sábado, 19 de agosto de 2017

ASAMBLEA DICTATORIAL CONSTITUÍDA

ASAMBLEA DICTATORIAL CONSTITUIDA
Jonatan Alzuru Aponte

El Padre Luis Ugalde en un reciente artículo le dio el nombre ajustado a lo que se ha llamado Asamblea Nacional Constituyente. Nombre que resume, a mi manera de ver, la lógica gubernamental.

Comulgo con la propuesta del Padre de Ugalde que es necesario, urgente, un nuevo gobierno ya, un gobierno de unión nacional. De manera simultánea, el padre Ugalde como otros analistas considera acertado asistir a la consulta electoral.  La propuesta del sacerdote es usar todas las posibilidades de manera simultánea para la confrontación. Si nuestros dirigentes no solo nos plantearan ese horizonte sino que actuarán en consecuencia, sería difícil no asumirlo.

Discutir la asistencia o no a las votaciones de las gobernaciones, me parece que es un sinsentido puesto que se acordó por mayoría asistir. Estamos en ese momento. Obviamente, quienes nos oponíamos a dar ese paso, creo que no deberíamos abstenernos, porque sería contraproducente dentro de ese esquema de juego para la oposición.

Para generar las condiciones que se posibilite un nuevo gobierno, tendría que existir una tensión donde el gobierno pierda capacidad de maniobra y se vea obligado a negociar. Esa es una posibilidad que dependerá de los errores del gobierno en su estrategia que deberá ser aprovechado por nuestros dirigentes.  Quienes nos oponíamos a ir a las elecciones después del 16 y 30 de julio, –valga una brevísima digresión, sobre el pasado que no es lo vital en este momento-  era porque considerábamos que era un momento culmen, para tensionar la cuerda. La asunción de la desobediencia civil implica que se desconoce a quien ejecuta las leyes, a ellas y las formas de implementarlas.  Por lo tanto, no era que perderíamos espacios, no estábamos en condición de defensa, sino de ataque, por el poder completo, por el cambio de estado; que no tenía ningún paragón con las elecciones del 2005, porque no existía una crisis humanitaria como la que vivimos, porque no había una ruptura del orden constitucional por parte del gobierno y porque no se había planteado la desobediencia civil de forma radical como fue la consulta del 16 de julio en su última pregunta.

Ahora bien, nuestros dirigentes plantearon un nuevo escenario. El padre Ugalde ha construido una salida intermedia entre la desobediencia civil con la finalidad de la toma del poder y la participación electoral.  Los que opinamos en las redes y no tenemos cargos, ni participamos en partidos políticos, como es el caso de Ugalde y quien escribe, a lo sumo podemos hacer análisis y realizar alguna propuesta, no somos decisores.

El gran problema de la alternativa del Padre Ugalde, está en nuestra dirigencia. Por ejemplo, Freddy Guevara en el foro de la UCAB, afirmó que se debía desconocer a la Asamblea Dictatorial Constituida y eso en términos prácticos significaba no atender a  sus llamados, no asistir a la Comisión de la Verdad y al día siguiente, Ramos Allup afirmó que quien asuma esa postura implicaba inmovilizarse y eso solo era de torpes y ambos asumiendo un mismo camino, las elecciones, ojalá acuerden entre ellos. Ledezma y María Corina, se desprendieron de la MUD, asumiendo el acuerdo del 16 de julio, con el pequeño veneno que enjuician a sus compañeros como traidores; pero dando un dato que hubo acuerdos entre la oposición y gobierno, por sus resultados nada tenían que ver con la conformación de un gobierno de unidad nacional.

 Imaginemos que son dos casos de dos radicales fuera de orden y concierto, divisionistas. ¿Qué diremos de la diputada Gaby Arellano? La mencionada dirigente de Voluntad Popular, el 18 de agosto, en el programa “La hora de la verdad” en una radio colombiana afirmó, que hay dirigentes de la oposición que ayuda al gobierno y que lo ha denunciado dentro de su partido y en el parlamento, a propósito de la estrategia asumida por la MUD de ir a las elecciones y distender el conflicto político que podía incrementarse en grados superlativos después del 30 de julio, con el apoyo internacional.

La estrategia del padre Ugalde, será exitosa si los decisores trabajan unidos; no de palabras sino en acciones. Asumiendo las toma de decisiones buenas o malas con responsabilidad. El silencio y la falta de acción para respaldar a los magistrados nombrados por la Asamblea Nacional es un ejemplo de ello que estamos a tiempo de subsanar. El pecado por omisión en política desfonda la confianza que es un sentimiento indispensable para una confrontación radical. Lo radical no implica, la negación de un acuerdo para un gobierno de unidad, amplio y diverso; lo radical a punta al cambio de raíz de la lógica dictatorial que nos gobierna y no un paso a paso….

La falta de unidad y la concentración en la diatriba interna por las gobernaciones, son ingredientes para minimizar una estrategia radical, por una construcción lenta de confrontación. Sin embargo, los errores del régimen y su ataque desmedido, deberían aprovecharse en este momento para cambiar la lógica del juego.








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