Mi posición política en los
actuales momentos. Dígase hasta hoy…
1.- Me parece que hay que
denunciar los abusos políticos del gobierno. La violación de los derechos
políticos, lo que se hizo con voluntad popular.
2.- Me parece que hay que
denunciar y protestar contra la violación de los derechos humanos.
3.- Me parece que los estudiantes
han manifestado muy claramente (sus dirigentes, el de la UCV, el de la UCAB, el
de Carabobo, el de LUZ) los límites de su protesta: liberación de los
estudiantes presos, cese a la represión desmedida de los cuerpos de seguridad,
desmantelamiento de grupos armados, contra el alto costo de la vida, a través
de la protesta pacífica sin capucha.
4.- Me parece acertado que
Leopoldo López tome su decisión de dar la cara y asumir frente al país y frente
al gobierno, sus acciones en defensa de sus ideas. Que asuma caminar solo. Me
parece desacertado plantear la renuncia del Presidente.
5.- Me parece desacertado, más aún expresado contundentemente, estoy absolutamente en contra del documento firmado por militares
retirados, individualidades que antaño tuvieron participación política
alertando “por cambios extraordinarios que sucederán en Venezuela”.
6.- Me parece acertado que
Capriles plantee que se tienen que fijar en las protesta límites concretos para
alcanzar éxitos concretos.
7.- Me parece desacertado que
Capriles para tratar de conducir racionalmente el proceso de protesta, recurra
a la descalificación de Leopoldo López. Me parece que muestra, por el
contrario, debilidad en su liderazgo e incomprensión del malestar que vive el
pueblo venezolano.
8.- Me parece que cualquier
salida democrática que se plantee, bien sea constituyente o revocatorio, pasa
por un procedimiento, recolección de firmas, asamblea nacional, y que para
concretarse, necesariamente, se tiene que pasar por un árbitro en este caso el
CNE.
Un CNE que tiene vencido el
período desde hace muchísimo tiempo. De allí que una solicitud concreta puede
ser el nombramiento de nuevas autoridades, corresponde, está dentro de la ley
y, por el contrario, su permanencia es violatoria a la norma constitucional.
Presionar en ese sentido es obligar a colocar a unas autoridades con el 75% de
los votos de los diputados, por lo tanto, con los votos de la oposición. Esa
una vía posible, enmarcada dentro de la estructura democrática.
9.- La política gubernamental
está fuera de foco, un día Maduro toma la decisión del diálogo con los
universitarios y al día siguiente llama a represión. Un día tranca el metro de
manera decisiva y al día siguiente se arrepiente. UN día llama a la oposición
al diálogo y al otro día se burla de quienes asumen el diálogo como fue lo que
hizo con Capriles. Un día declara que deben dejar las armas los que viven en la
misión vivienda y que él los recibe y al día siguiente afirma que el pueblo
armado defenderá la patria. Igual se ha comportado con la política económica,
en su discurso anual, de rendición de cuentas, en enero, afirmó que no habría
devaluación, que se mantendría el dólar 6, 30; a la semana siguiente lo obligan
a lo contrario y Rafael Ramírez anuncia la devaluación del 100%. Lo que usted
compraba en el mercado por un precio a la semana siguiente cuesta el doble...
Es muy grave tal falta de
claridad y de pericia en los conflictos, la falta de claridad en la conducción
de su propia gente, no tiene liderazgo interno… Su mejor salida es que la
oposición cometa los errores por sí misma, se destroce a sí misma.
Para la fuerza interna del
chavismo que se oponen a Maduro le interesa que tome medidas desacertadas, no
tanto, para que la oposición llegue o se aproveche, sino para mostrar que no es
un buen líder y que debe entregarle la conducción política a alguien con más
entrenamiento en la conducción del estado. Sus palabras de inexperto en la
campaña, de no estar preparado para el gobierno, al interior del chavismo, se
le están devolviendo como un boomerang. A Maduro le conviene que la oposición
se equivoque, que la emoción desborde la razón. Es su única manera de mantener
su liderazgo...
10.- El asunto para mí no es paz
ni guerra, sino saber utilizar nuestra inteligencia, para consolidar y
acrecentar nuestra fuerza, nuestra propuesta. Es un momento crucial porque las
decisiones que cada quien tome contribuirá o no al desarrollo de una sociedad
más justa, más fraterna, más humana, donde los pobres, los más pobres tenga
posibilidades de desarrollo económico, educativo, social. Donde la clase media,
la pequeña y mediana empresa, por ejemplo, pueda consolidarse y empoderarse
para producir bienes y servicios para todos, donde su salario no se transforme
en sal y agua. Un país que pase de una economía de puerto (todo importado) a
una economía productiva. Un país autónomo donde las decisiones ni sean guiadas
por Estados Unidos ni por China (con quienes estamos bastante endeudados como
en antaño nos endeudábamos con el Fondo Monetario Internacional), tampoco por
la pericia del gobierno de Cuba. Por el contrario, que tengamos una política
internacional plural e independiente, solidaria con nuestros países
latinoamericanos, entendiendo la necesidad de la unidad latinoamericana es
vital para poder enfrentar los retos del mercado global.
Esto es como pienso hoy… en
función de lo que sucede… hasta el día de hoy… martes 18 de febrero de 2014.
Jonatan Alzuru Aponte
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