martes, 16 de abril de 2013

EL MOMENTO DE LA RAZÓN



EL MOMENTO DE LA RAZÓN
Jonatan Alzuru
El momento de la razón, dijo Capriles. Esto significa en términos muy claros, saber cuál es el objetivo de la lucha, cómo administrar las fuerzas y saber cuándo colocar fin al proceso.  También es sustancial tener la claridad de lo logrado, sobre todo, de cara al futuro. Para saber cuál camino es erróneo y en cuál hemos tenido éxito.
La abstención electoral es un error. La votación del 14 de abril nos da una noticia contundente, el gobierno en menos de tres meses, perdió un millón de personas de apoyo. El país está en un empate técnico. Eso lo sabemos por participar en las elecciones. Podemos registrar con certeza, cómo ha crecido el descontento frente al gobierno y cómo muchos seguidores del gobierno están en la búsqueda de un camino de progreso. Este es un dato súper relevante.
Para seguir aumentando la fuerza de cambio no tiene sentido la confrontación entre el pueblo. De allí que la orientación de Capriles ha sido muy acertada. No caer en provocación no es por un asunto de inocencia, ni pacifismo barato, sino táctica y estrategia política en un momento crucial de la vida venezolana.
La violencia le interesa políticamente al gobierno para unificar a sus dirigentes. La fractura y debilidad de Maduro se muestra cuando él decide auditar 100% y al día siguiente Diosdao Cabello, su fuerza opositora, da un contra orden. Al no mantener el caudal de voto de Chávez, la dirigencia del PSUV le reclama a Maduro y lo coloca en suma debilidad para gobernar. El Presidente Cabello expresa que se debe hacer una autocrítica y toda crítica apunta como blanco obvio a Maduro.
La estrategia de Maduro, para enfrentar su situación interna, más grave que la externa, es generar un clima de golpe de estado para unificar su fuerza contra un enemigo todo poderoso. Esa es su mejor jugada. Por ello, no caer en esa trampa es vital. El peor escenario para Maduro es un reclamo sin violencia e institucional con tiempo limitado. Iniciar un gobierno con aliados en contra es tener sus días contados, no sólo por el pueblo opositor, sino por aquellos que lo auparon.
Nos vienen unas elecciones de Alcaldes, no debemos perder esa perspectiva. Debemos incrementar nuestra fuerza. Tenemos certeza que se logró en pocos días, podemos hacerlo muchísimo más,  de allí que medir el discurso, actuar prudentemente, no ofender a los seguidores del chavismo, no actuar impulsivamente y de manera simultánea, ilegitimar un CNE que se le venció su período formalmente y saber que sólo con el 75% de los votos de la Asamblea Nacional se pueden nombrar nuevas autoridades electorales es un cuello de botella para los seguidores de Maduro que no es el grupo de apoyo a Chávez.
Ese camino no lo desean los maduristas, por ello buscaran por todos los medios que se generen confrontaciones, infiltrarán marchas y buscarán incendiar el país, allí debemos actuar con la razón y saber por qué se hace lo que se hace. No podemos controlar las directrices de los maduristas, pero si podemos controlarnos, si podemos medirnos, no dejarnos llevar por dirigentes espontáneos ni por iniciativas que no conduzcan a nada.
El voto es nuestra forma de lucha. No es fácil, pero en la práctica debemos ver que nos ha dado resultado. El voto como forma de lucha requiere inteligencia y madurez. Las acciones irracionales nos condujeron a callejones sin salida en el pasado, sería una torpeza repetir esos caminos.
Es una lucha institucional, democrática, donde la violencia le interesa al gobierno madurista, para intentar ocultar su incapacidad, frente a lo suyos, de mantener el legado de Chávez. A nosotros nos interesa que esa fractura florezca, nos interesa que más chavistas acompañen nuestro camino. Esa vía no sólo es posible sino que el 14 de abril fue una evidencia. Administrar nuestra fuerza, administrar nuestra inteligencia, pensar en objetivos claros, como jugadores de ajedrez, nos sale a todos aquellos que deseamos un cambio para Venezuela.

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