¿CONSULTA O
LEGITIMIDAD DE UNA POLÍTICA EDUCATIVA?
Al parecer un señor autorizado y
bastante representativo ha dicho, “por supuesto debemos participar”. “¿Cómo
usted pierde el chance para opinar?” Con voz monacal, casi profética, comparó la consulta sobre el asunto educativo
con elegir diputados en la Asamblea Nacional o la elección de un gobernador. El
supuesto que intentaba argumentar el profesor es el siguiente: es lo mismo que
le pregunten sobre algo a que usted vote en unas elecciones. Son dos prácticas
participativas, en una usted da una idea y en la otra expresa su idea eligiendo
a una persona. Por lo tanto, como las dos prácticas son tipos de participación
política, no se debe dejar de participar en la Consulta que realiza el
Ministerio de Educación, porque usted dejaría de ser una persona protagónica y
participativa a propósito del futuro de sus hijos y sus colegios.
Para el señor Carvajal contestar
una encuesta es lo mismo, que tomar decisiones. Después de escuchar y leer
semejante argumentación para invitar a participar en la consulta, comprendí
porque estamos como estamos. Nuestra debacle cultural y educativa es en todos
los niveles. Quien se presenta como un experto en educación confunde dos
campos, profundamente distintos, algo así como confundir alguien que participe
en un grupo focal a propósito de los efectos de un jabón con el diseñador de la
campaña publicitaria o peor con la empresa que elabora el jabón. Quien se
presenta como experto en currículo hay que decirle que está raspado en
metodología básica, elemental. ¡Por favor! ¿Podrían buscar un argumentico mejor
para participar en esa cosa que dirige el muchacho que le explicó al país que
no se puede educar para que se hagan escuálidos?
La verdad pensé que vivo en un
país tan esdrújulo, tan profundamente surrealista que estamos en el mejor
momento de la historia en los últimos quince años en materia educativa… Los sabios del asunto educativos nos invitan
a una vida democrática plena, cargada de esperanzas e ilusiones… Casi me sentí mal por no estar acorde con el
entusiasmo del señor Leonardo. Pensé que según esa argumentación sólo alguien
que no comprende el cambio profundamente democrático que existe en el país
sería capaz de cuestionar la buena voluntad del Ministro. “Cuando
Marian Hanson –afirmó Leonardo Carvajal- no había nada, ahora hay una
voluntad de escuchar pluralmente” Sin embargo, el experto al parecer no
leyó el documento titulado Folleto General de la Consulta donde el Ministerio
tiene un parágrafo introductorio titulado “Sentimos Orgullo del camino
recorrido” y, asume como capital teórico, lo siguiente: “De
estos debates surgieron importantes definiciones programáticas que hoy tenemos
como acervo: El Proyecto Educativo Nacional 1999, las líneas curriculares de 2004,
la Ley Orgánica de Educación de 2009 y la Resolución 058 sobre la participación
de la familia y la comunidad en la gestión escolar.” De lo anterior se
desprende que para el ejecutivo, la Consulta se inscribe en una fase de
continuidad de lo anterior.
Ahora bien, el documento es muy
claro en cuanto a los fines de la consulta, se trata de hacer un diagnóstico y
sugerir recomendaciones para que el órgano rector construya las políticas
educativas, tal como lo establece en los dos primeros puntos del plan de
acción.
El problema estrictamente
político del instrumento entregado es que transforma una consulta en un
instrumento de legitimación de la política que resultase del proceso. Esto lo
dice expresamente el documento en el parágrafo de la “Guía de los Facilitadores”,
titulado “Implicaciones para la facilitación”, allí afirma: “Lo primero: La o
el facilitador debe promover un clima de motivación política sobre la consulta,
asegurando que el proceso y los productos ganen legitimidad social” El
documento no explica qué entiende por producto ¿la consulta en sí misma que su
límite es sugerir o las políticas que construirá el gobierno? Obviamente, para
el gobierno la política que implemente tendrá legitimidad en su proceso de
construcción. Por lo tanto, lo que realice, posteriormente, será legal y tendrá
legitimidad. ¿Quién se podrá oponer?
