martes, 15 de abril de 2014

REVOLUCIÓN Y DEBATE A PROPÓSITO DE R. LANZ



REVOLUCIÓN Y  DEBATE, a propósito de R. Lanz
“El primer deber de un revolucionario es saber que la izquierda es un desastre” (Lanz Rigoberto, El discurso político de la posmodernidad, 2006: 91)
“El primer deber de un revolucionario es saber que la izquierda es un desastre. Después vienen los arreglos y las transacciones. Las derrotas de la izquierda en el mundo (que son muchas) se deben básicamente a sus propias limitaciones. De ese catálogo de carencias resalta con especial notoriedad la enfermedad del burocratismo en los modos de hacer y de pensar. No hay nada más eficaz para la subcultura de aparato que la conveniente administración de la ignorancia. Ese ha sido el magma ideológico que permitió por tanto tiempo la impunidad de un paradigma de la idiotez intelectual tenido como “marxismo”, como “teoría revolucionaria” y tantas otras imposturas.” (Lanz, Rigoberto, Paradigma de la Política, 2012:186)
“El problema de nuestra condición epocal es la velocidad. El efecto práctico es una acumulación de información sin capacidad para procesarla, sin criterio. El zapping, en el ámbito teórico, resalta por doquier. En Venezuela, eso, acompañado con la huelga de cerebros, ampliada, sostenida y generalizada a todo el espectro político y en todos los rincones del país, es el magma, el caldo de cultivo para el desastre de nuestra cultura política. A los asesores, actores y militantes políticos se les tendría que recomendar que hagan ejercicios para pegar el culo de la silla y centrarse a leer, como mínimo, los autores más relevantes de su tradición teórica. También, por supuesto, las discusiones de frontera que pululan en la agenda contemporánea. Es una condición para pensar en cualquier posibilidad de transformación de la cultura política en nuestro país.” (Alzuru Jonatan, Seminario sobre la recepción de Maquiavelo en Nietzsche, Mérida, febrero, 2014).
1.- Venezuela está en uno de los momentos más delicado de su vida política. La manera y forma cómo se desarrollen los espacios para dirimir las diferencias, las visiones opuestas, diversas y contradictorias, a propósito de la convivencia, será determinante para la vida social de todos los que habitamos en este país. La responsabilidad sustancial del clima -del proceso para la resolución de los conflictos, de la confianza, de un chance a la paz sin asumir consensos universales, sino mínimos acuerdos-, es y será, en esta coyuntura, asunto de quienes están en el poder. Estamos, sin exagerar, al borde de una fractura social y política imposible de predecir. Dependerá de la prudencia de los actores políticos y de las señales prácticas de quienes gobiernan el desate generalizado o no, de una violencia infernal. Henry Ramos Allup, Roberto Enríquez y Henry Falcón insinuaron tal situación en el debate realizado el 10 de abril. Andrés Velásquez, manifestó las reservas de manera explícita, no creía en algún cambio gubernamental.
2.- Las protestas siguen. Se generalizan, se transforman y se configuran de forma creativas. La represión no se detiene. Un grupo de estudiantes, desde el viernes pasado, han iniciado huelga de hambre. La represión no sólo está dirigida a sectores de la clase media o a grupos violentos, sino a pertenecientes a las clases populares que son apresados, agredidos, llevados a cárceles comunes. La desproporción es la señora vendedora de arepas acusada de terrorista. Los barrios se han solidarizado. Las protestas pacífica, ultra pacíficas como la de los estudiantes en la plaza Bolívar de Chacao, donde acampan frente al PNUD, han sido atacadas con bombas lacrimógenas, se han llevado estudiantes detenidos. Una muestra de la barbarie del poder moral que con propiedad llamo inmoral, ha sido la detención de la cardióloga y la odontóloga en el estado Bolívar a quienes la someten a un régimen de presentación cada 20 días, por la violencia de llevarles comida a los estudiantes. La lógica militarista no se cansa, erradamente, de seguir en su violencia de estado, acompañada de la ironía propia de quien se siente seguro en el poder No se percatan ni perciben que el tiempo pasa y se están poniendo viejos, como canta Pablito Milanés. La represión quitó cualquier posibilidad de júbilo para la militancia madurista. Fue verdaderamente triste la celebración del 13 de abril por parte del gobierno, de sus seguidores y preocupante para quienes nos oponemos, por le hediondez a bala y metralla, lo único que se veía: militares y milicia. Un gobierno sin masa popular. Ni trucado se vio el pueblo. Hasta ahora, el poder, ha sido torpe y estúpido, como le dijo Michel Corleone a su hermano, traidor de la familia, en la saga de El Padrino.
