CONFERENCIA
EPISCOPAL:
VITAL EN LA COYUNTURA
@jonatanalzuru67
La presente reflexión tiene como
soporte el comunicado de la Conferencia Episcopal Venezolana del 2 de abril de
2014. Mi escrito está pensado, fundamentalmente, para la oposición y para la
propia CEV. He dividido mi opinión en
los siguientes puntos:
I.- Preámbulo o trata de la condición
práctica del saber político.
II.- La propuesta sustancial que
realiza la CEV.
III.- Crítica política al
documento de la CEV.
IV. Conclusiones.
I.- Preámbulo o trata de la condición práctica del saber político.
El problema más grave en una
coyuntura es la falta de sentido práctico. La pérdida del sentido común y la
falta de pericia en resolución de conflictos para jerarquizar entre lo urgente
y lo importante, entre lo importante y lo vital, entre las condiciones para
resolver crisis y el asunto a resolver. El sentido práctico se adquiere sólo en
la vivencia, si se aprende de los errores y si los aciertos se miden contextualmente.
Un estudiante de medicina, por
ejemplo, que estudie bastante, puede tener mil informaciones, ser un google
ambulante; pero el saber médico, la sabiduría médica, la destreza, la pericia, sólo
la adquiere en la relación médico-paciente. En una emergencia de un hospital,
un google ambulante, puede ser un perfecto inútil y, por el contrario, una
enfermera puede ser la salvación del paciente, porque en ella está acumulado un
saber práctico. Sin embargo, la enfermera por más saber práctico que tenga, no
podrá resolver en su totalidad la emergencia, porque carece del saber teórico
necesario, para estabilizar al paciente en su totalidad. El arte médico combina
saber especializado, instrumental, técnico con experimentación en la vida
cotidiana. La política es un arte similar al de la medicina, pero más compleja.
El saber político es muchísimo
más complejo que la medicina porque no hay un paciente, sino millones. Pero además, hay millones que
consideran que quien está tomando las decisiones no tienen el saber para eso,
otros consideran que lo mejor es que no actúe. Otros, por el contrario, los
consideran un dios. Para otros, esas acciones son indiferentes. Pero quien se
siente llamado para atender la emergencia, tiene conciencia de su saber. Está
claro no sólo de su voluntad, de lo que quiere transformar, de sus deseos, sino
que sabe que tiene la experiencia necesaria como para afrontar la coyuntura,
más allá de las opiniones adversas.
Lo peor del arte político,
paradójicamente, es que siendo un saber complejo, en cualquier tasca, cualquiera
se asume capaz de resolver la gravedad de un país y la vaina es peor, cuando el
político se comporta como el de la tasca pero ocupa el sitio, el rol y tiene el
poder para ayudar a solucionar la gravedad en la coyuntura.
Un buen médico se conoce porque
sabe de sus límites. Sabe cuándo pedir ayuda. Sabe cuándo solicitarles consejos
a otros. Sabe cuándo debe presentar el caso a un grupo multidisciplinario.
Puede tener el carácter del personaje de la serie televisiva, el Dr. House,
pero escucha, piensa, reflexiona, como el médico de la serie, para actuar
rápido y salvar la vida del paciente.
La política requiere de un saber
mayor que la sabiduría médica, porque el país como paciente puede durar años,
décadas, una tras otras, en estado de coma, y no muere. Aún con una guerra
descomunal, no muere como país. El paciente país es complejo, por ello
requiere, necesita de buenos doctores, de un equipo articulado de hombres y
mujeres con experiencia. Los buenos doctores combinan sabiduría práctica con
lecturas. Eso es vital. Saber qué leer en el momento adecuado, también es un
aprendizaje.
Lo más grave en una coyuntura de
altísima conflictividad, son los políticos que se creen pragmáticos y en
realidad son unos idealistas, irrealistas, sin sentido de tierra, de realidad.
Es gravísimo porque son más perdidos que un borracho buscando llave para entrar
a la casa. Se comportan como el borracho prepotente que dice “yo sé cuál es la
llave”, mientras su cuerpo se dobla y se le cae el llavero del carro, que él
cree que son las llaves de la puerta de su hogar. Lo peor de un comportamiento
así en la política, en un estado de violencia, es que cada minuto que pasa,
cada día que sucede, se acumulan cantidades
de muertos, heridos y detenidos.
