ELECCIONES
Y CALLE
Jonatan
Alzuru Aponte
Quien escribe ha expresado su
opinión a propósito del escenario que implica asistir a las elecciones
regionales. Sin embargo, aún en desacuerdo, entiendo, comprendo, que la
democracia supone asumir consensos, acuerdos que se establecen por mayoría con
las mismas ganas e ímpetu como si fuese nuestra propia idea. Si la mayoría de
la oposición apuesta al camino electoral porque se considera que no se deben
perder espacios, etc… Aunque tengamos la
experiencia de tener la mayoría de la Asamblea Nacional y como órgano más
importante del país, perdió todo su espacio…
aun cuando es bastante extraño, declararse en desobediencia civil contra
el gobierno instituido y asumir las reglas de juego del gobierno instituido…. Aun
así, si la mayoría del liderazgo ha evaluado, balanceado y ha tomado la
determinación de asistir a las elecciones, obviamente, asumo tal ruta de forma
obediente, entendiendo que el voto tiene que transformarse en una forma de
lucha no para la conquista de unos poderes locales, sino como un mecanismo para
enfrentar al régimen como algunos dirigentes lo han dicho.
¿Cómo transformar las
elecciones en una forma de lucha y no en
una fiesta democrática? Ojalá que la misma dirigencia que ha tomado con
determinación ese camino, empiecen desde ya ha implementarlo, para que todo el
pueblo lo siga con la valentía de siempre.
De hacerlo, tal como fue la
invitación realizada por Requessens y Guaidó al trancazo daría mucho pesar, no
porque los jóvenes diputados no tuviesen discurso o pasión… Nada de eso; sino porque se veían
como dos almas en pena. Era una invitación sin músculo. El importante evento del día domingo no se
materializó para una convocatoria que tenía como finalidad entusiasmar a la
población para volcarse a las calles. La
mínima participación en el trancazo se debe en gran parte a la puesta en escena
que siempre es producto de la fuerza de la propia dirigencia.
Es muy duro decirlo, ni la tristeza
del pueblo venezolano ni la moral ha sido quebrada por el despotismo, sino por
la falta de claridad en una dirección del comando que dirigía al conflicto en
el momento culmen. Todos sabíamos que el gobierno iba actuar de la manera que
lo hace. Lo que no sabíamos era que de la noche a la mañana de confrontación
radical, pasaríamos a campaña electoral o a lucha electoral sin unidad de la
dirigencia. Nada ha quebrado más al
pueblo que la irresponsabilidad de la dirigencia en realizar negociaciones
ocultas que hasta ahora, no han explicado en qué consistían, a qué acuerdos llegaron y en qué no; ni siquiera la han reconocido. No se trata de gritar la palabra honestidad,
sino ser testimonio de ella. La confianza es vital, para cohesionar y articular
los movimientos sociales y políticos.
Lo que tiene paralizado,
desorientado y apesadumbrado a todos nosotros, los venezolanos de a pie, no es
que el totalitarismo de Maduro violentara a la Asamblea, sino que no estaban
todos los diputados en bloque enfrentando tal situación, sino una minúscula
representación a quienes le impidieron entrar. Lo que sorprende y me deja la
boca abierta, no es la persecución contra los alcaldes electos sino que Ramos Allup
haya construido un discurso cargado de improperios contra una supuesta crítica
de la oposición que, según él, los quieren inmovilizar con la propuesta que no
se debía asistir a la Comisión de la Verdad que creará la ilegítima
constituyente; y, por el contrario, sostenía el parlamentario, contra los abstractos
idiotas, que se debía ir para
deslegitimar al régimen… pero el abstracto idiota tiene rostro, fue
justamente el Vicepresidente del Parlamento Freddy Guevara, el día anterior, en
el foro de la UCAB que colocó ese ejemplo para explicar en qué consistía la
desobediencia. ¿Podrían ponerse de acuerdo, sin insultarse entre sí? Curiosa la
lengua viperina de Ramos Allup que apunta, en esta nueva etapa, a unos y a otros.
El gobierno dirigiendo al CNE
de forma directa ha sido sumamente estratégico. Quién desconozca la
inteligencia política que han tenido para mantenerse en el poder, simplemente
es un ciego. Reconocer el poder de maniobra del gobierno es sustancial, para
maximizar la manera de enfrentarlo.
Las elecciones regionales, ya
lo sabemos, serán calculadas; el gobierno dejará ganar legalmente en muchas
regiones, en otras no, hará trampas en algunos espacios y en otro no. Incluso podría dejar que la oposición fuese mayoría; Invertirá
muchísimo dinero en la campaña, la transformará en fiesta democrática… La
oposición tiene que pensar cómo enfrentar eso desde ya. No basta afirmar que no es el tema. Ése será
el tema, el asunto es cómo transformarlo en una lucha por el poder
central, cohesionando a la población e
intentando minimizar sus efectos. Ése es el reto de quienes decidieron ese
camino. La inteligencia de la oposición, será acompañada por todos nosotros
porque a todos nos interesa salir del régimen.
Ojalá que el frente amplio,
propuesto en la UCAB, no sea una fotografía de ocasión, sino que se materialice
en acciones concretas de confrontación contra el despotismo; es muy temprano
para pedirles acciones pero los momentos políticos son circunstancias,
coyunturas, que de no aprovecharse, se transforman en boomerang. Estamos a
punto no de salir de Maduro, sino de generar las condiciones para su
permanencia, aun estando la comunidad internacional a nuestro favor; todo
dependerá de la inteligencia política de nuestra dirigencia en la conducción de
esta etapa, quienes son los responsables de las decisiones. Los venezolanos de
a pie, no nos queda otra que asumir. Dios quiera que el camino elegido sea el
mejor entre los mejores.
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