miércoles, 7 de mayo de 2014

ENTRE EL DOLOR Y EL PENSAMIENTO



ENTRE EL DOLOR Y EL PENSAMIENTO
@jonatanalzuru67
La señora de buenos modales, lenguaje prudentísimo,  ajustado a las reglas y de excelente decir, sentía que las palabras del profesor le habían pateado el alma. Tal vez lo pudo decir menos fuerte, le inquirió, casi con disculpa. Sus bellas metáforas aunque me cuestionaban, las sentía acordes, me invitaban a pensar… Por el contrario hoy,  sentí que me insultaba, aunque le doy la razón, no sé… ¿por qué lo hizo así?
La miró con profunda tristeza, como el día en que murió su padre.
¿Sabes? Le dijo, mientras se agachaba rigurosamente agreste, con la mirada fija en la arena. Yo quería llorar un silencio, deseaba lanzar una lágrima, dicen que Jesús el nazareno lloró sangre de tan sólo imaginar y sentir aquella profunda humillación. Yo deseaba, en el momento que escribí transformar esa experiencia en una palabra… Pero mi lenguaje se hace cada día más pobre, va perdiendo peso, quizás estoy sufriendo lo que Rojas Guardia diagnosticó en 1980, una falta de vertebración mental…
-          No profe, no se ponga así... Tampoco era para tanto…era sólo que yo…
-          ¿Sabes? Porque no hace el ejercicio de ir al baño un rato y se deja mirar seriamente en el espejo. Allí donde se lava la cara y donde defeca, donde se limpia y excreta… en la desnudez de su intimidad… y piense que le dolió más una palabra que al final de las cuentas, ellas en sí misma no son nada, ni buenas ni malas; en cambio la tortura y la muerte de las personas… ¿Sabes? Yo estoy indignado de mí mismo… siento que he hecho tan poco…. Siento que me pierdo en laberinto de la tristeza…
La lluvia como el llanto del cielo embadurnaba el ambiente. Siguió en un soliloquio entre susurros y diálogo.
Simón Rodríguez decía que leer era resucitar ideas muertas, y para hacerlo se debía tener un espíritu igual o superior al muerto, porque de lo contrario el espíritu del muerto se apodera del lector, convirtiéndose éste en un muerto vivo. ¿Cómo enseñó a leer cuando el espíritu, el cuerpo, el tramado de cuerpos perdieron su calidez de humanidad? Es como un cuerpo frío sin vida… ¿Sabes qué le escribió a Bolívar? él le decía a Bolívar, que contrariamente a lo que él manifestó en el congreso de Angostura de la falta de amor del venezolano por las leyes, las causas de la caída de la primera república tenían un piso común que era el hombre, teníamos constitución pero no teníamos país… no teníamos cuerpos en convivencia, no teníamos ciudadanos. Él decía que el sentido del ciudadano aludía a su historia, a sus costumbres, a su forma de ser en común y que las leyes se derivaban de esa manera de ser, eran la expresión formal de ese ser y que los americanos teníamos trescientos años sin ser, se refería claramente a los negros y a los indios y cuarterones y mestizos en general, porque sólo eran un engranaje de un modo de producción en la colonia. Antes que pensar en constitución teníamos que aprender a ser libres, fíjate que esa realidad, digo esa mirada de la realidad también la compartía Bolívar, déjame explicarte, la manera de caracterizar el problema era compartida por ambos, la salida era lo distinto, Bolívar pensaba que con la construcción de una buena ley la cosa sería distinta, cambiabas la realidad. Algo así como pensar que cambiar la ley de educación, genera una transformación en las prácticas educativas.
Escucha con cuidado lo que dice Bolívar en la carta de Jamaica, “¡Cuán diferente entre nosotros! Se nos vejaba con una conducta que además de privarnos de los derechos que nos correspondían, nos dejaba en una especie de infancia permanente, con respecto a las transacciones públicas. Si hubiésemos siquiera manejado nuestros asuntos domésticos en nuestra administración interior, conoceríamos el curso de los negocios públicos y su mecanismo. Gozaríamos también de la consideración personal que impone a los ojos del pueblo cierto respeto maquinal, que es necesario conservar en las revoluciones. He aquí por qué he dicho que estábamos privados hasta de la tiranía activa, pues que no nos está permitido ejercer funciones. Los americanos en el sistema español que está en vigor, y quizá con mayor fuerza que nunca, no ocupan otro lugar en la sociedad que el de siervos propios para el trabajo, y cuando más el de simples consumidores.”
 ¿Te das cuenta? Bolívar caracteriza el problema igual que Rodríguez, la diferencia es la comprensión que tiene Samuel Robinson de las leyes y la política. Para Simón Rodríguez no se trata de una “buena ley” sino del aprendizaje de la vida en común, cosa que ni se hizo ni se percibió como problema en la gestación de nuestra República. Oye bien, -dijo con la reverencia magistral que le imprimía a esas expresiones que él consideraba trascendentales- la vida en común, para Rodríguez, es lo que debería ser el centro de preocupación de un gobierno. Si la prioridad es la vida en común no puede ser una Ley general, universal, abstracta sino fundada en las costumbres, no recuerdo si fue en Sociedades Americanas que dijo: “Establecer un gobierno etológico, esto es fundado en las costumbres... sin imitar a los Estados Unidos... La América española es original; originales han de ser sus instituciones y su Gobierno y originales los medios de fundar uno y otro. O inventamos o erramos.”
