GUERRA
Y ALIANZA
Jonatan
Alzuru Aponte
El
gobierno avanza ganando una batalla y preparando la siguiente, eso dice cada
día.
Toda
guerra tiene costos. Niños, mujeres, ancianos, mueren a causa de la economía de
guerra, hambre, desnutrición y la violencia que se produce por la parálisis del
aparato productivo. Los hombres, profesionales y jóvenes están en el campo de
batalla, algunas mujeres también.
Familias se dispersan, migran, masivamente, huyendo de la guerra. El día
que se termina la guerra, empezará el proceso de reconstrucción. Así dicen.
Esta
guerra es muy difícil que la ganen, porque los enemigos son fantasmas, ánimas. Siempre existirá una nueva batalla. Por eso no
tiene fin y siempre será peor. Lo único cierto es la economía de guerra y sus
lógicas.
La
dirigencia política de oposición, a estos generales de telenovela, está ocupada
en mostrar por qué el aliado en la causa no debe unirse. Los que plantean la
unidad, tampoco desean evaluarse ni evaluar asuntos tan elementales como este:
Por
qué, si la mayoría de los venezolanos y venezolanas estamos claro que esa
guerra es un simple discurso para justificar la opresión –mayoría, por cierto,
que se expresó de forma contundente, cuando eligió a la Asamblea Nacional- y,
creemos que, en esta mayoría, estamos los más capaces, las más inteligentes, los
más cultos, las más productivas… ¿Cuál sería la justificación del por qué no
hemos podido salir de este gobierno? ¿Cuándo escucharemos una discusión de
altura entre nuestros dirigentes, un diálogo franco, donde muestren diferencias
y cercanías? ¿Cuándo se entenderá, por parte del liderazgo opositor, que esto
es un asunto práctico?
Yo les
invito a leer, la introducción de Rebelión en la Granja de Orwell, no por la
bobería de mostrar lo terrible comunismo y la ideología y…. Más bien, para que lean la crítica de Orwell a
Churchill, quien era un dirigente práctico, porque impidió que se criticara a
la Unión Soviética mientras estaban aliados para vencer a Hitler (Orwell,
brillante escritor quien no entendía nada de las circunstancias prácticas).
Medida drástica del primer ministro inglés, en función de un objetivo práctico. Su asunto no era ideológico, había que ganar
la guerra.
Por
otro lado, estaba otro hombre práctico, Stalin, sabía que debía aliarse, actuar
coordinadamente y para tener más poder, respetar acuerdos y ser exitoso en lo
que le tocaba. Después que ganaron,
empezó su batalla ideológica y práctica, el muro de Berlín y las dos Alemania.
Después que ganaron. No antes. Quien tiene voluntad de poder, funciona con una inteligencia
práctica.
Tenemos
un enemigo común. Tiene dinero en abundancia, fuerza militar y apoyo decidido
de un país que tiene altísima pericia en someter a un pueblo, los cubanos. Con
otros aliados internacionales de vocación imperial que les interesa nuestra
opresión, entre otros China… El gobierno
ha ejercido el gobierno con voluntad de poder. Tienen una máxima, divide y
vencerás. Para ello usan todos sus
medios.
La
oposición tiene cientos de países que pueden ser aliados. Allí no hay problema. El asunto es quiénes
arman la estrategia para salir del gobierno. Quiénes tienen la voluntad, nuestra dirigencia
nacional, regional, para convocar, en principio, a sentarse y establecer unas
mínimas reglas para trabajar de forma aliada, aunque piensen radicalmente
distintos de cómo reconstruir Venezuela. ¡Qué importa que la vocería sea de
María Corina, Pizarro, Capriles, Stalin…!
El vocero es lo de menos. Lo vital es una estrategia, coherente y
consistente. ¿Será posible eso? ¿Será demasiada ilusión?
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