UNA MÁXIMA DE TRABAJO
PARA PENSAR Y HACER
Quien se dedica a pensar cuál es
la intención del otro, pierde el tiempo. Eso nunca lo sabrá. Quien se coloca a pensar en lo que el otro
dice, pierde el tiempo, porque no se sabe por qué lo dice. Dedíquese a ver, a analizar
sus prácticas, cómo actúa. El sentido común ayuda mucho a pensar, cómo debería
actuar esa persona en situaciones normales o en crisis. Todo funcionario público,
o persona que ocupe o que ocupó un cargo, debe actuar según unas normas mínimas,
reglamentadas o no. Allí se le ven las costuras. Se puede evaluar su
comportamiento.
Piense esto: en un juego de básquet,
los jugadores no dicen cómo van a jugar. Juegan y cambian el juego dependiendo
de cómo se comporte el equipo contrario. Eso lo hace el jugador por intuición o
porque su entrenador se lo dice. Un buen entrenador que no le funciona un
jugador, lo cambia por otro, para descolocar al equipo contrario y suele
cambiar la táctica de cómo se comportan en la cancha los jugadores. Para ganar
un juego, incluso puede sacrificar a un jugador, lo manda a hacerle falta a un
jugador del equipo contrario. Su ganancia: descontrola al contrario, eliminándole
a uno y generando la rabia para que no piensen, aunque le expulsen a ese
jugador.
La pericia de los jugadores y de
los directores técnicos es ver dónde está exactamente la debilidad del
contrario y atacar allí, igualmente ver sus debilidades para reforzar la
defensa. Jamás el equipo contrario dirá
cómo va a jugar.
Un buen director técnico analiza
los juegos pasados de su equipo y del contrario, para estudiar las fortalezas y
las debilidades. Para estudiar cómo se planteó el juego y por qué se perdió o
por qué se ganó. Ese saber lo aplica en
el siguiente juego.
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