martes, 8 de abril de 2014

PJ Y AD: SU INCOHERENCIA PRÁCTICA



PRIMERO JUSTICIA Y AD: SU INCOHERENCIA PRÁCTICA
@jonatanalzuru67
Uno de los problemas de la cultura política venezolana es la incapacidad para debatir ideas contrarias, para procesar las diferencias. Tal lógica se resume de la manera siguiente: Tenemos diferencias irreconciliables. Quien actúa y piensa distinto es traidor. El otro cometió errores, por lo tanto, está incapacitado para discutir en el presente. Yo tengo la verdad, soy el líder y decido.
Esa lógica no sólo la practican continuamente todos los liderazgos del gobierno y de la oposición, sino también es la forma de configurar la opinión pública en nuestro país. Para atender el presente quisiera distanciarme, radicalmente, de esa manera de pensar. De esa incapacidad de procesar las diferencias e intentar proponer una discusión política en medio de la gravísima crisis que vivimos.
Ningún factor por separado ni puede enfrentar, ni puede establecer negociaciones que se respeten, con el gobierno, porque se está en asimetría con el poder y mientras más separado más endeble con respecto al poder. De allí la urgencia de consolidar la oposición. Justamente, porque no hemos avanzado, porque las violaciones de derechos humanos, civiles y políticos fue, y es, a diestra y siniestra, porque el gobierno ha tomado decisiones profundamente autoritarias es que se debe discutir pluralmente, cómo actuar en la coyuntura y cómo restablecer los pactos entre los aliados.
Obviamente, el gobierno mantendrá la tesis que la oposición debe dividirse. El otro debe deslindarse. Haciendo uso práctico de aquella vieja tesis de Maquiavelo, divide a tu enemigo, elimina a uno primero y luego al otro, por separado y vencerás. La práctica del gobierno se corresponde con quien ejerce el poder. Quiere crecer y acrecentarse. Eso es lógico.
En cambio la práctica de la oposición, de no buscar puntos en común y plantear lo irreconciliable, en la concepción de la coyuntura con respecto a tácticas y estrategias, no sólo es un severo error porque supone minimizar, aún más las fuerzas, sino lo peor, es aplastar la fuerza de las personas  y comunidades que están luchando por un cambio. Eso lo he venido reiterando desde el inicio de la coyuntura.
Ordenemos la discusión y discutamos en el presente. Coincido con la MUD que  hay que sentarse con el gobierno con una agenda. Y acordar asuntos evaluables de ambos lados. La MUD propuso, además, que la Iglesia fuese árbitro. Hasta allí todo va bien.
El asunto de la justicia es un punto profundamente delicado en la circunstancia actual. Porque funcionarios del gobierno han violado los derechos humanos. Este punto, por ejemplo, estaba dentro de la agenda, según la MUD. En consonancia con este punto tan grave, estaba la renovación del poder Moral.  Esto se desprende de lo anterior.  Hasta allí todo va bien.
Después de la primera visita de UNSUR. El gobierno juega adelantado y propone, fuera de ese diálogo, que se nombre las nuevas autoridades del Poder Moral y propone la creación de unas comisiones en la Asamblea. Pero la MUD había dicho que ese punto era de la agenda. Sin embargo, a días de esa visita, AD, PJ y otros, acuerdan participar en las comisiones.
¿Acaso no era posible frente a la propuesta del gobierno y en coherencia con los propios planteamientos de la MUD, afirmar que no se debía discutir eso hasta tanto no se configurara la Mesa de Negociación y Acuerdos con testigo como el Vaticano, por ejemplo?
La FARC y el Gobierno colombiano están discutiendo una agenda política. Hasta tanto no se termine la discusión, las partes no empiezan actuar. Cuando se está en una Mesa de Negociación ambas partes informan de los procesos a la ciudadanía. Tanto los acuerdos como los disensos.
¿Cuándo sucedió eso en Venezuela? Lo repito, ¿cómo es que Primero Justicia y Acción Democrática acuerdan participar en una Comisión para renovar poderes, sino se habían sentado en la mesa de negociación y acuerdo con el gobierno? Esto es previo a esta segunda visita de UNASUR. Eso es lo grave.
