un asunto distinto, se trata de decisiones donde se está en permanente cocción el cuerpo, de construcción de políticas que se ajustan dependiendo de los contextos, contingencias, intereses, avatares y muchas veces, las sacrosantas conclusiones se transforman en mamaderas de gallo frente el acontecer…
Yo estoy en una incertidumbre,  cómo me siento mejor, para ayudar a mi país… Parece un asunto ridículo, pero para mí es vital… Yo entré en una depresión porque me sentí profundamente irresponsable, cobarde y sin pantalones… ¿Por qué? Bueno, yo entré en depresión cuando arrestaron a Sairam Rivas…  
Yo conocí esa niña cuando se iniciaba en el mundo político universitario. Yo recién había terminado mi gestión como director del Centro de Investigaciones Postdoctorales y volvía a dar clase en pregrado en Trabajo Social. Ella me pidió un consejo de campaña y le dije defiende la academia, plural, amplia, sin plantearte el dilema chavista-antichavista, otros profe a quien también pidió opinión le dieron consejos similares  y así ganó; porque la única manera de alcanzar la cantidad de votos que obtuvo, fue porque muchos estudiantes chavistas que estaban en contra del malandraje como ejercicio político, votaron por su opción. Ese día fue cuando me golpearon, y el grupo de Sairam  tuvo la misma suerte que la mía, luego ella recibió una tunda. Yo opté por irme de la UCV, en comisión de servicio para la ULA, porque no soporté la presión, porque tuve miedo, porque estaba indignado por la actitud antisolidaria de muchas de mis autoridades que defendía quizás con razón un mural o  un espacio porque la bella UCV es patrimonio mundial de la humanidad y no a un docente de cuarta categoría como yo… me sentí huérfano. Me fui asqueado. Sé que en mi corazón perdoné a quienes hicieron eso, a los inconscientes muchachos que lamentablemente se están configurando como unos vándalos (porque sus golpes se transformaron en un cambio de timón en mi existencia, para bien), pero no he podido perdonar a mis colegas y sé que eso no es bueno para mí, debo resolver ese asunto en mi interior, es mi materia pendiente. Yo había pensado que lo había superado pero no... El caso de Sairam y la babosa indiferencia de su casa de estudio me revivió mi dolor, mi repugnancia....  sé que debo superar esto porque el asunto es mi percepción eso me lo digo a mí mismo....  pero no le he superado, así de sencillo.
Tengo dos años sin pisar mi alma mater, ni me acerco cuando estoy en Caracas. Eso me ha permitido crecer intelectualmente al permenecer bastante tiempo enclaustrado investigado, leyendo, trabajando en el libro que me comprometí con el Centro de Investigaciones Estéticas de la ULA y tener unas experiencias académicas extraordinarias, en otros ámbitos, en otras casas donde siempre me siento como extranjero… pero al final de las cuentas no luché, abandoné mi espacio, con buenas razones seguramente, pero esa fue la realidad y es mi realidad. Todavía me siento incapaz de luchar en ese espacio que era el espacio donde me correspondía hacerlo. Todavía siento como una amargura infinita tener que pisar algún día ese recinto donde me formé; créanme, sólo pensarlo me da dolor de estómago y no por los grupos que se comportan como salvajes que claramente he manifestado mi posición frente a esa actitudes crapulosas, sino por algunos profesionales  decentes y perfumados que habitan allí.
Todavía conservo todos y cada uno de las entrevistas en la prensa que le hicieron a Sairam donde me defendía y abogaba por mí… Ella siguió, por valentía, por temeridad, por convicción, por locura juvenil, por amor a la patria, porque piensa desarrollar una vida política y sueña con ser presidenta, por lo que sea… no sé por qué siguió ni mi interesan las razones, ni creo en definiciones, sólo ella sabe por qué siguió, si acaso lo sabe… pero siguió, lo arrecho es que siguió… Y allí está presa, una muchacha sin experiencia de vida, como el niño Coello y tantos otros… En los asuntos políticos es muy fácil pensarlos desde las bibliotecas, esa experiencia también la conozco o lo que es peor con categorías sin atención al hombre concreto, porque bueno él tiene que entenderse con la estrecha construcción de un concepto, una noción ¡Válgame Dios!… entonces me dije… ¿Hasta dónde soy capaz de jugármela? ¿De qué es capaz mi cuerpo? Sin show mediático ni vocación de padre de la patria; con la película de mi familia en la cabeza... Y eso me produjo un silencio desgarrador…
Yo sé que la lógica comunicativa de la política y casi de en todas las esferas de la vida en común, en la modernidad, se caracteriza por la estrategia de Michel Corleone, nunca digas lo que piensas… pero yo me he propuesto hacerme distinto… mi tarea es hacerme uno con mi palabra, responder por mis palabras y mis actos… o, por lo menos tender hacia allá… La verdad a mí no me importa que quienes nos dirijan en cualquiera de los bandos que se ubiquen, sean una partida de irresponsables, inmorales y payasos o que mi cuento a usted ni siquiera le parezca plausible para ser pensado, tal vez ni se lo plantee o, quizás le parezca ridículo que yo ande en eso… Pero mi asunto es responder por mí ante mismo, sobre manera y, luego, en un segundo orden y lejano, frente a la otredad, más allá que comprenda, comparta o no, mis decisiones y acciones; lo que si estoy clarísimo que mis acciones debo asumirla como si fuesen el último día de mi vida, para bien o para mal, asumo los costos de mi decisiones y cuando lo hago sin meditar lo debo asumir con más rigor.. Lo cierto del asunto es que nadie puede evaluarme mejor que yo mismo y sólo con los íntimos, pongo sobre la mesa mis decisiones para pensar lo que considero que merece interlocución.
Y en estos momentos no tengo claridad de qué hacer, cómo hacerlo y de sentirme contento conmigo en esa práctica… Casi por contingencia he vuelto a conectarme con mi oficio de docente y ha sido verdaderamente grato y bautizaré el libro y asistiré al congreso y daré clases con placer… pero en el ámbito de la política nacional, no lo sé…  Es posible que vuelva a escribir y decida que ese es mi papel o, quizás me dedique a la academia o me limite a lo que se me presentó en el seminario que recién dicté y compartiré para aquellos que deseen leerlo, allí creo que daré un aporte pequeño al país o… pero estoy en esa búsqueda… Tampoco me acelero, me estoy dando mi tiempo para pensarme, racional y emocionalmente…
Me sentí con el deber de escribir esto, sobre todo, por los amigos, conocidos o no, quienes me han enviado bellos mensajes, de distintas formas, para que escriba… Como ven, no soy un buen político, tal como lo entienden aquellos que tienen la mirada siempre puesta en el otro y justifican todas sus acciones y consideran que en un país latinoamericano lo mejor es ser un macho al estilo superman, aunque tengan ovarios… pues yo no soy así y, además me encanta que cada día me distancie de ser así… aunque a veces, contradictoriamente se me salen esos personajes de comiquitas, los superhéroes, que también me configuran, porque viví muchísimos años con ese disfraz…  eso son mis poliyó como decía ese extraordinario filósofo, en el sentido estricto y riguroso del vocablo, que escribió ensayos, cuentos y poesía que se llamó, jugando con otro heterónimo más, Eugenio Montejo.
Saludos.

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