martes, 3 de septiembre de 2019

¿USTED DIJO ELECCIONES?


¿USTED DIJO ELECCIONES?
Jonatan Alzuru Aponte
1.- ¿Por qué el déspota entregaría el poder?
1.1.- Si se responde por el bloqueo. Evaluemos.  El jefe del déspota tiene sesenta años bloqueado en el poder. Y Venezuela es su fuente de riqueza.  Ni al amo ni al déspota, le temen a eso; incluso puede ser una gran referencia para sus aliados.
1.2.- Si se responde, cuentas bloqueadas. ¿Acaso no tiene una fuente de riqueza legal, el petróleo y la explotación minera?  Y ¿Acaso no tienen una fuente de riqueza ilegal en el narcotráfico?
1.3.-Si se responde que la fuerza militar los obligará. Ya lo sabemos. Los militares se burlaron en las narices de Leopoldo López y Guaidó, principalmente, y de todos los diputados que posteriormente salieron en su apoyo. Y también de los Estados Unidos, según sus propias declaraciones.
1.4.- ¿A razón de qué Tarek El Aissami, por ejemplo, solicitado por narcotráfico en Estados Unidos, entregaría el poder? ¿Acaso no calcula su extradición y la cárcel de por vida?
2.- ¿Qué fuerza interna tenemos?
2.1.- Ninguna de las formas de lucha han dado resultado, hasta ahora. Las últimas concentraciones y marchas han sido sin objetivo específico.
2.2.- El déspota avanza. Desestructura el cascarón que sobrevive de las universidades, para desaparecerla como institución, por ejemplo.  
La principal casa de estudio del país la UCV, legalmente no tiene rectora y seguirán las otras.  Esa noticia escandalosa, ni es un susurro en los medios de comunicación internacional. ¿Dónde está la fuerza que impida los últimos martillazos para romper del todo el cascarón universitario?
2.3.- La única noticia relevante sobre la oposición venezolana, en este momento, son los migrantes, los más pobres, que deambulan en la miseria por América Latina.
2.4.- Internamente la situación política está igual o peor que en el 2018.  Un criterio para evaluar la afirmación es que por lo menos se encontraban más dirigentes libres o viviendo en Venezuela en ese año.
3.- ¿Hay condiciones objetivas o subjetivas para una intervención internacional?
No. Las declaraciones de todos los aliados han sido sumamente claras, apuestan en su mayoría por una salida negociada y, de ser electoral, mejor.
4.- ¿Hay que renunciar al diálogo?
No. La clave está en saber cuándo levantarse, cuándo volver a sentarse y con qué fuerzas se cuenta para maximizar nuestros beneficios y disminuir los costos sociales y políticos. Por cierto, las condiciones electorales es lo mínimo y es un asunto tan obvio que me da vergüenza argumentarlo, por respeto a los lectores.  
5.- ¿Por qué el despotismo no arresta a Guaidó?
Le demostró que lo puede hacer, le metió preso a su secretario y a su vicepresidente. Demostró poder. Está libre porque le beneficia al déspota. ¿Por qué le beneficia? Porque es un actor político que representa a un poder legal, crecía en legitimidad y con reconocimiento internacional. Había que vencerlo de forma inteligente. La mejor jugada del déspota fue la conspiración y luego, que se desgate por sí solo. Desgastado se vence fácilmente.
El déspota ha jugado políticamente brillante ¿lo dije bien? ¿Nos duele? Traguemos grueso. Juega internacionalmente y apuesta a Bachelet, le sale mal la jugada; entonces juega al diálogo internacional. Su lógica de juego: Terror y negociación.
El déspota, negocia demostrando su capacidad de daño; de la Asamblea Nacional solo queda el nombre. Eso es una señal clave de un buen negociador. Le demuestra a su oponente que tiene poder para dañarlo y acorralarlo. Otra señal de su excelente juego es que se levanta de la mesa, obviamente, para evaluar su juego. No es debilidad, es inteligencia. Y negociará cuando tenga calculada sus jugadas con la mayor probabilidad de éxito; de lo contrario, no acordará nada. Porque el oponente, es decir, nosotros, no tenemos la capacidad social construida para obligarlo a nada.
6.- Al poderoso se le facilita su juego, porque la oposición, de todos los colores, está en una guerra de todos contra todos.
7.- Necesitamos que algún líder, bien sea Guaidó por la posición que tiene o cualquier otro realice un salto cualitativo y se transforme en un estadista que amalgame a la mayoría con un discurso coherente con su práctica, por lo menos hasta lograr salir del despotismo.
Pensemos en Caldera II, el padre de la derecha democrática venezolana. Un anciano que estaba prácticamente desahuciado de la escena política. Olfateó el momento en la diatriba sobre el golpe de estado de Chávez y en veinte minutos, con un discurso acertado, captó el sentir de un pueblo, roturó el bipartidismo, se alió con sus adversarios históricos y ganó la presidencia. Una jugada de ese nivel o de un nivel de más alto vuelo político, es lo que se necesita actualmente, para poder negociar y ganarle al déspota.
Jugar al comeflorismo democrático  es un suicidio colectivo; cuando el opuesto es un déspota articulado con capos.



1 comentario:

  1. EXCELENTE TRABAJO,MUY ANALÍTICO Y EN MI CONCEPTO ACERTADO.DEBEMOS CONTINUAR EN LA BÚSQUEDA DE POSIBLES SOLUCIONES..UN TRABAJO CON LA PROFUNDIDAD DE ESTE,PERO DIRIGIDO A UN POSIBLE ACUERDO ENTRE LOS LÍDERES DE LA OPOSICIÓN,PARTIENDO DE LO QUE NOS UNE, EN LO QUE COINCIDEN O NOS ACERCA SERÍA MUY IMPORTANTE,,

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