Porque estamos en una situación
gravísima económica y sociopolíticamente en el país, debemos pensar. Pensar
para discernir el mejor camino. Repito.
Porque estamos en gravedad es la hora de pensar, para discernir los mejores
caminos para actuar. ¿Cómo escoger los mejores caminos en medio de un desierto?
Se requiere destreza, pericia, práctica, desarrollar la capacidad de escuchar.
Hacerse de una oreja inmensa. Se tiene que catalizar esa avalancha de
información con unos criterios, unos horizontes teóricos y unos referentes
prácticos. Pero sobre todo, se tienen que construir espacios para procesar las
diferencias y encontrar un mínimo de acuerdo para actuar.
II.- La propuesta sustancial que realiza la CEV.
En el parágrafo 8, del documento
reza lo siguiente: “La salida de la crisis es clara: el diálogo
sincero del Gobierno con todos los sectores del país, con una agenda
previa y condiciones de igualdad, y con gestos concretos, evaluables en el
tiempo, como señales de la necesaria
rectificación. Consideramos oportuna y de gran valor la
participación de la Santa Sede en el diálogo entre el Gobierno y la oposición.
El pueblo venezolano apreciará en sumo grado dicha participación y sabrá
reconocer el valioso aporte de la Iglesia.” (CEV, 2-4-2014)
La única forma de lograr condiciones
de igualdad es que la oposición conquiste, políticamente, ese sitio. La
petición es un saludo a la bandera, si no se tiene fuerza política para
lograrlo y esa fuerza sólo es posible con la unidad, a partir de acuerdos
mínimos entre los diversos y distintos factores de la oposición.
La pregunta de rigor es: ¿Por qué
es esa y no otra la salida? Para responder a dicha pregunta debemos atender a
datos fácticos, a lo que acontece, a los síntomas del paciente en crisis,
señalaré algunos aspectos solamente.
1.- Las últimas encuestas de
opinión revelan lo siguiente, en medio de esta estrepitosa crisis, hay como
mínimo un 45% de la población que sigue apostando a las políticas
gubernamentales y, por lo menos, un 35% que no visualiza ni siquiera las
violaciones de los derechos humanos y políticos perpetrados por agentes
gubernamentales. Además, que consideran que la crisis económica es
responsabilidad de la oposición. Es un núcleo duro e impenetrable, hasta ahora.
En medio del desbarajuste
económico y de la malísima conducción del gobierno de la crisis política, sin
embargo, el dato estadístico es para sentarse a pensar con cautela. Son millones
de venezolanos de distintas clases sociales, donde su porcentaje mayor son la clase
D y E. Este dato para el dirigente, tiene que transformarse en una política
comunicacional, una política donde lo sustancial está en saber cómo y de qué
formas se dialoga con ese grueso de la población, en medio de la coyuntura y
sin perder el horizonte de lucha.
2.- La amalgama de la población
afecta al gobierno permanece fiel, hasta ahora, porque su estructura política
se articula en una lógica dogmática. Todo crítico es traidor, en un momento de
crisis y, en un tiempo de paz, el crítico es aceptado hasta tanto no afecte
ningún interés. Eso puede evaluarse en el comportamiento de los dirigentes del
gobierno, de los partidos aliados y en los constructores de opinión pública,
por parte del gobierno. Hasta ahora, por lo menos yo, no he encontrado, desde
el 12 de febrero hasta hoy, en ningún espacio, redes sociales o prensa, una
crítica fuerte a las prácticas gubernamentales, por parte de un dirigente o un
militante de relevancia del gobierno. Sin que ello implique la permanente
táctica del gobierno, de querer saltarse a la oposición para confundir al
propio movimiento opositor.
Este dato tiene un efecto
positivo para el gobierno porque compacta a su militancia. Eso le da una
libertad de acción, al minimizar al grado cero, en el ámbito público sus
desacuerdos. Paradójicamente, puede ser su talón de Aquiles, porque al no tener
diques internos que hagan presión en la opinión pública, sus prácticas despóticas
se exacerban, como se ha evidenciado en los días que transcurren. Sin embargo, hay que recordar la película de
Troya, Paris mata a Aquiles siendo más débil, porque usó su inteligencia y
acertó en su debilidad. La flecha dio en el Talón mientras los otros peleaban
cuerpo a cuerpo.
