PRIMERO JUSTICIA Y AD:
SU INCOHERENCIA PRÁCTICA
@jonatanalzuru67
Uno de los problemas de la
cultura política venezolana es la incapacidad para debatir ideas contrarias, para
procesar las diferencias. Tal lógica se resume de la manera siguiente: Tenemos
diferencias irreconciliables. Quien actúa y piensa distinto es traidor. El otro
cometió errores, por lo tanto, está incapacitado para discutir en el presente.
Yo tengo la verdad, soy el líder y decido.
Esa lógica no sólo la practican
continuamente todos los liderazgos del gobierno y de la oposición, sino también
es la forma de configurar la opinión pública en nuestro país. Para atender el
presente quisiera distanciarme, radicalmente, de esa manera de pensar. De esa
incapacidad de procesar las diferencias e intentar proponer una discusión
política en medio de la gravísima crisis que vivimos.
Ningún factor por separado ni
puede enfrentar, ni puede establecer negociaciones que se respeten, con el
gobierno, porque se está en asimetría con el poder y mientras más separado más
endeble con respecto al poder. De allí la urgencia de consolidar la oposición.
Justamente, porque no hemos avanzado, porque las violaciones de derechos
humanos, civiles y políticos fue, y es, a diestra y siniestra, porque el
gobierno ha tomado decisiones profundamente autoritarias es que se debe discutir
pluralmente, cómo actuar en la coyuntura y cómo restablecer los pactos entre
los aliados.
Obviamente, el gobierno mantendrá
la tesis que la oposición debe dividirse. El otro debe deslindarse. Haciendo
uso práctico de aquella vieja tesis de Maquiavelo, divide a tu enemigo, elimina
a uno primero y luego al otro, por separado y vencerás. La práctica del
gobierno se corresponde con quien ejerce el poder. Quiere crecer y
acrecentarse. Eso es lógico.
En cambio la práctica de la
oposición, de no buscar puntos en común y plantear lo irreconciliable, en la
concepción de la coyuntura con respecto a tácticas y estrategias, no sólo es un
severo error porque supone minimizar, aún más las fuerzas, sino lo peor, es
aplastar la fuerza de las personas y
comunidades que están luchando por un cambio. Eso lo he venido reiterando desde
el inicio de la coyuntura.
Ordenemos la discusión y
discutamos en el presente. Coincido con la MUD que hay que sentarse con el gobierno con una
agenda. Y acordar asuntos evaluables de ambos lados. La MUD propuso, además,
que la Iglesia fuese árbitro. Hasta allí todo va bien.
El asunto de la justicia es un
punto profundamente delicado en la circunstancia actual. Porque funcionarios
del gobierno han violado los derechos humanos. Este punto, por ejemplo, estaba
dentro de la agenda, según la MUD. En consonancia con este punto tan grave,
estaba la renovación del poder Moral. Esto
se desprende de lo anterior. Hasta allí
todo va bien.
Después de la primera visita de
UNSUR. El gobierno juega adelantado y propone, fuera de ese diálogo, que se nombre
las nuevas autoridades del Poder Moral y propone la creación de unas comisiones
en la Asamblea. Pero la MUD había dicho que ese punto era de la agenda. Sin
embargo, a días de esa visita, AD, PJ y otros, acuerdan participar en las
comisiones.
¿Acaso no era posible frente a la
propuesta del gobierno y en coherencia con los propios planteamientos de la
MUD, afirmar que no se debía discutir eso hasta tanto no se configurara la Mesa
de Negociación y Acuerdos con testigo como el Vaticano, por ejemplo?
La FARC y el Gobierno colombiano
están discutiendo una agenda política. Hasta tanto no se termine la discusión,
las partes no empiezan actuar. Cuando se está en una Mesa de Negociación ambas
partes informan de los procesos a la ciudadanía. Tanto los acuerdos como los
disensos.
¿Cuándo sucedió eso en Venezuela?
Lo repito, ¿cómo es que Primero Justicia y Acción Democrática acuerdan participar
en una Comisión para renovar poderes, sino se habían sentado en la mesa de
negociación y acuerdo con el gobierno? Esto es previo a esta segunda visita de
UNASUR. Eso es lo grave.
