SÍNDROME
MONEDERO
Jonatan
Alzuru Aponte
El caso del intelectual Juan Carlos Monedero tiene una
multiplicidad de arista que, me parece, nos invita a reflexionar en múltiples
ángulos: podría resumirse el asunto como la relación entre la intelectualidad y
la política.
No es mi intención abordar el asunto desde una
perspectiva moral, dígase, la actuación buena o mala del intelectual español;
aunque no dejaré de señalar contradicciones entre sus discurso y sus prácticas,
pero es a mi entender lo menos
relevante.
Mucho menos cuestionaré la valía como intelectual del
pensador español, no es mi asunto ni soy evaluador de su producción
intelectual. Valga decir que he compartido en algunos escenarios académicos con
él, cuando hacíamos vida en el Centro de Investigación Postdoctoral de la UCV;
hasta una comida y unos tragos compartí. Así que mi enfoque no es un asunto de
amistad o enemistad, y lo resalto una vez más, tampoco de una valoración de su
vida privada.
Dos asunto me interesan: la asesoría intelectual a
gobiernos latinoamericanos y el financiamiento de partidos políticos.
1.- Intercambio
de oro por espejitos. La enfermedad de Macondo
Partiré para elaborar mis opiniones y argumentos de la
entrevista realizada a Juan Carlos Monedero en un Programa de la Televisión española
a comienzos del 2015; donde acepta que recibió por sus honorarios profesionales
425.000 euros, para asesorar a los gobiernos del ALBA, sobre la asunción de una
moneda común; tal como se hizo en Europa.
El intelectual
español, profesor de la complutense, fundó una empresa unipersonal el 23 de
octubre de 2013. Con dicha empresa (con un único propietario y trabajador,
obviamente) recibió, según información de prensa, por parte del gobierno
venezolano, la cantidad cercana a medio millón de euros. El intelectual en la
entrevista argumenta que ese pago se corresponde a dos años de trabajo. Que
además, las asesorías a gobiernos se pagan muy bien, en su caso sería cercano a
los 18.000 Euros mensuales; y su selección, según él, fue porque es un experto
que trabajó en su momento para la Comunidad Económica Europea. En el programa, el intelectual afirma que los
distintos países, se pusieron de acuerdo para realizarle un solo pago desde una
misma entidad.
¿Qué dirán mis
queridos amigos que se inscriben en la corriente sociológica llamada
poscolonialismo? No pienso en
los intelectuales que se oponen al gobierno de Maduro o de los intelectuales
que se oponen en cada país a sus gobiernos. Pienso en los intelectuales afectos
a la revolución bolivariana, a los intelectuales que se asumen de la izquierda
contemporánea latinoamericana; los que consideran que se está conduciendo el
proceso de transformación por el camino correcto, acertado. ¿Qué pensara de
esto, un profesor universitario afecto al gobierno que es titular, ha realizado
como mínimo cinco trabajos de investigación con jurados para alcanzar ese
escalafón, además de tesis doctoral, dedicado exclusivamente a la academia y su
salario no llega a 90 dólares mensuales?
Acaso, un intelectual puede ser más brillante que un
equipo de economistas, sociólogos, politólogos, filósofos, psicólogos; quizás,
supongamos, 12 de los más brillantes nacionales de cualquiera de los países del
ALBA, ¿no habrían aceptado por un salario mensual de un poco más de mil euros
mensuales por dos años realizar sendos trabajo sobre la moneda? Acaso, en
América Latina no hemos superado el síndrome del complejo de inferioridad… Pero esto es directo contra los intelectuales
que invitan a pensar desde América Latina, sobre América Latina… La estructura
de decisión de los países del ALBA, de creerle a Monedero, despreció a todos
sus intelectuales latinoamericanos para privilegiar la pericia del español.
¿Cómo se sienten con una noticia como esta? ¿Acaso no valoran su producción
intelectual? Jamás Monedero, por más brillante que sea, podía superar a un
equipo, multidisciplinario, aunque sea de cinco intelectuales, muy bien pagados
mensualmente, desde la perspectiva de cómo se valora la producción intelectual
institucionalizada en Venezuela. Más aun, en Venezuela, con toda seguridad, se
hubiese conformado un equipo de treinta intelectuales venezolanos y todos
hubiesen hecho un excelente trabajo sintiéndose felices de ganar 400 ó 500
euros mensuales, por dos años; porque en nuestro país el salario es de hambre,
alcanza si acaso para la cesta básica; si se encuentra en los escalafones de
más alto rango.