3.- En términos de confrontación violenta se está
en una brutal asimetría con respecto a los aparatos represivos del estado, que
han sido acompañados por banda de civiles armados, de allí lo ilógico, en
términos estrictamente, prácticos de plantearse una violencia generalizada
contra el estado. Además, la proporción
de heridos crece exponencialmente, la cantidad de muertos en confrontación
política asciende a un promedio de casi uno diario. La cantidad de presos,
detenidos o liberados con régimen de presentación es una avalancha.
Minimizando, cada vez más, la fuerza de las personas más comprometidas con la
lucha, porque se sienten indefensos frente a la violencia del estado.
4.- El gobierno aunque reprime
brutalmente, juega al desgaste de las formas de luchas. Esa lógica ha tenido
efectos significativos, porque la represión abierta y la falta de propuestas
concretas y de objetivos específicos por parte de la dirigencia de la oposición
(que no alude a tema de la protesta), sino qué se logra. Por ejemplo, con una
marcha, qué se quiere, ¿es sólo denuncia de un hecho? Ese puede ser un objetivo
en un momento, pero no permanente... La ausencia de objetivos específicos
logrables y evaluables, genera que la participación, la movilización a gran
escala, disminuya. Hay protestas que se han planteado objetivos como solicitar
renuncia de funcionarios específicos, pero al no estar articuladas con las
distintas fuerzas, se transforman en esfuerzos inútiles.
5.- En términos estrictamente
institucionales en el plano político, el gobierno avanza y genera que la
oposición tenga que pelear terrenos que antes tenía, diputaciones y alcaldías
por ejemplo.
6.- Ahora bien, ¿Cómo lograr la
unidad en el seno de la oposición para llegar a lo propuesto por la Conferencia
Episcopal? Es complejo pero no imposible. Es delicado porque hay poblaciones,
comunidades, que se sienten afectadas por la represión y consideran que la
lucha es una batalla sin cuartel y consideran que todo aquél que dialogue es un
traidor a su causa. Para darle una
respuesta a esta población la dirigencia, a partir de unos acuerdos mínimos, debe
dirigir y explicar lo complejo de la lucha, cada uno, cada partido desde su
propia vocería. Y, hacer comprender que las únicas posibilidades, no sólo de
recuperar los espacios políticamente perdido, sino avanzar en los reclamos es
uniéndose, en tácticas y estrategias.
Hay un pequeñísimo grupo de
periodistas y personalidades, que han iniciado una política mediática,
sistemática de ataque a un sector de la dirigencia de la oposición, porque
consideran que en este momento la salida violenta acompañada de un
pronunciamiento militar era una salida para la situación. Los que piensan de
esa manera no sólo son irrealistas, sin sentido práctico, sino que están
promoviendo, implícitamente, una guerra sin cuartel, de dimensiones
impredecibles.
Esa lógica errada de ese sector
es proporcional y similar, a las declaraciones de los diputados que ayer se
unieron a Primero Justicia y que reseña, El Universal (1-5), donde la
preocupación fundamental es el apuntalamiento de liderazgo de Henrique Capriles.
La incomprensión del momento político por parte de algunos dirigentes y escribidores
es incalculable. Es el momento de una devaluación descomunal, de represión sin
parámetros, de alza de los precios de la canasta básica astronómica, de
lenguajes arcaicos y primitivos. Y sin embargo, algunos no se sientan a
dialogar, por un afán, absurdamente ridículo, de protagonismos. La falta de
olfato político y de voluntad para amalgamar es inversamente proporcional a la
fuerza de las organizaciones civiles, a los movimientos comunitarios que
protestan. Más conciencia de la situación hay en el venezolano de a pie que en
la dirigencia. Eso parece una aberración pero no lo es, lamentablemente, para
todos, un dato para comprobarlo se adquiere al revisar la prensa diaria.
Reformulo la pregunta: ¿Cómo
coaccionar al gobierno para sentarse en condiciones de igualdad, con agenda
previa y con decisiones evaluables, si el gobierno avanza en su estilo y forma,
sin considerar nada de lo que acontece?
La única posibilidad que se tiene
es reagrupar la fuerza de la oposición. La comprensión que en este momento
ningún líder, por más popularidad que tenga, puede asumirse el elegido
histórico para conducir los destinos de la patria, es vital. La comprensión que sólo el trabajo en equipo,
en red, cooperativo configura una posibilidad no sólo de resistir sino de
avanzar, es vital.
