martes, 18 de marzo de 2014

CARTA A LEDEZMA Y LA COMUNIDAD



CARTA A  ANTONIO LEDEZMA
Y A LA COMUNIDAD NACIONAL E INTERNACIONAL

La presente misiva tiene por objeto plantearle un conjunto de reflexiones e interpelaciones políticas al Alcalde Antonio Ledezma, a su vez, espero que sirvan de reflexión para la comunidad nacional e internacional.
1.- Estimado Alcalde vaya mi reconocimiento por su valentía, coraje y voluntad política en estos momentos aciagos que vive nuestro país. Ojalá su ejemplo de activismo político con relación a la organización, participación y beligerancia, en la calle, estimule al resto de los diputados y organizaciones políticas que públicamente han dicho que se oponen al gobierno, pero que su silencio retumba en las urnas de los muertos de los venezolanos en estos días.
Aprovecho, en este aspecto, para exhortar a los gremios, a las comunidades y a todos aquellos que durante estos días se han desvivido en la protesta, para que comprendamos que es vital no sólo que más venezolanos se sumen, sino y sobre todo, los dirigentes políticos. Rechazarlos es un profundo error de nuestras comunidades. ¿Qué estaban en desacuerdo con salir a protestar en febrero contra el gobierno y ahora se incorporan? ¿Cuál es el problema? ¿Qué político, qué venezolano, no ha cometido no uno, sino miles de errores? Estamos en una crisis política profunda. Justamente los que han elegido como su oficio la política son los primeros convocados a la calle. Ciertamente, han estado rezagados y es preocupante, pero debe alegrarnos que se sumen.
La razón es práctica, son nuestros voceros legales y legítimos en la Asamblea Nacional. Es muy distinto ver un debate en la Asamblea cuando uno ha sentido al diputado (a) a su lado, arriesgando el pellejo como cualquier venezolano, escuchando los planteamientos de las comunidades, aportando ideas, organizando y siendo portavoz del pueblo que representándose a sí mismo o a su partido en el debate. Es obvio que muchos están en silencio, todavía. Hay que llamarlos, interpelarlos, porque no los podemos sustituir a nuestros diputados de oposición, en este momento. Tenemos que ser realistas y prácticos.
Si siguen en silencio en esta coyuntura, sólo tiene dos explicaciones o están chantajeados de alguna manera o son profundamente indolentes  y no merecen representar a nadie. Pero aquellos que se incorporen a la lucha debemos recibirlos con los brazos abiertos y contar con sus aportes, su experiencia en este proceso complejo que vivimos, a los diputados, a los secretarios generales de los partidos políticos, a su dirigencia. Hemos tenido honrosas excepciones como María Corina Machado y otros que tímidamente han hecho presencia, pero que se están sintiendo como Andrés Velásquez, desde Guayana, por ejemplo.
Alcalde en esto, usted ha dado ejemplo.
2.- Ahora bien, cuando se hace, cuando se actúa es muy probable que se cometan errores. No cometen errores aquellos que no hacen nada, precisamente por eso, son prescindibles. De allí que mi carta no pretende enjuiciar el trabajo realizado por usted, sino puntualizar algunos aspectos que me parecen errados. Ciertamente, usted tiene muchísima más experiencia política que yo y, también, mayor conocimiento de los factores y actores políticos. Aun así, desde mi asimétrica inferioridad en la práctica política me permitiré hacerle algunas observaciones precisas, y espero que contundentes.
A.- En el día de ayer, como muchísimos venezolanos, estaba feliz por la derrota al militarismo que la sociedad civil, abuelitas, madres, muchachos y los dirigentes políticos lograron en la plaza Altamira, al desplazar la ocupación militar que se realizó desde la mañana. En el momento que el artista Javier Vidal, recordaba al mayo francés por las flores que les daban a los militares, usted estaba en una entrevista en Globovisión que lamentablemente, el gobierno irresponsable cortó con sus abusadoras e inútiles cadenas. Ciertamente, usted no pudo culminar su argumentación por la interrupción.  Fue abortado su discurso cuando usted hacía un llamado a las Fuerzas Armadas para que tomaran conciencia de lo que sucedía. MI pregunta hacia usted es: ¿Cuál es el objeto, el sentido y el horizonte práctico de ese llamado? No me limitaré a preguntar, sino que responderé, claramente, desde mi perspectiva el asunto.
Los militares institucionales serían extraterrestres sino observaran, sintieran, padecieran y concientizaran lo que está sucediendo en Venezuela. Entonces, hacerle un llamado para pedirle conciencia es partir del supuesto que viven en la luna, es una falta de respeto a su sensibilidad e inteligencia. Si el llamado es para que se pronuncien públicamente sobre la situación, le digo lo siguiente, los venezolanos padecimos, gravemente, cuando en una coyuntura los militares se comportan como dirigentes políticos. Eso sucedió en la Plaza Altamira en el pasado, hicieron un desfile de pronunciamientos y todos están fuera de la Fuerza Armadas, exiliados, muchos con sus familias destruidas. Desde esa perspectiva ese llamado es una torpeza.
Pero además, una acción que realice de buena voluntad, un militar, repitiendo el mismo error que sus compañeros de armas en el pasado, genera como consecuencia la pérdida de la legitimidad de la protesta, porque ningún país de América Latina ni del mundo, pudiera dar crédito que la crisis venezolana es estrictamente, como lo es, por el desbarajuste económico, por la escasez de alimentos y medicinas, la inseguridad y, ahora, sobre todo, por las violaciones reiteradas de los derechos humanos, por algunas prácticas de terrorismo de estado. La consecuencia práctica es que los muertos serían en vano. Y el gobierno adquiriría un nuevo aire. Justamente, por la irresponsabilidad de un militar o varios que acudan a su llamado de pronunciarse públicamente.
La tercera opción es más grave aún, tengo fe que no sea así, que su llamado sea para que se comporten como un militar en ejercicio frente a una crisis sociopolítica. Es decir, en blanco y negro, que den un golpe de estado. Justamente, la experiencia sureña debe ser una referencia de lo que no se debe hacer. Venezuela jamás debe ni soñar, pasar por la experiencia chilena.  Eso sería un baño de sangre a corto, mediano y largo plazo, donde nadie sabe quien gana ni quien pierde, porque siempre pierden todos. Pero políticamente sería abofetear el profundo esfuerzo cívico, el extraordinario y gigantesco arrojo creativo, organizativo y popular que han generado los estudiantes universitarios. Sería deshonrar la memoria de todos los caídos.
Yo estoy seguro que fue un asunto de apasionamiento y de conmoción frente al dolor que se siente al ver cómo la Guardia Nacional atropella, veja, insulta e indignamente ampara a  delincuentes, para que ataquen a la población desarmada, a personas que ni siquiera están en la protesta. Eso lo entiendo, es un asunto de pasión. Pero, entonces, estimado Alcalde, comprendiéndolo y estimándolo, profundamente, por la lucha que actualmente dirige, le pediría que se retracte o explique el sentido de su llamado, porque como no pudo terminar su idea, quizás me estoy apresurando a interpretar indebidamente. De ser esto último le pido desde ya, excusas públicas.
B.- Un punto que desarrolló en el programa fue la comparación entre los acuerdos incumplidos por el gobierno en el 2003 y su legítima duda que en la actualidad cumplan cualquier acuerdo. En primer lugar, la comparación a mi juicio, es desacertada. La pregunta política es por qué una de las partes pudo incumplir, flagrantemente, los compromisos. Obviamente, porque la contraparte, la oposición, en este caso era sumamente débil, la población desconfiaba de su dirigencia. La razón de ellos fueron todos y cada uno de los errores cometidos el 11 de abril. Eso es público y notorio, por lo  tanto, no profundizaré en ello.
¿Acaso hay garantía que cumplan en la actualidad los acuerdos? Obviamente, el gobierno intentará burlarse de los acuerdos si se llegasen a dar. La historia de los actuales gobernantes así lo evidencia. El pasado nos sirve para aprender cómo actuar en el presente. Sería totalmente errado construir una agenda política para resolver el conflicto y la población quedarse como invitados de palos. Por el contrario, la fuerza de la organización y la protesta deben permanecer pacíficamente y de manera innovadora, es la única forma de mostrar músculo para alcanzar acuerdos que se cumplan. Además, debemos solicitarle a UNASUR, a la Iglesia, a la OEA, a la ONU que sean vigilantes de los acuerdos y que se cumplan.
Por ejemplo, un punto nodal de nuestra crisis política son los poderes morales, Fiscalía, Contraloría, Defensoría, TSJ y CNE. Una gran mayoría tiene vencido sus períodos y a otros le faltan meses para que se venzan. Un acuerdo en lo inmediato podría ser adelantar el fin del período de la Fiscalía y Defensoría, que coloquen sus cargos a la orden y la razón de peso es que han actuado durante esta crisis de manera parcializada, hay suficientes evidencias para mostrarlo. Y nombrar nuevas autoridades en dichos poderes conforme a la constitución. Los diputados del PSUV, seguramente, harán gala de su mayoría parlamentaria para nombrar, nuevamente, a personas que constitucionalmente, no deberían ejercer dichos cargos. Antes de que actúen de esa manera, sería cuando la ciudadanía debería ejercer la mayor presión, en la calle, y los organismos internacionales, también. Ninguna organización internacional del mundo se opondría a obligar a la Asamblea Nacional a cumplir, literalmente, el mandato constitucional.
La fuerza de la organización, con información y denuncia puede lograrlo. Es cuesta arriba sí, pero es una lucha válida, legal, legítima y nadie podría cuestionarla. Además es de corta verificación en el cumplimiento de los acuerdos. Obviamente, el principio es que la calle no se abandona, pacífica y creativamente, hasta tanto se cumplan los acuerdos, hasta que se obligue al gobierno a cumplirlos.
c.- Con relación a las formas de lucha, a las formas de la protesta, existe una larga literatura y experiencia en los movimientos sociales y políticos de lo que se ha llamado la izquierda nacional e internacional. De allí que es un fariseísmo verdaderamente ridículo por parte del gobierno pretender satanizar cualquier protesta, incluyendo, las guarimbas. Esa forma de lucha fue utilizada por los piqueteros en Argentina y los cocaleros en Bolivia, por ejemplo.
Sin embargo, Alcalde allí se tendría que orientar con precisión. Ciertamente, coincido con usted que en algunas zonas del país, tal forma de lucha es la única manera que ha encontrado la población para defenderse de los ataques indiscriminados de la Guardia Nacional y de civiles que actúan con su amparo. Pero también es cierto, que en la mayoría de los casos, tal acción es contraproducente no sólo porque desune a la comunidad, sino que se presta para que el gobierno manipule y confunda a la opinión internacional.
Por el contrario, han sido muy efectivas las formas de lucha del movimiento organizado estudiantil a través de pancartas, colocación de sillas, difusión de videos, entrega de panfletos, etc. El asunto en las formas de lucha, lo saben bien los políticos de izquierda es cuál es más conveniente en un momento determinado, para el logro del objetivo que se traza.
En este punto no quisiera dejarlo sin mencionar la ilegalidad de la sentencia del TSJ obligando a los Alcaldes a paralizar las guarimbas. La razón práctica es que legalmente sus policías no tienen esa función. Miente la defensora internacionalmente cuando afirma que la fase del diálogo no se cumple porque los policías municipales no lo hacen. Hay que expresarlo y repetirlo, no están preparados para ello y no es su función. Esa es una función exclusivamente reservada al gobierno nacional. Por decisiones como éstas es que se solicita, con urgencia, cambiar a los magistrados que tienen el período vencido.
El Gobernador Tareck, junto a inteligencia, al parecer, detuvo a un presunto terrorista, llamado Nga Kwan Cheng, nacido en China y nacionalizado. Me parece excelente, lo felicito. Sin ironías, absolutamente en serio.China debe aportar los antecedentes del mencionado señor. E inteligencia debe mostrar las evidencias de la conexión entre ese señor y las organizaciones políticas y civiles que se oponen al gobierno, si existiera. Es responsabilidad del gobierno mostrar con pruebas, dónde compró las armas, cómo las introdujo al país, cuáles eran sus contactos, etc. Quien esté involucrado debe responder antes las autoridades, pero sobre todo frente al país y a la América Latina de tales acciones insensatas. No evidenciarlo, suficientemente, sería un ingrediente más para desconfiar de las prácticas gubernamentales.
Ahora bien, de manera irresponsable, el gobierno acusa a los vecinos de terroristas. Una muestra clarísima de cómo se ha defendido la población es lo incautado en Altamira por la Fuerzas Armadas, lo presentado es verdaderamente risible, para engranar una cosa con la otra, a saber: piedras, bombas molotov, clavos, palos, vinagre y remedios como arsenal de un grupo terrorista. Lo saben muy bien los fariseos del gobierno, lo incautado se queda pequeño, una bobería, para lo que se usaba en la universidad en la época de los ochenta cuando eran estudiantes, para no referirme a las décadas de los sesenta y los setenta.
El presidente afirma que hay miles de jóvenes entrenados. Una vez más le indico que eso es una profunda falla de inteligencia militar y política, explicable solamente porque exista una complicidad con los funcionarios. Lo cierto del caso es que en cuarenta días han hablado de francotiradores, de grupo terrorista y hasta ahora, han mostrado a un chino.  Pero lo que si se ha visto en docenas de videos, fotos, en las casas, edificios y apartamentos es cómo civiles disparan, lanzan piedras y bombas junto a la Guardia Nacional y ninguno está preso o están preso, según el presidente, pero públicamente no se conocen sus nombres y apellidos, ni el sitio de reclusión.
 Finalmente, Alcalde, coincido con usted que la pretendida comisión de la verdad que en este momento impulsa el oficialismo en la Asamblea Nacional es una farsa. Precisamente, porque los poderes públicos están parcializados.
Sin otra consideración, queda de usted.
Dr. Jonatan Alzuru Aponte.


No hay comentarios:

Publicar un comentario