martes, 1 de septiembre de 2015

BORDES AL BORDE



BORDES AL BORDE
Dedicado a mi familia colombiana:
A mi hermana Tania y a sus hijas, a mi hermano Carlos y a sus hijos, a mi hermana Nancy y a sus hermanas de Congregación, a Juan  y a su familia, a Claudia y a su familia; a los fantasmas, titiriteros, poetas y juglares que vinieron de Bogotá para regalarme el fundamento de mi amor, mi amada esposa, Ninoska.
A la familia elegida que piensan al Borde, están al Borde y resisten todo desde Bordes: Otto Rosales Y Fania Castillo
A los sueños, fantasías e ilusiones de las niñas del borde, quienes quedaron sin lucero, y a los niños que perdieron el carrito de plástico en una tormenta que le borda la piel como surcos desgarrados.

Como la luna que alumbra
Por la noche los caminos
Como las hojas al viento
Como el sol espanta al frio
Como la tierra a la lluvia
Como el mar espera al rio
Así espero tu regreso
A la tierra del olvido

Cómo naufragan mis miedos
Si navego en tu mirada
Cómo alertas mis sentidos
Con tu voz enamorada
Con tu sonrisa de niña
Cómo me mueves el alma
Cómo me quitas el sueño
Cómo me robas la calma
(Carlos Vives)

Campana en el fondo del río. Miguel Márquez


La Virgen de Coromoto se fue en danta a Sorte;
y con Mariposas Amarillas se lanzó al Arauca, al Caroní, al Orinoco, al río de Sangre en medio de Boleros;
a media noche, donde la sabana se confunde con la mar, para escuchar el grito asfixiado del Borde.

Borde expresando bordes
Borde gimiendo Bordes
Borde rezando  Bordes
Borde sudando bordes
El negro Felipe al Borde
El negro oliendo los Bordes

El negro Felipe era blanco,

era un lobo guerrero blanco;

el negro Felipe, un blanco Loboguerrero…

un lobo blanco; negro guerrero; guerrero negro blanco, lobo blanco era el negro,
el vasco negro guerrero, el del altar de mi sueños, el negro Felipe cimarrón de mis luceros, Felipe el santo en Yaritagua, más allá de agua negra, del otro lado del cielo, en la nube izquierda del dolor, el negro era lo Máximo, el Máximo negro Guerrero, como un Lobo Blanco negro, blanco era el negro Felipe. 

El negro Felipe era un poeta, que danzaba con la lanza, montado en una Danta;
Felipe era el borde, pintor de soledad;
Borde de luz oscura;
el negro Felipe estaba en el Borde de luz,
a los Bordes de la oscuridad…

Yo soy el negro Felipe…. El Volcán Nevado de Ruiz…

soy la negra Lorenza
negra del Tuy, negra negra
noche con alma, tambor dormido bajo mi pecho
tengo un dolor de candela
corazón rojo por dentro, corazón negro por fuera
corazón sombra del blanco,
tengo rebelde el pelo, tengo rebelde las manos, manos trenzadas
(Madera)

Tengo rebelde el pelo, tengo rebelde el alma, tengo rebelde el cuerpo, el volcán rebelde del ojo, el ojo rebelde de llanto, soy Lorenza, soy Felipe, soy madera fina, en el fondo del río tiembla Venezuela; en el fondo del río, tiembla; tiembla, en el fondo del río.

La fina madera, tiembla Venezuela; terremoto de sangre y de dolor, tiembla Venezuela; madera fina del tambor dormido, tiembla Venezuela; Changó y Obatalá, tiembla Venezuela; estrellas de Yuca, tiembla Venezuela; cambures y flores, tiembla Venezuela; obatalá ubá moró, tiembla Venezuela; padre nuestro que estás en el cielo, tiembla Venezuela; desiertos y mares, tiembla Venezuela…. Padre nuestro, tiembla Venezuela… en el fondo del río tiembla Venezuela, en el fondo del río, en el fondo del río.

Soy Lorenza, soy Felipe, soy volcán, soy sueños… soy el temblor de tu piel, en el fondo del río… Tiembla Venezuela.

¡Tiembla Venezuela!
Venezuela
Tiembla
En el fondo del río
Tiembla, tiembla, en el fondo del río.

Nací en 1600, según cuenta la leyenda, en Cartagena, en Cali, en Bogotá, en Santa Marta, en Bucaramanga, en Medellín, en los maizales cargados del mar rojo de llanto y silencio;
el negro Felipe nació en el fondo del río, cuando el tirano mandó, en el fondo del río y vino aquí… y vino aquí… al centro de mi infancia, en el fondo del río… en el fondo del río, tiembla Venezuela.

