MESA
DE DIÁLOGO, EVALUACIÓN Y FORMAS DE LUCHA
Se
acerca la próxima reunión de la Mesa de Diálogo. La oposición ha perdido en
este período un tiempo importante para ejercer presión al gobierno a través de
la protesta ciudadana. Todos los dirigentes estaban claros que había que
combinar diálogo con protesta.
La
evaluación de la última reunión condujo a la paralización porque no se supo
procesar las diferencias y asumir un ámbito en el que todos estaban de acuerdo,
la lucha en la calle, imperó la discusión del documento. No ubicar al
adversario principal y actuar en consecuencia de forma unida fue un error.
Voluntad
Popular y Alianza Bravo Pueblo han realizado nuevas declaraciones sosteniendo
que el 6 de diciembre es una nueva fecha de evaluación. Hay que reconocer que
VP, varió su posición con respecto a la evaluación inicial donde ellos
sostenían que no se debía asistir a la siguiente reunión. Ese cambio pareciera
sutil pero es muy importante valorarlo.
Ahora
bien, se asistirá en una condición de debilidad, porque no se ejecutó el plan
que los propios líderes habían trazado. Debemos estar conscientes de eso. Es un
clamor que en ese diálogo se discuta un cronograma electoral. Será una puja
fuerte. Los dialogantes saben, están conscientes, que de no alcanzarse ese objetivo
el país entraría en una etapa de profunda frustración, a menos, que muestren
una profunda unidad al momento de evaluar los resultados de la Mesa de Diálogo
del 6 de diciembre.
La
clave para articular a la oposición no es tanto la evaluación en sí misma, sino
los procedimientos para evaluar y la estructura de decisión después de
realizarla. De allí que deberían discutir, independientemente de los resultados
de ese día, cómo procesar los distintos puntos de vista y cómo ofrecerlos a la
población de forma unida. Si se establece un procedimiento para la evaluación y
la construcción de los siguientes pasos, sean cuales sean, entonces, se podrá
amalgamar a la población que desea un cambio de gobierno. De lo contrario se
reeditará lo que ha sucedido hasta ahora y tal práctica erosiona de forma
acelerada la confianza indispensable para generar nuevas y diversas formas de
lucha.
El
asunto no es tanto qué pasará el 6 de diciembre, sino cómo los líderes asumirán
los resultados del diálogo, cómo procesarán los diferentes puntos de vistas y
cómo ofrecerán al país un conjunto de tácticas y estrategias para confrontar al
gobierno. Allí está una de las claves fundamentales para cohesionar a la
población en función de una ruta política de confrontación con el gobierno.
Ruta de confrontación pacífica pero decidida, contundente. Es posible, es
viable, si se actúa con sindéresis en el
momento de evaluar y ninguno juega a una posición adelantada.
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