Les escribo a mis amigos
intelectuales de izquierda de Venezuela y América Latina. Los que hemos
tenido
formación en este campo epistemológico, les recuerdo que el punto común
en todas las
corrientes y versiones del marxismo es el análisis de las condiciones
materiales de existencia. Eso no se limita a las condiciones económicas,
ese es
un ámbito, sino y quizás sobre todo, tal como lo muestra Foucault, con
relación
a las prácticas en el ejercicio del poder. Desearía que vean este video
de lo
que ocurrió en Valera (Les suplicaría en el alma que no me hablen de la
manipulación mediática… Un amigo vive allí, sufrió la agresión y su
padre fue
militante del MIR y hasta éste día apoyaba incondicionalmente al
gobierno,
cambió porque estaba sufriendo, por el estrés que tenía al ver a su
nieto llorar de
los nervios, su cambio no fue ideológico sino por el terror en su
carne)… En Venezuela, en los sesenta, setenta… Los militantes de
izquierda tomaron las armas y se enfrentaron contra los aparatos
represivos del
estado… Los encapuchado de los setenta y ochenta se enfrentaba con
piedras,
cohetones y pistolas contra los aparatos represivo del estado… Pero en
el video
podrán observar, no a paramilitares… ¡por favor! eso sería más serio…
observarán
a los aparatos represivos del estado unidos a delincuentes comunes,
lanzando
piedra contra un edificio aterrorizado… Terrorismo de Estado como lo
definía en
su oportunidad nuestro amigo Hugo Callelo… En una práctica barbárica,
nunca
vista en nuestro país… En nuestro país en los tiempos de lo que le
llaman la
cuarta República, se desató el neoliberalismo, la corrupción, se hizo
extrema
la pobreza, había muertos, desaparecidos… Incluso militantes afectos al
gobierno utilizaban las cabillas contra otros manifestantes en
revueltas… Pero
nunca se vio a policías y encapuchados unidos, hermanados, atacando no
sólo a
una manifestación, sino a un edifico, a unas residencias… Yo no tengo
una bola
de cristal para predecir el futuro… Lo que si sé es que el pasado ya
pasó y es
inmodificable, nos sirve sólo para aprender de él. El futuro es
incierto. Sólo
nos queda la responsabilidad con el presente. Y en este presente
responsablemente les digo, desde lo más profundo de mis entrañas hasta
lo
más lúcido de mi mente que condeno y rechazo profundamente estos actos
barbáricos y terroristas. Ellos no pueden
quedar impunes… Los intelectuales tenemos una profunda responsabilidad
en este
momento no con el país abstracto, cada uno consigo mismo, con su ser,
con su
mirada del mundo… En fin… Indignadamente escribo… Allí les dejo el link…
Hoy, para mí, no es un día de
sonrisa… Saludosjueves, 27 de febrero de 2014
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