La historia de mi patria es la historia de mi infancia;
La historia de mi patria es la historia del Caribe entre guayabas y boleros, como una misa de turpiales y becerros, como un guaguancó en viacrucis.
Y vino aquí, a Barlovento, a parir su niño de Varsovia…
Ese niño hizo estrella,
rueda de camión muerta,
estropajo de mamones;
acurrucado,
con la piel agonizante,
habló con los ojos al viento:
Tiembla Venezuela
Tiembla Venezuela
En el fondo del río

Yo nací un jueves,
quizás lunes con aguacero y sol,
con la piel de sardina y los dientes de olivo;
yo nací con uñas de dragón; nací en Cafarnaúm, en Nazaret, en Belén, en Magdala, en Cubagua, en Antioquia, en Valdivia, en el viejo San Juan;
Yo nací en Caracas,
justo en el centro de Bogotá;
yo nací el día de la huella, cuando el ritmo se apagó y quedó un rumor de sonido seco en el fondo del río, campana;

Que no me anden con la campana que yo soy el campanero
Campana pan, campanero, campana pin, pin
Pin duele, pan llora
y
agrio,
en el fondo del río;
en los bordes de mi piel, en el fondo del río.
En el fondo del río
Tiembla Venezuela
Campana, en el fondo del río.

Yo nací sin escuela, sin padre ni madre, fui parido por estrellas que se comieron un puñado de arroz;
indigestadas dieron a luz
una luz con asma, en el fondo del río;
en el fondo del río, tiembla Venezuela.

Yo nací como bofetada de rinoceronte, entre apamates embriagados, con un sexo triste, tristísimo y sin sueño;
como si el látigo del fusil quemara el alma.
Yo nací con el sol en el lomo, como  ave fénix con patas de cocodrilo;
yo nací en la selva de Auschwitz,
entre Vietnam y el Tibet,
entre Managua y el arrabal de Coche,
inclinado a los pies de la Cruz en San Cristóbal,
en la Parroquia de San Luis, donde los sauces no han detenido el sudor de sangre que huele azufre.

En el fondo del río, campana.
Campana en el fondo del río
Campana en campana en campana encampana encampana
Nan nan nan nan nan
En el fondo del río
Campana ahogada al Borde
En el fondo del río
Afónica campana
En el fondo del río
Río llorando Bordes
Bordes llorando ríos
Campana llorando ríos, bordes
En el fondo del río

El borde, inglesamente íngrimo, solitario, se levantó de madrugada, sin ojo, sin brazos, con  retazos de piel sudaca, piel caliche, piel de negro, veneco,
tiembla Venezuela en el fondo del río.
Borde llorando bordes
Borde gimiendo el borde
Borde sangrando bordes
Campana en el fondo del río

Solo deseo que escuchen mi grito desgarrado, aislado, insurrecto, como un volcán de llantos y pañales, como una orilla de rodillas indigestada de Dios, como vagina de puta sin consuelo, sin respiro sin amor, como un rosario sin vela, como monja sin Cristo en el fondo del río…

Amigos del Borde, al Borde, desde mi Borde quiero que escuchen mi baile, Dionisio llorando Apolo, Dionisio llorando Cumbia, Apolo cantando Samba Catedral  de sal, en el fondo del río, campana …

Amigos quiero lamerlos
que sientan mi lengua desgarrada vomitando azucenas como campana en el fondo del río…
Me desperté sin piel, como si el abismo jugara una partida de ajedrez con los aguacates;
Me desperté con un mango podrido entre los dientes…
 El rancho se hizo Macondo y a Bogotá le dolió Caracas en su vientre;
Me desperté sin piel y vomitando, en el fondo del río
Me desperté con un canto chamánico, cantos de Urdaburú, en la cima del oro, donde se perdieron los peregrinos buscando Compostela, con mujeres de piel de cabra y hombres con caras de amapola;
Borde cargando Bordes
Borde sudando Bordes
Campana sangrando Bordes
En el fondo del río
Venezuela en el fondo del río
Venezuela tiembla en el fondo del río
Venezuela campana sangrando
En el río Borde
Bordes en el fondo del Borde


Me desperté donde se confundieron las lenguas; irlandeses, portugueses, griegos y romanos dieron fiesta;
Roma se impuso como un vaticano destrozado, como si el alarido de la piedad navegara en las riveras del Magdalena… en el fondo del río. Campana.
Me desperté para gritar tierra sedienta de tierra, tierra de duraznos grises, comandando al río, destrozando bordes.
Trochas gimiendo ríos, campanas, silencios colgados del cielo, los besos del morichal están huyendo porque el alcaraván está llorando junto a la luna…
Me desperté con alaridos naranjas
Me desperté con la piel en llama y lengua de serpiente
Quiero gritarles
Desde el Borde
Quiero que escuchen
En el Borde
Desde el Borde de mis uñas
Quiero una lluvia de teteros como mares de almendrones,
como cabello de virgen en la ensalada del amor.
Quiero una lluvia de almendrones, en el fondo del río
limones con cáscaras de muñecas, trapos con ungüento de palma como campanas en el fondo del río…
Allí está una vieja de dos meses de nacida,
llorando vida
los hijos que no tuvo al Borde del silencio
con la piel de Amaranta Úrsula y ojos de loca,
la loca Luz Caraballo dice del decreto del juez,
 como campana en el fondo del río.

Me duele la querencia
El sol de los venados
No hay caimanes en el río
y no hay Mercedes que se bañe
No hay amigos, no hay pésames, no hay luna, no
hay campana, no hay morichal, la guácara quedó sin orilla y sin lucero
no hay banderas
todo arde
Bordes
Borde
Bordes

En el fondo del río
En el fondo del río
En el fondo del río.

En el fondo
No hay
Campana
Solo llanto
 silencio.

Jonatan Alzuru Aponte.
Desde Caracas, llorando mis fronteras, un primero de septiembre del año de pascua, 2015.



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