viernes, 7 de marzo de 2014

5 Y 6 EN VZLA



5 Y 6 EN VENEZUELA

El 5 y 6 de marzo han sido dos días de una brutal represión a la población. Ya no se trata de un caso en una población del país. Hay miles de videos, fotografías y, sobre todo el testimonio de amigos, familiares, conocidos que han sufrido la represión en sus viviendas, en distintos estados, ciudades, por parte de los organismos de seguridad y grupos de civiles, a la vista impune de los guardias nacionales.
Desde que se inició el conflicto, ya se cumplirá un mes, el gobierno manejó una tesis plausible, hay un grupo desestabilizador que contrató paramilitares. Con todo el sistema de control, intervención de llamadas, actuaciones de las policías y militares no han mostrado a la opinión pública nacional ni internacional nada relacionado con esto. El 5 de marzo el presidente de la República en cadena nacional y con la presencia de los presidentes de países hermanos, denunció que un grupo terrorista pensaba detonar puentes, túneles… Es obvio que al conocer plan, se conoce a los artífices de tan macabra idea. Pero tampoco han presentado al país los responsables de tan siniestro plan.
Por el contrario, de manera pública y notoria, felicitó la actuación de los funcionarios que han actuado para reprimir las manifestaciones.  E incluso, llegó a un punto mayor, invitando a los ciudadanos organizados, afectos al gobierno, a que contribuyan a despejar cualquier barricada o manifestación que se consideren violenta. Obviamente al involucrar a los civiles, no entrenados para esos asuntos -(a menos que el presidente república sugiera de forma pública, que las organizaciones civiles afectas al gobierno tienen entrenamiento militar para el control de la población)- la violencia se ha desatado. Hasta ahora -con un despliegue desproporcionado de la fuerza militar, por ejemplo, en un sector de Caracas, Los Ruices, con doce tanquetas y cientos de efectivos armados, y- no han detenido hasta ahora, a ningún civil del lado que sea con armas de fuego. Una pregunta obvia: ¿O los organismos de seguridad son en extremo ineficientes o al gobierno le interesa la violencia?
La violencia desatada, aterrorizando a la población que manifiesta o no su posición frente al gobierno, aunado a decisiones como la medida cautelar dictada contra la directiva del periódico Tal Cual y al articulista Carlos Genatios, entre otras acciones, puede conducir a la indignación de la fuerzas armadas institucionales  o que algún General quisiera evocar la palabras del 11 de abril de Lucas Rincón, “Se le solicitó la renuncia, la cual aceptó”… Taxativamente me opongo. Aún en medio de este dolor, se le tendría que explicar y persuadir a cualquier persona de la institución castrense que piense eso lo siguiente: Que es una salida errada, inoportuna, inconstitucional y, además, deslegitimaría total y absolutamente las protestas que en la actualidad suceden en Venezuela. Aún con buena intención quien realice una acción de ese tipo, estaría confirmando una tesis que no pertenece a la mayoría de los venezolanos, a saber: que las protestas tiene como finalidad derrocar al gobierno. 
Quien realice un análisis objetivo de todas y cada una de las declaraciones de dirigentes políticos, gremiales o personalidades podrá percatarse que el sentido de la mayoría no era desestabilizar y romper el hilo constitucional, mucho menos podrá achacársele esto a un movimiento estudiantil. Pero además, quien revise las acciones en este mes, las formas de protestas, en todos sus sentidos podrá evidenciar con plenitud que la intención no tiene nada que ver, en la gran mayoría de los venezolano, con ruptura del hilo institucional. Hay quienes tienen esa tesis, una la escucha en la panadería o en la tasca, pero es un porcentaje ínfimo de la población venezolana.
No me distraeré con ese pote de humo de la ruptura con Panamá.  Por el contrario, en estos aciagos momentos de la historia reciente venezolana, exhorto al poder ejecutivo a solicitar la intervención de los países hermanos de América Latina como Brasil y Uruguay, entre otros,  donde no cabe duda que han tenido extraordinarias relaciones políticas y económicas con el gobierno, sería muy difícil llamarlos lacayos del imperialismo, además en el pasado reciente han apoyado sin titubear las decisiones del gobierno, para que sirvan de mediador en el conflicto con una agenda, previamente acordada; donde los venezolanos de todos los sectores sociales y políticos nos sintamos representados y que juntos paralicemos este inicio de batalla irracional, injusta y desmedida contra nuestro pueblo. Tratemos de encauzar democráticamente al país.
La democracia no es una carrera de caballos como el 5 y 6, donde sólo uno gana y todos pierden.
Jonatan Alzuru Aponte
Caracas 7 de marzo de 2014

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