RECORDANDO
A TEODORO
Jonatan
Alzuru Aponte
Como
miles de venezolano recibimos la noticia de la muerte de Teodoro Petkoff, con
tristeza. Venezolano que pensaba por sí mismo. Un fajador en las ideas y en la
práctica. En estos momentos cuando el despotismo intenta por todos los medios
someternos y se escuda en el argumento que hay una crisis por la bajada de los
precios del petróleo; en estos momentos cuando el despotismo desregulariza a
los trabajadores, aniquila los contratos colectivos, como una de sus tácticas,
para seguir sometiéndonos, para seguir explotándonos; recuerdo al Ministro
Teodoro, conduciendo el timón económico, en medio de una crisis bancaria, durante
unos años, con el precio del barril de petróleo entre 8 y 11 dólares; haciendo
acuerdos, dialogando, entre empresarios, empleados, obreros y, era incomparable
la vida que se tenía con la actual. Era incomparable y hay que decirlo sin
miedo, de forma tajante y sin estupidez, jamás el venezolano, su pueblo, había
sufrido tanto como con la dictadura del déspota de Maduro. No existe
comparación con otro momento histórico. Pero, los serviles, los cagatintas, los
esclavos que justifican cualquier atrocidad del déspota, por las circunstancias
económicas… No dicen nada, sufren de pérdida de memoria por la anulación de su
espíritu. Gorilas y bestias de nuevo cuño, simplemente borran la historia para
que las nuevas generaciones nazcan sin referentes. Es la manera y forma que
tienen para sostener su mitología.
En estos
momentos, cuando escucho o leo a tantos intelectuales latinoamericanos de
izquierda que se desligan de discutir sobre Venezuela para no opinar o se hacen lo que no ven o
peor, justifican el despotismo en Venezuela, para no sentirse traidores a la
religión de la izquierda, para no sentir que con su palabra comparten opiniones
con la derecha internacional; aunque sepan del sufrimiento cruento de nuestro
pueblo… Recuerdo a Teodoro, a su libro: “Checoslovaquia,
el socialismo como problema” de 1968, que le produjo urticaria al
despotismo soviético, recuerdo cuando,
desde esta región, él abogaba por un pueblo oprimido… siendo para aquel entonces, uno de los líderes
de la lucha armada en Venezuela, un hombre de izquierda que empezaba a buscar alternativas
distintas para la confrontación política… Recordar al Teodoro de la tercera
edad, al agudo periodista, en la que se transformó el político y economista,
que pretendieron vejar, sancionar y juzgar; pero que nunca lograron el real
objetivo que bajara la cabeza, que no escribiera, que no levantara su voz. Porque
hasta los silencios de Teodoro retumbaban en los huesos de todos los sátrapas
de charretera sin ideas.
Recordar
a Teodoro en estos momentos, cuando el despotismo pretende colonizar nuestra
vida diaria; que vivamos solo para pensar en la comida, en cuándo nos lavarnos,
bañarnos, en el gas y, además, vivir cada día, deseando no enfermemos porque
sabemos que esa circunstancia nos puede conducir a la muerte; su recuerdo nos
inspira. Puede ser una llama para todos, para levantar la voz, para pensar por
nosotros mismos, para construir nuestra ruta de confrontación y desplazamiento
del régimen. Alcemos nuestras voces, de
todas las formas y maneras posibles, organicémonos nacional e
internacionalmente. La fuerza está en nosotros para subvertir la situación
oscura, triste e insoportable por la que el despotismo desea que transitemos consuetudinariamente.
¡NO A
LA DOMINACIÖN!
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