Esta concepción del Estado y sus leyes, más próxima a Aristóteles que al iluminismo francés, lo llevó a plantearse el problema educativo como la prioridad del Estado. Si bien es cierto, que el ¡Atrévete a Saber! Kantiano, supone el camino de la educación, del cultivo del alma y el republicanismo de Rousseau supone una educación que tiene como fin el Bien Común, el ser dado a la Res pública… y en Rodríguez, esto no deja de estar presente y por eso es en parte un ilustrado; también es cierto que el pensador del siglo antepasado, respondiendo no tanto a una tradición dentro de la Historia de las Ideas, Republicanismo vs. Liberalismo, por ejemplo, -muerto de la risa como un pez en el agua y con un cambio drástico de humor, continuó su discurso- sino a raíz de la reflexión de los problemas concretos, configura una postura de encrucijadas de teorías, la educación es la experiencia de la vida y no sólo información. No te olvides que el maestro de Bolívar tenía una constante preocupación por la autonomía económica de las Escuelas y la formación de un individuo capaz de autosustentarse, temáticas propias de la tradición liberal… pero… (Se levantó pausada y reposadamente, como un monje tibetano).
Es tarde, se hace de noche…
-          ¡Por favor! ¡no me dejes así! ¿Qué hago? Ahora estoy más confundida… No sé qué hacer…  Dime, tú eres mi luz… Maldíceme si quieres, pero dime qué hacer….
-          ¿Yo? Quién soy yo… Alguien que sueña con un gobierno etológico, que se funde en las costumbres, una educación cuya teoría surja de la experiencia de la vida en común… pero para ello debemos cuidarnos, gobernarnos a nosotros mismos… y ¡Coño!... es muy jodida esta vaina, esta fractura que nos persigue como un fantasma desde el siglo XV… Unos negros venidos del África como esclavo, cuyo único deseo era volver a su tierra, unos blancos execrados que buscaban tesoros inmensos para hacerse ciudadanos en Europa, unas comunidades aborígenes que su único deseo es que no los siguieran invadiendo… pero la contingencia los fue dejando a todos en esta tierra, se quedaron sin mirarse… La república fue una contingencia, como un pueblo minero, Ikabarú, es nuestra metáfora… ese pueblo del sur, construido por las prostitutas y mineros… El minero habita allí y todo lo piensa transitoriamente porque sueña la vida en otro lugar, aunque se hace viejo y tiene nietos y el sol es el mismo y la tierra la misma y el sueño de vivir en otro lado es el mismo… así se hizo Venezuela, un mientras tanto para siempre sin sentido de convivencia… El deseo de hacerse en otro lugar y estar viviendo con quien no se quiere vivir configura la arqueología de nuestra subjetividad…. ¿Sabes? Peor aún, porque quien gobierna, quien tiene el poder establece en su práctica la valoración de lo bueno… Lo bueno era lo blanco quien era simultáneamente quien explotaba, violaba a la negra, a la mestiza, a la india, aunque no la consideraba persona, era su burra particular… Ella, la agredida, la mujer cosificada, simultáneamente detestaba al violador pero quería que su hijo fuese menos negro, para que sufriera menos, para que se reconociera como hombre… eso incluso se hizo procedimiento legal en mi país, en tu país,  solicitud para adquirir el blanqueamiento familiar, para eliminar el color pardo… Ese pasado profundamente duro, infernal, paradójico y complejo, de fractura, de seres que habitan un espacio sin convivir, retornó profundo en el siglo XXI… Nuestro problema de convivencia es de vieja data… Es una factura añejada…. Se fracturó la Venezuela y salieron los titanes, los demonios, las locuras ancestrales… ¿Qué quieres que te diga?....  Antes de informarse, convivir… es la mejor enseñanza… Recuerda la parábola del Buen  Samaritano, no eran los doctores de la ley, los sacerdotes quienes reconocieron al sufriente, sino uno de un pueblo no elegido… Reconocer el sufrimiento, mirarlo a los ojos, eso implica un cambio de actitud… estoy cansado…
-          Das vuelta y vuelta y me pregunto por el hoy… qué hacer, cómo confrontar el mal gobierno….
-          Perfecciona el carácter.
-          ¿Qué?
-          Perfecciona el carácter… es lo único que se me ocurre….
-          No entiendo.
-          Marco Aurelio decía: “La perfección del carácter supone que cada día transcurra como el último, sin pálpitos, sin cabezadas, sin actuaciones teatrales” Pero no sé… cada quién decide su destino… Y en degeneraciones culturales, el destino también es decidido por otros, cuando el carácter se hace blando, cuando se pierde la voluntad… Es muy fácil pensar que la responsabilidad de nuestra mediocre existencia como pueblo depende de los déspotas que administran la república…. Pero no es verdad… La indiferencia, la ambivalencia para decir no a lo dado, para oponerse y no saber con el tino preciso cuándo sentarse, dialogar y construir… es el alimento para la degradación como pueblo… El pensar la educación como un asunto que puede pensarse sin atender a lo cotidiano, contribuye a esta vida sin vida… ¿Qué hacer? Atiende el presente en el sólo presente, como si fuese tu última acción sobre la tierra…
-          ¿Y esa historia de sangre de dolor, de fractura que retornó como un fantasma?
-          Los guerreros romanos llevaban con orgullo las huellas de sus heridas en batalla. No la ocultaban. Eran las huellas que le recordaban que fueron heridos y sobrevivieron. Los dignificaba, aunque en ese pasado habían sufrido y quizás derrotados, pero ese pasado en el presente los hacía grandes. Un buen guerrero cargaba sus batallas como se cargan las medallas… con honor… Estamos sangrando, tenemos esas huellas… pero es el instante preciso para hacernos grandes, para derrotar a los fantasmas… para hacernos de nuevo…
Tenía otro ánimo, se le notaba… aunque en el fondo de su cuerpo o en las pupilas de su sangre, convulsionaba un hombre revuelto entre el dolor y el pensamiento.
Jonatan Alzuru Aponte
Miércoles 7 de mayo de 2014

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