Asunto de Coyuntura: el debate MUD- Gobierno
1.- Un diálogo político, un
proceso de acuerdo, no se puede evaluar por sus reuniones sino por sus
resultados prácticos en el corto, mediano y largo plazo. Sin embargo, lo que se
puede evaluar es su puesta en escena, su performatividad. Con respecto al diálogo
del 10 de abril, asumo el agudo análisis realizado por Willy McKey, publicado
en el Blog Prodavinci. Valga el link http://prodavinci.com/blogs/quien-gano-el-debate-del-10a-2-de-2-por-willy-mckey/
2.- En esta segunda reunión creo
que, mediáticamente, el gobierno salió favorecido.
En primer lugar porque minutos
antes de la reunión Henry Ramos Allup, había señalado que una exigencia de la
MUD era que fuese televisado. Al no hacerlo de esa manera, la imagen al país es
que iniciando el proceso la MUD ya estaba cediendo.
En segundo lugar, una exigencia
importante de la MUD era la ampliación de la comisión de la verdad para que
estudie los hechos de estos dos meses. Eso que puede percibirse como un logro y
quizás políticamente lo es, no es percibido de esa forma por las siguientes
razones:
A.- La experiencia anterior, del
11 de abril del 2002, de una comisión similar fue una farsa, por lo tanto, la
población opositora desconfía.
B.- Lo más importante, una
comisión de ese tipo, en términos estrictamente de metamensaje, supone que ya
sucedieron los hechos, que estamos en una etapa donde se superó la crisis y se
inicia una investigación de esa crisis. Asunto en términos prácticos absurdo,
porque estamos en medio de la crisis. Lo no dicho -al darle relevancia a ese
logro práctico de incorporar más personas en la comisión- es un mensaje al país
diciendo que ya todo está resuelto, no proteste, lo que resta es investigar,
insisto en términos de metamensaje. Ese metamensaje descoyunta al pueblo que
sigue en pie de lucha.
C.- El gobierno se mantuvo en su
posición firme que había anunciado el 10 de abril, su negativa a la ley de
amnistía. El ceder en la primera reunión y afirmar que se planteará otra vía es
una señal clarísima de debilidad. Un buen negociador no cede en la primera
reunión y tampoco cierra el diálogo.
D.- Aunque se afirmó que se
estudiaría los 60 casos de violación de los derechos humanos que es un punto
esencial y que se nota el esfuerzo de los dirigentes por denunciarlo. Se vieron
relegados, por la manera y forma de comunicación realizada por Aveledo, aún con
toda su pericia política. El error sustancial de Aveledo fue que se comportó
como un árbitro y no como una de las partes deliberantes. La condena de la
violencia venga de donde venga, equipara la violencia de estado, la violencia
que implica una violación de los derechos humanos, con cualquier tipo de
protesta que implique un mínimo de violencia, como por ejemplo quemar un
caucho. En términos político y de lenguaje es un profundo error, no sólo para el
futuro de la negociación, sino para aquellos a quienes representa y también
para los que no se siente representado, pero que en cualquier caso desean un cambio
de gobierno a corto, mediano o largo plazo. Un
deliberante en una primera reunión inicia la condena de la violencia del
estado, puede condenar de pasada otros tipos de violencia y resalta de manera
inmediata, el derecho a la protesta, incluso, invitando a la manifestación del
26 de abril de forma pacífica para solicitar la aprobación de la ley de
amnistía, que fue negada por el gobierno.
E.- El error sigue porque
claudica en una petición que era una condición del diálogo para unos y para
otros era el primer punto de agenda la ley de amnistía y, de manera simultánea,
afirma que se incorporará al plan de seguridad que impulsa el gobierno. Chance
que le permite al vicepresidente para indicar que le dará presupuesto a las
gobernaciones y alcaldía, dando un metamensaje al pueblo que la MUD lo que está
buscando es dinero, con seguridad no le darán a las alcaldías que están en
manos de Voluntad Popular y de esa forma, quiebran al movimiento opositor.
Aunque políticamente, los que
tenemos dos dedos de frente, sabemos que no es así, mediáticamente, logra calar
ese mensaje, de buscadores de dinero, de negociadores de cargo, ese es un punto
débil que se tiene que se debe reforzar en términos del lenguaje en todo
momento, para generar confianza.
La consecuencia grave de no
estudiar con propiedad las formas de comunicación de los acuerdos y desacuerdos
para el mundo opositor, es la pérdida de la legitimidad de los negociadores.
Eso sería profundamente grave para el país. La habilidad, en este momento, es
confrontar al gobierno, negociar lo que se pueda negociar, ser firmes en los
asuntos innegociables y, a su vez, estimular la unidad en la protesta de calle.
Ese es un arte complejo, dificilísimo, pero necesario.
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