EL
JUEGO DESDE LAS GRADAS
Jonatan
Alzuru Aponte
Empieza un nuevo
período para el país. Apenas se perciben las primeras reacciones de los actores
políticos. Hay acciones simbólicas muchísimo más importante que las palabras. Los
detalles performativos, construyen caminos…
La forma, estilo
y manera de acomodar el espacio para el diálogo, por parte de quien preside la
Asamblea Nacional, fue un ejemplo pésimo para iniciar una confrontación
democrática. No se corresponde, tal actitud, con las palabras pronunciadas en
el hemiciclo donde se prometía una actitud distinta. Se está iniciando la
contienda y es el momento de invitar a la sindéresis, a rectificar, a repensar
las tácticas, las puestas en escena.
El joven
diputado Pizarro dio un ejemplo de pericia política para manejar al periodista
de Venezolana de Televisión, el día de la instalación de la Asamblea, cuando
pretendía, de forma torpe, manipular la información: sostener que existía una
exclusión de los medios de comunicación que maneja el gobierno por parte de la
directiva de la Asamblea Nacional. Pizarro desnudó su patraña, sin caer en
provocación y con una sonrisa amable en su rostro; por el contrario, el manejo
del Presidente de la Asamblea con la joven que se adjudicaba la representación
de los medios alternativos, fue con muy poca habilidad al no responder de forma
taxativa la pregunta, si se le autorizaba o no entrar al hemiciclo, y caer en
el círculo vicioso a propósito si deseaba sabotear o no su rueda de prensa.
Escenas como esas se repetirán mil y una vez. La táctica de los afectos del
gobierno será ir llevando a los diputados al terreno de la descalificación, la
rabia y los gritos. Ése es su mejor escenario.
Maduro quien había
reaccionado de forma pésima, estrepitosa y profundamente desencajado de todo
manejo político y mediático al perder
las parlamentarias en sus primeros días; desde el día 5 enero viene variando su
lógica discursiva, construyendo un mensaje de reconstrucción de sus fuerzas en
medio de la más grave crisis que ha sufrido el gobierno, su coalición, sus
alianzas y su dirigencia en términos, estrictamente, políticos.
He colocado dos
ejemplos triviales, el decorado del hemiciclo y una declaración de prensa, no
sustanciales, si se piensa en los grandes cambios que millones de venezolanos,
de todos los sectores políticos, deseamos para Venezuela, a saber: mejorar, en
lo posible, las condiciones de existencia, o como mínimo, vislumbrar un camino
en medio de la penumbra a la que nos ha conducido el gobierno de Maduro.
Efectivamente,
no estamos en un escenario jurídico sino político y la confrontación será en
ese terreno. La armazón jurídica tarde o temprano, legalizará lo que suceda. De
allí que la manera y forma de conducir la confrontación política se transforma
en un asunto de primer orden. Justamente, los detalles en el arte del ejercicio
político, a veces, se transforman en lo más relevante para trazar una ruta.
El peor
escenario para el gobierno, como el actual, puede transformarse en su mejor
escenario para mantener, consolidar y acrecentar su poder. La radicalidad de la
oposición es el mejor escenario para lograr dicho objetivo. Parlamentarios que
utilicen el escenario solo para descalificar de forma genérica, son disparos
sin precisión. Lo que logran es exaltar
ánimos y nada más. Intervenciones como esas son una perla para el gobierno; el
gobierno tiene un doctorado en manejos de la emoción colectiva, aunque no
tengan líderes.
La emoción es
importante en el ejercicio parlamentario, pero hay que saber usarla, porque se
agota rápidamente. La emoción sin organización, en medio de una confrontación
política es un desastre; porque conduce, provoca, reacciones espontáneas donde la contingencia
marca el rumbo de la política. Eso es posible que suceda, en cualquier
circunstancia, pero un dirigente lo es, porque intenta minimizar esas
situaciones.