Pero hoy se inicia, aparentemente, la discusión de la agenda, la metodología de trabajo. No se sabe cómo funcionará el gobierno. La oposición va escéptica. Al parecer, según la vocería de algunos dirigentes, como Julio Borges, la oposición ha empezado a reconfigurarse. Mientras unos se desintegran, otros se agrupan. También hay una masa defraudada, que siente perdida, desesperanzada pero que, por ahora, no confía en la dirigencia opositora. Ese componente, mezclado, es una bomba de tiempo social. Ojalá que se empiece a desactivar, a partir de hoy, esa bomba social que, consciente o inconscientemente, construyó el gobierno por su propia miopía, por aferrarse a un modelo que de suyo, por su estructura, pro sus engranajes y por su abordaje de lo real, es oxidado, atrasado y un calco, mediocremente infeliz, de lo que Rigoberto Lanz denominó: socialismo burocrático.
3.- El asunto del socialismo burocrático está en la concepción misma de la sociedad. Cuando Lanz, advierte que la represión es la negación del socialismo, tiene un foco específico, su verbo apunta aun blanco específico, a un a manera no sólo de ejercer el poder sino de vivir. No se trata que un socialismo burocrático que no reprima sea la panacea, por el contrario, el argumento de fondo del autor es que la represión es consustancial a esa mirada de la política y de la sociedad.
Tal tesis la fue perfilando desde finales de los años setenta. ¡Dios quiera que los amigos del PSUV! Nicolás y su pandilla, lean, por lo menos, el texto mimeografiado de la década de los setenta de Rigoberto Lanz que discutió en el seno de Movimiento de Izquierda Revolucionaria -(Increíble que tenga que citar esto. La verdad, lo que citaré no sólo dice bien del Lanz de aquella época; lo que impresiona es que sus palabras tengan vigencia, como crítica, para los supuestos socialistas del siglo XXI. ¡La vaina es como jodida!)-
La tesis que postula el político Lanz de los setenta es que el partido, la vida política dentro del partido prefigura la sociedad por la que se apuesta –tal como lo señala en el punto 5 de su propuesta- de allí que sostendrá que: “Proponemos un partido de tendencias, asumido legítimamente como un partido democrático, en donde la disidencia, las minorías y las opiniones contrapuestas, no sólo sean respetadas, sino incorporadas fecundamente como el modo de ser y de actuar del partido mismo.” (Lanz Rigoberto, 1977, Tendencia Marxista, MIR) Esta tesis la desarrolla ampliamente en el libro Por una Teoría del Poder y del Partido (1979), en el fragmento titulado ¿Monolitismo o Partido de Tendencias? (Páginas 133-143). La tesis central del autor es que un partido donde no está articulado por el debate e incorporación de las ideas contrarias, aun siendo minoría, como la naturaleza misma del partido, conduce en términos de la práctica a la transformación del partido en un aparato totalitario. Pero además, al ser la vida del partido la prefiguración de lo que se hará en la sociedad, un partido donde se escuche una sola voz, si llega al poder actuará totalitariamente, anulará la diferencia. La manera y forma de hacerlo es a través de la represión. (Para los amigos que desean leer ese material arqueológico, se los adjunto. En él se resume lo que desarrolló en el libro citado. Tal documento lo tengo, gracias un militante del MIR de la época, quien es un extraordinario amigo, el Dr. Oscar Pérez, investigador y profesor de la ULA).
