lunes, 10 de marzo de 2014

DIARIO Y DEFENSORÍA



ENTRE EL DIARIO Y LA DEFENSORÍA
I
Lunes 10 de marzo. Busco algún auxilio teórico. El Discurso Político de la Posmodernidad (2006), de Rigoberto Lanz, me parece un buen referente. No es un texto donde las ideas cuelgan de las nubes. Es un debate teórico cuyo centro es Venezuela y América Latina. Dice el autor:
En América Latina y en Venezuela esta monstruosidad ideológica ha tenido sus peculiares modulaciones. En todos los casos con una matriz discursiva: la cultura de aparato, la ignorancia enciclopédica, el oportunismo político. Los bárbaros hicieron su agosto en estos chaparrales. Con la aureola de la “Gran Patria Socialista” la izquierda soviética no hizo nada en la región que merezca ser recordado con dignidad. Más de medio siglo mascullando necedades la izquierda comunista no entendió nada. Pasó sin pena ni gloria por todos los grandes debates que se dieron en Latinoamérica durante las décadas calientes de los sesenta y los setenta. Quedó totalmente fuera de las grandes discusiones ideológicas de los años ochentas noventa. Cascarones inservibles puede ser que quede alguno por allí (algún partido comunista que sólo existe en el imaginario de algún sobreviviente). Ese socialismo es más bien una vergüenza. Representa la barbarie teórica en el seno del marxismo y una ruindad ética de cara a los grandes sacrificios hechos por tanta gente que entregó su vida en nombre del sueño de otro modo de vivir. En Venezuela esta vulgata marxista tuvo sus secuaces, tanto en el terreno de los aparatos políticos, como en el mundo académico. Sería ingenuo creer que esta enfermedad del espíritu fue cosa del pasado. Por desgracia la ignorancia no está en crisis. El atraso intelectual y el pragmatismo son aliados permanentes de la entronización de este tipo de mentalidad reaccionaria en el campo de la izquierda. Esa mentalidad sigue rondado en los ambientes de discusión que se animan con el tema del Socialismo. Esa mentalidad es hoy por hoy uno de los más poderosos obstáculos para que estos debates puedan desembocar en la creación de un pensamiento alternativo. (Lanz, 2006: 70)
“… Muy cándido sería la creencia de un Socialismo del Siglo XXI, liderizado por algún Comité Central de estos partidos jurásicos que sobreviven todavía, basado en la ideología de algún manual desempolvado y bajo el paraguas geopolítico de estos adefesios internacionales que deberían servir más bien como vitrinas de lo que nunca debió ocurrir.” (Lanz, 2006: 77)
“La construcción de un clima de convivencia democrática supone un contexto en el que predomine un debate denso, dentro de un espíritu respetuoso y constructivo. La generación de una atmósfera política de intensa participación donde se movilizan todos los actores sociales, donde afloran los conflictos pero sin degradar las negociaciones y desde las que se explicitan los intereses contradictorios sin precipitarse en una lógica de guerra, supone la existencia de una cultura democrática con espesor, con tradición, asentada en reglas de juego que todo el mundo practica habitualmente. Implica una sociedad relativamente equilibrada, con una base socioeconómica, con un desarrollo tecno-económico donde la sociedad se reconoce (exactamente lo contrario de la exclusión). Significa asimismo un tejido institucional que agencie la mediación entre los ciudadanos y el estado. Supone, en fin, un liderazgo político con una alta legitimación en el desempeño y transparencia de la gestión pública, en la innovación de otras formas de gestión política y en la exploración de nuevos contenidos de las relaciones entre la gente y su entorno.
Ahora bien, ¿dónde está la élite ante los nuevos retos de la política? ¿Qué señales tenemos a disposición que indicarían alguna tendencia en esta dirección? Los antagonismos, contradicciones y conflictos son parte de la vida social, ¿Cómo hacer para manejarlos apropiadamente sin la aniquilación simbólica del otro?” (Lanz, 2006: 112-113)
II
Hay libros que uno no quiere seguir, que desea detenerse y volver a iniciarlo. Como esas telenovelas colombianas que uno desea que se quede a la mitad por un largo rato, para seguir disfrutando. Eso me pasa con el diario de Rafael Castillo Zapata, su autor me lo regaló. Me sentí honrado, en ese momento. Pero ahora me siento profundamente acobijado por sus palabras en medio del tremedal. Yo me siento como hinchado por leerlo, porque es como sentirme que conocí a Mozart en mi patio, en medio de una trifulca callejera. Sí, la política en mi país perdió toda posibilidad romántica. ¿Usted sueña con un mundo para los excluidos sociales? ¿Acaso en ese país de las maravillas, la vida que vale la pena ser vivida, se mide con el termómetro de una Glock en la cintura, refrescada por el rostro irónico de un militar retirado, adornado con dólares como charreteras, con la baba estomacal de su ignorancia servida con el aroma de su improperio?...
Suelto el libro. Veo noticias, busco declaraciones en internet. Hay declaraciones de funcionarios que uno desea que terminen. Que nunca comiencen ni siquiera. La verdad me dio tanta lástima, ¿dije bien? Lástima…. Vergüenza ajena, por su ignorancia, por su incapacidad de argumentar, por la estupidez de sus deseos, porque la costura se le ve a dos kilómetros de distancia, por su falta de elegancia en su mentir… la declaración de nuestra Defensora del Pueblo, mujer cuyo nombre no recuerdo y no deseo hacerlo jamás. Fue tan impertinente, tan fuera de tono, tan falta de pudor… Ese espíritu desgastado, no se ha percatado que en el juego ella es uno de los árbitros… que no juega…que no puede ni debe jugar en la cancha, aunque lama las botas a cualquiera en el poder… no debe jugar porque el juego se desbarata, porque no hay tercero, porque aunque sea el socialismo más avanzado del mundo, hay poderes que son para regular la convivencia no para alterar la convivencia…