Dentro de la oposición,
urgentemente, se tienen que construir espacios donde se procesen las
diferencias y se construya un mínimo de acuerdo para reimpulsar, en lo
inmediato, formas y manera de presionar al gobierno para lograr en lo político
lo planteado, en principio, por la Conferencia Episcopal. Para lograr la
condición de equilibrio, para sentarse a negociar salidas institucionales donde
la oposición no siga retrocediendo y tenga un mínimo de avance. Hacerlo por
separado, nuevamente, es el camino de la derrota sin destino. Pensemos que ni
siquiera se ha podido sacar a Simonovis que era un objetivo específico
lograble, de anteojito, que se tenía desde el principio, por ejemplo.
El gobierno, mientras la
oposición, su dirigencia, no acuerda, está avanzando para nombrar los Poderes
Morales sin diálogo con la oposición. Su estrategia es legalizar, sin diálogo,
sin acuerdo, el nombramiento de unas personas en los poderes que es uno de los
puntos de la agenda. Como mínimo la oposición debe unirse, no sólo sus voceros,
sino toda su dirigencia, organizaciones y movimientos para impedir ese avance
arbitrario del gobierno. De lograr ese otro objetivo el gobierno, el diálogo se
pondría más cuesta arriba y la oposición, por responsabilidad de su dirigencia
en la conducción del conflicto, más aplastada.
No hay posibilidades de avanzar
en nada, y, por el contrario, gran probabilidad de seguir perdiendo espacios
políticos, desde la perspectiva de la oposición, mientras se siga en la
torpeza, la miopía y la absoluta prepotencia de evitar el diálogo con acuerdos
en tácticas y estrategias, entre los aliados. Esa es una condición sine qua
non, para que se pueda dar la salida planteada por la iglesia.
7.- Quisiera culminar este
fragmento sosteniendo que la salida planteada por CEV, la comparto, porque es
la única alternativa a corto, mediano o largo plazo, donde se minimizan los
costos sociales (muertos, heridos y presos), y se maximizan los beneficios
colectivos con más trascendencia.
III.- Crítica política al
documento de la CEV.
a.- Quien se dedique a estudiar
el comportamiento de dirigentes, instituciones, personalidades distintos a los partidos políticos y
dirigentes gremiales de la oposición, podrá percatarse, sin ambigüedad, que uno
de los errores, en estos años y sobre todo en momentos de crisis, ha sido
suplantar, tanto en discurso como en práctica, a los que ejercen el oficio de
la política. No estoy evaluando las razones sino constatando un hecho. Precisamente,
una de las críticas, sustanciales, que se le hace y con razón al Poder Moral es
que se comportan como dirigentes políticos y no como le corresponde en función
de su rol social, como voceros de una institución que arbitra conflictos.
b.- La crítica puntual que
realizaré al documento de la CEV, la hago desde mi posición de cristiano
formado en la tradición católica, fundamentalmente, ignaciana y como ciudadano
comprometido por la reconstrucción institucional del país, no en el futuro sino
desde el presente, con un horizonte de sentido democrático.
c.- Quisiera, antes que nada,
resaltar el papel fundamental que la institución eclesial ha jugado en la resolución
de muchísimos conflictos políticos en América Latina. Quisiera resaltar el extraordinario
comunicado de la CEV el 25 de febrero del presente año. Quisiera aplaudir que
los distintos y opuestos actores políticos reconocen a la Santa Sede del Vaticano,
como un organismo que puede ser testigo de buena fe, para la construcción del
diálogo necesario en Venezuela.
d.- Ahora bien, el documento publicado el 2 de abril de la CEV, atendiendo
a la coyuntura es contundente, centrado y apropiado en casi la totalidad de sus
parágrafos. Sólo el parágrafo segundo es radicalmente inadecuado. Argumentaré
tres razones para sostener mi posición, (1) teórica, (2) procedimental y de (3) práctica institucional.
