ENTRE EL LUTO Y EL
PARTIDO COMUNISTA
El texto de Willy Mckey, “Estamos
muertos” ( http://prodavinci.com/blogs/estamos-muertos-por-willy-mckey/
), me consume en dolor. Jamás imaginé que aquella narración que leí siendo
estudiante de bachillerato, como obligación para pasar el examen de literatura,
sería la vida de mi país. Años después volví a leer aquél relato donde José Arcadio
Segundo relata la guerra civil de Macondo, huelgas, muertos, dolor y aquella
versión oficial donde no hay muertos, donde todos vuelven a trabajar en la
industria bananera que el asunto había sido por una temporada de lluvia. En mi
inocencia juvenil, recuerdo, me parecía fantástico que un hecho tan evidente,
pudiese ser contado de dos maneras diametralmente opuesta, me parecía
imposible. Creía en los hechos. Leía a Macondo con un espíritu positivista, quizás
en el fondo, aún sin saberlo, asumía la premisa de Durkheim, hay que tratar los
hechos sociales como cosa y las cosas existen, ocupan un lugar en el espacio,
son medibles, verificables, por eso la narración Garciamarqueana, me parecía
imposible, tal vez pensaba así.
Años después he comprendido a
punta de dolor, en medio de una exacerbación de las angustias, tramado por una
carrera para compilar mis pocos conocimientos en el ámbito jurídico político,
en una revuelta de biblioteca para comprender en algo mi acontecer, en medio de
una voltereta de mi alma, donde los libros danzan un tango gris, como decía
Sabato, como una existencia triste que se baila, he comprendido por qué el
positivismo es un sólido que se desvanece. Las palabras de Nietzsche se tornan
en un horizonte comprensivo, no hay hechos sino interpretaciones. Esa lapidaria
formulación es el soporte filosófico de Macondo y la pauta comprensiva de mi
país.
Por momento me da vergüenza los
políticos, aunque sé por experiencia, la ruda batalla que se libra en el campo de
juego y el sentimiento que provoca cuando se leen cosas como las mías… Yo
también dije algunas vez, “es muy fácil escribir y no estar en medio del
torbellino”, con esa expresión solía descalificar a los que no ejercían la
política como su oficio, pero se encargaban de enjuiciarla. El tiempo, el
mirarme, el examinarme con las claves de Spinoza y las andaderas de los
estoicos y Nietzsche, reiterándome, de qué es capaz mi cuerpo, me ha conducido
a considerar la práctica teórica como un ámbito sustancial e inseparable del
ejercicio práctico. Todos estamos dentro y fuera del juego.
La coyuntura, el acontecer,
obliga estar a la altura. El dolor por las detenciones arbitraria de ancianos,
niños y adolescentes, amparados, ahora, por la brutal sentencia del TSJ,
convoca a la templanza, a la fortaleza, a la prudencia para combatir toda
injusticia y saber cuándo es el momento preciso, para dar un salto cualitativo
en las formas y maneras de comportarse en el ámbito público. Nuestro paisaje
está teñido de rojo, no por la ideología sino por la sangre de tantos heridos y
muertos, casi 50 muertos y más de 2500 detenciones.
La paz no supone un amaneramiento
ético, no supone jugar dominó con los responsables de las violaciones de los
derechos humanos, mucho menos con aquél poder inmoral que prescribe unas normas
que maximizan la arbitrariedad y transforman al hombre, cuya práctica está
regida por el imperio de la ley, en un genocida. Venezuela en su conjunto está
fuera de juego, porque se debe impugnar al árbitro principal de la contienda,
porque se debe desobedecer a quien administra la justicia, entonces, ¿cómo
pueden jugar quienes están en la cancha? ¿A cuál norma obedecen?... La terrible
jungla del más fuerte se apodera de las lógicas de pensamiento, configurando
acciones por doquier. Por eso reina la muerte como la diosa que impone su
juego.
En medio de esta comedia de
Dante, el Partido Comunista Venezolano, ha levantado su voz para oponerse a la
írrita, inconstitucional, ilegal e ilegítima sentencia del Tribunal Supremo del
24 de abril, afirmaron “Nunca, históricamente, el PCV ha sido partidario de que
se tenga que solicitar permiso para protestar” (Pedro Eusse, Tal Cual,
29/4/2014: 2) Obviamente, como saben que la ley configura nuevas prácticas para
todo gobierno nacional o local, han dicho ¿qué sucederá si se manifiesta en
contra de un alcalde de oposición? No lo autorizarán y están obligados a
disolver la manifestación… El razonamiento del partido comunista desde la
alianza con el gobierno, lo que está denunciando es el carácter profundamente
reaccionario y totalitario de la sentencia.
Esto fue expresado
explícitamente, también, por el Movimiento Al Socialismo. “El TSJ se
extralimita y actúa de acuerdo a la forma tradicional en la que proceden las
instituciones en gobiernos autoritarios que practican el terrorismo de estado”
(Felipe Mujica, Tal Cual, 29/4/2014: 2) La coincidencia interpretativa de dos
partidos políticos que devienen de la tradición de izquierda con miradas
distintas sobre el proceso político venezolano, tiene que transformarse en una
gran campanada para la dirigencia opositora, para reevaluar las formas y
maneras de actuar en la coyuntura.
Se juega torpemente cuando se
plantea un esquema de juego y no se hacen variaciones en función de lo que
acontece. Lo que muestra ese tipo de práctica es la falta de concentración en
el propio juego. Venezuela tiene un luto de 76 día, renovado y acrecentado de
forma ininterrumpida… ¿Qué hace falta para comprender? ¿Hasta cuándo la
dirigencia opositora seguirá caminando por veredas distintas? El réquiem inunda
nuestras venas.
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