viernes, 11 de agosto de 2017

FRENTE AMPLIO: CONSENSO PARA ACTUAR

FRENTE AMPLIO: CONSENSO PARA ACTUAR
Jonatan Alzuru Aponte

La multitud está expectante, la población necesita de orientaciones claras  para la lucha.  La UCAB como punto de encuentro es una posibilidad para reimpulsar la lucha.

No se trata en este momento, como ha sido el discurso de algunos dirigentes, de sostener que el vacío de las calles es responsabilidad del pueblo o que en el momento de mayor debilidad del régimen, la población quiere autodestruirse o, peor aún, que los líderes deben señalar el camino aunque la multitud no lo comprenda. ¡Por favor! Mantener esa discursividad nos conducirá a un barranco sin retorno.

Es responsabilidad del liderazgo tomar acciones concretas para defender, en primer lugar a los magistrados designados como miembros del Tribunal Supremo de Justicia.  Es vital que el liderazgo dé un ejemplo de práctica política frente a los magistrados, no vale denunciar el atropello, ni afirmar que nos equivocamos, sino asumir un acto político donde se muestre el compromiso con la decisión. Teniendo además el respaldo internacional de las toma de decisiones de la Asamblea Nacional.

Es responsabilidad de la dirigencia no de preguntarle al gobierno qué es lo que sucede con el grupo de militares y/o civiles que han robado las armas sino fijar posición. Los principales líderes convocaron al estamento militar a pronunciarse, no es posible su silencio; es sumamente peligroso que ahora los convocados se transformen en dirigentes de la lucha. El vacío en la orientación política a ese sector, maximiza sus acciones de forma no articulada y con el riesgo no solo del inicio de una guerra asimétrica impulsada por el foquismo que se transformará en una soldadura, una amalgama, del régimen, sino que, además, y es lo más grave, copa la esperanza de un pueblo que siente a un liderazgo sin brújula y, por lo tanto, deja de actuar esperando la acción armada.  Hacer silencio como si eso no está sucediendo, es un gravísimo error. Es urgente orientar, fijar  posición, dirigir o confrontar sin nervio tales acciones.

Sería un error gravísimo no plantearse acciones muy concretas en las  formas de lucha que inicien un proceso de acercamiento con María Corina Machado y, por el contrario, criticarla de forma despiadada.  El discurso de la dirigente de Vente Venezuela, a destiempo a mi juicio, porque no le salió al paso a la declaración de Ramos Allup, porque paradójicamente, ha quedado como la divisionista y no como efectivamente es, quien ha sostenido lo que la dirigencia, de manera unitaria, propuso al pueblo venezolano, le consultó y luego, en correspondencia, presentó un extraordinario documento de acuerdos mínimos para un próximo gobierno, aunado a los mecanismo para implementarlo; dando un primer paso en esa dirección con el nombramiento del TSJ; de profundizarse, insisto, ese discurso,  en este momento, será un detonante más para las acciones anárquicas o para inmovilizar a la población.

Es urgente una orientación política de cómo actuar frente a la Asamblea Nacional Constituyente y cualquier acto que realice. Asistir o no a una convocatoria, asistir o no a la Comisión de la Verdad, aceptar o no la “bendita” carta de buena conducta para postularse…  Ninguno de los dos caminos son de lerdos o de ignorantes políticos; la descalificación de una forma de actuar es la manera más burda para legitimar una opinión y asumir que se tiene la verdad; mí comentario tiene una direccionalidad precisa: a Henry Ramos Allup.  La unidad de criterios y la forma de confrontar de la dirigencia puede transformarse, de hacerlo de manera contundente y unitaria, en una amalgama ética, para la protesta. Porque en momentos de repliegue los testimonios son el único fermento para levantar a las masas.

Las elecciones regionales son en diciembre. Hay tiempo suficiente para enderezar las cargas y reactivar con una dirección política renovada, al ser ampliada, para enfrentar al régimen. Estamos en un momento de repliegue pero dos pasos atrás no significan un retroceso total; puede trabajarse, repensarse y asumirse como un repliegue táctico, para reimpulsar la lucha y avanzar.

Un punto de común acuerdo con un objetivo específico podría ser, por ejemplo, confrontar al CNE en todos los terrenos, que tenga como un objetivo de la lucha su renovación. Pero eso no podría ser  en frío, ni por una decisión unilateral, implicaría mostrar el músculo de la protesta, sin cuartel, con diferentes formas de lucha, hasta acordar un nuevo CNE. Sería una lucha que tendría el respaldo internacional y sería absolutamente comprensible para todos y podría transformarse en un paso acordado por todos los sectores para lograr el objetivo supremo, la salida de forma electoral del régimen. Es solo una idea y nada más.

Es vital retomar el evento de la UCAB, como punto de encuentro, para configurar un comando que dirija un frente amplio de lucha en esta etapa. La diversidad es nuestra mayor fuerza y no una debilidad, la clave estriba en cómo se procesan las diferencias.


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