La importancia de hacer la
crítica, en el momento, dígase invitar a la propia CEV, a su revisión, estriba
que dependiendo cómo personalidades, instituciones y partidos políticos se
manejen, Venezuela profundizará la situación de violencia o no; en segundo
lugar, porque la CEV es la representación en el país de la Santa Sede quien
está postulada como un árbitro de buena fe. Por lo tanto, la compostura
institucional, como calidad de árbitro, es una condición necesaria, para configurar
espacios dialógicos. El parágrafo de la conferencia episcopal al que aludiré en
mi crítica, reza de la siguiente manera:
“2. Causa
fundamental de la actual crisis es la pretensión del partido oficial
y autoridades de la República de implantar el llamado “Plan de la Patria”,
detrás del cual se esconde la promoción de un sistema de gobierno de
corte totalitario, que pone en duda su perfil democrático; las
restricciones a las libertades ciudadanas, en particular, la de
información y opinión; la falta de políticas públicas adecuadas para enfrentar
la inseguridad jurídica y ciudadana; los ataques a la producción nacional, que
ha conducido a que en nuestro país hoy se haga necesaria la importación de toda
clase de productos; la brutal represión de la disidencia política; el intento
de “pacificación” o apaciguamiento por medio de la amenaza, la violencia verbal
y la represión física.” (CEV, 2-4-2014)
1.- Crítica teórica. Es
inconsistente vincular el “Plan de la
Patria” como causal de las prácticas no democráticas, de algunas prácticas de
terrorismo de estado, de las prácticas de violación de derechos humanos, por
parte de algunos funcionarios del gobierno.
Es posible, teóricamente hablando,
hacerle sendos cuestionamientos al Plan de la Patria, incluso desde su nombre,
desmontarlo en su totalidad e incluso, mostrar sus inconsistencias internas. Pero
de lo escrito, no se puede inferir ni derivar las formas de comportamiento de
los funcionarios. Menos se puede mostrar la articulación oculta, entre la letra
y la práctica como una evidencia social, en la misma calidad, por ejemplo, de
una violación de los derechos humanos que han sido públicas y notorias. El
documento al que alude la Conferencia está constituido por los siguientes
aspectos, a saber:
“Defender, expandir y consolidar
el bien más preciado que hemos reconquistado después de 200 años: La
Independencia Nacional.
Continuar construyendo el
Socialismo Bolivariano del siglo XXI en Venezuela, como alternativa al modelo
salvaje del capitalismo y con ello asegurar la “mayor suma de seguridad social,
mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad”, para nuestro
pueblo.
Convertir a Venezuela en un país
potencia en lo social, lo económico y lo político dentro de la gran potencia
naciente de América Latina y el Caribe, que garanticen la conformación de una
zona de paz en nuestra América.
Contribuir al desarrollo de una
nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo mundo multicéntrico y
pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz
planetaria
Contribuir con la preservación de
la vida en el planeta y la salvación de la especie humana.”
Imagino que la CEV, alude al
segundo punto. En términos estrictamente teóricos se podría cuestionar que eso
es un pastel sin forma por mezclar el árbol de tres raíces, con Marx y Jesucristo.
Se podría contra argumentar que no es un modelo alternativo al capitalismo, etc.
Pero hay que aceptar que el PSUV está en su derecho como partido de querer
impulsar su concepción política, acertada o errada, como cualquier otro
partido. Un asunto muy distinto, son las
formas y maneras de hacerlo. Es decir, sus prácticas.
Si se defiende una sociedad
plural y se quiere orientar a Venezuela para que se respete la diversidad, las
disidencias, las opiniones contraria, en principio, tenemos que respetar la
vocación connatural de las organizaciones políticas de convencer a la sociedad,
que su propuesta de organización social es mejor que la de los otros. El
partido Social Cristiano COPEI, está en su derecho de tratar de convencer que
su doctrina y su mirada es la más conveniente para el país, apoyados en la
doctrina social de la iglesia, pueden desprenderse de las concepciones
neoliberales y de las marxistas. Allí no hay problema, el asunto es cómo lo
hacen y qué hacen cuando la sociedad, comunidades o gremios, disienten. Ese es
otro asunto que no alude a la teoría, sino
a la práctica política.
2.- Crítica Procedimental. El
procedimiento establecido en las leyes y los reglamentos que rigen al CNE, derivados
de la Constitución Nacional Bolivariana, establece que los candidatos de las
organizaciones políticas deben inscribirse presentando un plan de trabajo para
la nación, para ejecutarlo en el período que se postulan. Es obvio, que quien
gana las elecciones, desarrolle el plan propuesto. ¿Qué se cuestionaron las
elecciones? Es cierto. Pero también lo es que políticamente, en términos
prácticos todos los sectores, hasta los más radicales, aceptaron la decisión
del árbitro, bien sea por omisión o por acción. Más aún, estando ya vencido el
período del árbitro todas las organizaciones de oposición (a mi juicio de forma
correcta) asistieron al nuevo evento electoral. Desde Voluntad Popular hasta
Bandera Roja, desde Primero Justicia hasta Avanzada Progresista. En términos
prácticos no sólo se legalizó sino también se legitimó, en la práctica al
gobierno. Por lo tanto, es coherente el gobierno en intentar desarrollar su
plan.
