sábado, 31 de octubre de 2015

CONVERSACIÓN DE CAFÉ.



CONVERSACIÓN DE CAFÉ
Jonatan Alzuru Aponte
A Enzo Del Bufalo.

-          ¿Por qué no hablas?
-          Porque no quiero persuadir, ni convencer y mucho menos, polemizar.
-          Es importante tu palabra.
-          Sí. Siempre y cuando trate del tema que tú quieres y digas lo que deseas; además, eso sí, de la forma como lo deseas.
-          ¡No! Por favor, habla de lo que tú quieras.
-          Lo que yo deseo es hablar de lo que hago; de ello he hablado. Ahora, estoy de regreso, me incorporo a un espacio donde no puedo hacer nada. Entonces, no puedo hablar de lo que hago, puesto que no hay nada que hacer.
-          Pero tú das clase; y...
-          Las clases son mi espacio para el performance de lo que hago. Allí explico lo que hago. Pero allí no se puede hacer. Es una experiencia como resultado de un hacer. Es una comunidad de diálogo de lo que hizo el maestro que entusiasma, seduce, estimula al discípulo a su hacer.
-          Pero… ¿es un asunto de dinero…?
-          Ojalá fuese solo de dinero. Hay una voluntad de aniquilamiento, en el mejor de los casos, contra sí mismo. Es una estrella que sigue mostrando su luz, pero dejó de existir hace años; hace rato que se extinguió, porque construyó la bomba y se la incrustó entre sus vísceras.
-          Pero se lucha contra el gobierno y tal vez....
-          Sí, lo sé. Y es justo. Jamás me había sentido tan explotado. Hace unos días recordé los Manuscritos económicos filosóficos de Carlos Marx y  pensé en el trabajo enajenado. El enajenado es incapaz de percibir cuando lo explotan y, por el contrario, ama al amo que le da de comer mientras lo esclaviza. Allí yo soy radical; estoy absolutamente de acuerdo contigo, en su importancia. Pero, y te pido por última vez que me escuches, porque no volveré hablar; porque te amo, te suplico que me escuches. Yo no hablo de eso. No me interesa aunque sé de su importancia; es que yo no quiero hablar de asuntos importantes. ¡No me entiendes! Me parece que lo importante es nimio en mi circunstancia; Lo estúpido, pasajero y baladí es mi asunto. Trato de asuntos sin importancia.  Tal vez… no lo sé, estamos en la misma circunstancia, aunque no lo sepas… solo tal vez.
-          ¿No es  vital, la condición económica?
-          Hay guerra cuando hay soldados y generales. Pero no hay ni generales ni soldados en mi espacio. Ojalá se hiciera la guerra o se construyera la paz, dos acciones opuestas pero que conforman momentos del vivir, prácticas constitutivas de la subjetividad. Pero esas prácticas no existen. Son simulacros.  Acá no hay sujeto; por lo tanto, no hay ni guerra ni paz.
-          No entiendo.
-          Pensando tanto en el otro, nos olvidamos de nosotros mismos. Se negó con tanta fuerza al otro que terminamos negándonos a nosotros mismos. Quien vive de la negación del otro, se hace esclavo de su negación. Es un muerto que camina. Hegel no era venezolano, sino alemán; es una verdad de perogrullo, pero marca unas distancias… desde el idioma hasta la época.
-          ¿Y?
-          La afirmación de sí, pasa por amar lo que nos constituye, nuestros deseos. Más aún,  no es tanto lo que se desea sino la voluntad de desearlo que se manifiesta en prácticas diversas.  Pero no hay deseos. Es la tierra de Ilóm. Recuerdas aquello del Gaspar Ilóm deja que a la tierra de Ilóm le chamusquen la ramazón de las pestañas con las quemas que ponen la luna color de hormiga vieja… Allí está el análisis científico del asunto.
-          Eres pesimista.
-          Ni optimista ni pesimista, me hago cargo de lo que acontece. Y quizás para tu gusto –que para hablar franco, me sabe a un bledo- tergiverso lo que acontece como toda fotografía; que siempre es una versión, porque no existen los hechos sino interpretaciones de acontecimientos en pugnas; y en este caso, la versión dominante es que estamos vivos y luchando;  y eso funciona... como toda ficción, para bien o para mal. Pero yo estoy… habito en otro mundo; la otra versión me es indiferente; yo habito la tierra de Ilóm, como quien fue a buscar a un tal Pedro Páramo; esa versión, en la que habito, me la cuento a mí mismo, aunque me chamusque las pestañas.
-          ¿Qué acontece?
-          La crónica de una muerte de un muerto anunciada por un muerto. Es Comala. El pueblo de fantasmas, distópico, descrito por Juan Rulfo.
-          ¿Quién será el difunto?
-          Los difuntos están transitando por las calles, beben ron y hacen bellos discursos.
-          Hablas como en metáfora, críptico. Típico de un filósofo.