¿Qué dicen los amigos latinoamericanos afectos al
proceso bolivariano?
2.- La sonrisa
del idiota
Quizás un cínico podría mirarme y reírse en mi cara
diciendo “no seas idiota”, dando entender que es muy obvio que el partido
PODEMOS se fundó en enero de 2014 y esa “ayudita” era para el partido y no para
el profesor Monedero y, por lo tanto, no hay ninguna ofensa a la
intelectualidad bolivariana sino una estrategia de expansión del poder político
de América Latina en Europa; pero el profesor Juan Carlos Monedero no lo puede
decir porque va preso y, por eso, tiene que asumir una defensa de ese tipo. Quizás
mi imaginario interlocutor, complementaría su argumento diciendo: eso es lo que
siempre ha hecho el imperio norteamericano en los países latinoamericanos; de
allí que lo que es bueno para la pava es bueno para el pavo.
De suyo tal argumentación reconoce la ilegalidad de tal
acción; tanto de unos como del otro. Pero, de tras fondo, soporta la acción en
una lógica moral que supone que al hacerlo los que se inscriben en una mirada
de izquierda es legítimo porque su mirada política es verdadera, válida y
cualquier medio justifica el fin. De allí que hay una mirada política buena que
justifica las acciones y una mirada política mala que no justifica esa acción.
Ése es un razonamiento pedestre y callejero. Indigno de discutir en esos
términos; porque supone un núcleo de la verdad y la negación de la diferencia,
asumiendo el quehacer político como si fuese una verdad revelada y todo el que
la comparta está en el reino de los cielos y el que no, se encuentra en el
infierno.
Monedero, unos días antes del sonado caso, realizó otra
entrevista donde coloca como punto de agenda el financiamiento de los partidos
políticos y, mostrándose, para indigestión mía, como un humilde profesor que no
tiene para comprarse un par de calcetines, sino que tuvo que coser su calcetín
antes de ir al programa; sobre todo la indigestión se produce por la entrevista
tres meses después que se asume como asesor muy bien pagado.
Para mí el
asunto que se debe poner en el tapete, partiendo de una práctica que es
generalizada -tanto en organizaciones de izquierda, como derecha, como de centro
o entre partidos verdes- la cooperación financiera internacional, es hacer
transparente el acto. Si es legítimo para unos debe ser legítimo para todos…
¿Por qué no se legaliza? ¿Por qué no se establecen los límites? ¿Hasta cuándo vamos
a seguir en una política farisea de unos y de otros haciendo lo mismo? De
asumirse que tal práctica no es legítima y tampoco legal; ¿Por qué tenemos que
aceptar la de unos y no la de otros? ¿Por qué los que están en desacuerdo con
tal práctica no empiezan dando el ejemplo? ¿Dónde están los intelectuales
afectos al gobierno bolivariano pero autónomos en su pensamiento, confrontando
tal asunto o promoviendo una discusión distinta?
Es un tema
grueso e importante, de múltiples aristas, lo de la cooperación internacional
económica entre organizaciones afines… Es de otro tenor, más complejo y más
delicado, la cooperación entre gobiernos y partidos políticos de otros países… ¿Nos
atreveremos como sociedad a tratar de dar una discusión en ese sentido…?
Ahora bien, si
eso fue una ayudita a un partido de otro país; ¿podemos imaginar la necesaria
ayuda para el partido de gobierno, en las próximas elecciones a la Asamblea, para
mantener y acrecentar su poder?
A todas estas,
¿dónde están nuestros diputados, los de la oposición, revisando las partidas del ejecutivo?
Venezuela en el periódo odiado por los bolivarianos, no solo destituyó a un
presidente sino que lo metió preso, con un procedimiento pacífico, por desvío
de la partida secreta, por 250 millones de bolívares… ¿Dónde han llevado las denuncias? Si lo han
hecho, ¿por qué no la han publicitado de forma consistente?
3.- Nota para pensar
La experiencia
de PODEMOS, como una comunidad intelectual que se preocupa por su país, por la
política de su país; más allá que usted comparta o no sus argumentos y sus
visiones; es una experiencia interesante (si apartamos, por supuesto, para pensarla
la enfermedad, el síndrome Monedero -que apellido y acción la describen perfectamente-),
de cómo una comunidad intelectual se decide a participar en la vida política de
un pueblo.