DEL
CESE DE LA USURPACIÓN A PRESERVAR LA CORRUPCIÓN
Jonatan
Alzuru Aponte
Ningún venezolano que se
oponga al despotismo, con un mínimo de sensatez, pudiese alegrarse de lo que
acontece con los diputados de la Asamblea Nacional. Los sentimientos correspondientes
son rabia, indignación, horror, tristeza, quizás mezclados con estados
depresivos y en ningún caso es porque nos sorprendamos de la existencia en la
política de corruptos, sino por las implicaciones, los efectos que tienen tales
acciones para todos los venezolanos.
El asunto no es solo la
corrupción; no se trata de un delito y las penas que le corresponden al
funcionario por cometerlo. Para el pueblo venezolano no es solo un problema de
ética pública, de la moral o las buenas costumbres de un funcionario y de su
responsabilidad frente a la justicia, ¡No!
El problema central es que la
corrupción está asociada a un hecho de mayor trascendencia, la permanencia en
el poder del déspota. Por lo tanto, es absurdo limitarla a un problema de unos
individuos que delinquieron. Se trata
que esas acciones han determinado y siguen determinando las tácticas y
estrategias para enfrentar al déspota.
El despotismo realizó una
estafa (un acuerdo con Claudio y compañía), toda persona mínimamente racional,
podía percatarse que era una estafa porque los interlocutores (supuestos
opositores) ni tenían representación ni poder alguno para acordar con el
despotismo. Sin embargo, los únicos de la oposición que aceptaron en la
práctica los acuerdos de la llamada Mesita, fueron los de la Asamblea Nacional,
quienes aceptaron la incorporación de los parlamentarios, sin ningún tipo de
problema y funcionaron como que si tal acción fuese parte de su propia agenda
política.
Obviamente, si se incorporaban
hasta el político o analista más lerdo, sabía que tendrían derecho a votar e
influir en las decisiones y para alcanzar sus objetivos tendrían que maximizar
sus votaciones, dígase, ganarse a más parlamentarios. El Diputado José Guerra
denuncia, un día después de la conformación de la comisión de postulación para
los miembros del CNE, que hay una operación para comprar diputados… Pero es que
la lectura puede ser distinta y al calor de las nuevas informaciones debemos
leerlas de otra manera, a saber: Los diputados del PSUV se incorporan al
parlamento, cuando tienen amarrado a los diputados de la oposición.
Ahora bien, después de las
declaraciones del ex embajador y de la publicación de los trabajos de investigación
periodística, se tomaron decisiones administrativas, tardías y viéndosele todas
las costuras; pero nada han dicho de la ruta política; como si la corrupción
fuese un problema individual y no estuviese articulada a la permanencia del
despotismo en Venezuela. Los venezolanos no somos una partida de ignorantes y
estamos hartos que la dirigencia política nos trate como infantes.
¿Qué cambiará en el orden
político? ¿Cuál será la táctica? ¿Unidad? ¿Con quién? ¿Cómo? ¿De qué manera?
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