-          Quizás, no lo sé. No estoy seguro a quién te refieres con ese nombre que identifica una práctica. El filósofo, no el profesor, vive para desarrollar su instinto. Solo hace una mueca para señalar el agua y ya. Seguramente ríe y sigue caminando. Cuando arde la casa no hace un discurso, no se interroga por el ser, ni indaga en las causas primeras; llama a los bomberos. El filósofo es quien tiene una interrogación como obsesión y no piensa en nada más sino en su obsesión, pero no deja de comerse un bocado de pan y bebe vino y vuelve a sus andanzas con ligereza obsesiva; con la misma liviandad que es capaz de dar latigazos a los hombres, para sacarlos fuera de sí, como a los mercaderes del templo; es aquél que toma agua como un camello, brinca como mono, piensa como pereza y corre como chita. Y yo, por el contrario, lo que hago es darte una palabra repetida, porque me la exiges, porque te quiero, aunque sé que no tengo nada que decir. No me refugio en el silencio, es  mi terremoto. Tú me dirás.
-          ¿Cómo interpretas todo este torbellino político?
-          No quiero seguir repitiéndome;  ya te lo he dicho.
-          Tal vez, no sé… podrías ser más específico, pienso publicar la conversación.
-          Un personaje del exquisito drama, publicado en 1992, titulado “La genealogía de la subjetividad”, escrito por el extraordinario narrador venezolano Enzo Del Bufalo, lanza una sentencia que quizás resume todo lo que yo pueda decir. Afirma: “(…) el dolor y la culpa siguen siendo instrumentos constituyentes de la memoria social; aunque, en sustitución de los antiguos, instaura sus propios sistemas de crueldad y terror para seguir inscribiendo en la carne viva los signos de la subjetividad.”
-          No entiendo.
-          Yo lo creo  importante, para…
-          Enzo no es narrador, es economista. Permíteme corregirte.
-          La mayor obra de ficción narrativa, entregada en fascículos, del occidente moderno es aquello que se llama Teoría Económica. Los idiotas, aquellos que no piensan en el bien común, viven atados, religados, místicamente, a sus abstracciones; creyéndose que caminan sobre el agua, mientras se fagocitan en la tierra. Enzo narra la eficacia de esa ficción en las prácticas sociales. Es un gran novelista.
-          ¿Acaso desvalorizas…?
-          No. La ficción es poderosa. Las cruzadas, los rescates de los lugares santos, durante el siglo XX que, por cierto, ese siglo no termina de morir en nuestro continente, están  marcados por el sino de esa ficción y de forma enajenada, como unos locos en un sueño que no saben que sueñan, el hombre se hizo ser en la abstracción, se hicieron como angelitos; por eso han florecido los infiernos. Esa enemistad profunda consigo mismo. La ficción es eficaz, puede conducirte a la princesa encantada o a las manos del lobo. La inocencia es creer que la ficción es la verdad y que se está en la verdad y no en la ficción o viceversa; allí empieza el terrorismo de lo abstracto.
-          Cada vez entiendo menos lo que hablas.
-          Porque cada vez piensas grueso, en grande, en abstracto.
En el espacio microfísico, en la alcoba, en el aula de clase, en la comunidad donde habitas con tus vecinos, es donde se inicia y culmina el aniquilamiento del cuerpo.  Pero también es el ámbito de la subversión contra el Dios de la Razón que se materializa en el poder del libro como rector de la vida cotidiana. El mercado y la revolución, el liberalismo y el socialismo, son los frutos del barco guiado por los libros. Pero, como para ti, ese mundo pequeño, trivial y sin importancia, como la alcoba, el aula, los vecinos, está explicado; y ya tus razones son las suficientes, entonces, dejas de interesarte. Te ocupas del estado como debe ocuparse un político de oficio, pero sin el oficio, ni la vocación; sino renegando de esa práctica mientras la ejerces como un simulacro; pero pidiendo respeto, exigiendo respeto,  -y te lo digo en clave de trabalenguas- simultáneamente, por lo que haces que no deseas hacer. Más aún, molestándote por aquellos que no respetan tu hacer que no es otra práctica, sino hacer lo que no deseas hacer, pero que tienes que hacer aunque no tengas pericia ni vocación y detestes a todos aquellos cuya vocación y oficio es lo que tú haces sin querer. Pero se entiende. No ves alternativa; por eso tu asumes responsablemente, la irresponsabilidad de jugar al como si; pero cínicamente lo haces, como quien juega a la ruleta rusa pero sin balas… De allí que tú asunto es conocer el gobierno de los otros y no el gobierno de ti, porque eso está claro y transparente y por ello eres indiferente.
-          Ahora, pareces un predicador.
-          Te predico, entonces, una sentencia Nietzscheana, la número ochenta, que la encontrarás, en ese libro proscrito, Más allá del bien y del mal; dice el santo o el demonio alemán, es irrelevante el calificativo en nuestro caso: Una cosa que queda explicada deja de interesarnos. ¿Qué quería decir aquél dios que aconsejaba: ¡Conócete a ti mismo!? ¿Acaso esto significaba: ¡Deja de interesarte a ti mismo! ¡Vuélvete objetivo!? - ¿Y Sócrates? ¿Y el hombre científico?
-          ¿Qué me quieres decir?
-          Yo no. Ya lo dijo Nietzsche. Simplemente repito el aforismo. Pero para comprenderlo, para  interpretarlo, tienes que rumiar como una vaca. Tomemos el café e inundémonos de silencio.
Caracas, 30 de octubre 2015.