Es necesario renovar los poderes y es necesario acordar en la Asamblea Nacional. No hay duda de eso. Mi argumento ni siquiera estriba en las condiciones para el diálogo, asunto que la propia MUD, había avalado en un principio. Mi punto es más elemental.
AD y PJ actúan contrario a lo que ellos mismos impulsan. Mi crítica es la incoherencia con lo que esos partidos impulsan. Que expliquen públicamente al país: ¿por qué no pudieron confrontar al gobierno en la Asamblea, sosteniendo su propia postura, que esa renovación era parte del debate que debía hacerse en una Mesa de Negociación y Acuerdos con presencia de testigos, como el Vaticano y UNASUR como facilitador, y luego, después de los acuerdos, llevarlo a la Asamblea para implementarlos?
AD y PJ no se están deslindando de nadie, sino actuando contrariamente a sus propios planteamientos. ¿Qué sentido tiene una Mesa de Negociación y Acuerdos, después que se acordó lo esencial, el asunto del Poder Moral? Obviamente, algunos partidos de la MUD no podían acompañar esa práctica porque era contraria a lo que públicamente le habían dicho al país.
Ahora bien, esa jugada adelantada de AD y PJ, es gravísima para la unidad, pero sobre todo para la confianza de la población en la dirigencia. Esta incoherencia práctica no se puede ocultar, ni enrredar con las diferencias prácticas con otros sectores de la oposición. ¿Cómo, en concreto, presionarán para detener y sancionar a los funcionarios materiales e intelectuales responsables del gobierno de las violaciones de los derechos humanos? ¿Qué tipo de protesta pacífica proponen? ¿Cómo articular esa protesta, en el presente, con una Mesa de Negociación y Acuerdos?
Es responsabilidad de Ad y PJ de repensar sus prácticas, en primer lugar, antes que dar sermones a otros de cómo se debe actuar. La urgencia de repensar sus incoherencias es de orden práctico. La responsabilidad de la opresión a la población no sólo es de quien la ejerce, sino también de quien la permite, aunque sea por miopía política. El asunto no es la palabra, sino las acciones. ¿Qué acciones le proponen al país? Insisto no se ocupen de aquellos que creen en la violencia o en salidas rápidas… Soy más preciso: ¿Qué acciones práctica le proponen a sus seguidores, a su militancia para enfrentar al gobierno? ¿Cómo se articulan esas acciones prácticas con la Mesa de negociación y Acuerdos? ¿Qué van hacer para articular, como sector moderado y consciente, a los diputados de la oposición quienes están fuera de ese acuerdo tras bastidores sobre un asunto vital como es la renovación del poder Moral? ¿Cómo harán para rectificar esa política añeja de acuerdos cupulares en un momento donde la población sufre la peor crisis económica acompañada con la violencia gubernamental más grotesca de los últimos años? Expliquen su propia política, sobre todo porque es necesaria la discusión pública para saber dónde se acuerda y dónde uno se diferencia.
Ayer, a solicitud de UNASUR, el gobierno aceptó dialogar con la oposición (propuesta que desde el inicio ha realizado el gobierno, por lo tanto, es coherente al aceptar), pero la MUD había dicho que el diálogo era con una agenda y con la Santa Sede de testigo. Sin embargo, al parecer aceptarán irán al diálogo. ¿Será para sostener que se debe acordar una agenda con testigo o para iniciar un diálogo catártico sin sentido? ¿Dentro de la agenda estará el punto sustancial de la renovación de los poderes o la MUD lo sacó de su agenda sin previo aviso a la población que manifiesta?
La responsabilidad histórica que tienen los diputados, más allá de los jefes, en esta coyuntura es vital para la paz de lo sepulcros o una paz construida a partir de decisiones racionalmente acordadas. No podemos decir el adagio, amanecerá y veremos, sino increpar en el hoy a la dirigencia, en medio de la crisis que se vive, para que asuman responsablemente sus propios discursos en la práctica, por lo menos.
Jonatan Alzuru Aponte
Martes 8 de abril de 2014.

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