Otro asunto metodológico que está
en el documento es la determinación de su población objetivo, prácticamente son
todos los que habitamos el territorio nacional, con la excepción de un grupo
pequeñísimo de hombres, dígase, genero masculino, de ascendentes europeos, piel
blanca imagino, que no hayan tenido hijos y que sus prácticas no tengan nada
que ver con el asunto educativo -(racismo implícito o, para un lector promedio,
explícito)-, del resto toda la población, supuestamente será consultada, lo
dice expresamente el instrumento: “Educadores
de todos los niveles, escuelas universitarias de educación, trabajadores
académicos y de apoyo de la educación básica, jefes de las zonas educativas,
directores de escuelas, padres, madres, representantes, gremios, asociaciones privadas
dedicadas a la educación, movimientos sociales cuyas prácticas están asociadas
a la educación, comunidades indígenas, mujeres, afrodescendientes, campesinas,
pescadores, personas con diversidad funcional y necesidades especiales,
personas en edad escolar que están fuera del sistema educativo, asociaciones
culturales, deportivas, estudiantes de todos los niveles y modalidades, privados
de libertad, gobernadores, alcaldes y otras instituciones del Estado,
especialistas en el área, defensorías escolares, el sector productivo del país,
representantes de las principales iglesias, comunidades organizadas, medios de
comunicación, organismos e instituciones internacionales vinculadas al tema
educativo.”
Sólo alguien o grupo de personas
que jamás hayan realizado una investigación de campo, formula una población
objetivo tan extraordinariamente amplia. La metodología para abordar los diez
ejes temáticos de la consulta, son todas las existentes y por haber, foros,
talleres, seminarios, congresos, encuestas abiertas, cerradas, en internet, en
el aula, lo que llaman consulta difusa y consulta concentrada, en todos los
niveles político territorial. Sólo compilar eso, hacer una matriz, mínimamente
coherente –si existiese alguien que lograse hacerlo- implicaría años de trabajo.
Dejémonos de necedades. El instrumento en sí mismo está mal construido. No
resiste una mínima evaluación de alguien que haya pasado por unos cursillos
elementales de metodología.
Lo único que se me ocurre frente
a semejante bodrio legitimado por expertos en el área educativa, tanto del
gobierno como de la oposición, es que las instituciones aprovechen la
oportunidad para organizarse y plantearse un trabajo paralelo utilizando los
mismos ejes y con la misma batería de preguntas y se construya una propuesta de
diagnóstico y sugerencias al Ministerio… Reformulando la población objetivo y
la metodología para la recopilación de la información.
Sin embargo, quisiera recordarles
a todos aquellos que andan distraídos que el fallo 246 del Tribunal Supremo de
Justicia, transformó este país. Que la Mesa de la Unidad está apelando ante el
alto tribunal con un recurso de Controversia Constitucional, hasta tanto, no se
rectifique esa sentencia estamos formalmente en una dictadura, obviamente,
imagino que todos sabemos los comportamientos en la práctica autoritaria y represiva del
gobierno... pero hasta en el deber ser, estamos en un país de corte dictatorial...
Quisiera recordarles a los
políticos que aquí en este país no se trata que perdió los convocantes a la
Salida o que perdieron los que se sentaron en la Mesa de Diálogo, la MUD, o
que vendrá un nuevo movimiento de los
iluminados que podrán mágicamente
sacarnos del infierno. Si la dirigencia política de oposición, en todos sus
niveles, no repiensa urgentemente plataformas de unidad para confrontar y
luchar frente al autoritarismo, frente a la violación de los derechos humanos, a corto y mediano plazo,
estamos cada día más jodidos.
No se trata de la encrucijada
entre diálogo y guarimba, ni de esperar un mañana provisorio donde sí se pueda,
sino de cómo acordarnos, en el presente, en el seno de la oposición para la
construcción de tácticas y estrategias comunes que frenen a la avanzada
gubernamental.
Es una torpeza del tamaño de una
montaña no pensar, políticamente, cómo abordar el asunto educativo y chuparse
el dedo pensando en la objetividad de una consulta. Sólo alguien que se
encuentre fuera de Venezuela puede abordar este juego con un manto de
objetividad científica e incluso así, entonces, tendría que desmontar el
instrumento por mal construido, aunque haya sido asesorado por San Leonardo…
Jonatan Alzuru Aponte
Realmente has dado nuevamente en el clavo: aprovechar "la oportunidad para organizarse y plantearse un trabajo paralelo", en este caso entorno al problema de la consulta educativa. Pero, será realmente posible lograr esta organización cuando nos negamos a actuar (padres, docentes, instituciones educativas, asociaciones, etc) de manera coordinada y en donde cada quien cree tener la última palabra. Realmente, a veces tengo mis dudas. Y esto me lleva a recordar tu artículo de "Confianza para ganar". Indiscutiblemente que el jugar cooperativamente es lo único que nos permitirá avanzar ante esta escalada de impunidad que estamos viviendo. De nuevo compartiré este excelente artículo. Recibe un cordial saludo
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