viernes, 11 de septiembre de 2015

EL PROBLEMA CENTRAL EN VZLA

EL PROBLEMA CENTRAL
Jonatan Alzuru Aponte
El problema central para el gobierno es que puede perder las elecciones. La razón es muy sencilla: la oposición sin aumentar su cantidad de votantes puede ganarle, porque una mayoría seguidora de la revolución puede abstenerse, no cree en el gobierno del Cabello Maduro; una gran mayoría del pueblo chavista no ve salida y, por   ahora, están en expectativas… Hay una inmensa mayoría del pueblo que no ve opciones… Allí está la gran herida de la gata boliburguesa, de los ricos con disfraz de pobre, y de allí es explicable su violencia, que se incrementará cada día contra el pueblo, bien sea opositor, colombiano, guyanés o… el ó será largo, porque cada día irá variando hasta que logre conseguir su objetivo principal, a saber: amalgamar a sus seguidores para enfrentar a un enemigo, expresado esto, de forma diáfana, en las elecciones parlamentarias e intentar traer a su redil a los chavista que ya no soportan ni el rostro de sus dirigentes, no soportan el cabello maduro en sus espaldas….
El ABC del manual de cuarta categoría, recomienda en estos casos, maximizar a un enemigo exterior o provocarlo, para consolidar sus fuerzas. Esa es la máxima de trabajo que regula la campaña de los débiles del cabello maduro para las elecciones de diciembre.
Trató de amalgamar a su fuerza alborotando el nacionalismo y emprendió su guerra contra Guyana, pero hasta sus propios aliados bostezaban en el discurso de guerra. El sopor pudo más que el nacionalismo. La gata sintió la herida más honda. Como las cúpulas empresariales son ellos mismos y no saben qué hacer para producir y el precio justo está disparado a la injusticia, la emprendieron contra el pueblo colombiano, tratando de mezclar el nacionalismo con el dolor de estómago por el hambre… Pero el pueblo chavista sabe que los únicos que merecen el nombre de un insecto, como bachaquero, son los que autorizan el paso de gandolas petroleras, los de charretera que tienen manchada el alma con el hambre del pueblo;  ésos, los que dan la orden de golpear y golpean… Pues bien, el asunto se les complicó porque allí no hay bostezo sino dolor, tristeza y llanto por tantas familias que empezaron a sufrir el destierro, el desierto; además, el sufrimiento empañó los ideales; las utopías se hicieron añicos, porque el ideal de una patria grande, de los pueblos unidos de Latinoamérica, se vio pisoteado; la mano del poder fracturó el espíritu de  pueblos hermanos; los movimientos populares de Colombia y Venezuela, no pueden respaldar una acción sistemática, no contra las oligarquías ni contras los poderosos sino, contra los humildes y sencillos…  Allí se pone la cosa compleja, como picada de bachaco, rojo e intenso… entonces… La gata del cabello maduro, recurrió ayer al manual que le ha dado resultado en otras oportunidades: provocar a la oposición, para que se inicien otras confrontaciones.
Y lloverán, entonces, videos anónimos convocando a la guarimba, quizás un militar desaforado gritará que debemos derrocar al gobierno, adelantar un referéndum revocatorio y golpear al poderoso en las calles (promovido desde las zonas más oscuras del poder y respaldado por algún inconsciente, idiota –quién no sabe de qué trata el bien común- e irresponsable, opositor); de esa forma, piensan los poderosos boliburgueses, con un país revuelto y en conflicto, quizás podría levantar la cabeza la gata herida. Esa es la baraja que juegan en este momento. Y como la dirigencia opositora tiene una unidad pegada con saliva de loro, quizás, entonces, caiga una vez más en la trampa y su torpeza le dé un salvavidas a la gata del cabello maduro. Eso es lo obvio.
Lo que no es obvio, es la incertidumbre propia del devenir social. En los juegos sociales, las barajas nunca se terminan y entran y salen jugadores…  y los ríos pueden desbocarse o el agua puede filtrarse por donde quiera o, tal vez, se generen las condiciones para que florezcan alternativas... Eso no es solo un asunto del azar, sino de la firmeza frente al acontecer y la capacidad para articular a los movimientos sociales y políticos, en un momento y en un espacio determinado.
En estos tiempos se abre una compuerta, puede conducir a una fractura ética, estética y política que desbarate los huesos de nuestro pueblo o puede ser el crisol de un nuevo amanecer… Todo dependerá de la conducta no solo de los dirigentes políticos, sino de nuestras comunidades obreras, campesinas, profesionales, intelectuales, religiosas y sus voceros….  El juego se reinicia, se reinventa….  Y se tiene fecha para evaluar el comportamiento… al iniciar nuestro último mes del año 2015…. El futuro se construye con las acciones y las actitudes en el presente. Amanecerá y veremos

