domingo, 10 de marzo de 2013

CAPRILES Y MADURO: LA CAMPAÑA



Quien compite electoralmente intentará construir un discurso que amalgame a sus seguidores, en primer lugar. En segundo lugar que atraiga a nuevos electores y, en tercer lugar que ponga a dudar a los electores del adversario.
Lo contrario, hacer un discurso exclusivamente para los seguidores sólo se hace cuando se sabe que con sólo los seguidores se gana, que no se necesita ni un voto más. Maduro está jugando discursivamente en este escenario.
Los romanos, los grecorromanos, decían que no basta decir verdades. Que eso lo hace cualquiera de buena fe. La pericia del político que dice la verdad, -en Roma le llamaban el parresiástico  (parresia: hablar con verdad)-, es saber cuándo, cómo y a quién decírsela para generar el efecto que se quiere con aquella verdad. En el caso de una campaña electoral tan corta, con una derrota tan reciente, pero con una base de apoyo sólida el discurso debería ser para ganar nuevos electores, y poner a dudar a los electores del adversario. Como mínimo hacer ese intento.  
El discurso de Capriles con el que asumió su candidatura, quizás lo celebren toditos de oposición, pero difícilmente se ganó un voto más y muchísimo menos  puso a dudar a alguien del adversario. El Capriles de la campaña anterior fue muy hábil en el discurso, se dedicó a desmontar las políticas sociales y a dirigir su discurso a los más pobres para ganárselos, tanto fue así, que la lógica del gobierno fue una compra de conciencias, como la de ese señor diputado cuyo nombre no deseo recordar, redoblaron las cadenas, etc…
Sería un gravísimo error seguir como inició, mucho menos estar respondiendo como si esto fuera una pelea callejera. Las respuestas de parte del gobierno han sido donde ellos quieren colocar el asunto, en el ring de los insultos. Ellos aunque no ganen un voto más, saben que eso amalgama a los suyos y con sólo eso, repitiendo exactamente la misma votación, ganan. Les interesa la diatriba en esos términos.  Si se asumió la contienda electoral será posible entonces que se use la inteligencia para dar la batalla.
A los amigos opositores que desean ganar, creo que podemos ayudar. Es muy corta la contiendan. Les invito, de no ser mucha molestia, en vez de gastar tiempo en insultos. Por qué no se usan las redes sociales para colocar fotos de tantos módulos de “barrio adentro” cerrados, hospitales desmantelados, mostrar los huecos de las calles, buscar las noticias de desastres como lo que sucedió con PDVAL, etc…  que se demuestre de manera clara la ineficiencia e ineficacia de las políticas gubernamentales, los efectos de la devaluación, colocar la lista de precio de los alimentos, usar toda la creatividad para desmontar mitos, ficciones, y, si se puede, proponer alternativas exitosas de gestión….
Insultar a Maduro o hacer chistes por su extracto popular o  porque manejó un metrobus no sólo refleja una mirada clasista, sino que revela una ignorancia del asunto de la política, quien haya leído, como mínimo, la política de Ariistóteles, por ejemplo, encontrará que ya en aquella época se hacía esa discusión y el filósofo mostraba que el aprendizaje de la dirección política, el manejo del poder, no se aprende en la academia, aunque necesite de muchísimos académicos y especialista como asesores, sino es una práctica, es un arte, se aprende en el ejercicio político, en la práctica política.
Para no citar extraordinarios políticos venezolanos que no estudiaron en la universidad, piensen, por ejemplo, que Lech Walesa, premio nobel de la paz, era técnico electricista, era un sindicalista y enfrentó al gobierno de Polonia, al comunismo de ese país, los derrotó y luego fue presidente.
¿Será posible que podamos ser creativos y ayudemos a elevar la discusión política? Es posible que los del gobierno no sólo sigan en su estilo sino incremente su procaz lenguaje, eso no lo podemos controlar. Lo que si podemos controlar es nuestro lenguaje, la manera de utilizar las redes sociales.  Podemos convertir facebook, twitter, las mensajerías de textos en instrumentos de una campaña diferente y contundente, no esperes que te den indicaciones, piensa, sé creativo… Insulta menos, pero muestra más, desmonta más, no caigas en el terreno de ellos, no les contestes, dedícate a construir tu discurso de desmontaje. Piensa en aquellas personas que duda y dedícate a trabajarlos, a convencerlos, n o gastes el mínimo tiempo en alguien radical y menos distraerte en tu red, dirige tu discurso, coloca pensamientos, fotos… ¿Cuántas obras inconclusas, cuántos terrenos expropiados y paralizados, conviértete en un reportero de eso…? Piensa que tu lenguaje te constituye…. Así como hablas eres, así como dices, como te expresas es la Venezuela que estas construyendo, no importa que vivas a fuera del país, por el contrario, los que viven en el exterior pueden ayudar mostrando lo que no salen en televisión, lo que no dicen los periódicos…
Como venezolano, hoy me siento responsable de por lo menos ayudar en algo. No puede ser que sigamos jugando el mismo juego. No hay tiempo para debatir demasiado.  No hay tiempo para recriminar, es una carrera de cien metros planos… ¿Cómo se colabora?... Si cada uno que lee se asume responsable por lo que dice y cómo lo dice, si piensa que su palabra puede ayudar a construir un país distinto, entonces no lo sueñe, empieza hacerlo respetándote a ti mismo en tu muro, respetando al otro y eso no significa que no se critique, por el contrario, es el momento de mostrar todas las ineficiencias, todas las ineficacias, todas las corrupciones, todas las contradicciones, sin racismo, sin clasismo, sin caer en el terreno que les interesa al gobierno, esto es en una batalla de pobres contra ricos, de los descamisados contra los oligarcas…
Piensa en tu muro, piensa en tus chistes y piensa cuánto contribuyes tú a incrementar esa lógica o no en las redes sociales…. Son treinta días de intentar cambiar de actitud. Es posible que perdamos, pero podemos terminar el 14 de abril diciendo hice un poquito por mi país, mi muro fue expresión de lo que no quiero, fue expresión de lo que denuncio, fue expresión de lo que propongo, podemos culminar diciendo hicimos una contienda de altura.
Culmino con relación a un tema delicado como la muerte del presidente, me pareció bien el funeral de estado, sin compartir el contenido de ningún discurso, ni las consignas. Lo que siguió imagino que es decisión de la familia en común acuerdo con sus amigos, quienes están en el gobierno.  Cada quién entierra a sus muertos como mejor le parece. Yo no comparto la lógica que ha seguido, pero creo que ese asunto es responsabilidad de la familia del Presidente y deben sentirse bien, puesto que no han protestado, por lo tanto, respeto su forma de asumir el velatorio. De mi parte, no volveré a comentar ese acto.
Saludos a mis amigos y amigas.



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