CARTA ABIERTA AL
ALCALDE ANTONIO LEDEZMA,
Asunto: sobre el
CIPOST- UCV
@jonatanalzuru67
(…) los invito a
soñar, a reinventar el futuro, a imaginar aunque sea instantemente, la
posibilidad de una Universidad creadora, y que en ese acto de imaginación
comprometamos auténticamente al menos una cuota de voluntad, para hacer alguna
cosa en ese sentido… Quien les habla,
no tiene otra cosa que empeñar que su vida; vida que está detrás de cada
palabra que digo, una y otra vez.
(Lanz Rigoberto, Cuando
todo se derrumba, Bid & Co/Redivep, 1991/2016: 161)
Estimado
Alcalde Antonio Ledezma, en medio de su circunstancia y el desastre de país en
que vivimos, reciba un caluroso abrazo solidario de feliz navidad y próspero
año nuevo.
En
la Venezuela que nos ha tocado vivir, entiendo como un deber,
responsabilizarse, esto es, responder por la acciones que se realizan; las
batallas en la vida cotidiana están desplegadas en diversas partes del país y
cada uno ocupando el lugar que la providencia, la fortuna y las elecciones
personales, vocacionales, nos han conducido. Inicio con esto porque de luchas se
trata el asunto.
Le
escribo en esta oportunidad, de forma pública, para que tenga conocimiento de
lo que ha sucedido en nuestra UCV, específicamente, con el Centro de Investigaciones
Postdoctorales (CIPOST) y la sede que usted coherente con buenas prácticas de gestión
pública tuvo a bien continuar, la restauración, remodelación y ampliación de la
sede que había iniciado el alcalde Juan Barreto, duplicando el monto de la
inversión de la gestión anterior, trabajo que se realizó durante todo el año
2009.
Recuerde
usted, estimado alcalde que en marzo del 2010, fue invitado por quien suscribe
para que participara en calidad de ponente en el Programa “Observatorio de la
Política Venezolana” que coordinaban los doctores Rigoberto Lanz y José Rafael
Herrera. Gentilmente aceptó nuestra invitación y realizó una exquisita conferencia
y pudo comprobar la belleza de su inversión. ¿La casa, la sede? Fue abandonada
a partir del segundo semestre del 2011, al iniciar la gestión una nueva decana
encargada, designando a un director interventor.
La
historia de lo que aconteció fue narrada por la reconocida periodista Faitha
Nahmens quien realizó un exquisito reportaje de investigación. Le invito a
leerlo:
Efectivamente,
nuestra comunidad intelectual ha seguido trabajando más fuerte que nunca, tal
como lo definió la directora de un Fe y Alegría de Mérida, quien participó en
nuestros programas de formación, Betty Carolina Rojas, en las redes sociales,
en mi perfil de facebook: “un Cipost itinerante polinizado en sus
investigadores”-(¿La sede?¿Abandonada de forma ex profesa por la decana
encargada? ¿Acaso algún negocio porvenir? No la sabría decir)- de hecho hemos
publicado 21 libros desde el 2012 hasta el 2016. Y, el pasado domingo 18, la
Librería Lugar Común se transformó en el CIPOST devenido en REDIVEP; estuvimos
todos sus miembros Magaldy Téllez, Enzo Del Bufalo, Alex Fergusson, Xiomara
Martínez, Luis Alberto Bracho, Rafael Hurtado, José Colmenares, Jesús Puerta, Gabriel
Ugas, entre otros. Los que faltaron, fue porque están en el extranjero y los
otros dos participaron desde el cielo encarnados en cada uno de nosotros
Rigoberto Lanz y Miguel Ron Pedrique.
Puede
leer la reseña del evento y ver algunas fotos:
Tal
vez, la inversión que usted realizó, en nombre del estado venezolano a través
de la Alcaldía Metropolitana, para que se siguiera haciendo investigación
postdoctoral, en un sitio digno, y se transformara esa sede, en un espacio
cultural abierto para los habitantes de nuestra ciudad, no retorne; pero por lo
menos, me parece importante que sepa, que conozca, que no fue por nuestra
indolencia, muy por el contrario, desde el 2011 no hemos dejado de bregar
contra la barbarie que se instaló en nuestra Facultad y sepa usted que el
articulador fundamental del pacto -con los afectos, militantes y dirigentes del
chavismo universitario quienes hicieron
la intervención directa en el CIPOST, puesto que el director interventor e
impuesto en el 2011, Nelson Guzmán tiene esa afiliación política- es un
profesor muy conocido por usted, porque trabajó como funcionario en su primera gestión
en Caracas y luego fue su asesor, era investigador de nuestro Centro y dirige,
actualmente, el postgrado de Administración de la Facultad; funciona desde
aquel entonces, como el consejero personal de la decana encargada Adelaida
Struck (y tal vez de otras autoridades), Nelson Lara; quien es un intelectual
de buena información teórica con prácticas políticas aprendidas en lo peor que
existió de la Acción Democrática de antaño. Esa cosa que actualmente las
autoridades llaman CIPOST lo arrinconaron en una oficina dentro del campus
universitario, y quien lo dirige ha sido el mentor del especialista en comercio
político; Julio Corredor.
