ES DOMINGO Y EN
CARACAS
¿Será posible una sociedad donde
las políticas sociales, las prácticas económicas y las prácticas educativas no
se construyan a partir de un deber ser,
maniqueo y verdaderamente ridículo como izquierda o derecha? ¿Será posible una
sociedad donde la definición de hombre, mujer, homosexual no suponga una carga
valorativa a priori? ¿Será posible una sociedad donde las prácticas religiosas
no supongan unas alcabalas interpretativas de lo real? ¿Será posible una
sociedad donde el pensamiento, la escritura, el ensayo, puedan estar libre, sin
la cárcel de las clasificaciones taxonómicas
como posmoderno, moderno, kantiano, aristotélico, budista, estructuralista, marxista,
neo….?
La verdad, yo no sé de las luchas
de los otros. Yo no soporto a los defensores de corrientes, teorías,
clasificaciones abstractas, a los defensores de las alcabalas epistemológicas,
a los defensores del mundo profundamente cuadriculado, donde se mira al otro a
partir de una teoría y no de lo que es… Lo que es no es una definición… El
vocablo es… Es una manera lingüística de
expresarse… Cada uno somos un conjunto de prácticas, somos un mar de
heteróclito de interpretaciones donde las definiciones son un Lecho de Procusto
que sirven para los discursos, las marchas y las consignas, pero suelen tener
la misma fuerza para anunciar la guerra sea santa o atea, sirven también para
declarar la paz de los sepulcros…. Donde cada héroe, patriota usa una cadena
infinita de palabras, conceptos fósiles, como banderas y escudos… La verdad yo no sé por qué pelea
otro… Yo no quiero ninguna bandera, ni tampoco me interesa un par de conceptos
deshilachados por el tiempo, a veces peleo por uno libros que me constituyen,
por un rastrojo de pan o por una sonrisa…
Casi por azar empecé a leer el
primer tomo Tratados, Diarios, La
tentación de Escribir de Rafael
Castillo Zapata, el 30 de agosto del 2008, realiza una cartografía, una
instalación, una escultura móvil con los retazos del mundo elegido por mí para
pensarme y me sentí verdaderamente cómodo en esa patria… sus palabra me
hicieron evocar mi propio tránsito… Mis meditaciones, la plenitud de la
incertidumbre. Sus retazos aludían al punto central del gobierno… Es un asunto
tan antiguo y tan presente: la inquietud, el conocimiento y el cuidado de sí… Gobernarse
como principio sustancial de cualquier práctica… Quien se gobierna se elige… No
elige una teoría… Elige su vida, sus maneras de abordar el mundo, sus sueños,
sus cuartos, sus casas, sus lágrimas, sus batallas, sus heterónimos… Quien se
gobierna obra… Su obra no está hecha ni para agradar ni para desagradar, la
hace en conformidad con su cuerpo… para estar contento consigo mismo con
independencia de la buena o mala fortuna, con independencia del azar, de las
contingencias o de las miradas inquisidoras del otro.