La contundencia
argumentativa, denuncias con evidencias, con nombres y apellidos, precisas, nunca
genérica, es el talón de Aquiles del gobierno, pero el asunto no se queda allí,
se tiene que mostrar cuál es el beneficio social, para los más pobres, de un
cambio en la correlación de fuerzas dentro de la asamblea. Lo principal del
discurso social por parte de la Unidad se desdibujó el primer día, a saber: la
ley para darle títulos de propiedad a los habitantes beneficiados por la Misión
Vivienda.
Una buena
conducción política por parte del gobierno en el ámbito de la confrontación, en
todos sus terrenos, liquidaría por un largo tiempo cualquier opción de cambio.
Su horizonte será siempre, amalgamar a la
dirigencia opositora como una sola y mostrar que son más torpes e inútiles que
su propio desastre, apostando a que el pueblo elija lo menos malo. Y en
términos de constancia discursiva, de reiteración de ideas, de manejo mediático,
el gobierno tiene una larga experiencia. Eso tampoco se puede despreciar.
El gobierno
tiene como fortaleza no solo el resto de los poderes que no es cualquier cosa,
sino, además, cuenta con una organización social más sólida, más compacta y más
efectiva, aunque sean minoría en este momento. Incluso, por su propia
naturaleza militarista. Ésta es una fortaleza social que jamás se puede obviar.
Para nosotros,
los venezolanos de a pie, nos interesa que cada sector maximice sus estrategias
para la confrontación política, porque en la medida que cada sector utilice sus
mejores armas políticas dentro de la confrontación, con la conciencia que se
están jugando el destino de sí mismo como líderes para dirigir la patria,
implicará que se minimiza el terreno de la violencia y se maximiza las lógicas
políticas y a la larga se traduce en beneficios concretos para el pueblo.
¿Por qué le
interesa al pueblo una confrontación de altura? Piensen este dato, Maduro que
al principio respondió como niño mal criado, con un chantaje de cuarta
categoría y con la lógica populista más burda de la historia, tengo el dinero
pero no voy a construir vivienda, porque no votaron por nosotros, ahora, con
este nuevo giro, “vamos a reactivarlo todo… Haremos las viviendas… “ Es una
forma de construir nuevas esperanzas y de ejecutarla beneficiará a un sector
importante de la población. Y si la oposición no funciona bien en sus tácticas,
dirá en dos meses, (sin asumir su ineficiencia e ineficacia) no he podido
porque la oposición hizo A, B o C… Trasladará
la responsabilidad ejecutiva al poder legislativo, como lo predijo antes de iniciar
el juego.
La inteligencia
de la oposición residirá en no torpedear jamás las políticas sociales, por el
contrario, maximizarlas, publicitar esa acción y, simultáneamente confrontar,
realizar investigaciones a los boliburgueses, presionar por todos los medios a
los Tribunales para que aplique la ley a quienes han despilfarrado o robado el
tesoro nacional. Una confrontación en esos términos beneficia a todos. Una
muestra práctica es la intervención de la diputada Delsa Solórzano: fustigó a
los diputados con caravanas de escolta y Maduro, a las pocas horas, por lo
menos discursivamente, solicitó que no se usaran caravanas de escolta… Esa
lógica de toma y dame, beneficia al pueblo…
En definitiva.
Mi mensaje es claro. Han pasado dos días. La oposición debe estudiar sus formas
y maneras. El Chavismo está moviéndose bien. Avanza y retrocede. Supo paralizar
el discurso de Borges, movió la atención del contenido de las propuestas del
primer día de Asamblea, en términos estrictamente mediático, al asunto bufo de
un borracho o alguien con problemas de dicción, se perdió el contenido social
de las propuestas de la Unidad en las primeras de cambio…
La oposición
comenzó en términos prácticos con una confrontación dura contra el TSJ… Es una batalla
compleja y de alta pericia que debe librar, si se quiere realizar los cambios
minimizando la violencia… Pero las grandes batallas se pierden en detalles… El
chavismo se está empezando a mover en detalles…
Nada es
predecible…. Cualquiera de los dos que subestime al contrario, tiene su derrota
asegurada… Si ambos funcionan mal, la derrota será para todos los venezolanos,
porque estaremos en los linderos de una violencia física sin precedentes.
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