Estimado
Alcalde lo que sucede en este país, en todos los niveles, es que la práctica
política se confunde rápidamente con las lógicas de Vito Corleone y nos hemos
acostumbrados, habituados, a vivir con la indumentaria del déspota o del
esclavo. Venezuela no es la abstracción de una nación que perdió todo
referente, sino comunidades diversas y distintas que pensando en lo que debe
hacer el otro, dejaron de hacer lo que tenía que hacer. Así, por ejemplo,
nuestra magna casa de estudio, que me siento orgulloso y honrado en pertenecer,
muy ocupada del oficio de los políticos y no nos ocupamos de la podredumbre que
habita en nuestros pasillos, causada por nuestras propias prácticas, nuestras
propias miserias (aunado, por supuesto, a lo que sabemos todos, el ahogo
presupuestario por el déspota de turno). El desgobierno pareciera el horizonte
de existencia; cuando uso el vocablo me refiero al gobierno de sí mismo y al
gobierno de los otros.
Mi
denuncia sobre el CIPOST la expresaré verbal y por escrito en el Consejo
Universitario, el próximo año, quienes, por cierto, están perfectamente informados de la
situación, incluso antes de que sucediera; tal como se lo advertí al Dr.
Nicolás Bianco siendo director del CIPOST, días antes de entregar mi cargo; y siendo
testigo presencial la Dra. Sary Levy, la decana electa quien decidió no
continuar en la gestión, porque había cumplido el tiempo estipulado por la Ley
de Universidades que nos rige.
¿Mi
práctica? No tiene detrás ningún un interés electoral; allí radica,
precisamente, la imbecilidad de muchas de nuestras prácticas que todo se hace
bajo el cálculo absurdo de la contabilidad electoral; porque al parecer no se
ha sentido en los huesos los destajos que se nos caen, como escamas, de nuestra
cultura, de nuestro ethos; al parecer no se percibe la metamorfosis de nuestra
subjetividad cuya aspiración más grande es la de un pedazo de pan de unos y de
los otros, el deseo que le besen las suela de los zapatos, mientras nadan en su
riqueza robada en los últimos lustros y con cínica hablan en nombre del pueblo,
esos ignorantes enciclopédicos con charreteras de plastilina. Todavía me queda
un poquito de estómago y me daría náusea de mí mismo si actuara de la manera
que deploro.
Y,
sí, urge educar, urge el compromiso educativo y eso no se hace con leyes ni
decretos, ni con elecciones, ni con programas, ni con discursos y nada tiene
que ver con togas ni birretes y muchísimo menos hay que esperar un cambio de
gobierno… Todos esos asuntos se transforman si quienes asumimos la
responsabilidad de enseñar a pensar, somos testimonios de lo que significa pensar; y, por ello mismo, asumimos el riesgo
que implica ser pensantes, vocablo sinónimo de autónomo. Ningún imbécil ni
institución puede quitarnos la libertad, porque ella es un ejercicio de
autonomía; pero la autonomía tiene un supuesto nada obvio, saber pensar por sí
mismo y el pensar no es una teoría ni buenas ideas, sino buenas prácticas de
vida, capacidad de discernimiento, eligiendo el mejor camino entre los mejores
caminos. Esas buenas razones me llevan al aula, al pregrado, como mi mejor
opción de vida.
La
misiva, en medio de toda la convulsión del país, me parece oportuna, sobre todo
por la fecha, es navidad; la tradición cristiana recuerda y celebra el
nacimiento de Jesús. Pensar en Jesús no tiene nada que ver con rituales, ni con
ninguna gazmoñería pacata. Si el nombre de Jesús de Nazaret evoca algo, si
resuena en nuestro cuerpo algo, no es otra cosa que aquello que expresó
Nietzsche:
El profundo institnto de cómo se debe vivir para sentirse “en
el cielo”, para sentirse “eterno”, mientras que con cualquier otro proceder uno
no se siente “en el cielo”: ésta es la única realidad de la “redención”. Un
nuevo modo de vida, no una nueva fe… (Nietzsche F. 1888/1985, XXXIII: 64)
Estimado
alcalde Antonio Ledezma, estos detalles, deseaba contárselos y quizás a alguien
ayude a reflexionar en este tiempo. Reciba un saludo de paz y de bien para toda
su familia, feliz navidad y próspero nuevo.
De
usted,
Jonatan
Alzuru Aponte.
Caracas
20 de diciembre de 2016.
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