SIN BALAS Y MÁS ALLA
DE LOS VOTOS
Jonatan Alzuru Aponte
Es obvio de toda obviedad que
quienes nos oponemos al régimen de Maduro no tenemos balas y que tenemos la posibilidad
del voto. De allí que lo afirmado por el diputado Ramos Allup ni es noticia ni es argumento. Pero tendríamos que afirmar que no solo
tenemos votos; porque de tener como
única posibilidad el voto, ¿qué sentido tienen las protestas? ¿Cuál ha
sido el sentido de las muertes de miles venezolanos? Es decir, tenemos el voto,
pero también posibilidad de organizarnos y protestar de diversas formas, tal
como ha sido evidente en cuatro meses consecutivos.
La dirigencia de la oposición
discute si participa o no en las elecciones regionales. Acción Democrática, de
forma autónoma, ha decido participar, tal como lo informó su secretario general. El argumento de ir tomando poder para
confrontar, es una táctica lógica, políticamente hablando, para justificar la
participación en las elecciones, pero su validez pasa por estudiar el contexto.
Se realizó un proceso electoral
donde toda la oposición, en bloque, han dicho que fue fraudulento e
inconstitucional. Y, por primera vez, la empresa Smartmatic reconoce que hubo
manipulación de la data. Ya no son políticos solamente, sino técnicos quienes expresan el fraude.
Cuarenta países desconocen la elección.
Es el momento de máxima debilidad, de ilegalidad e ilegitimidad del
régimen. Ése es el contexto.
El pueblo ha dado todo de sí. Se
hizo un extraordinario documento donde se planteaba un programa de gobierno
mínimo y un mecanismo de transición, con un mandato claro, en la consulta
popular, para el nombramiento de nuevas autoridades de los
poderes públicos. Y fue la misma dirigencia quien estableció esa ruta; lo medianamente
sensato en el contexto, sería aprovechar para avanzar en el plan establecido porque las
condiciones para logra el objetivo que la oposición trazó está más cerca.
Sin embargo, algunos partidos
piensan distinto. El cambio de táctica,
la falta de unidad, las negociaciones ocultas y las declaraciones
irresponsables de tomar decisiones autónomas, sin acuerdo de toda la oposición,
no solo ha enfriado la presión de
calle, ha generado una situación de
incertidumbre y lo peor, implicaría una relegitimación del CNE recién
cuestionado y por ende del gobierno. Es
decir, retrocede la oposición y avanza el gobierno. Esto es más increíble que
el fraude.
El gobierno en el peor momento de
debilidad ha seguido su ruta. Ha cumplido
lo que ha prometido. Hizo a su estilo y
forma la Constituyente, reprimió sanguinariamente al pueblo porque asume que
son unos traidores a la revolución, no
le importa para nada la situación de crisis humanitaria y negocia, como debe ser, a su favor extraordinariamente,
por ejemplo: sacar a Leopoldo López una semana antes de las elecciones a su casa;
lo hizo tan bien que Lilian Tintori, le agradece a los hermanos Rodríguez y a
Zapatero y no jodan con el cuento que ella es una ama de casa que no tiene idea
de la política; con ese pequeño gesto, el gobierno muestra su voluntad de
negociar, desarticula a la oposición, florece lo oculto que estaban negociando;
erosionan la fe en la dirigencia y más desastre en la oposición cada vez que
desmienten; a su vez, ratificaba lo que Maduro decía: “que mientras morían en
la calle nuestros jóvenes, partidos políticos negociaban”, asuntos que nadie sabe qué ni en función de qué. Tras lograr su objetivo,
sin salirse de su ruta, el gobierno
muestra su fuerza mandando a Ledezma y Leopoldo a la cárcel. Vendrá luego la fiscal y a otros dirigentes…
La cárcel de Leopoldo tiene más
sentido por las declaraciones de Antonio Ledezma que por las del propio dirigente de Voluntad Popular que fue
utilizado vilmente y él por inocentada, impericia, desesperación, presión
familiar o por torpeza política, se prestó para iniciar el aborto de la fuerza
popular en su mejor momento. Una semana más (¿Qué le costaba?), donde él
hubiese afirmado que no permitiría el cambio de casa por cárcel, porque el TSJ
era ilegal e ilegítimo, hubiese maximizado la protesta y consolidado, aún más,
a la oposición ¿o no?
Ledezma pone las cartas sobre la mesa, Capriles lo
intentó decir pero en su momento, con suma prudencia, cuando hablo de la
honestidad entre la alianza… pero ahora al
parecer quieren convencernos que lo acertado es participar en las elecciones. Los
efectos de las negociaciones ocultan se empiezan a visualizar, el pueblo no es
idiota.
¡Coño! Allup, López, Capriles ¿para qué carajo se protestó después del
anuncio del gobierno invitando al
Asamblea Constituyente? Como la fuerza
es el voto que es la obviedad que
proclama Allup, simplemente no se participaba en la Constituyente y luego votabamos
en las regionales y nadie pierde la vida, el trabajo, ni nadie hacía mayor
esfuerzo. Menos angustia y todos tranquilos.
Imaginemos que hacen fraude. ¿Volveremos
al cuento que nos robaron las elecciones y no podemos hacer nada porque el
TSJ y el CNE están vendidos? ¿Pedirán
nuevamente que miles de venezolanos expongan su vida?¿ Acaso no se está
legitimando de facto el cronograma del CNE? Y de ser así, por supuesto a la
Asamblea Nacional Constituyente y toda la protesta de estos cuatro meses
perdería sentido.
Hemos sufrido demasiado y hemos
cometido demasiados errores para creer que esta situación es un problema de
diferencia en los análisis políticos. Ojalá que Capriles, y es él porque entre
los grandes líderes es el único Gobernador, dé una demostración de estadista
pensando no en la coyuntura sino con sentido de trascendencia. Ojalá que Leopoldo en algún momento
reconozca la estupidez que cometió al aceptar la casa por cárcel y reconocer su
error, es digno de un estadista. Ojalá que los militantes de Acción Democrática
generen una conmoción dentro de su partido y obliguen a su Secretario a no
jugar posición adelantada.
Es un momento crucial y será
responsabilidad de nuestros líderes que la dictadura disfrute de unos cuantos
años más, seguramente largos o que podamos salir más temprano que tarde de ella.
No depende del gobierno sino del liderazgo opositor en el contexto actual.
Amanecerá y veremos.
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