lunes, 11 de enero de 2016

DEBATE CLAUSURADO




Con relación al artículo que escribí, “El juego desde las Gradas” cuyo objetivo fue evaluar las primeras acciones políticas, desde mi perspectiva, el debate está clausurado; porque ya los propios jugadores, actores políticos quienes son los constructores y ejecutores de las acciones, realizaron la evaluación e hicieron un pronunciamiento, a través del Secretario de la Mesa de la Unidad, Jesús Torrealba, donde pide excusas por la acción realizada tanto a quienes votaron por la Mesa, teniendo afecto por el Presidente Chávez, como  a aquellos que no votaron por la opción de la Mesa de la Unidad y siguen siendo militantes del partido de gobierno; además, colocó como el debate fundamental el asunto de las políticas sociales y económicas.
Lo entiendo como una voz sumamente relevante, porque no solo es vocero de los partidos representados por los diputados, sino también de los movimientos sociales y partidos políticos que no tienen diputación pero que forman parte de la Mesa de la Unidad.  Además, debemos reconocer que fue quien logró articular a los diversos movimientos y partidos para alcanzar la victoria en la Asamblea.
Finalmente, comparto plenamente las palabras en su forma y fondo del extraordinario novelista Federico Vegas, cito como culmina su artículo:
“En 1647, Baltasar Gracián escribió El Arte de la prudencia, una serie de proverbios de grata e instructiva lectura para los nuevos diputados y obligatoria para el presidente de la Asamblea. Extraigo los inicios de algunos capítulos:
El fondo y la forma:
No basta la sustancia, también se necesita la circunstancia. Los malos modos todo lo corrompen, hasta la justicia y la razón. Los buenos todo lo remedian: doran el no, endulzan la verdad y hermosean la misma vejez.
 Hablar con prudencia:
Con los competidores por cautela; con los demás por decencia. Siempre hay tiempo para pronunciar las palabras, pero no para retirarlas. Hay que hablar como los testamentos: cuantas menos palabras menos pleitos.
 Conocer los dulces defectos:
Ni el hombre más perfecto escapa de algunos, sino que se casa con ellos o más bien se hace su amante. Los hay en la inteligencia y son mayores en el más inteligente o se notan más. Y no porque no los conozca el sujeto mismo, sino porque los ama.
 Este último segmento nos lleva de nuevo a Mandela, Dios lo tenga en su gloria:
Una de las cosas más difíciles no es cambiar la sociedad sino cambiarse a uno mismo” (Federico Vegas: http://prodavinci.com/blogs/en-la-forma-y-en-el-fondo-por-federico-vegas/ )

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