martes, 1 de septiembre de 2015

BORDES AL BORDE



BORDES AL BORDE
Dedicado a mi familia colombiana:
A mi hermana Tania y a sus hijas, a mi hermano Carlos y a sus hijos, a mi hermana Nancy y a sus hermanas de Congregación, a Juan  y a su familia, a Claudia y a su familia; a los fantasmas, titiriteros, poetas y juglares que vinieron de Bogotá para regalarme el fundamento de mi amor, mi amada esposa, Ninoska.
A la familia elegida que piensan al Borde, están al Borde y resisten todo desde Bordes: Otto Rosales Y Fania Castillo
A los sueños, fantasías e ilusiones de las niñas del borde, quienes quedaron sin lucero, y a los niños que perdieron el carrito de plástico en una tormenta que le borda la piel como surcos desgarrados.

Como la luna que alumbra
Por la noche los caminos
Como las hojas al viento
Como el sol espanta al frio
Como la tierra a la lluvia
Como el mar espera al rio
Así espero tu regreso
A la tierra del olvido

Cómo naufragan mis miedos
Si navego en tu mirada
Cómo alertas mis sentidos
Con tu voz enamorada
Con tu sonrisa de niña
Cómo me mueves el alma
Cómo me quitas el sueño
Cómo me robas la calma
(Carlos Vives)

Campana en el fondo del río. Miguel Márquez


La Virgen de Coromoto se fue en danta a Sorte;
y con Mariposas Amarillas se lanzó al Arauca, al Caroní, al Orinoco, al río de Sangre en medio de Boleros;
a media noche, donde la sabana se confunde con la mar, para escuchar el grito asfixiado del Borde.