Otro asunto, nuevamente, es que para el
desarrollo del plan realicen prácticas autoritarias, arbitrarias,
antidemocráticas. Son dos asuntos distintos, que es vital para la sociedad
opositora, conceptualmente, tener claridad para saber cómo luchar. La confusión
de una cabeza de gallo con una cabeza de perro, tiene efectos prácticos
contraproducentes, para la legítima
lucha que la oposición venezolana realiza en estos momentos, verdaderamente
graves, de nuestra historia.
3.- Crítica como práctica
institucional. La CEV al no limitarse a una evaluación de las prácticas erradas
por parte del gobierno e introducirse a
la caracterización del régimen, confunde su rol institucional con el de un
partido político de la oposición. Lo grave, de tal acción, en la circunstancia
que vive el país es que cualquier salida y desarrollo de lo que acontece,
siempre generará fracturas emocionales, sociales y políticas en el pueblo. Y,
la iglesia, su labor sustancial como institución, no reside, solamente, en la
denuncia de la prácticas inadecuadas en las formas del ejercicio político, no
sólo está llamada a ser una referencia para arbitrar conflictos políticos, sino
que su vocación por doctrina, es la de ser un espacio de acogida para los que
sufren sean del bando que sean.
Los judíos pensaban a Jesús como
un liberador político de la situación de esclavitud frente al imperio romano,
incluso después de la resurrección, los propios discípulos no comprendían la
Buena Noticia; sin embargo, el mensaje evangélico era otra forma de actuar en
lo cotidiano, otra forma de asumir las circunstancias. Se trataba de ser
testimonio radical de transformación capaz de denunciar las injusticias de los
poderosos, pero con la mano siempre abierta a los que sufren, independientemente,
si era judío o gentil, fariseo o un radical pecador como la prostituta o el
cobrador de impuesto al servicio del imperio, como los publicanos. Uno de los
gravísimos problemas en nuestro país es no atender a la estricta separación que
hizo Jesús, entre el César y Dios. Política y forma de vida religiosa.
IV.- Conclusiones
1.- El fracaso o el éxito, en las
actuales circunstancias de la oposición, depende en gran medida de la
responsabilidad de los dirigentes políticos y gremiales para configurar
acuerdos que permeen a todos los movimientos sociales y comunitarios, de la
oposición en Venezuela, para articular tácticas y estrategias con objetivos
precisos, no sólo de resistir sino de avanzar políticamente.
2.- La única posibilidad para
generar un mínimo de simetría, para una discusión con agenda y respeto de acuerdos
por parte del gobierno, es la articulación de todo el movimiento opositor en
red, cooperativa y articuladamente, con orientaciones precisas y concretas de
las distintas vocerías de la oposición, para desarrollar formas de luchas
exitosas. En el corto, mediano o largo plazo, la salida propuesta por la CEV,
será la manera de resolver la situación, apostar a lo contrario es impulsar un
movimiento hacia una guerra, donde el gobierno tiene todas las de ganar en el
corto, mediano y en largo plazo, y toda Venezuela perder.
3.- Es vital que las instituciones, las
personalidades, se adentren a pensar y actuar en Venezuela evaluando, sus
condiciones, posibilidades y límites de sus acciones para no ocupar los
espacios propios de los partidos políticos, de los gremios, de los activistas
comunitarios, sino que puedan ayudar en
la resolución del conflicto sin retroceder en las denuncias, pero sin
desdibujarse de sus labores sustanciales. Esa acción en presente es un camino
de reconfiguración institucional y social del país, en medio de la debacle que
se avecina.
4.- Las fuerza de organización de
las comunidades y de los movimientos estudiantiles tiene que se correspondida
con una dirigencia política de altura. No hay que fabricar ningún nuevo
liderazgo, se trata de que cada quien, por el contrario, se responsabilice por
su opción de vida y por la forma de luchar en la Venezuela contemporánea.
Jueves 3 de abril de 2014.
Jonatan Alzuru Aponte.
Muy bueno. Agradecida por contar con sus reflexiones, que me ayudan a mi, hacer las mías. Lo replicaré. saludos y fuerza... "en medio de la debacle que se avecina".
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