Nietzsche veía en Jesús lo que
algunos cristianos aborrecen, lo que algunos teólogos olvidan, decía Nietzsche,
no es una fe lo que distingue a los cristianos sino un obrar… la apuesta de Jesús fue un obrar desde el
gobierno de sí mismo…
Es marzo y al parecer todos
estamos en una convulsión social… Desde el poder político todos debemos estar
como rebaños apoyando al imperialismo o apoyando al socialismo… Desde el otro
poder debemos estar en contra de Cuba o a favor del gobierno norteamericano… Me
resisto desde mis arterias a pertenecer a unos y a otros…. Mi lucha es ser
diferente desde la diferencia… no por oposición a ninguno… ¡Vaya ridiculez! Mirarse
por oposición a otro… Yo hago mi boceto, es el mío… bello o feo, pero el mío… Recordaba,
este domingo, que un día antes -del encuentro con aquél diario de Castillo
Zapata, donde encontré páginas dolorosas y hermosas, que en el fondo narran
fragmentos de mi propia existencia-, un poeta que radicalmente se opone al
gobierno de turno, me escribió una línea diciéndome, “por favor no me envíe sus
correos…” ¿Estaría cansado de lo que sucede en el país? Pensé… ¿Será que no
comparte mi palabra? Pensé… Recuerdo que me perturbó, por un instante, aquella
expresión de un venezolano que supuestamente lucha, desde su trinchera, por
asuntos por lo cuales aparentemente lucho yo… pero no es así… él tiene unas
batallas distintas a las mías… ¡Tanto que me gusta su poesía! Pensé… pero esa
es la vida que me gusta, donde no coincidamos en todos y por todos… donde
seamos capaces cada quien de mirar la vida de manera distinta, pero que seamos
capaces de acordar… de construir unas reglas mínimas para vivir juntos… El
poeta se eligió y eligió lo que quería escuchar… No quería escuchar mi palabra…
¿Por qué he de querer obligarlo a escucharme?...
Asistí a un diálogo con personas
que poco me conocen… En algún momento clasificaron mi palabra como teología de
la liberación… ¡Vaya cosa!... Desde los ochenta no leo nada que tenga que ver
con esa mirada cristiana… San Juan de la Cruz ha sido un compañero de viaje en
este tiempo… Otros, tal vez entusiasmados por mi forma de hablar, pensaron que
yo debía ser parlamentario o algo así… Y no sé… ¿será por esa manía de querer
encontrar un mesías que deseamos que todo aquél que diga lo que queremos
escuchar, lo vemos como la persona apropiada para el ejercicio de la política…?
He dialogado con un par de amigos argentinos, intelectuales que tienen mi más
alta estima… ¿Cómo ayudarte jonatan, me dijeron, aunque no compartimos tus
opiniones?... Mi única petición fue: Contradíganme….
La única posibilidad para ampliar
las visiones es un diálogo desde la diferencia, no para acordar, ni para
encontrar buenas razones sino para verse… Es como el artista plástico que le
muestra su obra al amigo… y le pregunta: ¿Qué tal?... Tal vez, no haga nada de
lo que le dice el otro, tal vez, reconstruya desde otra manera su mirada, su
obra, tal vez, se moleste y cierre el diálogo…. Pero él sabe que la mirada del
otro lo constituye para bien o para mal… Necesita de ella… Eso lo aprendí de la
mano de Rigoberto Lanz, a quienes muchos, en este país, detestan y muchos
admiran y eso también me parece hermoso…. ¿Cuántos lo leerían de manera sistemática?...
A Rigoberto lo detestaban sin leerlo… o leyéndolo de retazos…. Un amigo, de muy buena intención, me decía:
en este momento no es bueno que hables de tu maestro porque fue chavista, lo decía
casi como el sacerdote que le da recomendaciones prácticas a la persona que
recién se confiesa… Y yo sonreía… ese
amigo no tiene idea de las discusiones y múltiples pareceres que me diferencian
de Rigo pero que él estimulo en mí, mi voz… no la suya, él no quería discípulos…
Sólo le dije que las críticas más duras, consistentes y teóricas que yo había
escuchado y leído al gobierno las hizo aquél que seguía, por sus razones, por
sus deseos, por sus contradicciones o como quisiera verlo, con el gobierno… Y
no me entendió… Pero, ¿cómo se lo explico? Si mi amigo pensaba y hablaba, desde
su lugar -con razón- porque no podía pensar desde otro lado, a partir de la
experiencia vivida: su edificio invadido por un grupo de jóvenes que sueñan con
un mundo mejor, pero realizan su sueño con una piedra, un bate al lado de un
guardia nacional, gritando y golpeando a toda persona que encontraban… Mi amigo
hablaba desde el dolor, desde la rabia, desde la pasión y la indignación…
Al rato me escribió un gran
amigo, un intelectual a carta cabal, que había sentido la agresión de las
guarimbas, había sentido la agresividad de su comunidad porque él cree en la
revolución y su entorno lo detesta, sintió en sus arterias el odio contra él
por la forma cómo él pensaba y me decía… Tú no tienes nada que ver con ellos… Y
lo entendía también… No sé si pudo escucharme, le dije hay violaciones
flagrante a los derechos humanos… Yo estoy en contra de esos que te atacaron,
pero también en contra de los militares que usan su entrenamiento y su fuerza
contra la población civil… pero cómo dialogar si las pasiones nos conducen… Yo
no soy extraterrestre… También las pasiones me conducen en momentos… casi siempre,
porque soy un revoltijo de sangre e ideas.