Borde expresando bordes
Borde gimiendo Bordes
Borde rezando  Bordes
Borde sudando bordes
El negro Felipe al Borde
El negro oliendo los Bordes

El negro Felipe era blanco,

era un lobo guerrero blanco;

el negro Felipe, un blanco Loboguerrero…

un lobo blanco; negro guerrero; guerrero negro blanco, lobo blanco era el negro,
el vasco negro guerrero, el del altar de mi sueños, el negro Felipe cimarrón de mis luceros, Felipe el santo en Yaritagua, más allá de agua negra, del otro lado del cielo, en la nube izquierda del dolor, el negro era lo Máximo, el Máximo negro Guerrero, como un Lobo Blanco negro, blanco era el negro Felipe. 

El negro Felipe era un poeta, que danzaba con la lanza, montado en una Danta;
Felipe era el borde, pintor de soledad;
Borde de luz oscura;
el negro Felipe estaba en el Borde de luz,
a los Bordes de la oscuridad…

Yo soy el negro Felipe…. El Volcán Nevado de Ruiz…

soy la negra Lorenza
negra del Tuy, negra negra
noche con alma, tambor dormido bajo mi pecho
tengo un dolor de candela
corazón rojo por dentro, corazón negro por fuera
corazón sombra del blanco,
tengo rebelde el pelo, tengo rebelde las manos, manos trenzadas
(Madera)

Tengo rebelde el pelo, tengo rebelde el alma, tengo rebelde el cuerpo, el volcán rebelde del ojo, el ojo rebelde de llanto, soy Lorenza, soy Felipe, soy madera fina, en el fondo del río tiembla Venezuela; en el fondo del río, tiembla; tiembla, en el fondo del río.

La fina madera, tiembla Venezuela; terremoto de sangre y de dolor, tiembla Venezuela; madera fina del tambor dormido, tiembla Venezuela; Changó y Obatalá, tiembla Venezuela; estrellas de Yuca, tiembla Venezuela; cambures y flores, tiembla Venezuela; obatalá ubá moró, tiembla Venezuela; padre nuestro que estás en el cielo, tiembla Venezuela; desiertos y mares, tiembla Venezuela…. Padre nuestro, tiembla Venezuela… en el fondo del río tiembla Venezuela, en el fondo del río, en el fondo del río.

Soy Lorenza, soy Felipe, soy volcán, soy sueños… soy el temblor de tu piel, en el fondo del río… Tiembla Venezuela.

¡Tiembla Venezuela!
Venezuela
Tiembla
En el fondo del río
Tiembla, tiembla, en el fondo del río.

Nací en 1600, según cuenta la leyenda, en Cartagena, en Cali, en Bogotá, en Santa Marta, en Bucaramanga, en Medellín, en los maizales cargados del mar rojo de llanto y silencio;
el negro Felipe nació en el fondo del río, cuando el tirano mandó, en el fondo del río y vino aquí… y vino aquí… al centro de mi infancia, en el fondo del río… en el fondo del río, tiembla Venezuela.

La historia de mi patria es la historia de mi infancia;
La historia de mi patria es la historia del Caribe entre guayabas y boleros, como una misa de turpiales y becerros, como un guaguancó en viacrucis.
Y vino aquí, a Barlovento, a parir su niño de Varsovia…
Ese niño hizo estrella,
rueda de camión muerta,
estropajo de mamones;
acurrucado,
con la piel agonizante,
habló con los ojos al viento:
Tiembla Venezuela
Tiembla Venezuela
En el fondo del río

Yo nací un jueves,
quizás lunes con aguacero y sol,
con la piel de sardina y los dientes de olivo;
yo nací con uñas de dragón; nací en Cafarnaúm, en Nazaret, en Belén, en Magdala, en Cubagua, en Antioquia, en Valdivia, en el viejo San Juan;
Yo nací en Caracas,
justo en el centro de Bogotá;
yo nací el día de la huella, cuando el ritmo se apagó y quedó un rumor de sonido seco en el fondo del río, campana;

Que no me anden con la campana que yo soy el campanero
Campana pan, campanero, campana pin, pin
Pin duele, pan llora
y
agrio,
en el fondo del río;
en los bordes de mi piel, en el fondo del río.
En el fondo del río
Tiembla Venezuela
Campana, en el fondo del río.

Yo nací sin escuela, sin padre ni madre, fui parido por estrellas que se comieron un puñado de arroz;
indigestadas dieron a luz
una luz con asma, en el fondo del río;
en el fondo del río, tiembla Venezuela.