Seguramente es incapaz de leer a Hobbes porque es un filósofo vendido a los más oscuros intereses del imperio inglés, pero sería bueno, aunque sea poquito… Bueno, está bien,  para no generarle un cortocircuito ideológico le recomendaré algunos conformes con la ideología que al parecer profesa, por ejemplo,  Benedetto Croce, Labriola, Gramsci, Rosa Luxemburgo…allí hay materia para que alguna vez en su vida, vea su propia torpeza y las graves consecuencias en la vida pública que generan las indelicadezas lingüísticas, en un momento determinado de la vida de un país.
Se nota que la señora quería explicarse, quería decir que los abogados o el resto de los mortales, que no manejamos el instrumental jurídico, conceptualizábamos mal algunas prácticas de los cuerpos de seguridad del estado y al parecer, su intención, era que fuésemos unos niños aplicados y utilizáramos correctamente los vocablos… Pero todo lo dijo tan mal, tan mal dicho, con tan abrumadora incompetencia que quizás debería pasar a la historia en el altar de los ridículos sociales.
Ese cargo es un bello invento de nuestra constitución. Sin  ironías. Hartmut Kliemt, filósofo alemán, profesor de la Universidad de Frankfurt, tiene un serísimo texto, titulado Las Instituciones Morales. La Defensoría es por definición una institución moral. Es uno de los cargos que deberíamos sentirnos a gusto que aparezca en nuestra carta constitucional, en la letra es una democracia de lujo. Es una institución para defender al pueblo… ¿De quién?
Los poderes estadales arbitran las relaciones de los ciudadanos entre sí y de éstos con las instituciones privadas o públicas. Pero la máxima indefensión de las personas que solemos llamar pueblo, en cualquier país de derecha, de izquierda, de centro, de oeste o del este, del sur o del norte, arriba o abajo, es la persona frente al poder estadal, frente a los poderes del estado y mucho más en Venezuela que, como decía el maestro Miguel Ron Pedrique, Estado es un estado de ánimo.
El asunto de las barricadas lo deben resolver el gobierno y el resto de los poderes, para ello tienen los cuerpos de seguridad del estado, fiscalía y para usted de contar… -Se le tendría que explicar al presidente, eso sí, que los ciudadanos organizados con el nombre que sea, no tienen competencia en esa materia, que el uso de la fuerza no debe democratizarse sino es competencia del estado, desde Maquiavelo hasta el sol de hoy-
Pero las violaciones, el terror que ha provocado el abuso despiadado de los aparatos represivos, las torturas públicas (-perdón señora defensora, utilice mal el lenguaje-  la guardia que golpeó a la costurera o los guardias que le cayeron a palo al joven en Los Ruices no querían pedirle una confesión,  no lo estaban obligando a confesar nada, ya sé que usted nos explicó a los mortales que vivimos en Venezuela que debemos aprender a usar los vocablos, que eso no es tortura… ¡¿Cómo me pude confundir?! Eso era simple diversión, simple rabia… Era un mal manejo de la fuerza o como usted dice, un uso inapropiado de la violencia policial…) Llámelo como usted quiera, su competencia es defenderlos frente al poder, sin esperar siquiera un comunicado de ninguna organización.
Así como es competencia de los Guardias Nacionales apresar a quienes incendiaron, ayer en Altamira un kiosco, sin ninguna motivación ni sentido, sólo para generar caos. En las redes sociales miles de ciudadanos han colgado fotos, videos de los delincuentes, pero al parecer, a esos, los que cometieron tales delitos, era bueno dejarlos libres, porque de lo que se trata al parecer es generar caos, inseguridad, represión selectiva, intimidación y jugar al cansancio de la población sin ningún tipo de resolución democrática. Al parecer algún inteligente piensa que tratar de buscar caminos acordados para la resolución del conflicto es ceder frente al imperialismo yanqui… ¡Por favor!
Señora defensora quizás a Jorge, a Nicolás y a Elías les parece que esas práctica son la forma adecuada para sostener la revolución, para continuar el legado del presidente… pero resulta que usted debe estar del lado del pueblo… su institución es de contra poder…  Es el sentido de esa institución… En este caso nadie le debería estar llevando denuncia, usted debería construir las denuncias… Si usted supiera, tuviera dimensión de cómo le hace daño a la revolución, al país, se callara… era preferible… Sólo en los países más recalcitrantes se suelen escuchar declaraciones como esas… Donde toda acción institucional está pensada como parte del mismo equipo…
Vuelvo al diario… se lee de corrido. No quiero empezar el tomo II. Vuelvo sobre algunos asuntos subrayados. Me leeré de nuevo los días que más me impactaron. Dice Castillo Zapata: El artista como bufón, el artista como la conciencia crítica de la sociedad que se escuda en una suerte de cortina de humo carnavalesca para atacar con audacia y contundencia al orden del mundo y de sus poderes, empezando por el orden de la lengua, del lenguaje… (Castillo Zapata, 2013: 10)

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