Un viejo sacerdote español que
murió a mediados del siglo XX, Pedro Legaria, en medio de la convulsión de la
guerra civil española pensaba que su mundo necesitaba un retiro espiritual
ignaciano… ¿Cómo hacerlo, pensaba si los sacerdotes y religiosas están
distraídos por sus concepciones ideológicas, por sus miradas políticas, por sus
pasiones por el poder?... El Papa Francisco, el miércoles de ceniza,
dirigiéndose a su entorno, denunció que quienes están a su alrededor viven en
una lucha por el poder y que él no es Dios…. Fue enfático, fuera del parlamento
se atrevió a denunciar su entorno…. Lo hizo desde una institución que ha
representado el poder del sacro santo imperio romano… Desde allí lo hizo… Hoy
pensaba que si cada uno desde su entorno, denuncia las atrocidades no del otro,
sino de los suyos, y promueve las prácticas positivas del otro… tal vez,
podemos construir una mínima senda para encontrarnos desde la diferencia… Tal
vez es poco realista lo que digo… Y lo
es porque es más fácil, transformarse en juez y señor del otro que de sí mismo…
Es muy difícil en medio de los
dolores, entre charcos de sangre y represiones, entre personas exaltadas y
laboratorios sociales, mirarse y mantener el camino que se elige… Yo no sé…
En mi camino me he encontrado con
predicadores que anuncian un mundo, la llegada de un mundo nuevo como una Buena
Noticia desde el materialismo… Y, alguna vez, me detuve a escucharlos… Gritaban
que la mirada desde lo real tenía como finalidad la lucha por una sociedad de
hombres libres e iguales… Salté de alegría y mi corazón se llenó de esperanza… Me dijeron aquellos señores del siglo XIX que
tal vocablo aludía al estudio, análisis
e interpretación de las prácticas sociales, dígase, de las acciones de
los sujetos o de las instituciones, acordadas o no, escritas o no, con la
finalidad de enfrentar toda práctica despótica en cualquier esfera social para
que todo ser, toda persona, alcanzara la libertad de hacer lo que deseaba hacer
y ser, con las mismas posibilidades que cualquiera… Una sociedad de hombres
libres e iguales sin ningún poder despótico que lo determinara…. Ideal hermoso…Bellísimo…
Pensé que era la definición exacta del Reino de los Cielos…
¿Cómo caminar hacia ese horizonte,
a ese reino de los cielos, en una sociedad desigual, con intereses encontrados,
con pasiones y deseos cruzados, una sociedad no de ángeles sino de cuerpos que
miran trascendentemente en medio de su inmanencia…? No lo sé… La verdad no lo sé… Vuelvo al diario… a esa patria que
retoza en una esquina entre la sonrisa y la falda de una madre, vuelvo al lugar
más complejo de la patria donde el silencio y el llanto tienen forma de florero…
Pensaba que la democracia es la vivencia de la falibilidad de los criterios,
donde lo sólido se derrumba cuando dejamos penetrar la mirada amable, hiriente
o no, del otro en nuestras venas, no para acordar o disentir, sino para
mirarnos, como la vivencia, la experiencia más profunda de la amistad…
Es domingo… estoy cansado… entre
náusea y sueño… como un vagabundo, me despierto.
Jonatan Alzuru Aponte
Caracas, 9 de marzo de 2014
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