DIÁLOGO POLÍTICO E INDIGESTIÓN
Sobre el diálogo
La diferencia entre el diálogo cotidiano, la
conversación que solemos tener con un amigo, en un foro o en una clase y el
diálogo político en una situación de confrontación, en una situación de crisis,
entre adversarios es que en el primer caso se trata de un espacio catártico
donde se abona la amistad o el conocimiento y no tiene la vocación de generar
un impacto social, ni político medible, verificable, evaluable.
En cambio el diálogo político, en una situación
de confrontación entre los adversarios políticos, en situación de crisis como
la nuestra, tiene un sentido preciso y claro, llegar a un acuerdo
institucional, evaluable por las partes, donde existe coincidencia que tal
acción puede generar una consecuencia positiva, para evitar el derramamiento de
sangre y resolver los conflictos democráticamente. Donde ninguno transa su
visión del mundo, ni pretende convencer al otro de nada. Es un acuerdo porque
ambos piensan que seguir de la misma manera les genera más costos que
beneficios, por eso acuerdan.
Acordar es todo lo contrario a venderse. Es una
práctica que consiste en mantener la visión de los asunto y sin embargo, acepto
que para no matarnos lo mejor sería realizar tal cosa… Lo importante de un
acuerdo político, público con observador internacional, es que la violación por cualquiera de las partes de
lo acordado, implicaría, en el ámbito público el abandono del juego, del pacto,
y es la apertura para una confrontación aún
mayor, que aquella por lo cual se generó la mesa diálogo. El que lo haga
perdería, de manera rápida, su legitimidad y vocería en el concierto
internacional y se le crearía un conflicto en sus propias filas. Obviamente
quien tiene el poder, tratará que sea el otro quien rompa el acuerdo, para mantener
y acrecentarse en el poder, en eso consistirá su acción. Quien se enfrenta, por
su condición de asimetría, tratrá de mantenerse pero por su propia debilidad
tendrá que hacer mayores esfuerzos éticos y políticos para sostenerse.
Confundir el diálogo político con los otros
escenarios, donde se utiliza el vocablo diálogo, donde lo interesante es la persuasión,
las buenas razones o el placer de divagar sobre diversos temas como en la tasca
o peor aún, confundirlo con aquella expresión que solemos escuchar “sentarse a
dialogar y negociar una salida de paz es venderse” es confundir una cabeza de
gallo con una cabeza de perro, como solía decir Miguelito Ron Pedrique.
Además como se tiene que asistir, a mi juicio, a
la Conferencia de Paz, los interlocutores deben tener suma claridad a qué se va
y cuál es el objetivo específico de la
participación. Donde lo clave no es el gran discurso que dice mucho y no dice
nada, sino el más preciso, el más agudo en la denuncia y el más contundente en
la proposición, en el menor tiempo posible. Sobre todo porque se tiene a una
institución internacional como observador. Ya la primera o las primeras
reuniones tienen un objetivo específico, aceptado por el gobierno con la prensa
internacional, construir una agenda. La sola construcción de la agenda es un
forcejeo político. Es la primera batalla discursiva que se debe librar.
La altura política y el horizonte de sentido es
una condición sine qua non para asistir. Para esto no sirve hacer encuesta de
opinión. Es algo similar a un caso grave de alguien que tiene una diversidad de
enfermedades y se tiene que operar. Sería una verdadera catástrofe que los
médicos hicieran una encuesta en el hospital para decidir qué hacer, por dónde
empezar. Allí la voz de los que tienen experiencia, la voz de los que están en
el terreno de lucha, aunque no tenga mucha experiencia, y los que puede aportar
información relevante que coadyuve a la manera de cómo enfrentar el diálogo,
son los que deben pensar los puntos que se propondrán. Pero la población que ha
manifestado, marchado, luchado a través de las redes sociales que se ha
organizado no son unos invitados de piedra. Las protestas se incrementa o
disminuyen dependiendo de cómo van los acuerdos, esto lo conoce bien algunos
del gobierno por experiencia o porque han leído a Lenin… Otros lo que saben es
cómo conseguir los dólares…
Sobre mi dolor de estómago:
a.- Nicolás quiere pelear con Norteamérica,
desea que Kerry siga declarando, que los Estados Unidos se comporten
imperialmente y nos bloqueen como a Cuba, para él sería genial que movilizaran
en este momento un barquito, un par de aviones, aunque todos piensen lo
contrario, esa sería la salvación a corto y mediano plazo de Nicolás. Esa
alternativa sería su única manera de consolidar lo que tiene fracturado en su
gobierno, pero sobre todo lo desea por lo que más lo debe tener angustiado
deprimido y verdaderamente desesperado, la pérdida de confianza y frustración
que ha generado en el pueblo chavista, su falta de pericia en el manejo del
estado. Hay que ayudar a Nicolás que no se desespere. Sus amigos son sustanciales en este momento
para él. Nicolás el asunto no está en el norte, sino en las calles de
Venezuela, concéntrate para que Venezuela no siga en esta caída descomunal en
todos los sentido. Métele freno.