Es necesario renovar los poderes
y es necesario acordar en la Asamblea Nacional. No hay duda de eso. Mi
argumento ni siquiera estriba en las condiciones para el diálogo, asunto que la
propia MUD, había avalado en un principio. Mi punto es más elemental.
AD y PJ actúan contrario a lo que
ellos mismos impulsan. Mi crítica es la incoherencia con lo que esos partidos
impulsan. Que expliquen públicamente al país: ¿por qué no pudieron confrontar
al gobierno en la Asamblea, sosteniendo su propia postura, que esa renovación
era parte del debate que debía hacerse en una Mesa de Negociación y Acuerdos
con presencia de testigos, como el Vaticano y UNASUR como facilitador, y luego,
después de los acuerdos, llevarlo a la Asamblea para implementarlos?
AD y PJ no se están deslindando
de nadie, sino actuando contrariamente a sus propios planteamientos. ¿Qué
sentido tiene una Mesa de Negociación y Acuerdos, después que se acordó lo
esencial, el asunto del Poder Moral? Obviamente, algunos partidos de la MUD no
podían acompañar esa práctica porque era contraria a lo que públicamente le habían
dicho al país.
Ahora bien, esa jugada adelantada
de AD y PJ, es gravísima para la unidad, pero sobre todo para la confianza de
la población en la dirigencia. Esta incoherencia práctica no se puede ocultar,
ni enrredar con las diferencias prácticas con otros sectores de la oposición.
¿Cómo, en concreto, presionarán para detener y sancionar a los funcionarios
materiales e intelectuales responsables del gobierno de las violaciones de los
derechos humanos? ¿Qué tipo de protesta pacífica proponen? ¿Cómo articular esa
protesta, en el presente, con una Mesa de Negociación y Acuerdos?
Es responsabilidad de Ad y PJ de
repensar sus prácticas, en primer lugar, antes que dar sermones a otros de cómo
se debe actuar. La urgencia de repensar sus incoherencias es de orden práctico.
La responsabilidad de la opresión a la población no sólo es de quien la ejerce,
sino también de quien la permite, aunque sea por miopía política. El asunto no
es la palabra, sino las acciones. ¿Qué acciones le proponen al país? Insisto no
se ocupen de aquellos que creen en la violencia o en salidas rápidas… Soy más
preciso: ¿Qué acciones práctica le proponen a sus seguidores, a su militancia
para enfrentar al gobierno? ¿Cómo se articulan esas acciones prácticas con la
Mesa de negociación y Acuerdos? ¿Qué van hacer para articular, como sector
moderado y consciente, a los diputados de la oposición quienes están fuera de
ese acuerdo tras bastidores sobre un asunto vital como es la renovación del
poder Moral? ¿Cómo harán para rectificar esa política añeja de acuerdos
cupulares en un momento donde la población sufre la peor crisis económica
acompañada con la violencia gubernamental más grotesca de los últimos años?
Expliquen su propia política, sobre todo porque es necesaria la discusión
pública para saber dónde se acuerda y dónde uno se diferencia.
Ayer, a solicitud de UNASUR, el
gobierno aceptó dialogar con la oposición (propuesta que desde el inicio ha
realizado el gobierno, por lo tanto, es coherente al aceptar), pero la MUD
había dicho que el diálogo era con una agenda y con la Santa Sede de testigo.
Sin embargo, al parecer aceptarán irán al diálogo. ¿Será para sostener que se
debe acordar una agenda con testigo o para iniciar un diálogo catártico sin
sentido? ¿Dentro de la agenda estará el punto sustancial de la renovación de
los poderes o la MUD lo sacó de su agenda sin previo aviso a la población que
manifiesta?
La responsabilidad histórica que
tienen los diputados, más allá de los jefes, en esta coyuntura es vital para la
paz de lo sepulcros o una paz construida a partir de decisiones racionalmente
acordadas. No podemos decir el adagio, amanecerá y veremos, sino increpar en el
hoy a la dirigencia, en medio de la crisis que se vive, para que asuman
responsablemente sus propios discursos en la práctica, por lo menos.
Jonatan Alzuru Aponte
Martes 8 de abril de 2014.
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