Yo nací como bofetada de rinoceronte, entre apamates embriagados, con un sexo triste, tristísimo y sin sueño;
como si el látigo del fusil quemara el alma.
Yo nací con el sol en el lomo, como  ave fénix con patas de cocodrilo;
yo nací en la selva de Auschwitz,
entre Vietnam y el Tibet,
entre Managua y el arrabal de Coche,
inclinado a los pies de la Cruz en San Cristóbal,
en la Parroquia de San Luis, donde los sauces no han detenido el sudor de sangre que huele azufre.

En el fondo del río, campana.
Campana en el fondo del río
Campana en campana en campana encampana encampana
Nan nan nan nan nan
En el fondo del río
Campana ahogada al Borde
En el fondo del río
Afónica campana
En el fondo del río
Río llorando Bordes
Bordes llorando ríos
Campana llorando ríos, bordes
En el fondo del río

El borde, inglesamente íngrimo, solitario, se levantó de madrugada, sin ojo, sin brazos, con  retazos de piel sudaca, piel caliche, piel de negro, veneco,
tiembla Venezuela en el fondo del río.
Borde llorando bordes
Borde gimiendo el borde
Borde sangrando bordes
Campana en el fondo del río

Solo deseo que escuchen mi grito desgarrado, aislado, insurrecto, como un volcán de llantos y pañales, como una orilla de rodillas indigestada de Dios, como vagina de puta sin consuelo, sin respiro sin amor, como un rosario sin vela, como monja sin Cristo en el fondo del río…

Amigos del Borde, al Borde, desde mi Borde quiero que escuchen mi baile, Dionisio llorando Apolo, Dionisio llorando Cumbia, Apolo cantando Samba Catedral  de sal, en el fondo del río, campana …

Amigos quiero lamerlos
que sientan mi lengua desgarrada vomitando azucenas como campana en el fondo del río…
Me desperté sin piel, como si el abismo jugara una partida de ajedrez con los aguacates;
Me desperté con un mango podrido entre los dientes…
 El rancho se hizo Macondo y a Bogotá le dolió Caracas en su vientre;
Me desperté sin piel y vomitando, en el fondo del río
Me desperté con un canto chamánico, cantos de Urdaburú, en la cima del oro, donde se perdieron los peregrinos buscando Compostela, con mujeres de piel de cabra y hombres con caras de amapola;
Borde cargando Bordes
Borde sudando Bordes
Campana sangrando Bordes
En el fondo del río
Venezuela en el fondo del río
Venezuela tiembla en el fondo del río
Venezuela campana sangrando
En el río Borde
Bordes en el fondo del Borde


Me desperté donde se confundieron las lenguas; irlandeses, portugueses, griegos y romanos dieron fiesta;
Roma se impuso como un vaticano destrozado, como si el alarido de la piedad navegara en las riveras del Magdalena… en el fondo del río. Campana.
Me desperté para gritar tierra sedienta de tierra, tierra de duraznos grises, comandando al río, destrozando bordes.
Trochas gimiendo ríos, campanas, silencios colgados del cielo, los besos del morichal están huyendo porque el alcaraván está llorando junto a la luna…
Me desperté con alaridos naranjas
Me desperté con la piel en llama y lengua de serpiente
Quiero gritarles
Desde el Borde
Quiero que escuchen
En el Borde
Desde el Borde de mis uñas
Quiero una lluvia de teteros como mares de almendrones,
como cabello de virgen en la ensalada del amor.
Quiero una lluvia de almendrones, en el fondo del río
limones con cáscaras de muñecas, trapos con ungüento de palma como campanas en el fondo del río…
Allí está una vieja de dos meses de nacida,
llorando vida
los hijos que no tuvo al Borde del silencio
con la piel de Amaranta Úrsula y ojos de loca,
la loca Luz Caraballo dice del decreto del juez,
 como campana en el fondo del río.

Me duele la querencia
El sol de los venados
No hay caimanes en el río
y no hay Mercedes que se bañe
No hay amigos, no hay pésames, no hay luna, no
hay campana, no hay morichal, la guácara quedó sin orilla y sin lucero
no hay banderas
todo arde
Bordes
Borde
Bordes

En el fondo del río
En el fondo del río
En el fondo del río.

En el fondo
No hay
Campana
Solo llanto
 silencio.

Jonatan Alzuru Aponte.
Desde Caracas, llorando mis fronteras, un primero de septiembre del año de pascua, 2015.