jueves, 17 de noviembre de 2016

VOLUNTAD POPULAR: ¿SERÁ MUCHO PEDIR QUE CONSOLIDEN TÁCTICAS?



VOLUNTAD POPULAR: ¿SERÁ MUCHO PEDIR QUE CONSOLIDEN TÁCTICAS?
Ismael  León diputado de Voluntad Popular, en una entrevista, ha sostenido que se trata de calle, calle y calle. Cuando se le preguntó por el objetivo  de la calle, planteó: “El adelanto de elecciones generales para el presidente, gobernadores y diputados”. ¿Cómo se podría lograr ese objetivo, en términos estrictamente procedimentales? ¿Acaso no necesitaría un CNE que lo instrumentalice? Pero antes que el CNE, ¿Acaso no se necesitaría una enmienda constitucional? Pero además, ¿Acaso no se necesitaría un Tribunal Supremo de Justicia que no impidiera la enmienda vía sentencia?
La vía para lograr ese objetivo implicaría necesariamente un acuerdo político con un gran sector del chavismo que apuesta a su sobrevivencia política y que está en desacuerdo con la forma de gobernar del actual Presidente. Obviamente, la cúpula que no desea diálogo por parte del gobierno no son mochos, tienen el poder y van boicotear las posibilidades de acuerdo. La incorporación del Gobernador de Aragua a la Mesa, muestra, por ejemplo, el poder de la cúpula que no desea diálogo. Su trabajo será torpedear toda posibilidad de acuerdo.  Ése es un terreno de lucha. Ciertamente, es necesaria una gran presión popular. La presión popular maximiza la necesidad de los acuerdos. Este camino es complejo, difícil, con avances y retrocesos… es cuesta arriba.
La caracterización que realiza el diputado de los dialogantes por parte del gobierno es compartida por todos los sectores de la oposición. ¿Quién puede creer lo contrario? Pero, en términos de la política práctica, para poder instrumentalizar cualquier salida es necesario el acuerdo político.
¿Otra vía distinta a la institucional? Existe, por supuesto. La lucha armada. En términos de lucha armada, la pregunta es la capacidad de fuego y organización que se tiene. ¿Con qué se cuenta? ¿Existe una organización popular armada? ¿Acaso se trata de aventurarse que un grupo de militares tomen el poder? ¿Quién tiene la mayor probabilidad de perder en una confrontación armada? En términos estrictamente prácticos, el gobierno tiene no solo a la Fuerzas Armadas, sino una pericia militar. La mayoría de sus diputados, gobernadores y ministros provienen de las filas militares.  Pero además tienen organizaciones civiles con experiencia en ese tipo de lucha.  Es decir, la probabilidad de la derrota es máxima en ese escenario.
Escenario que debe evaluarse también, en el contexto internacional. El día de ayer en la OEA, el gobierno de Venezuela se levanta porque se siente acosada tan solo porque algunos países miembros de la OEA, colocaron en agenda el asunto del diálogo en nuestro país y la crisis humanitaria que vivimos.  ¿Acaso esa presión no ayuda? ¿Qué sucedería si la oposición se levanta de la Mesa y opta por la lucha armada? Nos derrotan y quedamos aislados, nadie apoyaría en el ámbito internacional una lucha armada. Precisamente, es el mejor escenario para la cúpula corrupta, amalgama a sus filas y se le sirve en bandeja de plata un discurso para todos los escenarios internacionales.
La protesta pacífica exitosa siempre termina en un acuerdo político con el opuesto.  El caso de la India es emblemático en este aspecto. La desobediencia civil llevada a cabo por Gandhi, lo condujo varias veces a sentarse a conversar con el gobierno inglés.
Ahora bien, el gran problema de nuestros dirigentes políticos de la MUD, en estos momentos es que al parecer no son capaces de levantar la mirada procesar adecuadamente las diferencias. Y, están contando con un pueblo casi como si fuésemos autómatas. No se percatan que solo con una amalgama ética, donde muestren tanto en sus discurso como en sus prácticas que se acompañan y apuestan en los distintos escenarios uno por el otro, es que generarán esperanzas y fuerzas al pueblo.
                No se trata que el gobierno sea extraordinariamente hábil, sino que la torpeza narrativa de nuestros dirigentes, a veces, es demasiado grande. El costo de no aprovechar las fracturas del gobierno y sacar provecho de los distintos puntos de vistas en términos prácticos y pasarse el testigo -como en un juego de futbol donde cada uno juega una posición distinta pero se pasan el balón- es inmenso para el pueblo venezolano, para chavistas, antichavista y nini, a saber: que la cúpula corrupta y déspota se mantenga en el poder por más años aún con un mínimo de respaldo popular.
                Antes de que sigan declarando de un lado y del otro los dirigentes de la oposición, ¿podrán ponerse de acuerdo en discursos, tácticas y estrategias?

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