jueves, 7 de marzo de 2019


EL AQUÍ Y EL AHORA
Jonatan Alzuru Aponte
¿Usted me pregunta cómo será el gobierno de transición? No lo sé. ¿Cuándo y cómo se darán las elecciones libres? No lo sé. ¿Utilizaría mi tiempo para ilustrarme cómo sería? No. ¿Dedicaría un segundo de mi tiempo, para pensarlo? No. ¿Por qué? Porque intento, aprender a pensar con la metodología propuesta por algunos de los grandes maestros de la práctica política, del arte de la política.  No me refiero a las ideologías ni a las corrientes de pensamientos, sino a criterios de abordaje del acontecer. Ejercicios para pensar políticamente.

Maquiavelo en El Príncipe, a lo largo de todo el libro, toma ejemplos de los romanos para describir y caracterizar cómo tomaban decisiones; se dedica argumentar por qué fallaban en algunos casos y dónde estaba la virtud en otros. Los griegos eran grandes teóricos de la política; pero los romanos tenían pericia en el ejercicio del poder, no es casual que el imperio romano tenía una extensión inimaginable, prácticamente Europa, el norte de África y parte de Asia.  

Una máxima de uno de los grandes emperadores como Marco Aurelio, era: el pasado pasó y es inmodificable, el futuro es incertidumbre, lo único cierto del futuro es la muerte. Por lo tanto, ocúpate del presente.  

Quien se ocupa a discutir el futuro como si fuese el presente es literalmente un loco. Porque está discutiendo algo que no ha ocurrido y lo hace con la certeza que ocurrió; cuál Dios sabe,  “porque tiene experiencia del pasado”, que el futuro será así y no de otra manera. Y quien se dedica a contra argumentar, supone que no será así, sino de otra manera. ¿Qué discuten? Fantasía.

Me tiene sin cuidado que genios se dediquen a pensar la Venezuela del futuro. Cuando ese futuro sea mi presente, pues allí tal vez opine a favor o en contra; tal vez me radicalice al extremo y tome las armas o me meta a budista y camine como Gandhi por las calles de la ciudad o tal vez nunca me llegue porque Dios no lo quiera, mañana me da un infarto. Pérdida de tiempo, esas discusiones.

No sabemos ni siquiera cómo será el cese a la usurpación. Que si Acción Democrática, Primero Justicia, Voluntad Popular nos traicionan y… No me puedo ocupar de eso, porque es un futuro, cuando suceda tomaré mi decisión. Eso no depende de mí, ni de ninguno de los venezolanos de a pie. Que si Guaidó, está atrapado o lo coaccionan a negociar o espera que Trump le diga cuando va invadir, para él entregar a Venezuela a los gringos. Ésa es la responsabilidad de él, de los diputados de la Asamblea Nacional, discutirlo como si fuese una realidad no tiene sentido porque ninguno de nosotros somos responsables de esas decisiones; a lo sumo lo que podemos hacer los venezolanos cuando llegue ese momento, es responder y cada quien lo hará a su estilo y forma, celebrando o peleando. Eso es ocuparse de un futuro como si fuese una realidad que está pasando, eso es fantasía.

Lo que sí podemos discutir es lo que se está haciendo. Podemos discutir los criterios que han publicitado los líderes para tomar decisiones y evaluar si su actuar es coherente o no con los criterios que públicamente han expresado y, si evaluamos, que las decisiones son cónsonas con los criterios que públicamente han expresado, pues se respalda en lo que propone, en los cursos de acción donde implique las decisiones personales y colectivas. Cuando llamaron a unas elecciones fraudulentas, por ejemplo, algunos asistieron al acto electoral, según su evaluación y la inmensa mayoría del pueblo no asistió al acto. Y no se asistió porque esa decisión sí dependía de nosotros. Ser ciudadano implica autonomía de pensamiento. Que se tenga a un líder que dirija un proceso, jamás debe implicar hacerse súbdito. Valga la sinonimia, es como el director técnico de un equipo de fútbol, si no gana partido, se cambia y punto. En la práctica es lo que se ha hecho en estos años. Hemos tenido distintos directores técnicos.

El discurso de Guaidó y su actuar ha sido en representación, como lo es, de hecho y de derecho de la Asamblea Nacional. Posición cónsona con las propuestas del Frente Amplio Venezuela Libre, con relación a cómo enfrentar al despotismo. Esto es un movimiento inclusivo con participación del chavismo disidente, con amnistía, con formas de lucha pacíficas y articulado a un movimiento de presión internacional. Ése es el aquí y el ahora. Usted puede estar en desacuerdo con ese criterio político en el aquí y en el ahora. Lo que no puede decir es que hasta ahora ha sido incoherente el director técnico, es decir, el presidente Juan Guaidó.

Este camino es el más difícil, el más complejo, el que genera más incomprensión y desesperación, es verdad. Pero ha sido hasta ahora, el más efectivo. En articulación de una dirigencia diversa, en apoyo internacional y en menos costos de vida en las formas de lucha. Al déspota le interesa quebrar esa ruta y su manera será provocar violencia, porque la confrontación física, bélica, les beneficia; divide al concierto internacional, a la coalición nacional y transforma el holocausto en un asunto de izquierdas y derechas.  Por el contrario, la ruta de la Asamblea Nacional está colocando lo central del por qué nos hemos unidos los diversos y opuestos; porque estamos desesperados por la crisis humanitaria, por el holocausto, por las muertes infames como la del periodista Alí Domínguez, chavista disidente quien denunciaba la corrupción de la Universidad Bolivariana y según las declaraciones de prensa de los amigos sabían que estaba amenazado, por las bandas paramilitares.

Esta realidad, saber que hemos avanzado, peleando con uno de los peores monstruos de nuestra historia política republicana que tenemos un camino trazado con unos criterios; es la condición para el entusiasmo, pero debemos tener criterio de realidad: no estamos ni siquiera en la primera etapa de la ruta de reconstrucción que es el cese a la usurpación.  Ánimo y sindéresis, fuerza y prudencia; organización y entusiasmo; sin jamás perder nuestra condición de ciudadanía, de autonomía del pensar. Pensemos, discutamos lo que compete, el aquí y el ahora. Un jugador de fútbol que se dedica imaginar cómo meterá el gol, pierde el balón. Hay que estar con mente y cuerpo en el aquí y en el ahora. La distracción beneficia al déspota. No te dejes confundir.

PD: IMPORTANTE.  La ONG PLAN PAÍS que se fundó en el 2011, según señalan en su web, por unos jóvenes venezolanos que se encuentran en Florida; coincide su nombre con el presentado por Guaidó que es producto de un trabajo realizado consensualmente y puede leerse que son acuerdos mínimos.  Como ciudadanos tenemos que pedirles que se pronuncie esa ONG, hasta sería digno de aplauso que le cambiaran el nombre. Y si, por casualidad, el partido Voluntad Popular (asunto que sería un error político del cielo a la tierra, aún más cuando ahora pertenecen a la Internacional Socialista) piensa que ese pequeño grupo, por más brillante que sean, sustituye el trabajo de masa, el trabajo de intelectuales diversos, el trabajo de los diputados de la Asamblea que lo aclare. En esto no se puede ser tímido ni tibio. Dios vomita a los tibios, dice el apocalipsis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario