REVOLUCIÓN Y DEBATE, a propósito de R. Lanz
“El primer deber de un revolucionario es saber que la izquierda es un
desastre” (Lanz Rigoberto, El
discurso político de la posmodernidad, 2006: 91)
“El primer deber de un revolucionario es saber que la izquierda es un
desastre. Después vienen los arreglos y las transacciones. Las derrotas de la
izquierda en el mundo (que son muchas) se deben básicamente a sus propias
limitaciones. De ese catálogo de carencias resalta con especial notoriedad la
enfermedad del burocratismo en los modos de hacer y de pensar. No hay nada más
eficaz para la subcultura de aparato que la conveniente administración de la
ignorancia. Ese ha sido el magma ideológico que permitió por tanto tiempo la
impunidad de un paradigma de la idiotez intelectual tenido como “marxismo”,
como “teoría revolucionaria” y tantas otras imposturas.” (Lanz, Rigoberto, Paradigma de la Política, 2012:186)
“El problema de nuestra condición epocal es la velocidad. El efecto
práctico es una acumulación de información sin capacidad para procesarla, sin
criterio. El zapping, en el ámbito teórico, resalta por doquier. En Venezuela,
eso, acompañado con la huelga de cerebros, ampliada, sostenida y generalizada a
todo el espectro político y en todos los rincones del país, es el magma, el
caldo de cultivo para el desastre de nuestra cultura política. A los asesores,
actores y militantes políticos se les tendría que recomendar que hagan
ejercicios para pegar el culo de la silla y centrarse a leer, como mínimo, los
autores más relevantes de su tradición teórica. También, por supuesto, las
discusiones de frontera que pululan en la agenda contemporánea. Es una
condición para pensar en cualquier posibilidad de transformación de la cultura
política en nuestro país.” (Alzuru Jonatan, Seminario sobre la recepción de
Maquiavelo en Nietzsche, Mérida, febrero, 2014).
1.- Venezuela está en uno de los
momentos más delicado de su vida política. La manera y forma cómo se
desarrollen los espacios para dirimir las diferencias, las visiones opuestas,
diversas y contradictorias, a propósito de la convivencia, será determinante
para la vida social de todos los que habitamos en este país. La responsabilidad
sustancial del clima -del proceso para la resolución de los conflictos, de la
confianza, de un chance a la paz sin asumir consensos universales, sino mínimos
acuerdos-, es y será, en esta coyuntura, asunto de quienes están en el poder.
Estamos, sin exagerar, al borde de una fractura social y política imposible de
predecir. Dependerá de la prudencia de los actores políticos y de las señales
prácticas de quienes gobiernan el desate generalizado o no, de una violencia
infernal. Henry Ramos Allup, Roberto Enríquez y Henry Falcón insinuaron tal
situación en el debate realizado el 10 de abril. Andrés Velásquez, manifestó
las reservas de manera explícita, no creía en algún cambio gubernamental.
2.- Las protestas siguen. Se
generalizan, se transforman y se configuran de forma creativas. La represión no
se detiene. Un grupo de estudiantes, desde el viernes pasado, han iniciado huelga
de hambre. La represión no sólo está dirigida a sectores de la clase media o a
grupos violentos, sino a pertenecientes a las clases populares que son
apresados, agredidos, llevados a cárceles comunes. La desproporción es la
señora vendedora de arepas acusada de terrorista. Los barrios se han
solidarizado. Las protestas pacífica, ultra pacíficas como la de los
estudiantes en la plaza Bolívar de Chacao, donde acampan frente al PNUD, han
sido atacadas con bombas lacrimógenas, se han llevado estudiantes detenidos. Una
muestra de la barbarie del poder moral que con propiedad llamo inmoral, ha sido
la detención de la cardióloga y la odontóloga en el estado Bolívar a quienes la
someten a un régimen de presentación cada 20 días, por la violencia de llevarles
comida a los estudiantes. La lógica militarista no se cansa, erradamente, de
seguir en su violencia de estado, acompañada de la ironía propia de quien se
siente seguro en el poder No se percatan ni perciben que el tiempo pasa y se
están poniendo viejos, como canta Pablito Milanés. La represión quitó cualquier
posibilidad de júbilo para la militancia madurista. Fue verdaderamente triste
la celebración del 13 de abril por parte del gobierno, de sus seguidores y
preocupante para quienes nos oponemos, por le hediondez a bala y metralla, lo
único que se veía: militares y milicia. Un gobierno sin masa popular. Ni trucado
se vio el pueblo. Hasta ahora, el poder, ha sido torpe y estúpido, como le dijo
Michel Corleone a su hermano, traidor de la familia, en la saga de El Padrino.
Pero hoy se inicia,
aparentemente, la discusión de la agenda, la metodología de trabajo. No se sabe
cómo funcionará el gobierno. La oposición va escéptica. Al parecer, según la
vocería de algunos dirigentes, como Julio Borges, la oposición ha empezado a
reconfigurarse. Mientras unos se desintegran, otros se agrupan. También hay una
masa defraudada, que siente perdida, desesperanzada pero que, por ahora, no
confía en la dirigencia opositora. Ese componente, mezclado, es una bomba de
tiempo social. Ojalá que se empiece a desactivar, a partir de hoy, esa bomba
social que, consciente o inconscientemente, construyó el gobierno por su propia
miopía, por aferrarse a un modelo que de suyo, por su estructura, pro sus
engranajes y por su abordaje de lo real, es oxidado, atrasado y un calco,
mediocremente infeliz, de lo que Rigoberto Lanz denominó: socialismo
burocrático.
3.- El asunto del socialismo
burocrático está en la concepción misma de la sociedad. Cuando Lanz, advierte
que la represión es la negación del socialismo, tiene un foco específico, su
verbo apunta aun blanco específico, a un a manera no sólo de ejercer el poder
sino de vivir. No se trata que un socialismo burocrático que no reprima sea la
panacea, por el contrario, el argumento de fondo del autor es que la represión
es consustancial a esa mirada de la política y de la sociedad.
Tal tesis la fue perfilando desde
finales de los años setenta. ¡Dios quiera que los amigos del PSUV! Nicolás y su
pandilla, lean, por lo menos, el texto mimeografiado de la década de los
setenta de Rigoberto Lanz que discutió en el seno de Movimiento de Izquierda
Revolucionaria -(Increíble que tenga que citar esto. La verdad, lo que citaré
no sólo dice bien del Lanz de aquella época; lo que impresiona es que sus
palabras tengan vigencia, como crítica, para los supuestos socialistas del
siglo XXI. ¡La vaina es como jodida!)-
La tesis que postula el político
Lanz de los setenta es que el partido, la vida política dentro del partido
prefigura la sociedad por la que se apuesta –tal como lo señala en el punto 5
de su propuesta- de allí que sostendrá que: “Proponemos un partido de tendencias, asumido legítimamente como un
partido democrático, en donde la disidencia, las minorías y las opiniones contrapuestas, no sólo sean respetadas,
sino incorporadas fecundamente como el modo de ser y de actuar del partido
mismo.” (Lanz Rigoberto, 1977, Tendencia
Marxista, MIR) Esta tesis la desarrolla ampliamente en el libro Por una Teoría del Poder y del Partido
(1979), en el fragmento titulado ¿Monolitismo
o Partido de Tendencias? (Páginas 133-143). La tesis central del autor es que un partido donde no está articulado
por el debate e incorporación de las ideas contrarias, aun siendo minoría, como
la naturaleza misma del partido, conduce en términos de la práctica a la
transformación del partido en un aparato totalitario. Pero además, al ser la
vida del partido la prefiguración de lo que se hará en la sociedad, un partido
donde se escuche una sola voz, si llega al poder actuará totalitariamente,
anulará la diferencia. La manera y forma de hacerlo es a través de la
represión. (Para los amigos que desean leer ese material arqueológico, se los
adjunto. En él se resume lo que desarrolló en el libro citado. Tal documento lo
tengo, gracias un militante del MIR de la época, quien es un extraordinario
amigo, el Dr. Oscar Pérez, investigador y profesor de la ULA).
