EL
CHAVISMO Y SU PAPEL EN LA ACTUALIDAD
Jonatan
Alzuru Aponte
La
situación política en Venezuela está aún más delicada, por la indeseable
respuesta del despotismo al no permitir la entrada de la ayuda humanitaria,
quemarla y agredir (en algunos casos, como lo hicieron, vilmente, con nuestras
comunidades aborígenes, matar a cuatro pemones) a los ciudadanos.
Estamos
en un momento que por todos los medios posibles debemos persuadir a la
institucionalidad militar para que no se llegue a la situación que desea el
despotismo. En función de ello realizo el presente artículo para analizar la
propuesta de un pequeño grupo de venezolanos que quizás, tienen alguna
posibilidad, tal vez mínima, pero por lo menos simbólicamente, la tienen, de
contribuir con una salida pacífica y que se han agrupado alrededor de una
propuesta distinta a la de la Asamblea Nacional y la han planteado como una
alternativa, los llamados chavistas originarios, defensores de la constitución
y personalidades de izquierda.
Mi
objetivo no será cuestionar quiénes la hacen, ni juzgarlos en ningún sentido
como personas ni como políticos, tampoco mi interés es mostrar que tiene una
agenda oculta, para nada. Intentaré, eso sí, evaluar racionalmente sus
argumentos y su viabilidad, con la finalidad de mostrar de forma muy clara que
es una ilusión su propuesta, sin asidero en lo real; para desde allí invitarlos
a reflexionar, a discernir en función de la real política en cómo pueden contribuir,
efectivamente, con una salida pacífica en las circunstancias actuales; sin
apelación a los sueños e ilusiones. Contribución que desde mi posición y desde
mi interpretación consiste en minar, corroer, persuasivamente a las fuerzas
militares y acelerar su fractura al máximo.
La
propuesta política de ese grupo es la realización de un referéndum para que los
ciudadanos decidamos revocar o no el mandato de todos los poderes. Posteriormente,
si se acepta, por mayoría, revocarlos y que se realicen unas megas elecciones
donde se legitimen los nuevos poderes. Para ello proponen la conformación de un
CNE equilibrado.
Tal
propuesta la formulan con una condición que no exista presión internacional y
mucho menos de Estados Unidos; más bien, que existan unos mediadores
internacionales; han propuesto al Vaticano, a Uruguay, a México, entre otros.
11.- Consideremos
que la propuesta jurídicamente es consistente.
22.- Consideremos
que la propuesta políticamente es deseable.
Ahora
bien, la pregunta es sobre la viabilidad y factibilidad de la propuesta. Si es
viable y factible tiene sentido mantenerla. De lo contrario, es una ilusión y
en términos de la práctica política sería un gasto de energía innecesaria que
se requeriría para generar otro tipo de acción. Porque la política es un asunto
práctico y la situación venezolana está muy delicada para que organizaciones se
mantengan al margen o criticando sin contribuir, efectivamente, para una salida
pacífica.
Para
analizar la viabilidad y factibilidad de la propuesta partiré de un supuesto
negado, con el objetivo de maximizarla, para ver si maximizándola es viable y
factible. El supuesto negado es el
siguiente: Imaginemos que los ex ministros Héctor Navarro, Jorge Giordani, el
ex alcalde Juan Barreto, los intelectuales Edgardo Lander, Javier Bierdeau y el
político (¿ex masista?) Enrique Ochoa Antich, se transforman en los líderes del
movimiento opositor. Imaginemos que el 80% de los venezolanos apoyamos la
propuesta que ellos esgrimen.
Las
preguntas en términos prácticos serían: ¿por qué? y ¿cómo el déspota aceptaría
sentarse en una mesa de negociación para cambiar el CNE con la finalidad de
realizar unos actos electorales que con toda seguridad lo conduciría a perder
el poder? ¿Acaso a través de marchas? ¿Acaso a través de un paro? ¿Qué forma de
lucha nos propondrían? ¿Qué tipo de presión se realizaría para doblegar, en una
mesa de negociación, al déspota? Porque en una mesa de negociación, para que
exista negociación, esto es ceder de parte y parte, las partes deben tener
poderes, fuerzas, como mínimo equivalentes; porque en la mesa de negociación no
valen los buenos argumentos (eso es un idealismo exacerbado) sino las
relaciones de poder, acompañados de argumentos. Los árbitros están descartados
por principios porque serían árbitros, no es su función ejercer presión.
Es
decir, se trata de fuerzas confrontadas. El déspota tiene el control del
ejecutivo, del judicial, constituyó un poder legislativo paralelo la Asamblea
Dictatorial Constituyente y tiene el control de las armas. La fuerza ciudadana,
la organización ciudadana, sería la única fuerza que esa propuesta considera. ¿Cómo esa fuerza ciudadana puede lograr que
ceda el poder el gobierno despótico? Esa negociación siempre sería asimétrica,
por lo tanto, quien tiene el manejo del poder nunca se sentaría y en el
supuesto negado que lo hiciese decidiría en función de mantenerse, siempre,
porque el objetivo de quien tiene el poder es mantenerlo o acrecentarlo, jamás
cederlo. De allí que en términos prácticos es ilusoria la propuesta. Insistir
en ella en los actuales momentos es una esquizofrenia política; porque está
asumiendo la ilusión como un acto de realidad. Deseos no preñan.
Le
escribo a quienes todavía utilizan la razón. El problema en Venezuela no es
jurídico sino político. Estimados venezolanos, dirigentes e intelectuales de la
izquierda venezolana, emulando a Carlos Marx les diría, no es tiempo de
contemplar desde la barrera lo que sucede, sino de transformar las situaciones
y eso requiere de decisiones. Estamos en un límite donde el déspota ha cruzado
una línea que puede ser fatal para todos. Usen la poca o mucha influencia para
contribuir con una salida pacífica y en los actuales momentos no es otra que
desmembrar la consistencia del poder de las armas del despotismo.
El
twitter de Juan Guaidó (criticado por muchos venezolanos que todavía no
comprenden el gran esfuerzo que realiza la Asamblea Nacional y en especial el
Presidente, por la construcción de una salida autónoma y pacífica con apoyo y
solidaridad internacional) realizado el día de ayer 23 de febrero, donde
afirma: “Dudo que Hugo Chavez aceptaría
lo que Maduro ha traído para Venezuela y la FAN: hambre, violencia, represión y
miedo. Maduro ha destruido todo comenzando por la constitución del 99 promovida
por Chávez en el 99 y defendida por nosotros en 2007.” Es un puente
dialógico con ustedes. Justamente, se trata de construir una salida política desde
la diferencia; estamos en un momento crucial, donde las decisiones de cada uno
pueden o no contribuir con mayor o menor derramamiento de sangre. No hay vuelta
atrás. Lo pasado pasó y es irreversible. El futuro es impredecible, solo
tenemos la posibilidad del hoy, tomar las decisiones hoy. Piénselo y asuman su
responsabilidad.
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