jueves, 11 de abril de 2019

GRÍNGOLAS POLÍTICAS O EL CAUDILLISMO INTERIOR


GRÍNGOLAS POLÍTICAS O EL CAUDILLISMO INTERIOR:
Jonatan Alzuru Aponte

Así expresan las críticas algunos opositores al déspota:
a.- Desde el lado de quienes se auto perciben de derecha o centro derecha:
-          Sabes que Guaidó parece que se está poniendo del lado del chavismo, porque está con diputados muy light, permanentemente, y dio una rueda de prensa con dirigentes que están detrás del diálogo con el gobierno como lo son Capriles, Rosales y Falcón.
-          Sabes que Guaidó, parece que desea hacer una política de largo aliento, negociar con el déspota, quizás influenciado por los chavistas o por los opositores que le han hecho el juego al gobierno porque no se decide a promover la intervención militar… y está pasando demasiado tiempo.
b.- Desde el lado de quienes se auto perciben de izquierda o centro izquierda
-          Sabes que Guaidó es manejado por el imperialismo. Hace lo que dice Trump y sus aliados de Colombia, Brasil y Chile.  Lo que desea es una invasión norteamericana en nuestro territorio.  Por eso celebra en su twitter cuando el imperio y sus aliados presionan a Maduro.
-          Sabes que Guaidó tiene una política inmediatista. Desea resolver todo a corto plazo y esto lleva tiempo, lo hemos dicho. Porque esa política tratando de forzar todo y hacerlo de inmediato nos conducirá a una guerra civil como ha sucedido en otros países como Siria.
Lo que comparten ambas posturas:
1.- El análisis político fundado en la persona.  Propio de las costumbres, de la práctica política en el devenir de nuestra historia, desde el siglo XIX hasta el XXI, el caudillismo.  El caudillo es quien decide todo. Cuando decide en función de mi mirada, lo celebro. Cuando decide en contra de lo que pienso, lo maldigo. El responsable para bien o para mal de la conducción política es el caudillo. Por lo tanto, no se analiza la política que impulsan las instituciones ni los movimientos sociales ni los partidos políticos; sino la persona, esa quien encarna una voluntad política o la vocería institucional.
Aunque tanto unos como otros, sostengan que la lógica caudillista es una fatalidad. El principal enemigo, de tales críticos, lo tienen en su cuerpo.
2.-  El análisis político en función de sus deseos, de sus miradas políticas, sin atención a la coherencia entre el discurso y la práctica de los otros. No importa lo que diga y haga a quien crítico, porque desde la verdad de mi posición siempre tengo la razón.
Aunque ambas posturas sostengan que son demócratas y, por lo tanto, apuestan a la diversidad de perspectivas y a la construcción política estableciendo acuerdos entre diversos y opuestos actores sociales, como es la vida ordinaria en un país democrático.
El principal enemigo, de tales críticos, lo tienen en su cuerpo. El caudillo está en su ojo y en su estilo de abordar el mundo.
3.- Un pensamiento dogmático de la práctica política. No se atiende a las circunstancias, contingencias que surjan en lo real, ni a partir de la manera cómo se mueve el déspota o los actores internacionales, sino que el caudillo debe actuar en función del deber ser que cada quien tiene en su mente y desde su trinchera, bien sea la izquierda o la derecha.
Aunque ambas posturas sostengan que el asunto de la política depende de las circunstancias. El principal enemigo, de tales críticos, lo tienen en su cuerpo. El dogmatismo caudillista les impide ver.
4.- Carencia de un sentido táctico y estratégico para determinar quién es el enemigo principal y cómo aportar para confrontarlo, sin renunciar a su mirada ni a la tradición de pensamiento que se compartan. Tiene una suela en el oído para escuchar al que piensa diferente, pero que desea aliarse, aunque sea circunstancialmente.
Tal carencia los conduce a una permanente contradicción: invitando a la unidad de las comunidades y de partidos políticos (porque se sabe que sin ella es imposible salir del déspota), pero en la práctica discursiva generando fracturas en el movimiento opositor. Esto es lo peor, porque sus críticas no producen rectificaciones para avanzar, sino descalificaciones para retroceder; sus palabras dividen. Y ése es el mayor éxito para el déspota, porque divide y vencerás. Tal asunto ha sido una de las barajas que siempre le ha dado resultado al despotismo, sin mayor esfuerzo.
De allí que la manera y forma cómo hacer que la crítica se transforme en un aporte, no es un asunto menor ni solo del receptor, sino de la manera, la forma, el cómo y con qué estilo la realiza quien la hace.
Lo que propuso la asamblea nacional, coincidiendo con el Frente Amplio Venezuela Libre, desde enero:
1.- Guaidó encarna una política que impulsa una institución que consideramos legítima, la Asamblea Nacional.  Allí hay diputados desde derecha, centro derecha, centro izquierda e incluso hasta izquierda radical, como ex tupamaros. Es la Asamblea quien designa las vocerías de sus diputados a propósito de las toma de decisiones.
2.- Desde el inicio, Guaidó expresó cuál era el acuerdo de la Asamblea y qué impulsarían: Se trata de construir una unidad, no torcer manos sino estrecharlas, fue la imagen que utilizó, para reflejar cuál era la voluntad política.  Invitando, incluso, al chavismo; no solo a sus bases sino a su dirigencia. Por lo tanto, si se invitó al chavismo; es muchísimo más acertado trabajar articulado con todos aquellos miembros y dirigentes, con aciertos y desaciertos, que han tenido un liderazgo en la oposición.
3.-  Una política de internacionalización del conflicto venezolano para generar mayor presión. Para lograr ese objetivo, los países que tienen influencia mundial se transformaron en grandes aliados. No depende de la Asamblea Nacional, ni de ningún venezolano, la manera y forma cómo se expresan los aliados. Lo que nos interesa como venezolanos es que los aliados se articulen en distintas instancias para generar mayor presión.
4.- Desde el 23 de enero se planteó una ruta. Nunca se planteó la velocidad en la que se transitaría ni rápido, ni lento, ni inmediato ni mediato.
En función de lo anterior: ¿será posible repensarnos, para maximizar nuestras acciones individuales y colectivas con el objetivo de lograr el cese a la usurpación?
Finalmente, una cita que resume la postura política de la Asamblea Nacional desde que fue presentada al país por su Presidente Juan Guaidó:
“Los venezolanos no nos prestamos para ningún falso diálogo, no para nuevos zapateros. Hemos trazado muy claramente la ruta. Quien quiera colaborar con el cese a la usurpación, el gobierno de transición y las elecciones libres, bienvenido. Pero falsos diálogos, nunca más” (Presidente Juan Guaidó, 10-04-19)


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