4.- Doce años después, Rigoberto
radicaliza su posición, ya no era el militante de partido, sino el investigador
social, el militante de la investigación. Otro libro que deberían leer, con
detenimiento, Nicolás y su pandilla, es Cuando
Todo se Derrumba (Lanz: 1991, editorial Tropikos) –(obviamente, hay
incapacitados estructurales para tales labores epistémicas, los verde oliva. Sólo
a una persona que jamás ha leído pueden engatusar, engañar o simular que saben
algo, aunque sea una letra, de la tradición marxista. Diosdado y su pandilla,
simplemente, no saben leer, allí no hay nada que discutir.)- Allí Rigoberto
hace una constatación empírica y otra epistémica. Con respecto a la empírica
sostiene: El marxismo de la camarilla
dinástica de Rumania, el marxismo de la decadente fracción de vejestorios que
celebran la masacre de Tianamen, el marxismo decimonónico de Fidel Castro, el marxismo
escolástico del Partido comunista Francés, el marxismo escolar que circula en
el funcionariado Sandinista, el marxismo parsoniano que predomina en la URSS,
toda esta escatología teórica, digo, representa hoy por hoy, uno de los módulos
más atrasados del planeta; esta callosidad epistemológica constituye uno de los
más deplorables obstáculos para la reconstrucción de un pensamiento radical, es
decir, capaz de postular conscientemente una ruptura total con la lógica de la
dominación.” (Lanz, Rigoberto, 1991: 88)
Pero el asunto, para Rigoberto
Lanz va más allá, ese atraso práctico se deriva de un anclaje epistemológico
inadecuado para comprender el cambio
epocal, la crisis de la cultura, las condiciones de cambio de la
dinámica social. El problema está en la mirada. Allí afirma sin ambigüedad:
Hoy estamos en condiciones de evidenciar (no sólo de sospechar) que el
pensamiento de Marx y todas las variantes marxistas que han desfilado en este
siglo están incapacitados para postular una comprensión radical de la
civilización del capital. Por mi lado, debo decir que en este punto no tengo la
menor duda. (p.85) Sigue diciendo en el mismo libro: Hace ya rato que puse al amigo Marx en lugar de mis gratos recuerdos.
Para pulsar el tiempo en que vivo sólo me basta su penetrante vigor
intelectual. Echo de menos su pacatería, su excesiva ingenuidad con relación a
la maldición del hombre (Ciorán), detesto su ridícula frialdad estética y me
produce un gran sopor su monacal austeridad. Por lo demás, somos buenos amigos.
(Lanz Rigoberto, 1991. Cuando Todo se Derrumba, 89)
5.- En el libro citado de 1991,
Rigoberto empieza a perfilar uno de los asuntos centrales que me parecen
vitales para la Venezuela del presente y del futuro, el papel del debate en la
vida social, democrática de un país. Tal desarrollo se encuentra desplegado y
detallado en sus textos posteriores. Ya lo había iniciado con el asunto de las
tendencias, pero al introducirse a la crítica de la cultura, ya no restringida
al asunto político, sino al viejo problema de cómo vivir juntos -tal como se
interroga, Alain Touraine- planteará una noción de debate y de diálogo en el
espacio público, con unas características muy particulares, diferenciándose y
apropiándose de múltiples autores. El debate como productor de conocimiento, el
debate y el diálogo como práctica cotidiana del ejercicio democrático, como
espacio para la construcción de consensos, incorporando, simultáneamente los
disensos, el debate y el diálogo como horizonte para la configuración de las
instituciones y, lo esencial, como práctica educativa en la vida cotidiana. En
ese Cuando Todo se derrumba, casi
culmina con un exhorto:
Yo los invito a la tolerancia, a no dejarse acorralar por los
sectarismos de siempre: los marxistas de este lado, los neomarxistas de este,
los protomarxista de más allá, y así sucesivamente, cada quien defendiendo el
sectarismo regional, con una enorme inutilidad para concertarnos y hacer cosas
precisas. Los llamo muy cordialmente para ingeniárnosla para concertarnos,
hacer esfuerzos mayores para encontrar esos puntos de concertación en la
Universidad, en la calle. Creo que la clave de este fin de siglo es la
capacidad para imaginar espacios inéditos de concertación, incluidos los ya
conocidos. Lo que distingue al pasado del presente y tal vez del futuro es un
especial olfato para saber dónde están los espacios de concertación nuevos.
Nuevos actores, nuevos espacios, nuevos discursos. Tengan la seguridad de quien
les habla estará con ustedes en la búsqueda de esa bella utopía, ( Lanz
Rigobeto, 1991, Cuando Todo se Derrumba, 161)
Jonatan Alzuru Aponte
Martes, 15 de abril de 2014
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