4.- Doce años después, Rigoberto radicaliza su posición, ya no era el militante de partido, sino el investigador social, el militante de la investigación. Otro libro que deberían leer, con detenimiento, Nicolás y su pandilla, es Cuando Todo se Derrumba (Lanz: 1991, editorial Tropikos) –(obviamente, hay incapacitados estructurales para tales labores epistémicas, los verde oliva. Sólo a una persona que jamás ha leído pueden engatusar, engañar o simular que saben algo, aunque sea una letra, de la tradición marxista. Diosdado y su pandilla, simplemente, no saben leer, allí no hay nada que discutir.)- Allí Rigoberto hace una constatación empírica y otra epistémica. Con respecto a la empírica sostiene: El marxismo de la camarilla dinástica de Rumania, el marxismo de la decadente fracción de vejestorios que celebran la masacre de Tianamen, el marxismo decimonónico de Fidel Castro, el marxismo escolástico del Partido comunista Francés, el marxismo escolar que circula en el funcionariado Sandinista, el marxismo parsoniano que predomina en la URSS, toda esta escatología teórica, digo, representa hoy por hoy, uno de los módulos más atrasados del planeta; esta callosidad epistemológica constituye uno de los más deplorables obstáculos para la reconstrucción de un pensamiento radical, es decir, capaz de postular conscientemente una ruptura total con la lógica de la dominación.” (Lanz, Rigoberto, 1991: 88)
Pero el asunto, para Rigoberto Lanz va más allá, ese atraso práctico se deriva de un anclaje epistemológico inadecuado para comprender el cambio  epocal, la crisis de la cultura, las condiciones de cambio de la dinámica social. El problema está en la mirada. Allí afirma sin ambigüedad:
Hoy estamos en condiciones de evidenciar (no sólo de sospechar) que el pensamiento de Marx y todas las variantes marxistas que han desfilado en este siglo están incapacitados para postular una comprensión radical de la civilización del capital. Por mi lado, debo decir que en este punto no tengo la menor duda. (p.85) Sigue diciendo en el mismo libro: Hace ya rato que puse al amigo Marx en lugar de mis gratos recuerdos. Para pulsar el tiempo en que vivo sólo me basta su penetrante vigor intelectual. Echo de menos su pacatería, su excesiva ingenuidad con relación a la maldición del hombre (Ciorán), detesto su ridícula frialdad estética y me produce un gran sopor su monacal austeridad. Por lo demás, somos buenos amigos. (Lanz Rigoberto, 1991. Cuando Todo se Derrumba, 89)
5.- En el libro citado de 1991, Rigoberto empieza a perfilar uno de los asuntos centrales que me parecen vitales para la Venezuela del presente y del futuro, el papel del debate en la vida social, democrática de un país. Tal desarrollo se encuentra desplegado y detallado en sus textos posteriores. Ya lo había iniciado con el asunto de las tendencias, pero al introducirse a la crítica de la cultura, ya no restringida al asunto político, sino al viejo problema de cómo vivir juntos -tal como se interroga, Alain Touraine- planteará una noción de debate y de diálogo en el espacio público, con unas características muy particulares, diferenciándose y apropiándose de múltiples autores. El debate como productor de conocimiento, el debate y el diálogo como práctica cotidiana del ejercicio democrático, como espacio para la construcción de consensos, incorporando, simultáneamente los disensos, el debate y el diálogo como horizonte para la configuración de las instituciones y, lo esencial, como práctica educativa en la vida cotidiana. En ese Cuando Todo se derrumba, casi culmina con un exhorto:
Yo los invito a la tolerancia, a no dejarse acorralar por los sectarismos de siempre: los marxistas de este lado, los neomarxistas de este, los protomarxista de más allá, y así sucesivamente, cada quien defendiendo el sectarismo regional, con una enorme inutilidad para concertarnos y hacer cosas precisas. Los llamo muy cordialmente para ingeniárnosla para concertarnos, hacer esfuerzos mayores para encontrar esos puntos de concertación en la Universidad, en la calle. Creo que la clave de este fin de siglo es la capacidad para imaginar espacios inéditos de concertación, incluidos los ya conocidos. Lo que distingue al pasado del presente y tal vez del futuro es un especial olfato para saber dónde están los espacios de concertación nuevos. Nuevos actores, nuevos espacios, nuevos discursos. Tengan la seguridad de quien les habla estará con ustedes en la búsqueda de esa bella utopía, ( Lanz Rigobeto, 1991, Cuando Todo se Derrumba, 161)
Jonatan Alzuru Aponte
Martes, 15 de abril de 2014





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