EL
AQUÍ Y EL AHORA
Jonatan
Alzuru Aponte
¿Usted
me pregunta cómo será el gobierno de transición? No lo sé. ¿Cuándo y cómo se
darán las elecciones libres? No lo sé. ¿Utilizaría mi tiempo para ilustrarme
cómo sería? No. ¿Dedicaría un segundo de mi tiempo, para pensarlo? No. ¿Por
qué? Porque intento, aprender a pensar con la metodología propuesta por algunos
de los grandes maestros de la práctica política, del arte de la política. No me refiero a las ideologías ni a las corrientes
de pensamientos, sino a criterios de abordaje del acontecer. Ejercicios para
pensar políticamente.
Maquiavelo
en El Príncipe, a lo largo de todo el libro, toma ejemplos de los romanos para
describir y caracterizar cómo tomaban decisiones; se dedica argumentar por qué
fallaban en algunos casos y dónde estaba la virtud en otros. Los griegos eran
grandes teóricos de la política; pero los romanos tenían pericia en el
ejercicio del poder, no es casual que el imperio romano tenía una extensión
inimaginable, prácticamente Europa, el norte de África y parte de Asia.
Una máxima
de uno de los grandes emperadores como Marco Aurelio, era: el pasado pasó y es
inmodificable, el futuro es incertidumbre, lo único cierto del futuro es la
muerte. Por lo tanto, ocúpate del presente.
Quien
se ocupa a discutir el futuro como si fuese el presente es literalmente un
loco. Porque está discutiendo algo que no ha ocurrido y lo hace con la certeza
que ocurrió; cuál Dios sabe, “porque
tiene experiencia del pasado”, que el futuro será así y no de otra manera. Y
quien se dedica a contra argumentar, supone que no será así, sino de otra
manera. ¿Qué discuten? Fantasía.
Me
tiene sin cuidado que genios se dediquen a pensar la Venezuela del futuro.
Cuando ese futuro sea mi presente, pues allí tal vez opine a favor o en contra;
tal vez me radicalice al extremo y tome las armas o me meta a budista y camine
como Gandhi por las calles de la ciudad o tal vez nunca me llegue porque Dios
no lo quiera, mañana me da un infarto. Pérdida de tiempo, esas discusiones.
No
sabemos ni siquiera cómo será el cese a la usurpación. Que si Acción
Democrática, Primero Justicia, Voluntad Popular nos traicionan y… No me puedo
ocupar de eso, porque es un futuro, cuando suceda tomaré mi decisión. Eso no
depende de mí, ni de ninguno de los venezolanos de a pie. Que si Guaidó, está
atrapado o lo coaccionan a negociar o espera que Trump le diga cuando va
invadir, para él entregar a Venezuela a los gringos. Ésa es la responsabilidad
de él, de los diputados de la Asamblea Nacional, discutirlo como si fuese una
realidad no tiene sentido porque ninguno de nosotros somos responsables de esas
decisiones; a lo sumo lo que podemos hacer los venezolanos cuando llegue ese
momento, es responder y cada quien lo hará a su estilo y forma, celebrando o
peleando. Eso es ocuparse de un futuro como si fuese una realidad que está
pasando, eso es fantasía.
Lo que
sí podemos discutir es lo que se está haciendo. Podemos discutir los criterios
que han publicitado los líderes para tomar decisiones y evaluar si su actuar es
coherente o no con los criterios que públicamente han expresado y, si
evaluamos, que las decisiones son cónsonas con los criterios que públicamente
han expresado, pues se respalda en lo que propone, en los cursos de acción
donde implique las decisiones personales y colectivas. Cuando llamaron a unas
elecciones fraudulentas, por ejemplo, algunos asistieron al acto electoral,
según su evaluación y la inmensa mayoría del pueblo no asistió al acto. Y no se
asistió porque esa decisión sí dependía de nosotros. Ser ciudadano implica
autonomía de pensamiento. Que se tenga a un líder que dirija un proceso, jamás
debe implicar hacerse súbdito. Valga la sinonimia, es como el director técnico
de un equipo de fútbol, si no gana partido, se cambia y punto. En la práctica
es lo que se ha hecho en estos años. Hemos tenido distintos directores
técnicos.
El
discurso de Guaidó y su actuar ha sido en representación, como lo es, de hecho
y de derecho de la Asamblea Nacional. Posición cónsona con las propuestas del
Frente Amplio Venezuela Libre, con relación a cómo enfrentar al despotismo. Esto
es un movimiento inclusivo con participación del chavismo disidente, con amnistía,
con formas de lucha pacíficas y articulado a un movimiento de presión
internacional. Ése es el aquí y el ahora. Usted puede estar en desacuerdo con
ese criterio político en el aquí y en el ahora. Lo que no puede decir es que hasta
ahora ha sido incoherente el director técnico, es decir, el presidente Juan
Guaidó.
Este
camino es el más difícil, el más complejo, el que genera más incomprensión y desesperación,
es verdad. Pero ha sido hasta ahora, el más efectivo. En articulación de una
dirigencia diversa, en apoyo internacional y en menos costos de vida en las
formas de lucha. Al déspota le interesa quebrar esa ruta y su manera será
provocar violencia, porque la confrontación física, bélica, les beneficia;
divide al concierto internacional, a la coalición nacional y transforma el
holocausto en un asunto de izquierdas y derechas. Por el contrario, la ruta de la Asamblea
Nacional está colocando lo central del por qué nos hemos unidos los diversos y
opuestos; porque estamos desesperados por la crisis humanitaria, por el
holocausto, por las muertes infames como la del periodista Alí Domínguez,
chavista disidente quien denunciaba la corrupción de la Universidad Bolivariana
y según las declaraciones de prensa de los amigos sabían que estaba amenazado,
por las bandas paramilitares.
Esta
realidad, saber que hemos avanzado, peleando con uno de los peores monstruos de
nuestra historia política republicana que tenemos un camino trazado con unos
criterios; es la condición para el entusiasmo, pero debemos tener criterio de
realidad: no estamos ni siquiera en la primera etapa de la ruta de
reconstrucción que es el cese a la usurpación.
Ánimo y sindéresis, fuerza y prudencia; organización y entusiasmo; sin
jamás perder nuestra condición de ciudadanía, de autonomía del pensar.
Pensemos, discutamos lo que compete, el aquí y el ahora. Un jugador de fútbol
que se dedica imaginar cómo meterá el gol, pierde el balón. Hay que estar con
mente y cuerpo en el aquí y en el ahora. La distracción beneficia al déspota.
No te dejes confundir.
PD:
IMPORTANTE. La ONG PLAN PAÍS que se
fundó en el 2011, según señalan en su web, por unos jóvenes venezolanos que se
encuentran en Florida; coincide su nombre con el presentado por Guaidó que es
producto de un trabajo realizado consensualmente y puede leerse que son
acuerdos mínimos. Como ciudadanos tenemos
que pedirles que se pronuncie esa ONG, hasta sería digno de aplauso que le
cambiaran el nombre. Y si, por casualidad, el partido Voluntad Popular (asunto
que sería un error político del cielo a la tierra, aún más cuando ahora
pertenecen a la Internacional Socialista) piensa que ese pequeño grupo, por más
brillante que sean, sustituye el trabajo de masa, el trabajo de intelectuales
diversos, el trabajo de los diputados de la Asamblea que lo aclare. En esto no
se puede ser tímido ni tibio. Dios vomita a los tibios, dice el apocalipsis.
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