b.- Los procesos de construcción de paz, en su mayoría,
pasarán o deben pasar por la Asamblea Nacional. Allí los venezolanos, de a pie,
tenemos que estar muy pendiente, porque algo podrido está pasando en los
partidos políticos de la oposición que algunos diputados están saltando de partidos
como si fuese cambiar de franela. ¿Qué está pasando con la Avanzada Progresista
y con Un Nuevo Tiempo? Allí es dónde la oposición democrática debe estar alerta,
porque todo el esfuerzo, tanta sangre inocente puede ser traicionada con tres diputados comprados, tres diputados
que negocian su voto porque le descubrieron actos de corrupción… El mayor
esfuerzo del gobierno no está en sus discursos estériles peleando con la luna, el
mayor dinero no es para Sean Penn, ni para Danny Glover, ese dinero es para
distracción mediática, por el contrario, el mayor esfuerzo es tras bastidores
comprando y chantajeando a los diputados de la oposición desde ahorita, porque esa
mano y esa palabra cuentanpara ellos poder seguir haciendo lo que les da la
gana, sin ninguna regla, allanando sin orden judicial, golpeando frente a la
mirada indignada de todo el mundo, disparando como si fuese el oeste.
¿Para qué tocarle cacerola a inútiles focas, políticamente hablando, como
Wiston Vallenilla o Roque Valero?... Cada día estoy más indignado de ver a un
muchachito dando todo de sí y no ver al diputado que será el responsable de
votar, quien se eligió para que fuese representante de su estado y no está
ayudando a los heridos, a los familiares de los muertos, con una denuncia
fuerte y clara, a la hora de la chiquita, el que tarde o temprano tendrá la
responsabilidad de instrumentalizar, parte de los acuerdos son ellos… Hay que adelantarse
a los traidores… Ya hemos visto algunos arrastrados… Es preferible enfrentarse a Diosdado que
todos sabemos cómo piensa y cómo votará que a vómitos como William Ojeda…
Alerto una vez más, otro Ojeda sería insoportable y el pueblo no lo debe
permitir, porque todo el esfuerzo estaría perdido… Recuerden diputados, lo que dice el
Apocalipsis: “Conozco tus obras, no eres frío ni caliente. Ojalá fueras frío o
caliente; pero como eres tibio, ni frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca”
(Ap 3, 15-16)
c.- El desfile más triste que he visto en toda
la época del chavismo fue el de hoy. La proporción entre militares y civiles
era casi de dos a uno. Todo se veía verde, con una pequeña franja roja.
Mientras Nicolás admiraba a la Guardia Nacional veía el twitter del diputado
Miguel Pizarro informando lo siguiente: “Anoche fue detenido y golpeado
brutalmente por la GNB Carlos Requena, joven con necesidades especiales. No
estaba manifestando.” Indignación y tristeza. El diputado Ángel Medina, reseña
El Universal, entregó carta en nombre de su partido solicitando la destitución
de algunos Guardias Nacionales. Freddy Guevara convocó a una marcha. Pero hay
muchísimo por hacer… Los diputados no están solamente para levantar la mano en
la Asamblea.
El liderazgo colectivo no se construye en una
Mesa de la Unidad, no es acompañando al pueblo sino dirigiendo al pueblo para
que no se exponga, para que preserve la vida, para que no use la violencia
contra sí mismo, su labor es de orientar, su labor es de defender. Se supone
que ese es su oficio, se supone que tienen experiencia. Es un momento crucial
de la historia para tener a unos babosos diputados que hablan bonito cuando
tienen una cámara de frente. Se acabó lo mediático, 2014 es tiempo de políticos
y de la política con mayúscula. Es tiempo de ser responsable consigo mismo y
con la comunidad a la que se pertenece. ¿Dónde está los diputados?
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